NinjaWorld
La marca de la calabaza - Versión para impresión

+- NinjaWorld (https://ninjaworld.es)
+-- Foro: País de la Tormenta (https://ninjaworld.es/foro-pais-de-la-tormenta)
+--- Foro: Tierras de Llovizna (https://ninjaworld.es/foro-tierras-de-llovizna)
+---- Foro: Yachi (https://ninjaworld.es/foro-yachi)
+---- Tema: La marca de la calabaza (/tema-la-marca-de-la-calabaza)

Páginas: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15


RE: La marca de la calabaza - Sama-sama - 15/01/2018

En el tejado de la casa, una silueta se alzaba mirando hacia el horizonte. Alzó una mano y la estiró fuertemente, desvaneciéndose instantáneamente, luego la volvió a acercar a él, haciendo que se materializase de nuevo. Suspiró y abrió sus violáceos ojos, brillantes en la oscuridad de la noche.

Se está acabando el tiempo...

• • •

Gen contestaba con pequeños movimientos de cabeza a lo que decía Juro, afirmando que iría con él. Sin embargo, la marioneta se rehusó a ser cogida por su dueño, queriendo estar libre mientras parecía flotar en el aire. Se acercó a la puerta y ella misma se abrió sola, para sorpresa de Juro.

Gen lo volvió a mirar, con sus ojos carentes de vida, y luego levantó una de sus manitas de madera en dirección a la derecha, más concretamente hacia la única puerta que se podía encontrar a línea recta, donde segundos antes, Reiji había descubierto que la puerta estaba abierta y que había encontrado un mapa sin ni si quiera desearlo.

• • •

Mientras Riko y Ayame debatían lo que posiblemente había sucedido en aquel lugar, la puerta de una de las habitaciones se abrió, y una silueta que les resultó familiar salió de ella, sobándose la parte de la cabeza donde no tenía la calabaza puesta.

Urg... —se quejó la voz —. Estáis aquí... ¿Os ha pasado algo malo? —preguntó Jin, acercándose a ellos —. Después de coger la pieza sentí que fui tragado y no recuerdo nada más, me he levantado en esa habitación, pero no he encontrado nada, lo siento.

Informó con un tono más amistoso que antes, o eso les pareció a ambos shinobi.

¿Sabéis algo de Juro? —preguntó, cruzándose de brazos.


Orden de posteo: Juro, Reiji, Riko y Ayame (los últimos pueden cambiarse el turno de posteo, como antes)



RE: La marca de la calabaza - Eikyuu Juro - 17/01/2018

Gen asintió, con enérgicos y diminutos movimientos de cabeza, ante la pregunta de Juro. El chico lo observó, con una mezcla de fascinación y horror.

Realmente, ver a su marioneta moverse sola era bizarro.

Gen evitó ser cogido, de forma que se alejó de sus brazos, y lideró la marcha. Se acercó a la puerta... y esta, simplemente, se abrió sola, para dejarle seguir. Gen encabezaba la marcha. Se volvió, para ver si Juro le seguía.

— Bueno... vamos entonces, supongo — murmuró, mientras seguía a su marioneta. Era irónico. Se había pasado toda la vida cargando con ella, y ahora, Gen era el que cargaba, metafóricamente, con él. Que rápido crecen las marionetas, ¿verdad?

Cuando llegó, Gen le indicó como seguir. Levantó una de sus pequeñas manos flotantes, y le señaló una puerta, a la derecha, en disposición recta.

« Bueno, más claro, imposible »

Miró a la marioneta. Esta le miraba, sin denotar nada.

— Quiere que entre ahí, ¿verdad? — preguntó, al aire —. Vale, hagamos un trato. Haré lo que me digas, pero luego, quiero que me ayudes. Tengo que encontrar a los demás y salir de este sitio. ¿Entendido?

Igualmente, Juro avanzaría hacia la puerta, esperando que a la marioneta aún le quedase un poco de todos esos recuerdos que habían vivido juntos...

...y que no le guardase rencor por todas las veces que había sido destruida en sus combates, claro.

Juro se dirigió a la puerta, y con paso firme, la abrió, si es que esta no se abría antes.


RE: La marca de la calabaza - Sasaki Reiji - 18/01/2018

Un mapa. El trozo de papel no era otra cosa que un mapa. Estaba bien tener uno, sobre todo porque no había llegado a ver el otro. Con un simple vistazo, lo memoricé. Era un don y una maldición, había recuerdos, o visiones, que querías olvidar, pero en mi caso, estaba obligado a recordarlas hasta el día de mi muerte.

Abrí la puerta, que no opuso ningún tipo de resistencia, ni estaba cerrada con llave. Tenía que encontrar al resto de alguna manera. Tal vez lo ideal era ir al recibidor de la casa y comenzar la búsqueda desde allí. Y una vez les encontrara, bueno, la verdad es que no pensaba contarles que había hablado con la casa, aunque en esa situación no parecía una locura, pero era mejor maquillarlo, por si acaso.

Y, al abrir la puerta, me encontré a uno de ellos. Solo uno. Juro, el que hacia solo un rato se había vuelto loco en la cocina y había atacado a Riko. Yo ya sabía el porqué, claro. Pero tenia que advertirle.

¡Juro! —Parecía estar hablando con alguien o algo. —¿Eres tú, verdad? ¿No estás poseído?

Que preguntas más estúpidas acababa de hacer, si estaba poseído no iba a contestarme o iba a mentirme, o no sé, igual se abalanzaba sobre mí, ni siquiera sé por qué le pregunte eso. Tal vez porque me fijé que con lo que estaba hablando era con un muñeco de madera. Eso no era normal. Bueno, en esa casa sí. En realidad, yo ya no sabía distinguir que era y no, lo normal, en aquel lugar.

Ya se lo que está pasando, se por qué te has vuelto loco antes, las piezas, las piezas están preparadas para cada uno de nosotros, si cogemos la pieza que no nos corresponde, enloquecemos, como te pasó a ti en la cocina, estaba todo escrito en un libro, en esa habitación de la que he salido, se ha deshecho en polvo después de que lo leyera. — Tal vez no fuese la mentira más creíble del mundo, pero yo estaba recubierto por el polvo que se había pegado a mi cuerpo, y no podía decir que había hablado con un… espectro, o fantasma, o una casa con ojos y manos. —La de la cocina era mi pieza, tenemos que avisar a los demás, antes de que se maten entre ellos, vayamos a la entrada y empecemos a buscar desde ahí, tengo aquí un mapa, tómalo

En realidad, ya no me hacía falta el mapa, me lo sabía, y a no ser que la casa cambiara mágicamente, cosa muy posible, yo ya no necesitaba ese mapa.


RE: La marca de la calabaza - Riko - 19/01/2018

Ayame y Riko trataban de pensar en lo que podía haber sucedido en aquel lugar para que ahora aquel espíritu se quisiera divertir con ellos, encerrándoles en aquella casa, pero en un momento dado de la conversación ambos shinobi pudieron escuchar como una de las puertas del lugar se abrió, y rápidamente los músculos del peliblanco se tensaron listos para lanzarse a por lo que fuera que saliera de allí o, en su lugar, a salir corriendo agarrando a Ayame para que le siguiera.

Para su sorpresa nada de ésto fue necesario, ya que la persona que salió de la habitación era alguien conocido para ellos porque era uno de los dos integrantes de ese pintoresco grupo que estaban encerrado allí y que se habían separado.

Urg... Estáis aquí... ¿Os ha pasado algo malo? Después de coger la pieza sentí que fui tragado y no recuerdo nada más, me he levantado en esa habitación, pero no he encontrado nada, lo siento.

El corazón de Riko dio un vuelco, a pesar de no tener un especial afecto por aquel chico, reencontrarse tan fácilmente con uno de los que habían perdido, era demasiado bueno.

«Demasiado... ¿fácil?»

Aún así el peliblanco no podía evitar alegrarse claramente, solo les quedaba encontrar a Juro y dedicarse a encontrar las piezas que necesitaban para salir de aquel lugar y poder volver a casa, o eso es lo que pensaba el Senju.

Pues de Juro no sabemos nada, le perdimos en la cocina, como a ti, y aún no le hemos podido encontrar. Venga, ahora que somos tres tenemos que buscarle y ponernos manos a la obra, ya sabemos qué es lo que tenemos que hacer para salir de aquí. — Sonrió Riko.


RE: La marca de la calabaza - Aotsuki Ayame - 22/01/2018

Eran demasiados los misterios que envolvían aquella casa. ¿Quiénes eran las personas que conformaban el grupo de Hiro? ¿Qué les había pasado allí dentro? ¿Qué eran aquellas cuatro piezas que necesitaban para salir de aquel lugar? Pero, sobre todo, ¿por qué ellos? ¿Por qué les habían castigado de aquella manera a sufrir aquella terrible pesadilla? No sabían casi nada, pero sí sabían lo que debían hacer para salir de allí: encontrar aquellas cuatro piezas y mantenerse unidos y vivos.

Y, cuando Riko y Ayame se dirigían hacia la única habitación del ala este que quedaba por investigar, la puerta de la habitación contraria se abrió. Ayame se escondió detrás de Riko, con todos los músculos en tensión y preparada para ver de nuevo al Ahorcado... o algo mucho peor. Pero, para su completa sorpresa, el que salió por aquella puerta fue...

—¡Jin-san! —exclamó, tremendamente aliviada, saliendo del amparo de su compañero.

—Urg... —se quejó él, frotándose la cabeza mientras se acercaba a ellos—. Estáis aquí... ¿Os ha pasado algo malo? —preguntó Jin, acercándose a ellos—. Después de coger la pieza sentí que fui tragado y no recuerdo nada más, me he levantado en esa habitación, pero no he encontrado nada, lo siento.

—Pues de Juro no sabemos nada, le perdimos en la cocina, como a ti, y aún no le hemos podido encontrar —intervino Riko—. Venga, ahora que somos tres tenemos que buscarle y ponernos manos a la obra, ya sabemos qué es lo que tenemos que hacer para salir de aquí.

Ayame se llevó una mano al mentón pensativa.

—Nosotros íbamos a ir a la última habitación del ala este, pero si no has encontrado nada en la otra nos podemos ahorrar el esfuerzo de buscar en ella —meditó, y entonces alzó el dedo para señalar—. De aquí entonces nos queda esa última habitación —musitó, señalando la habitación más cercana—. Lo que haya tras ese pasillo —continuó, señalando al pasillo opuesto a la cocina—. Y la habitación que estaba al otro lado de donde estaba... el hombre ahorcado... Así que será mejor que continuemos en el sentido de las agujas del reloj. Vamos a la habitación del ala este —tragó saliva con esfuerzo, pero enseguida sacudió la cabeza y se volvió hacia el recién llegado—. Sigues teniendo la pieza, ¿verdad, Jin-san?


RE: La marca de la calabaza - Sama-sama - 22/01/2018

Reiji, bajo el nombre de Jin, pareció alegrarse al encontrar a Juro de nuevo, sin embargo no pareció fiarse del todo del marionetista que hablaba con su propia marioneta, por eso corrió a contarle todo, bajo algunas mentiras que quiso maquillar y terminando su discurso tendiéndole el mapa que había encontrado en el pequeño cuarto desde donde había salido.

Gen se había mantenido detrás de Juro, sin embargo, cada vez que Reiji hablaba, la marioneta parecía acercarse más y más al de Amegakure, hasta que se halló entre éste y su dueño. Juro, un muchacho alegre, amigable e incapaz de caer mal a nadie, contra alguien que había estado mintiéndole desde el principio...

...Y eso a Genki no le hizo nada de gracia.

Juro lo podría suponer, pues su marioneta, aunque alegre como él, tenía su parte rencorosa, pero no sabría decir el por qué atacó a Reiji sin previo aviso con una de sus cuchillas ocultas que guardaba dentro de él. Su pétrea cara no dejaba ver ningún sentimiento, pues era una marioneta al fin y al cabo, pero parecía como si sus ataques estuviesen llenos de vida, llenas de un sentimiento de odio que tenía en contra de aquel chico, el cual quería ver muerto.

Por haber hecho daño a su dueño.

• • •

Jin escuchó atentamente a sus compañeros y asintió, aún con los brazos cruzados, cuando Ayame alegó que tenían que seguir buscando las piezas y que empezarían por el la última del ala este, luego le hizo una pregunta, a lo que él le contestó con un arqueamiento de su ceja izquierda.

Sí, claro, está aquí —Jin tomó la pieza de su bolsillo y se la enseñó a Ayame y a Riko, luego la volvió a guardar —. Vamos a investigar.

Fue él quien lideró el paso, por lo cual entraron sin problema en la habitación indicada por la única fémina del pequeño grupo. En esta encontraron un pequeño salón con dos estanterías a los lados, una ventana cerrada a cal y canto en el otro lado de la pared, la opuesta a la entrada de la sala; dos sillones de madera acolchados con terciopelo y una pequeña mesita de madera en el centro con dos cajones cerrados, uno de ellos con llave; sobre una gran alfombra de color oscura. Las paredes estaban amarillentas y los muebles parecían haberse deteriorado con el paso del tiempo y su poco uso, pero aún así se podía percibir que aquel salón había sido uno de los más cuidados de la casa.


Orden de posteo: Reiji, Juro, Ayame y Riko. Ayame y Riko pueden postear cuando quieran siempre que sea después que Juro.



RE: La marca de la calabaza - Sasaki Reiji - 25/01/2018

Había algo que me mosqueaba. No, mosquear no era la palabra que estaba buscando, perturbar. Algo me perturbaba desde el momento en que comencé a dirigirme a Juro. El muñeco aquel con el que estaba hablando se movía. No, ese no era el problema, igual lo estaba moviendo el con la mente o con algún ninjutsu, aunque yo no podía usar chakra.

El problema era que se movía en mi dirección, con cada palabra que salía de mi boca, el muñeco se acercaba más y más a mí, hasta colocarse entre Juro y yo. Menos mal que nunca confié en juro. Menos mal que nunca confié en ninguna de aquellas personas con las que había entrado en la casa.

Desde el principio, verle hablar con aquel muñeco no me había ayudado a confiar en él y que el muñeco se fuera acercando a mi poco a poco, tampoco. Y fue cuando intente tenderle el mapa a juro cuando ocurrió todo.

Lo que fuera aquel muñeco, posicionado entre juro y yo, se abalanzo sobre mi sacando una cuchilla oculta, con total intención de acabar con mi vida. No iba a permitirlo, tenía que salvarle, él me había salvado a mí. Tenía una importante tarea que cumplir. Y no iba a permitir que ninguno de ellos se interpusiera en mi camino.

Me moví hacia la derecha para esquivar la cuchilla, intentando no perder de vista a juro, ya que parecía ser suya, si todo iba bien, solo tenía que correr. No le había dado el mapa a Juro. Mejor, no se lo merecía. Si nada me lo impedía y lograba esquivar a la muñeca, me movería por el pasillo, sin quitarles ojo a ambos, en dirección a la escalera, y cuando estuviera suficientemente lejos, y si no se movían, saldría corriendo escalera abajo. Pero sin antes maldecirlo.

Me abandonáis, me atacáis, no merecéis salir de esta casa, sin mi os quedarais encerrados para siempre, muriendo de hambre en esta maldita casa.

Ya no me importaba si se morían. No después de aquello. Desde un principio estaba claro quién era el que sobraba en aquel lugar. Ellos ya se conocían, ellos se preocupaban los unos por los otros, mientras que yo no les importaba en lo absoluto. Con su intención asesina, Juro había dejado de ser una persona. Herramienta, una que necesitaba para salir de allí. Si hacía falta, lo dejaría inconsciente, y arrastraría su cuerpo con su pieza encima.


RE: La marca de la calabaza - Eikyuu Juro - 25/01/2018

Para su sorpresa, quien abrió la puerta fue Jin, quien le saludó efusivamente.

— No... creo que soy yo — murmuró.

Entonces, empezó a hablarle. Le dijo algo sobre un libro que había leído y que se había destruido al tocarlo. También algo sobre que cada uno de los cuatro tenía que tener una pieza en especial y que si no la cogían, se volvían locos. Juro asintió, tratando de asimilar la información.

Cuando estuvo a punto de decirle sobre la pieza y sobre Gen, el chico le tendió un mapa. Fue entonces cuando todo salió mal. Su marioneta se posicionó entre los dos.

— ¿Eh? ¿Qué haces? — murmuró, sin comprenderlo.

Entonces, sacó la cuchilla oculta en su mano y trató de apuñalarle. Juro se puso pálido.

— ¡No! ¿¡Qué diablos estas haciendo!? ¡Dejale! — exclamó, pero ya era tarde.

Jin salió corriendo sin tenderle el mapa. En sus labios solo salían palabras expresando pura rabia y desconfianza. Juro se lamentó. Era evidente que había imaginado que la marioneta estaba con él. Aun siendo inocente, se le había culpado el cargo de asesinado.

Así pues, no le importó su marioneta. Salió corriendo detrás de Jin. Afortunadamente, Juro era más rápido que él, así que no se le escaparía muy lejos.

— ¡Jin! ¡Para! ¡Esto no es lo que piensas! ¡Dejame explicarte! — exclamó, y vio que eso no le iba a hacer parar de ninguna manera —. ¡Yo no estoy intentando asesinarte! ¡Es la casa! ¡La casa esta controlando a esa marioneta! ¡Yo ni si quiera puedo usar el chakra!

Juro trató de sobrepasar a Jin y evitar que siguiera corriendo. Con el rabillo del ojo, miró por si Gen les estaba siguiendo.

Si era necesario, tendría que proteger a Jin de su propia marioneta. No podía dejarlo morir por su culpa. Aunque fuese poniendose en medio.

— Cuando desperté estaba amordazado y esa marioneta me ayudó a salir. Ni si quiera se porque te esta atacando — dijo, exhausto por la carrera —. Por favor. No desconfies de mi. Tú mismo lo dijiste. Si no estamos juntos, nunca saldremos. Dejame ayudarte. No soy muy fuerte, pero entre los dos podemos contener a la marioneta.


RE: La marca de la calabaza - Aotsuki Ayame - 26/01/2018

Aún cruzado de brazos, Jin arqueó una ceja ante la pregunta de Ayame. Por un momento, la kunoichi temió que no supiera de lo que estaba hablando. Pero entonces...

—Sí, claro, está aquí —El chico metió la mano en el bolsillo y Ayame suspiró aliviada cuando les enseño la codiciada pieza—. Vamos a investigar.

Jin se adelantó para liderar la marcha, y el trío terminó por entrar en la habitación restante. Se trataba de un salón de pequeño tamaño, con el suelo cubierto por una vetusta alfombra de color oscuro y paredes amarillentas por el paso del tiempo. Contaba con dos estanterías a ambos lados, una ventana en el extremo opuesto del habitáculo y una mesita y dos sillones en el centro.

Para su congoja, Juro no parecía estar allí.

—¿Dónde estás, Juro-san...? —le preguntó al aire.

Pero aún así se adentró con paso lento y cauteloso en la habitación, mirando a su alrededor. Al menos allí no había ningún hombre ahorcado, ni había manera de que ningún grifo se abriera de manera descontrolada; pero después de las experiencias que habían tenido en las dos habitaciones anteriores, toda precaución era poca. En cualquier momento podía pasar cualquier cosa...

—¿Qué hacemos? ¿Creéis que deberíamos buscar primero a Juro-san o las piezas que faltan? —preguntó, preocupada por el estado de su otro compañero.


RE: La marca de la calabaza - Riko - 26/01/2018

Ayame fue directa al grano, preguntó por aquello que, en aquellos momentos les era de máxima prioridad, la pieza que habían encontrado en la cocina y que Jin se había quedado para sí antes de separarse. Para el alivio de ambos, éste se metió la mano al bolsillo y enseñó la pieza, confirmando así que aún la tenía.

«Menos mal...»

Entonces los tres comenzaron la marcha, liderados por el último en unirse al grupo, y se adentraron en la habitación que Ayame había propuesto, que se trataba de un salón en el que se notaba el paso del tiempo, las paredes amarillentas y los muebles gastados.

—¿Dónde estás, Juro-san...?

Quizás aquello era algo inocente, pero todo lo que sirviera para que Juro les encontrara era válido, por lo que calló, esperando una respuesta que no se produjo, por lo que se adentró en la sala, con cautela y los cinco sentidos atentos a cualquier movimiento que se produjera allí. Se acercó a una de las estanterías, tratando de abrir todos y cada uno de los cajones de la misma.

—¿Qué hacemos? ¿Creéis que deberíamos buscar primero a Juro-san o las piezas que faltan?

Riko entonces miró a la kunoichi, mostrando cierta preocupación también.

Teniendo en cuenta que nosotros tres ya estamos juntos, sí que deberíamos buscarle, no tenemos que dejar a nadie solo, no es buena idea. — Razonó el peliblanco. — ¿Tú qué opinas Jin?


RE: La marca de la calabaza - Sama-sama - 27/01/2018

La marioneta había fallado con su propósito: acabar con la vida de aquel desconocido que había hecho daño a Juro. Sin embargo, en vez de ser alabado por poder moverse así o por intentar ayudarle sin estar sujetado por sus hilos, recibió una reprimenda por parte del moreno. Se quedó estático, y después de unos segundos levitando, cayó al suelo, inerte.

A ojos de cualquiera, nadie sabría decir si fingía o había dejado de funcionar, pero Gen se había apagado, por el momento solo era una marioneta más.

...

Creo que deberíamos buscarle, no sabemos por lo que estará pasando —dijo el llamado Jin, cruzándose de brazos ----. ¿Has encontrado algo? —preguntó a Riko, acercándose a él para observar la estantería que estaba revisando.

Por suerte para todos, Riko había encontrado una llave un poco oxidada en una de las partes de la estantería, oculta entre un libro y unos papeles desteñidos. Sin embargo la euforia pasaría rápidamente, pues las voces de las personas que estaban en el piso superior se escucharon en la habitación, huecas y sin sentido para ellos.

Puede que Juro esté en problemas, ¡vamos! —exclamó Jin, pero luego paró, repentinamente —. Espera, no tenemos armas, ni chakra... Deberíamos idear un plan o ir despacio, con cuidado, si no esto va a ser difícil —sugirió, dándose la vuelta para encarar a Ayame y a Riko —. ¿Alguna idea?


Orden de posteo: Reiji, Juro. Riko y Ayame cuando quieran siempre después de Juro.



RE: La marca de la calabaza - Sasaki Reiji - 27/01/2018

— ¡Jin! ¡Para! ¡Esto no es lo que piensas! ¡Dejame explicarte!¡Yo no estoy intentando asesinarte! ¡Es la casa! ¡La casa está controlando a esa marioneta! ¡Yo ni si quiera puedo usar el chakra!

Estaba claro que no iba a pararme, no podía. No cuando su muñeca asesina había tratado de acabar con mi vida. Tal vez tenía que haber dejado que me matara, tal vez tenía que haberlos dejado aquí encerrados a todos, era lo que se merecía. Pero yo tenía una misión, yo tenía un nuevo propósito, por eso no iba a pararme. Sin embargo, Juro resulto ser más rápido que yo.

¡Mientes! —Sus palabras no eran ciertas, eso no iba a convencerme. — Mientras vosotros me dejabais tirado, fue la casa quien me salvo, y no una, sino dos veces ¿Por qué iba a salvarme dos veces para luego matarme? ¿A quién pretendes engañar?

Sus palabras no iban a alcanzarme si intentaba acusar del asesinato a mi salvador. ¿Cómo podía creer esas palabras? No podía. ¿Cómo iba a confiar en alguien que me estaba mintiendo? No podía. Es verdad, yo les había mentido a todos ellos desde el principio, pero no necesitaba que confiaran en mí, no quería que confiaran en mí. Y yo ya no quería confiar en ninguno de ellos.

— Cuando desperté estaba amordazado y esa marioneta me ayudó a salir. Ni si quiera se porque te esta atacando. Por favor. No desconfíes de mi. Tú mismo lo dijiste. Si no estamos juntos, nunca saldremos. Dejame ayudarte. No soy muy fuerte, pero entre los dos podemos contener a la marioneta.

Desde el momento en que acusaste a mi salvador he dejado de creer en ti. —Ni pensaba hacerlo, la desconfianza era lo que me había mantenido con vida en aquel lugar hasta el momento. —Apártate y déjame en paz, Juro. —No era lo suficientemente bueno como para intimidarlo con aquellas palabras, pero use un tono autoritario de todas formas. —Yo tampoco soy muy fuerte, pero si no te apartas de mi camino, te apartare yo.

Solo tenía un objetivo en mente, volver a encontrar maíz. Si no lo hacía, moriría igualmente, ya fuera a manos de juro, o simplemente por el hambre y el mono. Tenía que haber más en la casa. Lo había probado dos veces, y las dos veces había estado bueno. No había motivo para pensar que no habría más maíz en la casa o que ese maíz estuviera malo.


RE: La marca de la calabaza - Eikyuu Juro - 28/01/2018

Afortunadamente, Gen no les siguió. Ya tendría tiempo para buscar a su marioneta. Si el presentimiento que había tenido cuando Jin había sido tragado por el agua era cierto... si el hecho de que existiesen cuatro piezas y cada una estuviese destinada a uno de ellos era cierto...

« Si no colaboramos, nunca saldremos de aquí. Dios. ¿Es que no lo entiende? » — pensó. Estaba claro que Jin estaba en shock. Pero su comportamiento no venía de ahora.

No. Desde el principio, Jin se había apartado del resto de personas. No estaba cómodo con ellos y no perdía oportunidad en demostrarlo. Pero esto... era llegar demasiado lejos.

¡Mientes! —Sus palabras no eran ciertas, eso no iba a convencerme. — Mientras vosotros me dejabais tirado, fue la casa quien me salvo, y no una, sino dos veces ¿Por qué iba a salvarme dos veces para luego matarme? ¿A quién pretendes engañar?

Juro retrocedió un paso, al escuchar eso. "Su salvador". Así llamaba a la casa.

« La casa que nos intenta matar... ¿es su salvador? » — Juro empezó a pensar seriamente en que Jin tenía un problema. Un problema de verdad.

— ¿Tú salvadora? — murmuró, incrédulo —. No sé lo que ha podido hacerte, Jin, ni a que te refieres. Pero a mi esa marioneta también me ayudó. ¿Y sabes que? ¡Estamos atrapados en esta casa! Hay cadáveres que se ahorcan y hablan, salas que se inundan. ¡He despertado después de ahogarme en una habitación, totalmente seco! ¿Es que no lo ves? ¡La casa esta jugando con nosotros! ¡Nos esta poniendo en contra!

Quiso argumentar mucho más, pero estaba casi seguro de que dijese lo que dijese, no le iba a escuchar. Era tan obvio para él. Y sin embargo, él seguía en sus trece: para él, Juro era un asesino que quería matarle. ¡Vaya tontería! ¿¡Que haría con su pieza si él moría!?

Apártate y déjame en paz, Juro. Yo tampoco soy muy fuerte, pero si no te apartas de mi camino, te apartare yo.

Las palabras le dolieron un poco. Nunca había sentido algo así. El tratar de convencer a alguien de algo que creía tan firmemente. Tanto que ponía en riesgo su vida. Y no ser capaz.

Así pues, Juro hizo lo único que pudo.

— Esta bien. Si después de decirte todo esto tu opinión no ha cambiado ni un poco, me apartaré. No voy a pelear contigo, Jin. Por mucho que parece que te esfuerzas en creerlo, no soy tu enemigo ni tu asesino — murmuró, pero no se movió del sitio. Aún no —. Pero antes, por favor, déjame intentarlo una última vez. Solo quiero hablar contigo, nada más. Dame un minuto más, y luego, haz lo que quieras.

Si Jin trataba de empujarle por la fuerza, se resistiría. Tenía que decirle unas últimas palabras. Un último esfuerzo.

— Te pido solo que respires y pienses con claridad. Te vas. ¿Qué pasa luego? Olvida las piezas y que nos necesitamos. Estamos atrapados porque una banda de asesinados esta fuera de la mansión. ¿Crees que uno solo de nosotros puede sortearlos? — murmuró, abatido —. Ayame-san y Riko-san no parecen malas personas. Aunque no los conozca. No te pido que confíes en nosotros. Solo que permanezcamos todos juntos hasta conseguir salir vivos de aquí.

Finalmente, Juro se apartó. Jin podía tomar la decisión que quisiera. Podía marcharse o no. Podía hacer lo que quisiera, porque el marionetista no iba a detenerle fisicamente.


RE: La marca de la calabaza - Riko - 30/01/2018

Por suerte para el grupo, Jin pareció estar de acuerdo, la mejor opción que tenían era buscar a Juro, era el único integrante del grupo que faltaba y estar solo en la casa podía resultar peligroso, por lo que tenían que reunirse cuanto antes con él.

Mientras buscaba en la estantería, al apartar un libro se topó con una llave algo oxidada, una llave que, aún sin saber qué puerta abría le llenó de esperanza.

¡Chicos! ¡He encontrado algo! — Exclamó con una gran sonrisa en el rostro mostrando la llave a sus compañeros y posteriormente guardándosela.

Pero la alegría duraría poco, pues en ese momento empezaron a escuchar unas voces que provenían del piso de arriba, unas voces que no eran capaces de entender, pero Juro tenía que ser una de ellas.

Puede que Juro esté en problemas, ¡vamos! Espera, no tenemos armas, ni chakra... Deberíamos idear un plan o ir despacio, con cuidado, si no esto va a ser difícil. ¿Alguna idea?

Era cierto que estaban desarmados y se les había privado el uso del chakra, pero aún así era la vida de su compañero la que podía estar en juego, no era momento de ir despacio, había que llegar hasta él lo más rápido posible, además, eran shinobis, estaban entrenados en algo más que ninjutsu o el manejo de armas.

Creo que el momento de ir con cuidado ha pasado, Juro puede estar en serios problemas, ¡tenemos que ir a ayudarle ya! Ya pensaremos algo cuando estemos con él. — Exclamó el peliblanco y rápidamente echó a correr hacia el piso superior. — ¡Vamos! ¡No podemos separarnos! — Gritó sin saber si los otros le seguían o no.


RE: La marca de la calabaza - Aotsuki Ayame - 31/01/2018

—Teniendo en cuenta que nosotros tres ya estamos juntos, sí que deberíamos buscarle, no tenemos que dejar a nadie solo, no es buena idea — Razonó Riko, antes de volverse hacia Jin—. ¿Tú qué opinas Jin?

—Creo que deberíamos buscarle, no sabemos por lo que estará pasando —respondió Jin, cruzándose de brazos, y Ayame asintió. Aquella era, quizás, la primera vez que se ponían de acuerdo en aquella noche.

Sin embargo, antes de que se pusieran en marcha, Riko exclamó:

—¡Chicos! ¡He encontrado algo!

Tanto Jin como Ayame se acercaron al peliblanco rápidamente, que sostenía triunfal una llave algo oxidada y que parecía haber encontrado al rebuscar entre las estanterías.

—¿De dónde ser...? —comenzó a preguntar Ayame, pero calló de golpe cuando le pareció oír algo en el piso de arriba. Al agudizar el oído, el sonido se convirtió en un rumor en forma de voces—. Hay dos personas arriba... —susurró, pálida como la cera, intercambiando una aterrorizada mirada con sus compañeros. No llegaba a comprender lo que estaban diciendo, pero se suponía que sólo faltaba un integrante del grupo. Y si estaba escuchando a dos personas, eso quería decir...—. Juro-san no está solo...

«¿Los cazadores han entrado en la casa? ¡Ay, espero que Juro-san esté bien!»

—Puede que Juro esté en problemas, ¡vamos! —exclamó Jin, pero se paró casi de forma instantánea—. Espera, no tenemos armas, ni chakra... Deberíamos idear un plan o ir despacio, con cuidado, si no esto va a ser difícil —sugirió, dándose la vuelta para encarar a Ayame y a Riko —. ¿Alguna idea?

Ayame hundió los hombros. Sin armas y sin chakra, difícilmente podían idear un ataque sorpresivo. Ni siquiera ella podía transformarse en agua y acercarse para espiar, o lanzar una bomba de humo para distraer al posible agresor de su compañero. Contaban sólo con su cuerpo, y ella no era muy fuerte físicamente hablando. Tendría que confiar en sus reflejos.

—Creo que el momento de ir con cuidado ha pasado, Juro puede estar en serios problemas, ¡tenemos que ir a ayudarle ya! Ya pensaremos algo cuando estemos con él. ¡Vamos! ¡No podemos separarnos! —replicó Riko, antes de echar a correr de repente.

Ayame, alarmada por el arrojo de el de Uzushiogakure, no dudó en lanzarse hacia delante para tomarle del brazo y detenerle.

—¡Espera, Riko-san! ¡Yo también estoy preocupada por Juro-san, pero es una locura lanzarnos así sin saber quién es o cuántos son nuestros enemigos! —dijo, con los ojos brillantes por el temor y la angustia—. Creo... me ha parecido escuchar dos voces diferentes arriba, así que si Juro-san es una de ellas, eso quiere decir que la otra es alguien a quien no conocemos. En el peor de los casos, uno de esos cazadores... Deberíamos ir despacio, intentar pasar desapercibidos y no llamar su atención, y una vez tengamos una visión completa de la situación, decidir qué hacer...


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.