"Aquí estamos. Lo prometido es deuda"

Juro prácticamente saltaba de la emoción. Ayer mismo, después de llegar totalmente agotado al hotel, se había desplomado en la cama, como un peso muerto. Horas antes había despertado, y, después de comer, se había encaminado al exterior.

Tal y como se había prometido así mismo, lo primero que deseaba hacer era ver mucho mejor la capital de aquel pequeño país. Había pasado por ahí al llegar al valle, pero el cansancio le había impedido disfrutar del lugar como se merecía. Sendōshi era un lugar digno de ver. En su — corta — vida como shinobi, no había visto un lugar tan impresionante como aquel.

Las calles rebosaban de gente. Iban a reventar. Juro trataba de abrirse paso entre la multitud. Cada persona era diferente, cada uno iba en direcciones diferentes. Se había creado una gran encrucijada que ramificaba en múltiples calles que se desviaban de la principal, algunas a pequeños callejos que se alejaban de los comercios, otras, a calles secundarias residenciales, donde parecían convivir empleados y hoteles para turistas. La calle principal en la que se encontraba se extendía ampliamente; prácticamente, cada pequeño trozo de parcela estaba cubierto por filas de negocios de ropa, alimento...

— ¿Dónde deberíamos ir primero, Gen? — susurró a su espalda, donde cargaba una amplia lona, en la que iba oculta su marioneta. Para cualquiera que le viese, debía de ser un chico con algo muy pesado encima, o una amplia joroba.

Dejando la respuesta en el aire, siguió caminando. De vez en cuando se distraía observando la comida y las cosas que vendían los tenderos, a grito pelado.

Había pasado mi primer día en el edificio donde se me ha asignado quedarme durante la espera del venidero torneo. Allí me llené de información y aproveché para dormir en la habitación cuál estaba prácticamente vacía. Si yo hubiese llegado a saber que iba ser así al menos trajera algunas cosas de convivencia desde mi hogar.

Al siguiente día aproveché para ir de compras a Sendoshi. Hice una pequeña lista de las cosas importantes que estaba necesitando y partí a caminar. Durante la caminata pude ver otros edificios similares cuales imagino estén otros chinobis que participan en el torneo igual a mi. Como también pude alcanzar ver diferentes áreas de combate, cuyasi áreas me pasaré a estudiar en estos días.

Finalmente llegué al centro comercial. Mucha gente para ser un lugar no tan grande. Al parecer en esta aldea secreta abunda el turismo a pesar de ser secreta. Me pregunto si toda esta gente son shinobis, o trabajadores que hacen que funcione este lugar así como los eventos en el mismo. Posiblemente se trate de los mismos habitantes de aquí en vez de turistas. O, quizás hayan corrido la voz al público para hacer presencia como espectador en el torneo. Pienso que lo más posible es que sea lo ultimo dicho.

Después de unas horas caminando por entre la gente buscando una tienda de artículos que necesitaba, mi estomago comenzó a rugir. Lo que si no dejaba de ver eran restaurantes y pequeños quioscos de comida rápida. Pero el olor junto al hambre que me asediaba, era la combinación perfecta para solo pensar en un platillo gigante de Masa de Puerco o Pescado Seabass con Hostiones, pulpo, calamares, camarones y langosta. Por lo que decidí entrar en el primer restaurante que aparecería enfrente.

Las líneas de espera de todas los restaurantes estaban moderadas y yo justamente sería el recién llegado pero no último en la cola que me propuse hacer.

Finalmente, derrotado ante la gran cantidad de cosas, Juro paró en seco y decidió descansar, mientras su cabeza se evadía, tratando de tomar un descanso.

A su lado, había muchos restaurantes de comida variada. El olor le embargaba. Su estómago no tardó en comenzar a rugir de impaciencia. Había salido con tanta prisa que ni si quiera había tenido paciencia para comer algo. Juro chasqueó los dedos; eso era algo que tenía que arreglar, ¿no?

"Este tiene buena pinta"

Juro se lanzó hacia el primero que vio, de fachada rojiza, el cual parecía tener una buena pinta. Había más gente a parte de él tratando de entrar en la cola, pero no tenía prisa. Caminó, guiado por el olor, sin darse cuenta de la pequeña piedrecita que había en el suelo delante de él. La buena noticia, que no cayó al suelo. La mala, que tomó carrerilla y descontroló su avance, con tan mala suerte de chocarse con el de enfrente. Con su escasa fuerza, unicamente rebotó su cabeza contra la espalda de la persona.

Juro trató de recomponerse, mientras se tocaba la zona de impacto levemente. La persona no tardaría en darse cuenta, claro esta. Acababa de "chocarse" contra ella.

— L-Lo siento mucho — se disculpó, realmente avergonzado. Esperaba que la bandana no le hubiese hecho daño. La tenía en la frente —. Tropecé, y... bueno, acabe así. ¿Se ha hecho daño?

De espaldas, le era difícil discendir la edad del que tenía en frente. Solo veía que estaba casi por completo tapado. También era más alto que él, aunque eso no era muy difícil.

La cola parecía caminar rápido. Pero aún había gente por delante y nadie tras mío. De repente de un tirón siento un golpe en mi espalda que me hace dar un paso hacia lante.
Mi reacción fue girarme inmediatamente optando una posición de combate, pero, a sorpresa, me encuentro con un muchacho que se lamentaba por lo sucedido.

Volví a quedar parado normalmente enfrente de este desconocido. Para contestarle sus preguntas no necesitaba expresarle nada con el rostro ni la mirada.

- Si, estoy bien. Tenga más cuidado por donde camina. Pudo esto haber sido peor. -

Volví a mirar hacia el frente dándole la espalda otra vez al muchacho. Por dentro de mí, esperaba que no me hiciera más preguntas ni socialice tanto. En definitiva yo no vine aquí a perder mi tiempo haciendo amistades. Vine a combatir, ganar este maldito torneo e irme a casa con los bolsillos llenos.

De repente un grupo grande de clientes salen del restaurante ya que se habían vaciado como cuatro mesas al mismo tiempo. Entonces la línea comenzó a caminar más rápidamente.

Juro se sintió intimidado cuando la persona que tenía delante se giró. Practicamente todo su rostro permanecía oculto, a excepción de una delgada línea que mostraba su mirada. Unos ojos negros oscuros, que permanecían imperturbables. Parecía que fuese un rostro genérico, o quizá una cara de pocker.

- Si, estoy bien. Tenga más cuidado por donde camina. Pudo esto haber sido peor.

Juro se relajó un poco. No parecía peligroso, ni que le fuera a hacer nada. De hecho, pensaba alejarse de él en cuanto pudiese, pero...

No pudo evitar fijarse en que poseía una bandana que le acreditaba como ninja de Uzushiogakure. Pensó en Nabi, el ninja que había conocido de esa aldea. Al único, de hecho. Aunque eso no significaba que este fuera igual de buena gente, eso le animó a seguir conversando.

— Si, lo tendré... — murmuró, algo avergonzado, para después preguntar —. Perdona, pero, participas en el torneo, ¿no?

Desconocía si el chico quería seguir hablando o no, o si había visto su bandana. Era algo difícil de traslucir, tras ese rostro tan frío.

— Veo que ambos somos shinobi, aunque de diferentes aldeas — aclaró, por si había ya alguna duda.

Mientras, la cola seguía su curso, dejandoles cada vez más cerca de su destino.

Al estar de nuevo, dándole la espalda al muchacho, este comenzó a hacer lo que no quería que hiciera.
Entonces ya era inwvitable escuchar murmullos que ni entendía y preguntas tras preguntas. No es que quería ser rudo con nadie, simplemente no quería relacionarme.

Hasta que las palabras shinobi y torneo llegaron a mis oídos claramente, no le prestaba atención.
Estando de espaldas obviamente, giro la cabeza a un costado hacia abajo, mostrando que si me interesaba ese tema. Si este sujeto también participa en el torneo, tarde o temprano tendremos que enfrentarnos.

Así que es mejor socializar con él. Sería bueno saber con qué tipo de personas estoy involucrándome en el torneo.

- Si, vine aquí por el torneo. Estoy representando Uzushiogakure. -

La línea se mueve y empiezo a caminar, ya estando a dos personas a por ser atendidas.
Al detenerme nuevamente, me volteo un poco y de costado le dirijo la palabra.

- Mi nombre es Rain, como te llamas tú? -

Haciendo una aprertura a una conversación social.

La persona que tenía delante parecía mantenerse inmutable ante las palabras de Juro. Al menos, hasta que mencionó el hecho de ser ninja y del torneo. Entonces, se giró.

"Vaya. Eso si que le interesa. Ya veo..."

- Si, vine aquí por el torneo. Estoy representando Uzushiogakure. -

Juro tragó saliva, ante lo evidente. No sabía que clase de persona era — de momento, no tenía una muy buena impresión de él —, así que tampoco podía irse de la lengua en nada. Pero bueno, eso era el protocolo contra cualquier ninja de otra aldea, supuso. Seguía sin parecerle peligroso.

— Kusagakure — afirmó, dándole dos toquecitos a su bandana, apartando su flequillo parcialmente.

Sonrió un poco, ante la mirada seca e impasiva de su acompañante. Era más alto que Juro, pero no sabía bien su edad. Preguntarle porque se tapaba la cara era demasiado desagradable, al menos para una presentación.

- Mi nombre es Rain, como te llamas tú? -

— Encantado Rain. Me llamo Juro. — No se atrevió a tenderle la mano. Parecía tan serio aún —. Entonces los dos participaremos. Pero bueno, nadie tiene porque llevarse mal. Competitividad sana, ¿no?

"Dentro de unos límites claro. Desde luego, no voy a soltar prenda de nada importante de la aldea o mio. Pero podemos llevarnos bien"

Delante suyo, la fila continuaba. Pronto les tocaría.

Al momento menos preciso ya estaba de primero en la fila. Quería responderle a Juro pero de momento una hostess muy preciosa y bien vestida trata de llamar mi atención para atenderme.

- Señor. Hola. Bienvenido al restaurante Laquita Ambre. ¿Desea mesa para dos? -

De repente miré a Juro con un Girón de la cabeza. En menos de nada le devolví la mirada a La Niña que me hablaba, quien sostenía dos menús en sus manos y enfrente de mi se encontraba esperando una respuesta.

- Está bien, si. Una mesa para dos -

Ahora comería sentado junto al nuevo conocido shinobi.
La joven se voltea al mismo tiempo que suelta sus palabras de una manera que más dulce no le pudo quedar.

- Ok. Entonces síganme por favor. -

Por mi parte solo veía un camino guiado por esta hermosa mujer. Lo demás ni lo pude distinguir.
En ese momento me había olvidado de Juro y sin mirar hacia atrás le seguía los pasos a la hostess que entre tanta gente caminaba hasta encontrar una pequeña mesa redonda que altas sillas. La Niña abrió las sillas para hacernos sentar y colocó los dos menus en la mesa, en los mismos sitios que deberíamos sentarnos nosotros.

Yo si me senté al momento y abrí el menú de comida con extrema rapidez.

Rain no le contestó. Sin embargo, ya habían llegado al mostrador, por lo que era normal darle una mayor prioridad a la encargada que a él.

- Señor. Hola. Bienvenido al restaurante Laquita Ambre. ¿Desea mesa para dos? -

"¿Mesa para dos?. Oh...."

Tarde, se dio cuenta de que estaba a su lado, hablando con él. Claro que pensarían que iban conjuntos. Era lo más normal del mundo. Ni si quiera parecía perturbada por su acompañante. Seguramente esa pobre chica habría visto de todo.

- Está bien, si. Una mesa para dos -

Juro asintió, aunque el sorprendió un poco el hecho de que Rain quisiese compartir mesa con él. Parecía que después de lo que le había dicho, su actitud había cambiado radicalmente. La encargada les indicó que la siguiesen. Atravesando un camino estrecho rodeado de personas y obstáculos, Juro logró seguirlos sin dificultades, y sentarse en la mesa que les indicaron, donde ella dejó los menús.

Tuvo unos pequeños problemas con la silla, un poco más larga de lo normal, pero nada de lo que un ninja no pudiera encargarse. Mientras, Rain se dispuso a observar el menú sin perder tiempo.

"Es tan hablador"

— Muchas gracias — le indicó a la camarera. Después abrió su menú, lleno de numerosos platos —. ¿Alguna idea de qué te vas a pedir?

Por su parte, observó los numerosos platos que había, sintiéndose atraído por algo de carne.

Me estaba llamando la atención y muchísimo una foto en el menú de un plato que seguramente lo habrían hecho en el paraíso. Traía cola de salmón con arina, arugula, pétalos, manís, granos de garbanzo, y venía bañado en salsas coloridas. La boca se me hacía agua. Ósea que estaba ready para pedir mi orden.

Luego Juro me lanza una pregunta que me hace cambiar la mirada desde el menú a él.

- Si, yo opto por cola de salmón. ¿Y tú? -

No solía agregar preguntas a mis respuestas pero debería lucir lo más amable posible que pudiera. Se que la mala impresión llegaría en cualquier momento de esta velada.

De momento pasó la mesera por la mesa, muy guapa también y muy bien vestida.

- Hola. ¿Como les va? ¿Todo a gusto con el menú? ¿Alguna pregunta o duda que tengan? -

Ella mientras nos hablaba giraba su cabeza para ambas partes inclinada hacia nosotros.

- Por mi parte, yo estoy listo. Yo quiero un plato de cola de salmón así mismo como viene en la foto. Y para tomar, agua y un jugo de sumo de naranja.

Mientras le hablaba a la mesera, está tomaba nota. Al culminar, se volteó con dirección a Juro y le preguntó directamente.

- ¿Usted también está listo para pedir? -

En ese momento, comencé a preparar las condiciones, desenrollé los cubiertos y el napkin de tela lo puse entre mis piernas. Y comencé a esperar impaciente.

Los ojos de Juro se iluminaron al ver tal despliegue de sabores y diversas comidas. Había de todo; desde ramen hasta cualquier carne y pescado que conociese. ¿Qué iba a hacer? ¡Si nunca salía de casa! Nunca había comido en un restaurante tan grande.

- Si, yo opto por cola de salmón. ¿Y tú? -

Rain parecía mucho más experto que él en eso. Él eligió la cola de salmón. Juro observó el plato. Tenía buena pinta, pero no le llamaba mucho. Trató de buscar sus respuestas.

— Creo que algo de carne. Estoy mirando — respondió, moviendo rápidamente las páginas del menú —. Hace mucho que no salía a un restaurante. He perdido práctica buscando.

Sin embargo, la camarera no le dio demasiado tiempo. Apareció enseguida, con una bonita ropa y sonrisa, buscando el pedido de sus clientes.

- Hola. ¿Como les va? ¿Todo a gusto con el menú? ¿Alguna pregunta o duda que tengan? -

Ella mientras nos hablaba giraba su cabeza para ambas partes inclinada hacia nosotros. Rain pidió velozmente lo que le había dicho a Juro, más un zumo de naranja y algo de bebes. Tras anotarlo todo, la señorita se dirigió hacia él. A Juro casi le da algo. Miró un poco más a velocidad supersónica, hasta por fin tenerlo claro: lo primero que había visto en la lista.

— Pediré para comer yakiniku — informó, señalando la foto del menú con la parrilla y la carne. Se le hacía la boca agua de pensar en asar y devorar las chuletas de carne ahí mismo, en la mesa —, y para beber, algo de agua.

Juro también hiso su pedido y la mesera después de anotar todo dio media vuelta y se retiró.

- Entonces, Juro, eres gennin ¿cierto? -

Le pregunté al shinobi que me hacía compañía mientras lo observaba delicadamente. Pude notar una joroba en su espalda inusual en cualquier persona. Lo primero que pensé fue que quizás sea una malformación, pero no quisiera divulgar en el asunto puesto que yo también tengo mis defectos físicos y me traen amargos recuerdos, pero luego pensé que quizás tenga alguna máquina o aparato bajo la ropa. Mi curiosidad no podía evitar emerger desde mis pensamientos.

Pocos minutos después seguí con las preguntas...

- Noto que tienes algo inusual en tu espalda. ¿Se puede saber que es? -

Cuidadosamente toco el tema para dibujar la situación. Tampoco quiero hacer sentir mal al nuevo compañero.

Mientras charlamos, seguía el movimiento de personas a nuestro alrededor. Se paraban, se sentaban, gritaban, murmuraban, reían. El restaurante era al aire libre, asique todo se podía prácticamente.

La camarera tomó amablemente el pedido de Juro. Después, se marcho con una reverencia. Juro se preguntó cuanto tardarían en servirles. A juzgar por la cantidad de gente y la comida que tenían que traer, supuso que no serían en un santiamen. Solo esperó que fuesen buenos con el servicio.

- Entonces, Juro, eres gennin ¿cierto? -

— Así es — exclamó, felizmente —. Me gradue hace no mucho en la academia. Por eso me alegra mucho que mi kage me haya seleccionado para este torneo. Aunque siento algo de presión.

Internamente, se preguntó si era posible que hubiese alguien que no fuese genin. Él tenía entendido que no habían seleccionado a rangos más altos. Igualmente, devolvió la pregunta, por si las moscas.

— Tu también eres un genin, ¿no? — murmuró, tratando de mantener la mirada en sus ojos —. ¿Llevas mucho tiempo circulando en este sendero?

Quizá él llevaba más tiempo de lo que había dicho, pero tampoco demasiado. Igualmetne, contaba ese rato como perdido más que utilizado para mejorar, por lo que...

- Noto que tienes algo inusual en tu espalda. ¿Se puede saber que es? -

Juro se puso rígido. Ya debería estar acostumbrado a que la gente preguntase — Y de hecho, preguntaba mucho —, pero aun así, que un ninja de la otra aldea preguntase... Lo sentía, pero era algo que no podía decir, de ninguna de las maneras. Aun así, era inevitable que saliese el pastel.

"No te preocupes. De una forma u otra, estoy seguro de que lo acabaras viendo en el torneo"

— La verdad es que mi hermana es mercader— explicó Juro, mientras descargaba el peso en el suelo, evitando que el otro viese nada de su interior —. Es malo para la espalda, pero ella a veces no esta en condiciones, y tengo que llevar una parte de su mercancía a algún lugar, o hacer ciertos recados. Solo es una bolsa repleta de cosas, pero así no llama tanto la atención.

Llevaba una maldita joroba gigante. Pero en ese sentido, tenía razón: aunque hubiesen sido bolsas y bolsas, hubiese sido molesto tener que llevarlas a cuestas al aire libre. Además, tampoco estaba mintiendo: su hermana tenía una tienda y Gen era mercancía. Nadie le había preguntado el destino o su utilidad...

Por más que sea lógico para mí me sonaba absurdo la respuesta de Juro. No podía creer que llevara una mercancía de su hermana a un pueblo donde estará internado por quién sabe cuánto tiempo. Aquí hay gato encerrado asique mejor me hecharia para atrás y espero el torneo. Veo que este está siendo bastante cuidadoso con sus cosas. Por lo que me resigno a preguntar más y por supuesto a contestar.

Entonces asimilo su respuesta - Mmjm - con un sonido que salió de mi boca cerrada.

Pocos segundos después traerían solo la bebida a la mesa con el pan, mientras se hacia la comida

La camarera notó la bolsa tirada en el suelo en el asiento de Juro y no pudo evitar mirarla. Ni yo, pude evitar mirar a la curiosa mesera.

Pienso - Si no es una deformación, entonces me privaré a mostrarle la mía. Sería algo muy inquietante. Más aún, en un lugar público. -

Le hable a la mesera que distraía estaba a punto de irse al dejar las bebidas en la mesa muy amablemente.

- ¿Podrá poner mi comida para llevar? Es que ando apurado con cosas que debo hacer. -

Sabría que lo dicho llamaría la atención de Juro asique sin más esperar a que dijera nada al respecto le dirigí la palabra...

- Estoy recién llegado acá, como quien dice. Y no quiero que se me vaya el día sin antes priorizar lo que vine a hacer -

La mesera asintió y se marchó rápido directamente a la cocina. Dejándonos a los shinobis para intercambiar palabras si para eso estamos.

El shinobi meditó unos segundos las palabras de Juro. Sin embargo, no soltó más que un leve murmullo en sus labios, ni contestó a mucho que le fuese a servir. Juro se mantuvo tranquilo, tratando de no ceder. No podía hablar, se molestase o no. No le debía nada a alguien que acababa de conocer.

La camarera trajo las bebidas. Antes de que se fuese, Rain le dirigió amablemente la palabra.

- ¿Podrá poner mi comida para llevar? Es que ando apurado con cosas que debo hacer. - Tras lo que se dirigió a él y siguió hablando - Estoy recién llegado acá, como quien dice. Y no quiero que se me vaya el día sin antes priorizar lo que vine a hacer -

La mesera asintió y se marchó. Juro pestañeó, sin acabar de entender la situación. Quizá el ninja tuviese prisa, aunque había esperado una buena cola para entrar al restaurante. Mejor para ellos, supuso. No veía la necesidad de seguirle, después de todo tenía cosas que hacer, así que se limitó a formular una última pregunta.

— Antes de que te vayas, dime Rain. — Juro tomó aire, después exhaló, sin prisa. No era algo que tuviera que hacer bajo presión —. ¿Tienes alguna motivación para ganar el torneo?

Saber algo así era importante para él. Todos tenían sus razones, sus motivos, desde impresionar a su kage a una meta personal. Quería saber que clase de motivación tenían los ninjas de otras aldeas, a los que posiblemente se enfrentaría.