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La marca de la calabaza - Versión para impresión

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RE: La marca de la calabaza - Riko - 30/04/2018

Al asomarse por la ventana, sus ojos se abrieron de par en par, allí estaba, su trozo de llave, el único que les faltaba para poder salir de allí los cuatro y que aquella pesadilla terminara de una vez por todas pero, para su desgracia, el mini Riko estuvo muy ágil y le robó la llave que abría el cobertizo, entró y cogió el metal.

¡Es esto lo que te impide pensar en mamá y papá! ¡Pues ahora hasta que no los recuerdes, no te lo daré!

Riko se quedó estupefacto, no tenía una idea hecha sobre los niños pequeños, pero, desde aquel momento, no le gustaban, sin duda ninguna.

¿CÓMO QUIERES QUE LOS RECUERDE, EH? ¡LES CONOZCO POR FOTOS! ¡SI NO FUERA POR ESO NI SI QUIERA SABRÍA CÓMO SON SUS CARAS! Yo... yo... me habría encantado conocerlos, al menos lo suficiente para poder hablar de ellos y saber cómo eran en realidad, pero no lo sé... No puedo... recordarlos...

Según iba hablando un nudo se comenzó a formar en su garganta y sus ojos se tornaron vidriosos, con las lágrimas a punto de desbordarse.


RE: La marca de la calabaza - Sama-sama - 30/04/2018

El menor de ambos escuchó atentamente al mayor, explotando todo lo que quizás no había dicho cuando tuvo oportunidad, o en verdad, probablemente ni tuvo esa oportunidad. Tampoco lo sabía, pues el Riko de cinco años siempre había vivido con sus padres, el no había conocido el dolor del mayor.

Pero ahora lo había hecho.

Lentamente sacó su pedazo de llave y se lo tendió a Riko, dedicándole una mirada vidriosa llena de tristeza.

Al menos sé que podré superarlo.

Con esas palabras, el menor se desvaneció, y Riko pudo obtener su pedazo de llave.

Cuando la tocase, sentiría como si estuviera abriendo los ojos de nuevo, y para su sorpresa se encontraría tirado en el sofá de la habitación donde se había quedado atrapado junto a Juro, quien, desde una esquina, le miraba de forma extraña. Juro había visto como la luz de la habitación se había ido para, de pronto, volver a encenderse sin que estuviese aquel niño, y Riko, por su parte, había estado unos diez minutos inconsciente en el sofá.

Hasta ahora.

...

Ayame había logrado conseguir el maíz, separándolo en varias raciones para que pudiera sobrevivir su compañero de villa a aquella casa. Aunque, sin embargo, ella también estaba empezando a perder fuerzas lentamente, puesto que el hambre poco a poco comenzaba a llamar a la puerta de todos ellos.


Volvemos a postear todos. Orden: Riko, Juro, Ayame y Reiji.



RE: La marca de la calabaza - Riko - 30/04/2018

El niño cambió su rostro según Riko hablaba, parecía que empezaba a entenderle y aquello, de una forma extraña lo reconfortaba y ésto se hizo mucho mayor cuando el niño sacó el pedazo de metal de la boca y se lo tendió, dedicándole unas últimas palabras antes de desvancerse.

Gracias.

En ese instante, abrió los ojos, como si todo aquello no hubiera sido más que un sueño y se encontraba en la habitación, de nuevo con Juro y pocas veces se había alegrado tanto de volver a ver a alguien.

Mira Juro, he conseguido la última pieza, ¡ahora podremos salir de aquí!. — Exclamó incorporándose y enseñando el pedazo de metal. — ¡Tenemos que encontrar al resto!


RE: La marca de la calabaza - Eikyuu Juro - 30/04/2018

Todo sucedió demasiado rápido como para que Juro pudiese entenderlo. Primero, el Jin falso habló de que tanto él como Riko no tenían padres. Después, se transformó en un niño pequeño, idéntico a Riko. Debía de rondar los cinco años.

«Así es como lo hace. Se transforma a su parecer... » — pensó Juro, quién cada vez estaba más seguro de que aquel no era el padre de Jin, y que estaba en un terrible error.

Entonces, la luz se apagó y el niño desapareció. Igual que la conciencia de Riko.

— ¡Riko!— exclamó, sin embargo, este se había quedado inconsciente —. ¿Estás bien?

Durante los siguientes diez minutos, se los pasó observandolo, muriendose de preocupación y tratando de que le diese alguna respuesta, sin éxito. Incluso se planteó el que estuviese muerto. Afortunadamente, su pulso seguía estable y seguía respirando. Cuando pasó una eternidad para él — los diez minutos contados — Riko abrió los ojos y se mostró más que feliz de verle. Juro suspiró de puro alivio.

Mira Juro, he conseguido la última pieza, ¡ahora podremos salir de aquí!.¡Tenemos que encontrar al resto!

Ni si quiera se preguntó cómo era posible. Ya había imaginado que eso no era un desmayo.

— Me alegra que hayas llegado a un acuerdo con...eso — afirmó Juro. Entonces, se preguntó otra vez. ¿Aquella cosa que había suplantado a Jin y había adoptado la forma de un Riko de 5 años, podría haber suplantado a su marioneta también? Tenía mucho sentido —. Estas bien, ¿verdad? Llevas diez minutos inconsciente. Pensaba que ya no despertarias. Sacaste esa pieza de la nada.

Juro se encaminó hacia la puerta, pensando.

— Fueron a las cocinas. Tenemos que encontrarlos antes de que la casa prepare otra sorpresa — murmuró, aunque seguía pensativo —. Ese niño eras tú, ¿verdad? Es igual que con Jin. Y con mi marioneta. Ese... ser de la casa puede suplantar recuerdos o identidades. Ojala hubiese alguna forma de explicarselo a Jin para que nos creyese.


RE: La marca de la calabaza - Aotsuki Ayame - 30/04/2018

—¿No tienes hambre ni sed? —escuchó la voz de Jin desde la puerta, y antes de que oudiera responderle con la voz, fue su estómago el que lo hizo. Ayame se sonrojó—. Llevamos aquí tal vez horas, igual menos, pero se siente como si lleváramos muchísimas horas y yo si que noto el hambre, aunque sea solo por el maíz.

No lo había pensado hasta el momento, quizás por el terror y el estrés que estaba sufriendo, pero, ¿cuánto tiempo llevaban allí dentro? Se le antojaban meses... y no podía negar que tenía mucho hambre... Y mucha sed.

Y para una Hozuki como ella eso era...

—Ya... Ya me atiborraré cuando salgamos de aquí... —sentenció, sacudiendo la cabeza al tiempo que cerraba la nevera y se acercaba a su compañero para tenderle la ración de maíz que no había guardado. Sonrió—. Yo aún puedo aguantar un poco más, así que démonos prisa y encontremos a los demás, Jin-san.


RE: La marca de la calabaza - Sasaki Reiji - 2/05/2018

Por suerte, mientras Ayame recuperaba el maíz, ni se cerró la puerta, ni se apagó la luz.

—Ya... Ya me atiborraré cuando salgamos de aquí...

Aquella respuesta era una evasiva. Era obvio que yo no era el único al cual el hambre perseguía, y por mucho que se hicieran los fuertes, en una situación como aquella… En fin, todo aquello me dio absolutamente igual en cuanto Ayame me acerco el puñado de maíz.

Como un animal salvaje que no ha comido durante semanas, sin respeto, educación o una pizca de decencia, le arranqué el maíz de las manos en cuanto me lo ofreció y me lo comí de la misma manera. Con desesperación. Como el verdadero adicto que era.

—Yo aún puedo aguantar un poco más, así que démonos prisa y encontremos a los demás, Jin-san.

Solo cuando acabé con la ración de maíz volví a dirigirle la palabra.

Gracias y… siento todo lo de antes —Realmente ella se merecía unas disculpas, de los tres, era la única que al final me había ayudado y cumplido con su palabra.—Quiero preguntarte una cosa más, aun armada con el kunai, ¿cómo pretendes que hagamos frente a los tipos que estaban fuera una vez salgamos?


RE: La marca de la calabaza - Sama-sama - 4/05/2018

Ambos varones salieron de la habitación, encontrándose con un ambiente mucho más cargado de lo normal. Había un silencio sepulcral, ni el tic, tac, ni el sonido del viento acariciando las ventanas, nada; solo el sonido hueco de sus pasos contra la madera vieja. Reiji y Ayame experimentaron lo mismo tras abandonar las cocinas, pudiendo percibir como las paredes parecían querer deformarse por sí mismas poco a poco, ¿o era algún efecto óptico?

Ambos bandos se encontrarían en el centro de la estancia, sobre la alfombra que guiaba hacia las escaleras.

Las cuatro piezas estaban con sus respectivos dueños, ahora la pregunta era, ¿qué harían?


Orden de posteo: Riko, Reiji, Juro y Ayame.



RE: La marca de la calabaza - Riko - 5/05/2018

— Me alegra que hayas llegado a un acuerdo con...eso. Estas bien, ¿verdad? Llevas diez minutos inconsciente. Pensaba que ya no despertarias. Sacaste esa pieza de la nada.

Riko se llevó la mano diestra a la cabeza, no sabía que llevaba todo ese tiempo inconsciente y podía ser peligroso por lo que intentaba asegurarse de que no tenía ningún problema mayor antes de decir nada.

Sí, sí parece que estoy bien, no te preocupes Juro. — Diría una vez estuviera seguro y seguiría al kusareño hacia la puerta.

— Fueron a las cocinas. Tenemos que encontrarlos antes de que la casa prepare otra sorpresa. Ese niño eras tú, ¿verdad? Es igual que con Jin. Y con mi marioneta. Ese... ser de la casa puede suplantar recuerdos o identidades. Ojala hubiese alguna forma de explicarselo a Jin para que nos creyese.

Riko asintió.

Sí, era yo de aspecto físico, pero parece que los recuerdos no los tiene, creo... creo que trata de desestabilizarnos con cosas así. No podemos dejar que Jin siga pensando que es su padre o va a ser todo mucho más complicado...

Sus pasos retumbaban por toda la estancia, únicamente sus pasos ya que no se escuchaba nada más a parte de éstos y, cuando se encontraron más o menos en el centro de la estancia, se volvieron a reunir con la otra mitad del grupo.

¡Chicos! ¡He conseguido la única parte que nos faltaba! Ya tenemos las cuatro partes, ahora tenemos que averiguar cómo salir de aquí.

Y sus ojos se clavaron en los de Jin, esperando la respuesta de éste, que era la única que le preocupaba, ya que sabía que Ayame no pondría ningún problema.


RE: La marca de la calabaza - Aotsuki Ayame - 5/05/2018


Posteo antes con el permiso de Master-sama porque Reiji le había hecho una pregunta a mi personaje.

Jin prácticamente le arrancó el maíz de las manos en cuanto lo tuvo al alcance. Ayame, asustada, se echó hacia atrás de un brinco, observando cómo su compañero de aldea devoraba como un animal hambriento y sin ningún tipo de compasión los granos dorados.

«Ahora entiendo por qué me ha dicho que guardara una parte... ¡Es incapaz de controlarse!» Meditó, arrugando ligeramente la nariz. Le recordaba a un drogadicto que hubiese estado un tiempo sin su anhelo.

Y aquello le traía recuerdos muy lejanos, casi difusos, cargados de alcohol y desesperación...

Por suerte, no llegó a intentar atacarla por conseguir la parte que guardaba. Sólo cuando hubo terminado pareció calmarse ese ansia suya, y se volvió de nuevo hacia ella.

—Gracias y… siento todo lo de antes —dijo, y Ayame negó con la cabeza.

—No te preocupes. Esta casa... saca lo peor de nosotros. Yo le tengo pánico a la oscuridad, por eso no podía moverme cuando se iba la luz —confesó, apartando la mirada con un ligero rubor en sus mejillas.

—Quiero preguntarte una cosa más, aun armada con el kunai, ¿cómo pretendes que hagamos frente a los tipos que estaban fuera una vez salgamos?

Ayame miró el kunai. Lo sujetaba como si le fuera la vida en ello, pero después de haberse sentido tan indefensa, sin siquiera ser capaz de utilizar sus técnicas, sentía que aquel arma era su única defensa en aquella casa maldita. Y aún así recordaba los aullidos que habían escuchado en el exterior, los Cazadores cobrándose sus presas...

—No lo sé... La verdad, no tengo ni idea... Pero quedarnos aquí no es la solución. Sometidos a este estrés, sin comida ni bebida, no tardaremos en enloquecer... como mínimo —concluyó, sacudiendo la cabeza. Echó a andar hacia la salida de la cocina, esperando que Jin la siguiera. Ya no tenían nada más que hacer allí, por lo que sólo les quedaba reunirse con los demás. Y entonces, una idea surcó su cabeza. Sacó con su mano libre la llave que le correspondía y la observó con detenimiento—. Las llaves tienen forma de pieza de puzzle... —comentó.

Un escalofrío recorrió su cuerpo. Ya no sonaba aquel extraño tictac. No se escuchaba el viento a través de las ventanas. Sólo el sonido de sus pisadas contra el suelo llenaba el edificio. Las paredes a su alrededor parecían estar derritiéndose, deformándose como si estuvieran hechas con cera derretida por un calor inexistente. ¿Acaso se les iba a caer la casa encima?

—¡Chicos! —la voz de Riko llegó hasta ellos, y a Ayame se le iluminó el rostro al ver a sus otros dos compañeros allí.

—¡Ah! ¡Menos mal que estáis bien! —exclamó, llena de alegría.

Y no era la única.

—¡He conseguido la única parte que nos faltaba! Ya tenemos las cuatro partes, ahora tenemos que averiguar cómo salir de aquí.

—¡Entonces eso significa que ya podemos salir de aquí! —dio una palmada, con el corazón galopante de alegría—. Escuchad, antes se lo he dicho a Jin-san, las llaves tienen forma de piezas de puzzle. ¡Quizás lo que tenemos que hacer es unirlas y entonces pasará algo! Puede que ni siquiera nos tengamos que encontrar a los Cazadores.


RE: La marca de la calabaza - Eikyuu Juro - 5/05/2018

Sí, era yo de aspecto físico, pero parece que los recuerdos no los tiene, creo... creo que trata de desestabilizarnos con cosas así. No podemos dejar que Jin siga pensando que es su padre o va a ser todo mucho más complicado...

Juro asintió, pero por dentro, pensó que nunca lo lograría. Había cosas que estaban en su mano, y otras que no. Y convencer a Jin parecía ser de las que no, precisamente. La casa se la había jugado. Había puesto una trampa para que su colaboración fuese más y más dificil.

« Y ahora veremos si ha conseguido ganarnos » — pensó, con amargura.

Un silencio sepulcral se armo. Estaban en el ojo del huracán.

Tras cruzar el pasillo, los cuatro se encontraron. Ayame y Jin parecían bien, y Jin parecía mejor. Juro supuso que habían logrado su cometido del maíz. Esperó que esta vez hubiesen guardado algo.

¡Chicos! ¡He conseguido la única parte que nos faltaba! Ya tenemos las cuatro partes, ahora tenemos que averiguar cómo salir de aquí.

Juro no supo que si mirar a Jin o no. Ayame habló también.

—¡Entonces eso significa que ya podemos salir de aquí! Escuchad, antes se lo he dicho a Jin-san, las llaves tienen forma de piezas de puzzle. ¡Quizás lo que tenemos que hacer es unirlas y entonces pasará algo! Puede que ni siquiera nos tengamos que encontrar a los Cazadores.

« Todo suena muy bien. Pero... »

Al final, si que miró a Jin. No tenía otro remedio. Ahora para él la palabra de Riko no valía nada. Un mentiroso y un asesino, eso veía cuando les miraba. ¿Qué mas daba? Se lo diría y ya esta.

— Antes de nada, tenéis que saberlo. Nos encontramos con una persona idéntica a ti, Jin. Fue él quién llamaba a Riko, y de quién consiguió la llave — dijo Juro, escogiendo cada palabra para decirlo de una forma delicada —. Le pregunté por su identidad, pero solo nos dijo que era un sirviente de la casa. Uno de los que, como nosotros, estuvieron aquí antes , y no tuvieron tanta suerte. Y luego cambió su forma y se transformó en una versión joven de Riko.

» Desconozco si volverá o no para impedirnos salir de aquí. Pero por lo que hemos visto, puede adoptar formas a su antojo.

No se atrevió a mencionar el tema de la marioneta. Después de todo, ya era bastante decirle que aquel hombre no era su padre, como para decirle que el impostor también había intentado matarle.

Al menos, él lo había intentado.


RE: La marca de la calabaza - Sasaki Reiji - 7/05/2018

—No lo sé... La verdad, no tengo ni idea... Pero quedarnos aquí no es la solución. Sometidos a este estrés, sin comida ni bebida, no tardaremos en enloquecer... como mínimo, Las llaves tienen forma de pieza de puzzle...

Si, desde un principio debimos haber muerto en el campo de batalla como los guerreros que somos, pero bueno, es lo que sucederá cuando salgamos de aquí, la diferencia, como bien dices, es que ahora tendremos que pelear cansados, hambrientos y con sed. —No lo dije muy alto, pero si lo suficiente como para que Ayame lo escuchara. —Y si… —Dije aumentando mi tono de voz. —Tienen forma de puzle, de algún modo, parece que todas encajarían y la casa… parece estar advirtiéndonos de que salgamos de aquí. De algún modo, ha vuelto a cambiar.

Y tanto que había cambiado. El ambiente se había vuelto mas pesado de repente. Las cosas… no parecían estar en el mismo lugar en el que estaban antes, pero claro, era cierto que la casa se había estremecido con un terremoto hacia rato. Y aun así, parecía que todo estaba dando vueltas, como si la casa en si misma hubiese dejado de tener algún sentido.

—¡Chicos!

Esa voz. Esa maldita voz me saco de mis pensamientos sobre la casa. Y lo peor de todo…

—¡Ah! ¡Menos mal que estáis bien!

—¡He conseguido la única parte que nos faltaba! Ya tenemos las cuatro partes, ahora tenemos que averiguar cómo salir de aquí.

Lo peor de todo es que, encima de que había faltado a su palabra, estaba alegre y feliz. Y había faltado a su palabra nada menos que para irse solo a buscar su maldita pieza. Se había ido solo a pesar de haberme dado su palabra de que cuando rescatáramos a Ayame, iríamos juntos a buscar a Jin, y luego su pieza. Traidor. La mentira sobre mi nombre no era nada comparado con su mentira.

—¡Entonces eso significa que ya podemos salir de aquí! Escuchad, antes se lo he dicho a Jin-san, las llaves tienen forma de piezas de puzzle. ¡Quizás lo que tenemos que hacer es unirlas y entonces pasará algo! Puede que ni siquiera nos tengamos que encontrar a los Cazadores.

¡NO!
Seco. Directo. Cargado de rabia. Y la culpa solo tenia uno de ellos. Pero todos iban a pagar el pato.

— Antes de nada, tenéis que saberlo. Nos encontramos con una persona idéntica a ti, Jin. Fue él quien llamaba a Riko, y de quién consiguió la llave. Le pregunté por su identidad, pero solo nos dijo que era un sirviente de la casa. Uno de los que, como nosotros, estuvieron aquí antes, y no tuvieron tanta suerte. Y luego cambió su forma y se transformó en una versión joven de Riko. Desconozco si volverá o no para impedirnos salir de aquí. Pero por lo que hemos visto, puede adoptar formas a su antojo.

¿De verdad pensáis que voy a creer una sola de vuestras palabras? Sobr etodo, la palabra de tu único testigo Juro, la palabra de Riko no vale una mierda. —Cada palabra, cada silaba, cada letra. Todas estaban cargadas de pura rabia. Yo no era alguien que se enfadara con facilidad. Pero la situación. Sentir que había perdido la partida. Que alguien como Riko me había engañado. Y sobre todo, su alegría después de haberme traicionado. —Hay dos formas de usar las piezas, una, nos saca de la casa y nos deja expuestos a los “Cazadores”, la otra, rompe la maldición y se los lleva consigo.— En realidad no tenia ninguna prueba de que al romper la maldición los cazadores desaparecerían, pero dada la situación, y la promesa que yo no olvidaba, no como otros… —Conozco ambas formas de usar las piezas, me lo contó la casa antes de que juro intentara asesinarme. Pero no obtendréis mi ayuda. No hasta que encontremos a Jin. No creo ni una sola de las palabras de Juro. No voy a cree NUNCA ni una sola de las palabras de Riko. Ayame no tiene la culpa, y de verdad que lo siento por ella ¿Pero vosotros? No merecéis ni que os dirija la palabra. No voy a jugármela a dejar aquí a mi padre, encerrado, solo por confiar en vosotros dos una segunda vez. No pienso cooperar hasta que no vea con mis propios ojos que Jin no es Jin.


RE: La marca de la calabaza - Sama-sama - 9/05/2018

Mientras los niños discutían, la casa comenzaba a temblar con más ímpetu, hasta que terminó todo por sacudirse mientras la luz se hacía más y más tenue, quedándose en la penumbra. No entendían que se les estaba acabando el tiempo, por lo cual, poco a poco, sus vidas comenzaban a correr un grave peligro, más que solo estar allí encerrados.

Un suave susurró se escuchó venir de la puerta bajo la escalera, unos golpes metálicos los llamaron, y probablemente alguno de los presentes querría ir a ver.

La puerta de entrada también resonó, impaciente por recibir su tan ansiada llave y lograr abrirse para dejar libres a aquellos niños. Sin embargo, la llave que conducía a ambos sitios solo podía ser unida si los cuatro formaban un equipo y forjaban el objeto que les guiaría en su próximo movimiento.

Más vale que se dieran prisa.


Orden de posteo: Riko, Juro, Ayame y Reiji, podéis cambiar si veis que lo necesitáis.



RE: La marca de la calabaza - Riko - 9/05/2018

Tal y como se esperaba, su llegada con la última pieza que les faltaba para salir de allí fue muy bien recibida por parte de Ayame pero Jin... Jin era un caso a parte, según él todos estaban en su contra, no confiaba en nadie y al parecer prefería morir allí antes dar su brazo a torcer.

¿De verdad pensáis que voy a creer una sola de vuestras palabras? Sobr etodo, la palabra de tu único testigo Juro, la palabra de Riko no vale una mierda. Hay dos formas de usar las piezas, una, nos saca de la casa y nos deja expuestos a los “Cazadores”, la otra, rompe la maldición y se los lleva consigo. Conozco ambas formas de usar las piezas, me lo contó la casa antes de que juro intentara asesinarme. Pero no obtendréis mi ayuda. No hasta que encontremos a Jin. No creo ni una sola de las palabras de Juro. No voy a cree NUNCA ni una sola de las palabras de Riko. Ayame no tiene la culpa, y de verdad que lo siento por ella ¿Pero vosotros? No merecéis ni que os dirija la palabra. No voy a jugármela a dejar aquí a mi padre, encerrado, solo por confiar en vosotros dos una segunda vez. No pienso cooperar hasta que no vea con mis propios ojos que Jin no es Jin.

Mientras Jin soltaba aquel relato sin sentido en el que nada más que pensaba en sí mismo y en lo mucho que le dolía que el resto hubiera intentado salir de allí, la casa comenzó a temblar, cada vez más fuerte, y sus vidas comenzaban a peligrar seriamente únicamente porque un integrante del grupo no quería cooperar.

Mira macho, estoy harto de tus paranoias, llevamos aquí un tiempo y no has hecho más que poner problemas, te estamos diciendo la verdad, la persona que es IDÉNTICA a ti, lo cual ya hace difícil que sea tu padre, ¡NI SI QUIERA ES UNA PERSONA! Es un ente de la casa. — Suspiró, tratando de calmarse. — Cuanto más tiempo pasamos aquí más probable es que acabemos muriendo todos, así que, si haces el favor, ayúdanos a salir y, después, si quieres, te vuelves a meter hasta que encuentres al fantasma para que él mismo te diga que no es tu padre, ¿te parece? — Dijo acercándose cada vez más a Jin.

Riko había perdido los nervios, no sabía qué hacer ya para que el amenio cooperase un poco con el resto, si no les ayudaba ya, que era cuando le necesitaban, le daría una paliza y usaría su cuerpo para mover la pieza sin dudarlo ni un segundo.


RE: La marca de la calabaza - Sama-sama - 9/05/2018

Cambio de planes, ahora solo postea Reiji. Ayame y Juro postearán de nuevo cuando se requiera.


RE: La marca de la calabaza - Sasaki Reiji - 9/05/2018

Mira macho, estoy harto de tus paranoias, llevamos aquí un tiempo y no has hecho más que poner problemas, te estamos diciendo la verdad…

Ira. Un sentimiento tan rojo como las luces que hacia rato inundaban la casa. Tan intenso como el fuego de la forja. Ira. Recorrió mi cuerpo de arriba abajo en el momento en el que escuche a Riko pronunciar la palabra Verdad. ¿Cómo se atrevía? ¿Cómo se atrevia si quiera a asegurar que decía la verdad justo después de mentirme?

>> la persona que es IDÉNTICA a ti, lo cual ya hace difícil que sea tu padre, ¡NI SI QUIERA ES UNA PERSONA! Es un ente de la casa. Cuanto más tiempo pasamos aquí más probable es que acabemos muriendo todos, así que, si haces el favor, ayúdanos a salir y, después, si quieres, te vuelves a meter hasta que encuentres al fantasma para que él mismo te diga que no es tu padre, ¿te parece?

La rabia no se desdibujo de mi cara en ningún momento. Ni un solo segundo aparte la mirada de los ojos de Riko. Mientras se acercaba, mientras hablaba, apreté los puños hasta el punto de clavarme las uñas en la piel. Tal vez, si hubiera cerrado su boca, si hubiese dejado hablar a los demás, la cosa se hubiese desarrollado de forma diferente.

Y solo cuando estuvo lo bastante cerca, con mi zurda, mi mano bueno, trate de darle un puñetazo en toda la boca. Y después le gritaría, con toda la rabia acumulada. Dejando salir todo el miedo, la desesperación, la agonía. Todo en forma de Ira. Todo en dirección a Riko.

Tal vez yo me hiciera en la mano más daño del que pudiera causarle a Riko, pero me daba igual.

¡¿Cómo te atreves a decirme que estás diciendo la verdad?! ¡Tan verdad como que iba a ayudarme a buscar a Jin cuando rescatáramos a Ayame, ¿no?! ¡¿Cómo te atreves a exigirme ayuda cuando tu no has movido el dedo por mi ni una sola maldita vez?! ¿Sabes quien me ayudo cuando estaba solo, indefenso, y tirado en el suelo suplicando, sin fuerzas para gritar por ayuda? No fuiste tú. ¡No fue nadie! Salisteis corriendo tras las chica con miedo a la oscuridad que YA había encontrado la luz. ¿Sabes quien me ayudo a buscar a mi padre después de que dos personas prometieran hacerlo después de que yo les ayudara a ellos?

¡TAMPOCO

FUISTE

TÚ!

¡NO

FUE

¡NADIE! ¡NADIE! ¡Y NADIE!

No os debo nada, a ninguno de vosotros, pero sobretodo no te debo nada a ti, Riko. Tus palabras no valen una puta mierda. Deseo con todas mis fuerzas que te pudras en esta jodida mansión infernal

Ira. La exprimí toda, hasta la ultima maldita gota de ella. Cuando termine de gritar tenia los pulmones hinchados, la respiración agitada y el corazón latiéndome a mil por hora. Pero la deje salir toda ella. Sin control. Toda sobre Riko.


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