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El secreto de Tutankabrón - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: País del Viento (https://ninjaworld.es/foro-pais-del-viento) +--- Foro: Desierto del País del Viento (https://ninjaworld.es/foro-desierto-del-pais-del-viento) +--- Tema: El secreto de Tutankabrón (/tema-el-secreto-de-tutankabron) |
RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Datsue - 8/02/2018 El sonido de la losa de piedra estrellándose contra el suelo retumbó por toda la sala, repitiéndose en forma de eco y perforando los oídos de los allí presentes. Datsue se llevó las manos a las orejas, mientras soltaba un gruñido y entrecerraba los ojos. Unos ojos que, cuando vieron el interior de la tumba, se desorbitaron de tal modo que parecía que se le iban a salir de las cuencas. —¡La madre que me…! ¡Tenías razón! —exclamó, mirando a Aiko. Aquella tumba… … ya había sido asaltada. ¿Cómo, sino, se explicaba que estuviese vacía? ¿Acaso habían construido todo aquello para un difunto al que luego no habían enterrado? No tenía lógica alguna. Pero, si había sido asaltada y la entrada por la que habían pasado había estado cerrada hasta su llegada… —Pero, ¡Banadoru! ¡Esto son buenas noticias! —exclamó, súbitamente esperanzado—. ¡Esto significa que alguien ha robado el cuerpo, ¿no?! Y si la entrada estaba completamente cerrada… ¡quiere decir que sí que hay otra salida! RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Akame - 12/02/2018 El profesor adjunto asintió, todavía visiblemente impactado. —Sí, sí... Bueno, claro... En teoría —admitió, apartando la mirada del hueco vacío en el sarcófago—. Pero, se suponía que esto era un hallazgo arqueológico sin precedentes, un nuevo descubrimiento para la historia... ¿Ya han estado otras personas aquí? Banadoru parecía tan confuso y afectado que el propio hecho de que hubiese una salida alternativa no parecía haberle importado en absoluto. Ya no tendrían que esperar hasta asfixiarse o morir de sed —lo que ocurriese primero— en una tumba en ruinas de Kaze no Kuni, sino que podrían salir. Aun así, el hombre estaba ausente. —¡Banadoru-kun, compóngase, por lo que más quiera! —le alentó el profesor Muten Roshi, propinándole un severo palmetazo en el lomo—. Uchiha-san tiene razón, lo prioritario ahora es salir de aquí. El director de la —ahora fallida— expedición, linterna en ristre, avanzó dando tumbos por la sala para tratar de encontrar una de las esquinas y usarla como punto de referencia. Cuando lo hizo, empezó a caminar siguiendo la pared repleta de grabados e imágenes hasta que... —¡Aquí! —gritó—. ¡Aquí hay un agujero! Si Datsue se acercaba —Aiko se había quedado paralizada junto al sarcófago, con expresión de vegetal y un hilillo de baba cayéndole por la comisura de los labios— podría ver que, en efecto, había un enorme agujero excavado en la pared. No parecía intencional ni construído por la mano del hombre, sino más bien lucía como si la tierra hubiera sido presionada desde fuera de la pared, acabando por romperla. Había restos de arañazos y rocas alrededor, lo cual podía sugerir que esta teoría era la correcta. Del hueco salía, indudablemente, una corriente de aire frío que además traía consigo un nauseabundo olor a... Restos de carne en descomposición. RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Datsue - 13/02/2018 Datsue agitó el puño en el aire, eufórico, cuando Muten Roshi halló un agujero en la pared. Una posible salida. Su única oportunidad de salir con vida de allí. Con pasos precipitados, se acercó hasta el orificio, agachándose en el acto para inspeccionarlo. Había restos de roca alrededor de él, y por la forma de la abertura, todo parecía indicar que aquel pequeño túnel había sido excavado desde fuera y no de dentro. También observó una serie de líneas parecidas a arañazos, que no supo muy bien cómo interpretar. Había una leve corriente de aire, casi imperceptible, pero que le aseguraba que aquel túnel tenía salida al otro lado. Y junto al aire… Datsue tuvo que taparse la nariz mientras retrocedía. Llegaba un olor nauseabundo, como a carne descompuesta. —¡Aiko! —exclamó, buscándola con la mirada. Se había quedado junto a la tumba, como si se hubiese quedado paralizada por la sorpresa—. ¿Podrías usar esas mariposas tuyas para ver hacia dónde da el túnel y si damos pasado por él, no? —preguntó. RE: El secreto de Tutankabrón - Aiko - 15/02/2018 La pelirroja había quedado un tanto distraída, observando el interior del sarcófago, o quizás la nada. Su mirada estuvo perdida durante un buen rato, haciendo caso omiso a lo que el resto estaba haciendo. De pronto, Datsue reclamó su atención, en pos de que ayudase con su técnica de origami. La chica rápidamente buscó con la mirada al chico, aunque no se había enterado del todo del propósito. «¿Qué..?» De pronto, vio como el profesor Roshi y el chico andaban en uno de los flancos de la sala, antepuestos a una especie de agujero que había en la misma pared. Aiko recortó las distancias, sin soltar una sola palabra, aún le daba vueltas a lo del sarcófago. Sin embargo, al llegar algo llamó realmente su atención. Con la leve luz que desprendía la lampara que tenía entre manos el profesor, se podía vislumbrar unas muecas de arañazos creadas directamente en la roca. Literalmente habían excavado un túnel desde el exterior, y olía tremendamente mal, casi a descomposición. ¿Qué clase de animal era capaz de eso? La chica se adelantó un poco, hasta atravesar levemente con la cabeza el umbral del mismo agujero —¿qué coño ha sido capaz de hacer éste túnel con las manos... o garras? —preguntó curiosa, puesto que no conocía de ningún tipo de criatura o persona capaz de tal hazaña. Sin demasiada objeción, alzó la mano hasta posicionarla a la altura de su pecho, y desde ésta se desprendieron un centenar de papeles. Los mismos fueron plegándose y plegándose, hasta tomar la forma de mariposas de origami, que con un ritmo que casi parecía una danza, fueron avanzando por el mismo túnel de tierra y rocas. —Voy a mirar hasta donde llevan... Obviamente, si no encontraban una salida a ese túnel con algo de luz, poco iba a ver la chica. Pero bueno, golpeando absolutamente todo a su camino, las mariposas llegarían hasta algún sitio tras atravesar a ciegas el túnel. RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Akame - 15/02/2018 Las sigilosas mariposas esclavas de Aiko se internaron en el túnel. En efecto, allí no había luz ninguna, de modo que el enjambre de origami tuvo que avanzar a base de ensayo y error por el angosto pasadizo; una cosa era clara, el túnel ascendía. Las mariposas tardaron casi media hora en volver hasta el cuerpo de Aiko y, una vez fueron asimiladas por la kunoichi, la información que habían sido capaces de recolectar se reprodujo en su mente como un casette viejo y estropeado. El túnel era sumamente angosto y muy oscuro, con espacio suficiente para que pasaran dos personas una junto a la otra, o alguien muy grande en solitario. Ascendía por la tierra y la roca hasta desembocar en la fina arena del desierto, a ras de suelo. Aquello significaba que había una salida, claro... Y a juzgar por el camino que habían recorrido bajo tierra en aquella tumba, debía estar a unos quinientos metros o algo más del campamento de la expedición. RE: El secreto de Tutankabrón - Aiko - 15/02/2018 La chica lanzó la vorágine de mariposas para que torpemente atravesaran el túnel y alertaran de posibles trabas. Pese a su lento avance, fueron capaces de regresar sin mayor peligro que el tropezar con todo lo que encontraban a su paso. Al regresar, todas y cada unas de las mariposas se unieron al cuerpo de la chica, desapareciendo. La chica tomó aire, y adelantó hasta sacar la pierna diestra hasta el interior del agujero. —No he visto ningún peligro —aseguró la chica —al final del túnel hay una salida hacia el exterior, pude ver la arena del desierto. Sin perder mucho mas el tiempo, entró por completo en el túnel. Éste olía como mil demonios, y volvió a saborear la comida del medio día por un momento. Casi vomita hasta la primera papilla, y eso que mantenía la respiración. Poco a poco, y ayudándose de su zurda para ir palpando la pared, tomaría camino hacia el exterior en pos de salir lo antes posible de ese sitio. Tan solo el candelabro del profesor daba luz, lo cuál tampoco era una ayuda demasiado buena, a veces daba mas penumbra que luz. Sin embargo, aún le daba vueltas al asunto. Su cabeza aún seguía inmersa en aquél sarcófago, ese ataúd vacía que bien debía tener un cuerpo y sus mas valiosos tesoros personales. Aún no podía creer que pese a todo, habían llegado tarde... RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Datsue - 15/02/2018 Datsue rugió de alegría ante las buenas noticias portadas por las mariposas de Aiko. El camino era seguro, y tenía salida. No se sabía de dónde venía el putrefacto olor —y con suerte no lo descubrirían—, pero tenían vía libre para escapar. El Uchiha ni se lo pensó y, tras mirar a los profesores y asentir, se levantó la camisa hasta pasarla por encima de la nariz. Luego, anudó su bandana a esa altura para que la camisa no cayese y ejerciese de improvisada mascarilla. No impediría que le llegase el olor, pero al menos filtraría algo. —Vamos —dijo, impaciente, adentrándose en el túnel tras Aiko. RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Akame - 16/02/2018 Los genin se adentraron en el oscuro túnel seguidos de ambos profesores que, enarbolando sus linternas, arrojaron algo de luz en el angosto pasaje. Tal y como las mariposas de Aiko le habían informado, el túnel seguía durante algunas decenas de metros en línea recta por las entrañas de la tierra. Al final de aquel recorrido, la reducida expedición se encontraría con que el camino empezaba a subir de forma mucho más pronunciada. Claro, ellos no tenían problemas al ser ninjas, pero Banadoru y Rōshi... Los académicos se acercaron a la angosta pared. El director estiró el cuello y asomó la cabeza por la parte ascendente del túnel, arrimando también su linterna. —¿Y dices que tenemos que subir por aquí? —preguntó sin mucha confianza—. ¿Seguro que es la única manera? Banadoru parecía a punto de terciar algo, pero entonces la luz de su lámpara alcanzó un bulto grande y oscuro que yacía a un lado del túnel. Aiko, que iba la primera de la comitiva, pudo verlo entonces con más claridad. Era el cuerpo de Haijinzu Jonaro, todavía embutido en su armadura de cuero. Su rostro tenía una expresión difícil de descifrar que iba a medio camino entre un "oh" y un "ah", y la arena bajo su espalda estaba teñida de un color oscuro. No había signo de vida alguno en sus ojos, sino que parecían tan muertos como el resto de él. Tampoco llevaba su hermosa espada al cinto. RE: El secreto de Tutankabrón - Aiko - 17/02/2018 Encaminados todos por el no demasiado amplio túnel, y buscando aire puro, el grupo se adentró por la oscuridad mas abosulta, alumbrados ocasionalmente por el grupo de profesores. El camino de pronto comenzó a ser menos cómodo —si es que cabía— tomando una inclinación que obviamente los académicos no llegaban a poder enfrentar del todo. El director de la expedición asomó por la subida, y no dudó en exponer su duda. Lamentablemente, pocas opciones mas habían... Quisiera o no, debían afrontar esa única salida. La chica se encogió de hombros, algo mas adelantada, como insinuando lo que era irremediable. ¿Qué mas decir? podía hacerle hasta un croquis, pero realmente... ¿hacía falta? —O avanzamos, o simplemente... —la chica de pronto topó con algo que la luz no había iluminado del todo, y terminó por guardarse las palabras en un saco roto. Al ver un poco mejor de qué se trataba, las palabras no tardarían en relucir. La pelirroja pegó un brinco, y se agarró de Datsue tan fuerte casi como su grito... —¿¡LA MADRE QUE ME PARIÓ!? Ella había tenido muchas y concurrentes experiencias con la muerte, pero un cadáver... siempre podía darle un buen susto, y mas a oscuras. Rápidamente intentaría soltarse del chico, que tendría el brazo hinchado del apretón de la kunoichi. Disimular no iba a servir, no después de ese grito y esa reacción, así que no podía negar lo innegable. —Que puto susto me ha dado el cabrón... —terminó por aceptar —es... ¿Jonaro? RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Datsue - 18/02/2018 —O avanzamos, o simplemente... —…morimos —remató Datsue, terminando por ella la frase. Esperaba que aquello fuese suficiente aliciente como para no oír una queja más por parte de Muten Roshi. Quizá lo consiguió, pero la siguiente en alarmarse fue la más inesperada. La propia Aiko. —¿¡LA MADRE QUE ME PARIÓ!? —¿¡Qué pasa!? ¿Qué…? ¡HOSTIA PU…! —No pudo terminar la frase. Había pegado tal salto en el sitio que se había dado de cabeza contra lo alto de la pared del túnel, mordiéndose la lengua en el proceso. Sintió el amargo regusto a sangre, con los ojos vidriosos por el dolor. Allí, sin ninguna explicación lógica que pudiese explicarlo, estaba el cadáver de Jonaro. ¿Cómo es que había pasado de estar al otro lado de la puerta a estar en el túnel? ¿Quién lo había matado? ¿Quién lo había llevado hasta allí y con qué propósito? Su corazón seguía acelerado, pero sabía que tenía que actuar y que tenía que hacerlo rápido. Estaban en peligro. En un peligro quizá mucho más mortal de lo que ninguno de ellos podía imaginarse. Palpó la arena que había bajo la baja espalda de Jonaro, de diferente color, con manos temblorosas. ¿Estaba húmeda o ensangrentada? ¿Dónde estaba el golpe mortal que había acabado con su vida? Trató de buscar alguna herida o señal, palpándole. Averiguando su forma de morir, podrían saber a [i]qué[i] se podían estar enfrentando. Entonces recordó los arañazos que había en la boca del túnel, y tragó saliva mientras miraba a su alrededor con rápidos vistazos. —Tenemos que salir de aquí cagando leches... Ya. RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Akame - 20/02/2018 Los respingos de Datsue y Aiko sobresaltaron también a los académicos; Rōshi —serio y sobrio como era— soltó apenas un bufido muy propio de su personalidad. Banadoru, en cambió, dejó escapar un gritito sumamente agudo y corto. —¿Qué pasa, Watasashi-san? ¿Uchiha-san? —quiso saber el director, visiblemente nervioso. Cuando Datsue se inclinó sobre el cadáver pudo comprobar, sin ningún género de dudas, que efectivamente era Jonaro. Su enorme corpachón yacía, inerte, sobre lo que el Uchiha pudo comprobar que era arena empapada de un líquido negruzo y pegajoso; sangre. Si examinaba el cuerpo más a fondo, se daría cuenta de que el jefe de seguridad tenía una herida alargada y profunda en un costado, justo a la altura de los pulmones. Alguien o algo había apuñalado a Haijinzu Jonaro por la espalda, probablemente causándole la muerte instantes después. Además, el cuerpo del jefe de seguridad estaba manchado de arena tanto en el rostro como en varias partes y pliegues de su indumentaria, como si le hubieran tirado un cubo encima o como si el difunto se hubiese revolcado por el campamento. —Rōshi-sensei, Aiko-san, Datsue-san... —les llamó Banadoru, que se había asomado a la inclinada boca del túnel que ascendía hacia la superficie—. Creo que deberían ver esto. Desde donde se encontraba el profesor adjunto, y gracias a la luz de su lámpara, se podía ver que había una mancha alargada y pringosa que recorría hacia abajo un tramo de la parte inferior del túnel. Parecía la misma sangre que anegaba la arena bajo el cádaver de Jonaro, y el rastro llevaba hacia la superficie. RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Datsue - 20/02/2018 —No… No lo entendiendo —balbuceó Datsue, incrédulo ante lo que veían sus ojos. Jonaro, muerto, quizá por una espada que le había lamido el costado. O una daga certera. Un rastro de sangre iba desde el nacimiento del túnel hasta la presumible salida. Por más que tratase de encajar las piezas, algo fallaba. ¿Cómo había pasado Jonaro de estar al otro lado de la puerta a estar en aquel túnel en tan poco tiempo? ¿Es que acaso el Jonaro con el que se habían cruzado las miradas hacía tan solo unos minutos era un impostor? ¿Un Henge? Y, de cualquier modo, ¿quién le había matado? ¿Y por qué? ¿Quizá el ladrón de la tumba? ¿Tan reciente había sido el robo? ¿Pero entonces por qué hacerse pasar por Jonaro después? Chasqueó la lengua. Le faltaba algo con lo que encajar el resto de piezas. Algo con lo que dar sentido a todo aquello. —¿Notaron algo raro en Jonaro en las últimas horas? —preguntó a los profesores—. No puedo creerme que haya pasado de estar al otro lado de la tumba a aquí en tan poco tiempo. Tenía que ser un impostor… —Un impostor, sí, ¿pero quién? La figura de Benimaru le agolpó la mente por un momento. Sacudió la cabeza, haciendo que se desvaneciese. Aquello ya era conjeturar demasiado. RE: El secreto de Tutankabrón - Aiko - 20/02/2018 Datsue se alarmó tanto o mas que la chica, sin duda les había pillado con las defensas bajas en ese sentido. No era algo que hubiese podido ver por las mariposas, por lo que fue mas la impresión del momento que otra cosa. Ya estaba mas que acostumbrada a tratar con cadáveres, y aunque no era lo mas agradable del mundo, tampoco era para tanto... Al menos eso quería pensar ella, que tomó varias bocanadas de aire, y las dejó escapar lentamente en pos de retomar la calma. El Uchiha fue quien tomó la iniciativa, y comenzó a palpar el cuerpo en pos de encontrar evidencias, al menos eso supuso la pelirroja. Entre tanto, inquirió que debían irse de ese zulo lo antes posible. Razón no le faltaba. Banadoru había estado observando la caída de arena, donde recalcó que había una estela de sangre, una marca que claramente daba a relucir que el cuerpo había sido desechado con desdén desde lo mas alto. «Puta mierda... ¿cómo leches iba a pasar ésto si andaba con nosotros?» Rápido y audaz, como cabía esperar, el chico preguntó si habían notado algo raro en el hombre las horas antes de su fallecimiento. Se podía ver que éste también sospechaba de un posible impostor, y no era para menos. Técnicamente era imposible que hubiese aparecido ahí tan rápido. —Como el hecho de que nos devolviese la sonrisa y todo eso... por ejemplo —tradujo, por si no lo habían entendido —no sé, es algo realmente raro ésto. »¿Había alguien mas que supiese de éste sitio desde el inicio de la expedición y que pudiese haberosla jugado así? Éste túnel no se hace en unos minutos, y tenían todo mas que pensado. Muchas casualidades... La chica chasqueó la lengua, y apenas esperó respuesta. Alertó con un gesto de mano a que esperasen, y tomó ahora ella la iniciativa. Sin preámbulos, canalizó chakra en los pies y las manos, y comenzó a escalar la pared de arena con sigilo. Al llegar a la cresta, asomaría levemente en pos de ver si había alguien fuera, sin llamar demasiado la atención. Al menos ese era su propósito. RE: El secreto de Tutankabrón - Uchiha Akame - 21/02/2018 Ante las preguntas de los ninjas, Rōshi negó con la cabeza. —No, que yo notara. Pero, a mí éste hombre me parece idéntico a Haijinzu Jonaro... —valoró, mirando de reojo el cadáver—. ¿Por qué alguien se haría pasar por él? Banadoru, por su parte, se apresuró a corregir a los muchachos. —Pero, Aiko-san, Datsue-san... ¿No os parece que es más que posible? Nosotros estábamos ahí dentro desde hace un rato, y... No sé... Sea como fuere, el panorama estaba a punto de volverse mucho más caótico... Concretamente, cuando Aiko terminase de efectuar su subida por el escarpado túnel y terminara por sacar la cabeza a la superficie. Desde allí oiría un alboroto lejano, ruido de metal entrechocándose y bramidos de bestias encabritadas. Si se giraba en la dirección en la que debía estar el campamento, podría ver que lo que antes había sido una sucesión ordenada de tiendas, toldos y carretas con cajas de herramientas y materiales, ahora era una masa informe de arena, sangre y caos. Y es que los soldados del Daimyō habían seguido el rastro de la expedición y descubierto su paradero. Al amparo de la noche, un batallón completo de jinetes había llegado al campamento. Era de suponer que los hombres de Hanzō no se habían parado a dialogar, sino que en algún momento toda opción de rendición pacífica había saltado por los aires y ahora Aiko sólo era capaz de ver hombres peleando en mitad de la noche, las espadas destellando cuando alguno de ellos pasaba junto alguna luz, y caballos y camellos desbocados por doquier. Era un caos absoluto. RE: El secreto de Tutankabrón - Aiko - 22/02/2018 El profesor admitió que era idéntico a Jonaro el cadáver, y es que no cabía objeción alguna. Pero, aún no estaban seguros de si alguien había podido sustituirlo, y menos aún sabían el porqué iban a hacer semejante acción. La chica sin embargo no estaba dispuesta a perder el tiempo lanzando ridículas tesis sobre qué estaba pasando, cuando tenía todo al alcance de sus ojos. Sin demora, alzó la vista por encima del umbral del agujero, avistando lo que posiblemente era una de las peores posibilidades a contemplar. Donde debiere estar el campamento, ahora había una batalla campal por la supervivencia. Todos corrían de un lado a otro, intentando salvarse de unos caballeros montados, que obviamente debían ser los subordinados del señor feudal. Sin duda alguna, el señor embajador había sido rápido, mucho a decir verdad. La sangre sobre la arena había creado numerosos charcos, y algunas partes diseccionadas de los hombres de Roshi decoraban a juego el lugar. Las antorchas andaban caídas, mientras que los jinetes arrasaban con lo poco que quedaba en pie del campamento. La chica no pudo evitar hacer una mueca de decepción, ahora si que lo iban a tener difícil para adentrarse de nuevo en la tumba... «Maldita sea...» La chica se dejó caer de manera suave y silenciosa por la pared de arena, apoyada aún en sus manos y piernas para no desprenderse de la misma de golpe. Al tocar de nuevo el suelo, se llevó la mano al mentón, pensando cómo decir lo que estaba sucediendo allá arriba. —El ejercito del Damyo está arriba, y han matado a todos —soltó sin ton ni son, sin vaselina —porque la vaselina es para afeminados— y se quedó tan pancha. Bueno, en realidad no tan pancha. Ahora quedaba el asunto de qué podían hacer... —Podríamos intentar escabullirnos, pero es muy probable que terminen dándose cuenta. Quizás la mejor opción sería quedarse en éste túnel por un tiempo, hasta que todo por arriba se calme un poco... ¿no? |