La dama del lago - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Uzushiogakure (https://ninjaworld.es/foro-uzushiogakure) +--- Foro: Calles de la Aldea (https://ninjaworld.es/foro-calles-de-la-aldea) +--- Tema: La dama del lago (/tema-la-dama-del-lago) |
RE: La dama del lago - Uchiha Datsue - 11/02/2019 Nada. Ni de los Generales, ni de Yubiwa. De no ser porque el rescate de Aiko era la mejor noticia que había recibido en la vida, algo por lo que llevaba luchando por un largo año, ahora mismo estaría conteniéndose por no soltar un exabrupto. Pero no iba a permitir que nada ni nadie le arruinase aquel día. Llevaba semanas deprimido. Se merecía saborear el momento de felicidad. Se merecía disfrutarlo. —Umikiba Kaido —respondió, delatando sin remordimiento alguno al que, un día, había considerado algo más que un conocido—. Sí, buen invento, ese del teléfono. Claro que, si lo hubiese sabido de antemano, le hubiese avisado que nosotros —a través de él—, disponemos de algo mucho mejor. Honestamente, todo el mundo anda revolucionado por ese cacharro, pero hay que estar en casa para poder hacer uso de él, ¿no? ¡Menuda lata! —exclamó, y, feliz como estaba, sacó pecho de su propio invento:—. Mi invención es mucho más versátil, ¡dónde va a parar! Un… —¿Cómo describirlo muy brevemente?—. Un teléfono móvil, Hanabi-sama. Puedes hablar desde el sitio que quieras, sin necesidad de marcar ningún número ni tirar engorrosos cables, a todo aquel que esté conectado contigo. Yo ya estoy conectado con Eri, Nabi y mi… Datsue calló, ensombrecido por el recuerdo. También lo estaba con Juro. Y con Soroku, un herrero que poseía la Marca del Hierro. Superado el trance, continuó: —Por supuesto, si quiere hacer uso de él, pongo mi técnica al servicio de la Villa —Datsue era conocido por ser un rácano, pero en realidad tenía alma de negociante: cuando a él le daban, daba él también. Así funcionaban los mejores negocios. Así se conseguían los mayores beneficios. RE: La dama del lago - Sarutobi Hanabi - 11/02/2019 La mirada de Hanabi se ensombreció de inmediato. Pareció palidecer un poco. Pero enseguida se recompuso para escuchar el resto del relato de su jounin. El muchacho comenzó una de sus ya conocidas exposiciones de venta, donde decoraba aquí y allá con palabras bonitas que normalmente tenían el objetivo de... engrandecer sus logros. No obstante, el Uzukage parecía muy interesado. —¿Y cómo exactamente funciona esa conexión, Datsue-kun? Muéstramelo —preguntó—. Pero antes por cierto, es curioso, lo que me has dicho. Perdona que te interrumpa, pero creo que te parecerá interesante. Kenzou, Yui y yo compartimos unos... momentos... de... bueno. »Nos tomamos... una copa o dos. —O tres o cuatro o cinco—. Por supuesto, como acabábamos de firmar la Alianza, nos soltamos un poquito y... bueno, comentamos algunos asuntillos sobre nuestras villas que nos preocupaban, y esas cosas. Yui nos habló de una organización criminal a la que había enviado a infiltrarse un shinobi. Un shinobi al que habían dado por muerto. Parecía bastante afectada, se nota que le tenía estima... »...el caso es que ese shinobi se llamaba Umikiba Kaido. Así que igual te encontraste... con un renegado, no con un amejin. RE: La dama del lago - Uchiha Datsue - 11/02/2019 A Datsue empezaba a preocuparle el rumbo que estaba tomando la conversación, cada vez más alejada de Aiko. ¡Necesitaba verla ya! Claro que, pensándolo bien, había tenido gran parte de culpa. Él había sacado el tema de Kaido y de la Hermandad Intrépida. —Un… renegado —dio un pequeño trago a su té, pensativo. Eso no le encajaba mucho—. Cuando se formó el caos en el Chūnin, y todo amejin andaba preocupado por Ayame, a él lo único que le interesaba era asesinar a Keisuke, a quien consideraba un traidor. Y ahora… ¿reniega? No me tiene mucho sentido. Pero, sí así era, lo suyo era de pena de muerte. Primero mataba a Keisuke por traidor, ¿y luego traicionaba él a su Villa? ¿De verdad existía alguien tan hipócrita y sin escrúpulos? No le pegaba con Kaido, pero si así era, aquel era un mensaje caído del cielo: ya no tendría que contenerse con él. Como exiliado de Ame que era —«No, de la Alianza»—, Datsue tendría carta blanca. Y eso... ... era bueno. —Se trata de un fuuinjutsu —empezó a explicar—, al que llamé la Hermandad Intrépida. Lo colocas en alguien, y aparece el kanji de la hermandad y un número a su lado. Pues bien, toda persona que comparta sello y mismo número, podrá hablar entre ella por un mínimo gasto de chakra. Como si fuese un comunicador, pero sin límite de distancia y sin necesidad de recargarlo. Con el tiempo imagino que el sello irá perdiendo fuerza y desaparecerá, pero estamos hablando de mucho tiempo. Más de un año. »¿Quiere ver una demostración? RE: La dama del lago - Sarutobi Hanabi - 11/02/2019 —Un… renegado. Cuando se formó el caos en el Chūnin, y todo amejin andaba preocupado por Ayame, a él lo único que le interesaba era asesinar a Keisuke, a quien consideraba un traidor. Y ahora… ¿reniega? No me tiene mucho sentido. —Datsue parecía incrédulo sobre el asunto. Hanabi se acarició la barbilla, pensativo. Quizás tuviera razón. Quizás, simplemente, siguiera infiltrado en la organización, sólo que era incapaz de comunicarse con Amegakure. Fuera como fuese, se lo diría a Yui. Era asunto de la Lluvia. Sobre la técnica de Datsue... »Se trata de un fuuinjutsu —empezó a explicar—, al que llamé la Hermandad Intrépida. Lo colocas en alguien, y aparece el kanji de la hermandad y un número a su lado. Pues bien, toda persona que comparta sello y mismo número, podrá hablar entre ella por un mínimo gasto de chakra. Como si fuese un comunicador, pero sin límite de distancia y sin necesidad de recargarlo. Con el tiempo imagino que el sello irá perdiendo fuerza y desaparecerá, pero estamos hablando de mucho tiempo. Más de un año. »¿Quiere ver una demostración? Hanabi asintió enérgicamente. —Oh, sí, por favor —dijo—. Adelante. ¿Puedo ver los sellos? RE: La dama del lago - Uchiha Datsue - 11/02/2019 —Claro. Datsue extendió un brazo y tiró de las pulseras hacia el codo, para dejar al descubierto la parte interna de su muñeca izquierda. Allí, se veía un kanji —糸—, y el número siete en pequeño a su derecha, a modo de subíndice. —Aunque el que comparto con Nabi y Eri lo tengo aquí —dijo, señalándose la sien, justo por encima de su oreja izquierda, cubierto por el pelo—. Observe. —Activó el sello número cuatro—. Nabi, Eri. ¿Qué hay? Estoy con Hanabi-sama, haciéndole una demostración del sello que compartimos. Decid… algo. Y, por todos los Dioses, ¡que Nabi se comportase! RE: La dama del lago - Inuzuka Nabi - 11/02/2019 Era una mañana de esas que te levantas sin sentir muy bien tu cuerpo entre las sabanas, sabes que está ahí, porque no puede estar en ninguna otra parte, pero sentirlo, no lo sientes. Llevaba un par de horas removiendome sin ninguna prisa por levantarme de la cama ni hacer nada productivo. Stuffy estaba a un lado también más inconsciente que vivo, meneaba una pata en el aire como si estuviese escarbando en sueños cuando resonó una voz mágicamente. — Nabi, Eri. ¿Qué hay? Estoy con Hanabi-sama, haciéndole una demostración del sello que compartimos. Decid… algo. Solté un gruñido antes de enchufar la cosa esa, que no recordaba muy bien donde estaba. — Datsue, las coñas son a partir de las doce, hombre. ¿A quien en su sano juicio se le ocurriría contactarme a mi para comprobar nada con Hanabi-sama presente? A menos que llames Hanabi a Datsuse, como los dos son rubios. Entonces yo te dejo, que estoy ocupado con Kenzou-sama. Ya sabes, como Stuffy está mayor. Dicho lo cual, volví a dormirme, ¿apagando el sello? Solo Shiona-sama lo sabía. RE: La dama del lago - Uzumaki Eri - 11/02/2019 —Nabi, Eri. ¿Qué hay? Estoy con Hanabi-sama, haciéndole una demostración del sello que compartimos. Decid… algo. Eri se encontraba terminando de escribir una carta para su hermano justo cuando Datsue encendió el sello. Ella frunció el ceño, activándolo para contestar: —Hola, Datsue, ¿estás bi- Lo peor vino justo cuando la interrumpieron. — Datsue, las coñas son a partir de las doce, hombre. ¿A quien en su sano juicio se le ocurriría contactarme a mi para comprobar nada con Hanabi-sama presente? A menos que llames Hanabi a Datsuse, como los dos son rubios. Entonces yo te dejo, que estoy ocupado con Kenzou-sama. Ya sabes, como Stuffy está mayor. —¡Nabi! ¡Bromear con estos asuntos es un asunto muy serio! Discúlpanos, Uzukage-sama, aunque no sé si nos estás escuchando bien, espero que estén teniendo un gran día ambos. —Corrió a decir, roja como un tomate mientras se levantaba de la silla con nerviosismo. Nabi podía cagarla incluso sin estar presente. RE: La dama del lago - Sarutobi Hanabi - 12/02/2019 Hanabi se inclinó hacia el sello, observando con curiosidad mientras se acariciaba la barbilla. Presenció con atención cómo Datsue activaba el sello para comunicarse con sus compañeros, y fascinado, asistió a... ...un bochornoso espectáculo que le hizo echarse a reír. —Vale, vale, apágalo Datsue-kun, veo que pillamos a una princesa durmiente. Por cierto, Nabi-kun, muy malo el chiste de Kenzou. —Hizo una señal a Datsue para que cortase el sello—. Pues está muy bien, Datsue-kun. Pero la verdad, me preocupa que no se pueda aceptar o rechazar una comunicación. Podría ser... peligroso para los ninjas normales. Mejor guárdalo... como un arma secreta. —Por un momento se pensó si pedirle que le pusiera uno de esos sellos, pero... pero mejor no. Mejor no. Pero si hubieran tenido esa técnica preparada para la reunión, ¡habría marcado toda la diferencia! Los Kage habrían tenido un método de comunicación directa, y... Bueno, bueno. Había que tener muchos huevos para pedirle a Yui que se dejase marcar por Datsue. Mejor no también. »Por cierto, ¿si ese es el de Eri y Nabi, el otro con quién es? —comentó, suspicaz—. No me estarás guardando otro secretillo, ¿eh? RE: La dama del lago - Uchiha Datsue - 12/02/2019 Datsue se tapó el rostro con una mano, mientras negaba con la cabeza, avergonzado por las palabras de Nabi. ¿No podía comportarse ni ante el mismísimo Uzukage? La culpa era suya, claro, por contactarle. Pero sino, ¿a quién? ¿A Soroku? ¿A Juro? No, el grupo cuatro era su única opción viable. Y, siendo realistas, conociendo al Inuzuka, su reacción podía haber sido mucho peor. —Apagado —informó, cuando Hanabi le hizo una señal para cortar el sello. Oyó con atención el inconveniente de su fuuinjutsu: la imposibilidad de aceptar o rechazar una comunicación. Era bien consciente de ello, y de los peligros que podían acarrear en, por ejemplo, una misión de infiltración. Él, dueño del fuuinjutsu, siempre podía quitárselo temporalmente en casos tan concretos, pero el resto… El resto estaba jodido. ¿Podía mejorar el sello en aquel aspecto? Quizá. Pero como no era algo que le beneficiase a él directamente… —Por cierto, ¿si ese es el de Eri y Nabi, el otro con quién es? No me estarás guardando otro secretillo, ¿eh? Datsue negó con la cabeza y con ambas manos, moviéndolas muy rápidamente de un lado a otro de manera exagerada y hasta cómica. —No, no, no, no. No se lo hubiese mostrado de querer guardar secretos con usted, Uzukage-sama. —¿Secretos él? ¡Pero qué cosas tenía Hanabi!—. A este se refiere, ¿no? Sí, este es… el grupo siete. El número de la buena suerte. El número mágico. Siete como siete son las colas del Bijū de Kusagakure. —Por poner uno de tantos ejemplos—. Sí, recuerdo bien cuándo lo coloqué. Este debe de ser… Sin ningún tipo de duda… «¿Vas a mentir a estas alturas?» —El que comparto con Eikyu Juro. RE: La dama del lago - Sarutobi Hanabi - 15/02/2019 Hanabi se puso todo rígido de golpe, su ya pálida piel palideció un poco más y abrió la boca como un idiota. No parecía enfadado, no. Simplemente... extremadamente sorprendido. —¿Con Juro? Pero Datsue, ni siquiera es de U... un momento. Sí. Sí. Está muy bien. Está muy pero que muy bien —dijo, tras levantarse y acariciarse el mentón, pensativo—. ¡Está bien! ¡Buena idea! Así podéis informaros de inmediato si el otro está en peligro. Los jinchuuriki, unidos. Bueno, excepto por Aotsuki Ayame, pero esa dudo que te deje acercarte y mucho menos ponerle un fuuinjutsu. —Hanabi divagaba él sólo, haciendo aspavientos con las manos. Tras un momento de murmullos ininteligibles, se sentó en la butaca de nuevo. —Bien, pero pasemos a lo importante —dijo—. Watasashi Aiko. Bien. Escucha, esto es muy importante. El acuerdo con Yui dejó muy claro... que Aiko no debe saber nada de su anterior vida en Amegakure. ¿Ha quedado claro? —Contundente, conciso, claro—. Fue la condición principal que nos impuso, y a me parece que estoy de acuerdo. Lo último que queremos es que la chica la tome ahora con Amegakure por lo que le hizo e intente vengarse. Ni es bueno para la relación de las villas, ni para ella... »...ni para ti. RE: La dama del lago - Uchiha Datsue - 15/02/2019 «¡Sí! ¡Eso mismo estaba pensando, Uzukage-sama! ¡Para advertirnos el uno al otro en caso de peligro!» El Uchiha sonreía de oreja a oreja mientras asentía, complacido, de que a Hanabi le hubiese gustado la idea. «¿Pero no era para confabularte con Juro en contra de Ame?», le dijo una vocecilla malévola, recordándole que aquel sello lo había colocado antes de descubrir la existencia de los Generales. «Shh… Calla, calla. No me rompas el momento». El momento casi se lo rompe el propio Hanabi, cuando mencionó a la Jinchuuriki faltante de aquella especia de triunvirato. Por suerte, el Uzukage no creía que Ayame fuese a dejarle colocarle nada. Era una suerte que pensase eso, sí, porque Datsue no quería saber nada de Hermandades Intrépidas con ella. Además, ¿con los precedentes que había? ¡Seguro que se las arreglaba para hablarle en el momento menos oportuno! Y hablando de momentos poco oportunos: al fin retomaban el tema de Aiko. —Entonces… —continuó él, siguiendo el hilo de Hanabi—. ¿Vais a borrarle toda la memoria? Sintió repentina preocupación. Por un lado, entendía a Hanabi. Conociendo como él conocía a Aiko, apostaba a que querría buscar venganza, o, como ella la llamaría: justicia. Por otro, temía que con ello la perdiese. ¿Aiko era quién era por su alma, o por las vivencias que la habían ido moldeando? ¿Sería la misma sin sus recuerdos, o simplemente se transformaría en otra persona? RE: La dama del lago - Sarutobi Hanabi - 15/02/2019 Hanabi bajó la mirada. Esperó un momento antes de continuar. El asunto era delicado. —Más bien, ya se ha encargado Yui de borrársela. Despertó en mi casa, terriblemente confundida —explicó—. Nos hemos encargado de contarle una verdad a medias conveniente. Lo siento, Datsue, pero espero que puedas colaborar. »Básicamente le hemos dicho que la creíamos muerta, que la echábamos de menos, que hacía mucho que no sabíamos nada de ella. Hemos montado un paripé de interrogatorio, como si sospecháramos que se había exiliado. La hemos hecho aferrarse a la idea de que ella no haría eso, de que es una kunoichi de Uzushio. »Le hemos dicho que es huérfana, que entró a la Academia de las Olas de muy pequeña y que recientemente te conoció. Que se iba a ir a vivir contigo. Hemos preparado una vivienda para ella, como si siempre hubiera tenido un hogar humilde aquí. Hanabi apartó la mirada. Era bastante evidente que no estaba nada cómodo con aquello. Que lo había hecho porque no había otro remedio. —Todo esto lo he hecho por ti, Datsue. Pero también por ella. Procura que su nueva vida sea mejor que la que llevaba en Amegakure —dijo, ya mirándole otra vez—. La verdad, entiendo que Yui castigase a Aiko. Shiona-sama podía ser muy severa con las faltas de respeto. Pero yo jamás habría hecho algo así a alguien inmaduro. Como mucho, le habría quitado la placa. »Demuéstrale al mundo que Uzushio es mejor que eso. RE: La dama del lago - Uchiha Datsue - 15/02/2019 «Jodida Yui…» Incluso cediendo a Aiko, no podía evitar meter mano en los recuerdos de ella. Lo podía llegar a entender, claro que sí. Después de todo, Aiko podía tener conocimientos sobre la Villa que la comprometiesen. Pero entenderlo no hacía que le irritase menos. La amnesia, pues, ya era definitiva y él no podía hacer nada por evitarlo. De hecho, Hanabi ya había subministrado su propia medicina: una verdad a medias, la mejor mentira de todas. Que la echaban de menos, que Datsue y ella se habían conocido recientemente, e incluso que, antes de su desaparición, tenía pensado irse a vivir con él. Datsue empezó a sentirse incómodo al prever el panorama. Mentir era lo que mejor se le daba hacer, y lo hacía sin ningún tipo de escrúpulos. Pero, ¿a Aiko? ¿Iba a basar su relación en mentiras? ¿Iba a mirarle a los ojos y reforzar aquel engaño? ¿Incluso cuando ella oliese que algo no iba bien? ¿Incluso cuando ella sintiese que algo no encajaba? En aquel momento, supo dos cosas con absoluta certeza: que no le quedaba más remedio; y que, si algún día, por azares del destino, ella lo descubría todo, jamás se lo perdonaría. —Demuéstrale al mundo que Uzushio es mejor que eso. Datsue sonrió. Era una sonrisa… melancólica. —El mundo ya lo sabe, Hanabi-sama —dijo, cargado de patriotismo. Ese que tanto le faltó cuando Yubiwa quiso camelarlo—. Pero haré lo posible por probarlo una vez más. Espero que los ninjas de Ame estén informados de esto, y no revienten la historia a Aiko al primer encuentro. Qué… ¿Qué se va a hacer con ella? ¿Va a ser una kunoichi de Uzu con todas las letras? »¿Y el retrato? —se acordó de pronto—. ¿Tiene con ella el retrato? El retrato es muy importante, Hanabi-sama. —Hacía tiempo que Datsue había tejido la teoría de que aquel retrato era la causa de la inmortalidad de Aiko. De hecho, aunque eso su memoria casi siempre se encargaba de esconderlo en algún recóndito lugar de su mente, esa había sido la razón de que se hubiese unido a ella en el viaje al desierto del País del Viento. Para intentar descubrir cómo funcionaba y replicarlo en él. No lo había conseguido, claro. Pero sí había reforzado su teoría. Primero, porque además del hecho de que cuadro y Aiko estaban unidos por un hilo de chakra, ella le había revelado de que lo llevaba consigo desde el principio. De hecho, le había contado que allí estaba sellada el alma de su padre, la cual vendió a un tal Blame para curar a su hija, siempre enferma por aquel entonces. Mágicamente, Aiko se había curado tras ello; y, mágicamente también, y siempre según sus palabras, aquella imagen era el estado base al que su cuerpo siempre regresaba ante cualquier cambio. A partir de ahí, Datsue se había limitado a sumar dos y dos. RE: La dama del lago - Sarutobi Hanabi - 15/02/2019 —Espero que los ninjas de Ame estén informados de esto, y no revienten la historia a Aiko al primer encuentro. Qué… ¿Qué se va a hacer con ella? ¿Va a ser una kunoichi de Uzu con todas las letras? —preguntó Datsue. —A lo primero, sí, sí que están informados, de hecho es a ella a la que no le interesa tanto que sepa sus orígenes, a pesar de que a mí me preocupe algo que luego se exilie. Te digo esto porque sí, por supuesto, yo la considero una de mis kunoichi, de hecho, como dije, ella cree que es genin de Uzushiogakure, y que gran parte de su vida ha sido entrenar en la Academia. Aunque ahora que ha perdido la memoria, quizás prefiera tomárselo con mucha calma... —dijo Hanabi—. Y quizás sea mejor que sea así. Datsue-kun, tengamos mucho cuidado. Yo creo que esto es una bomba de relojería; puede que tú no se lo digas, puede que los amejin tampoco, ¿pero qué pasa si...? Por ejemplo, te encontraste con el tal Kaido, e igual es un exiliado. O si no, habrá más como él. ¿Podremos proteger el pasado de ella toda la vida? —Hanabi negó con la cabeza—. Espero que esto salga bien, Datsue. Estoy jugando con fuego por ti. —¿Y el retrato? —se acordó de pronto—. ¿Tiene con ella el retrato? El retrato es muy importante, Hanabi-sama. —¿El... retrato? —preguntó Hanabi, torciendo el gesto. Sí, lo primero que había querido hacer ella era ducharse y cambiarse de ropa, así que la habían llevado a casa para que lo hiciese. Y ella misma había destacado ese viejo retrato que encontró en el interior de su bota. Si no recordaba mal, lo habían... »Creo que lo colgó encima del sofá, en el salón de su casa —dijo—. ¿Qué pasa con él? RE: La dama del lago - Uchiha Datsue - 15/02/2019 Una kunoichi de pleno derecho de Uzushiogakure no Sato. Bien. «¿Qué coño bien? ¡De puta madre, joder!» ¡Era lo que había querido desde el principio! Incluso antes de que Yui la sellase en un lago, ya soñaba con poder vivir juntos y no tener que verse de semana en semana. Pero Hanabi tenía razón, mejor tomárselo con calma. Limitar las salidas a un mínimo. Y que dichas salidas fuesen acompañadas. Por él, a poder ser. Todo lo posible para rebajar lo máximo cualquier tipo de encuentro indeseado. Como el que se produciría con Kaido, por ejemplo. No pudo evitar sonreírse. Estaba analizando la situación como si él fuese capaz de controlarla. A ella, que se había adentrado a las mismísimas profundidades del Desierto del País del Viento por simples ganas de aventura y descubrir. Por los Dioses, pero si Aiko era un terremoto. Aquello iba a darle más de una jaqueca. Y, sin embargo… —Haremos que funcione, Hanabi-sama. Lo haremos —dijo, cargado de determinación. Los Dioses le estaban brindando una segunda oportunidad: la de ser feliz. No iba a malgastarla. No podía. Entonces, preguntó por el retrato. Al parecer lo tenía colgando en el salón de su casa. Junto a ella. Bien. —Esto es algo que nadie sabe, Hanabi-sama. Creo que ni ella misma lo supo nunca. —De forma inconsciente bajó la voz, conocedor de la importancia de aquella información—. Cuando estaba con ella… Descubrí cosas. Vi otras. El retrato… apostaría todos mis ahorros a que es la causa de su inmortalidad. Que en él guarda un fuuinjutsu que provoca que su cuerpo siempre recupere la apariencia y vitalidad que representa. »Si perdiese ese retrato o fuese destruido… —No le hizo falta terminar la frase. La consecuencia era obvia. |