No me sentía para nada en total confianza con Juro. Aún así me limitaría a faltarle al respeto porque este hasta ahora ha sido muy amable. Pero siempre se me ha hecho difícil interactuar con la gente más aún cuando se trata de socializar, además no quisiera tampoco que se diera cuenta tan rapido de mi deformación física. Veré qué tan lejos puede llegar este joven Ninja con tal de conseguir mi amistad, ya que información entre nosotros es muy raro que compartamos. De muy raro a imposible solo va un paso.

Luego me escupe una pregunta algo sería pero en mi caso para nada. El joven Juro tendría la curiosidad de saber la motivación que me hacia estar allí para ganar el torneo. Por supuesto que como no me sentía en confianza lo hablaría de mis asuntos personales así como así. Por lo que le dirigí la palabra con una leve sonriza que me hiso medio que cerrar los ojos y arrecostarme a la silla.

- No tengo ninguna motivación. Solo vine a patear traseros. -

Luego me inclino hacia adelante y cruzo las manos apoyadas en la mesa. Dirigiéndole una mirada fija a Juro con la característica peculiar que tiene, que hasta en fotos me sale.

- ¿Y tú? -

Le dispare la pregunta como fulminante.
Esperando a la mesera para ya irme, sabría que me quedaba poco tiempo interactuando con Juro.

Juro le sustuvo la mirada a Rain mientras le hacía esa pregunta. Pues era una pregunta muy seria. Una pregunta de las que más adelante recordarías la respuesta. Saber la motivación de los ninjas de otras villas era algo, como mínimo, curioso.

- No tengo ninguna motivación. Solo vine a patear traseros. -

La respuesta le cayó como un jarro de agua fría. Definitivamente, eso no se lo esperaba.

« Tranquilo. Quizá solo sea un farol »

¿Y si era cierto? Era la primera vez que consultaba a un ninja de otra aldea. Pero no esperaba que fuesen tan... salvajes. Esperaba algo más típico, como impresionar a su villa o mostrar devoción a su kage. Pero participar por el mero hecho de disfrutar el combate... Era posible, pero no algo que le gustase a Juro.

- ¿Y tú? -

Rain le clavó una mirada inquietante, que le provocó repelús. Pero Juro se presionó así mismo para no soltarle la mirada. Iba a aguantarle. Era una conversación entre dos ninjas. Bajar la mirada sería como perder el respeto.

— Solo quiero dejar en buen lugar a mi aldea — comentó, diciendo una verdad a medias. Quería impresionar a su hermana y honrar a su familia. Pero claro, eso no lo iba a soltar; sentía hasta algo de vergüenza por ello —, lo típico, supongo.

Se relajó. Aun así, la tensión de aquel lugar parecía poder ser cortada con un kunai. Respiró profundamente, a la espera de que trajeran su comida y se la pusieran a Rain para llevar.

— Simplemente tenía curiosidad — admitió, finalmente —, aunque sea estúpido. Nunca interaccioné mucho con gente de otras aldeas.

Claro, como todo ninja aficionado. Juro no era más que uno más del montón, sin un verdadero objetivo. Vacío, representando un orgullo por lo que no conoce. O al menos eso es lo que me dejaría ver por ahora.

De repente la camarer se acerca con mi comida en una bolsa y la comida de Juro. Yo la recibo y doy la gracias. Pago lo que me corresponde dejando los ryu sobre la mesa y me despido también de Juro.

-Lo siento Juro, tengo que marcharme. Fue un placer conocerte. Espero que no tengamos que hacernos mucho daño en el torneo.-

Luego me puse de pie y me aseguré que todo estaba listo para marchar. Y así fue como mis pasos me llevan a perderme entre la multitud. Luego encontraría una esquina para comer sin testigos.

Juro mantuvo la mirada. No pudo saber lo que Rain pensaba de él a través de esa mirada imperturbable, ni le importó. En ese momento, no había logrado conectar con aquel shinobi. Solo era un vagamente conocido.

-Lo siento Juro, tengo que marcharme. Fue un placer conocerte. Espero que no tengamos que hacernos mucho daño en el torneo.-

« ¿Será siempre así? ¿Los ninjas de diferentes aldeas se tratan así? »

Estaba seguro de que Rain no era así, de igual forma que él no actuaba así en confianza. Ser de diferentes aldeas solo había logrado que ambos desconfiaran demasiado como para ser amigos. O para entenderse, al menos. No había sacado mucho en claro de aquel chico que tenía delante.

— No te preocupes. Lo mismo dijo — informó, manteniendo una sonrisa cordial —. Nos veremos en el torneo, Rain.

La camarera trajo su carne a la brasa. Juro puso uno de los filetes sin hacer en el asador, mientras observaba como el shinobi se marchaba y se fundía en la multitud. Suspiró, mientras probaba el primer bocado.

« Delicioso... »