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RE: (C) El robo de la pata de bronce - Sarutobi Hanabi - 11/07/2018 Ante las palabras de Nabi, la mirada del hombre se tornó más grave. —Déjala en el suelo —le indicó, y cuando Nabi lo hiciera colocaría sus manos sobre el cuello de la Uzumaki. De forma casi instantánea sus manos adquirieron un trémulo y débil brillo esmeralda, apenas un destello que parecía que se desvanecería ante el mínimo soplo de aire. Por la frente del hombre corrían gruesas gotas de sudor, fruto del esfuerzo al que se estaba sometiendo—. Es... demasiado... sólo voy a poder aplicar... unos primeros auxilios... para evitar... que se desangre... pero necesitará... ayuda de otros médicos... más capaces... . . . Mientras tanto, el perro de Nabi optó por no arriesgarse a perder el rastro de Doro por segunda vez en aquel día. Por eso, y a costa de frenar su carrera, utilizó una de sus técnicas para marcar al antiguo guardia, que terminó por perderse entre la enloquecida multitud entre alaridos de repulsión hacia el animal. Al menos ya podría seguirle a través de la marabunta... RE: (C) El robo de la pata de bronce - Inuzuka Nabi - 14/07/2018 —Déjala en el suelo Le hice caso, porque no tenía ninguna otra opción. El médico empezó a curarla con ese Ninjutsu que usan ellos, pero estaba claro que estaba al borde de morirse del esfuerzo, él, no Eri. —Es... demasiado... sólo voy a poder aplicar... unos primeros auxilios... para evitar... que se desangre... pero necesitará... ayuda de otros médicos... más capaces... Me tragué mis quejas, que eran unas cuantas, porque al menos había hecho algo, más que yo incluso. Pero vamos, que vaya basura de ninja médico que me había tenido que encontrar. — Muchas gracias, ¿sabe donde podría encontrar a otros médicos? E incluso me tragué el "pero médicos de verdad, eh". Todo porque no había tiempo para mis chorradas ni para más problemas. Miré fijamente al hombre por si me gesticulaba algo antes de desmayarse. . . . Stuffy seguía el rastro que él mismo se había proporcionado sobre el guardián esquivando como podía al rebaño de humanos que no dejaba de obstaculizarle. Por suerte, se conocía bien su olor y esta vez podría seguirlo sin problema. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Sarutobi Hanabi - 15/07/2018 —Muchas gracias, ¿sabe donde podría encontrar a otros médicos? El débil brillo verdoso de las manos del hombre terminó por desaparecer de forma definitiva. Él suspiró y apretó con firmeza el fragmento de camiseta que actuaba como compresor contra el cuello de la muchacha. —Al final de la calle. Te acompañaré, es lo que menos puedo hacer, ya que... —el médico interrumpió la frase y torció el gesto, claramente avergonzado y compungido—. Vamos. Tenemos que darnos prisa. Y sin esperar siquiera la respuesta de Nabi, tomó con delicadeza a Eri y la alzó en vuelo. La gente de alrededor, al ver que la situación parecía haberse calmado, había comenzado a dejar de correr y ahora incluso se detenían con curiosidad. Pero nadie se acercó para ayudarlos. . . . El can se vio obligado a atravesar el río de gente, esquivando como buenamente a todas aquellas personas que iban de aquí para allá. Y aún así tuvo que soportar algún que otro pisotón de algún descuidado. Los diferentes olores comenzaron a mezclarse en su hocico; pero, afortunadamente, la indeleble marca que había dejado en Doro seguía sobresaliendo sobre el resto. Y así siguió el aroma a través de las calles que rodeaban la gran avenida, hasta que llegó precisamente... A la casa de Doro. Y el olor provenía de su interior. . . . Los tres shinobi llegaron hasta la puerta de madera de una de las casas cercanas al puerto, al final de la gran avenida. El médico, con las manos ocupadas con el cuerpo de la muchacha, llamó con la punta del pie tres veces. Y no pasaron ni cinco segundos hasta que una mujer abrió la puerta. Era vieja. Rematadamente vieja. Su cuerpo estaba encorvado por efecto de la gravedad sobre su longeva edad y su cara estaba surcada por profundas arrugas. Sus ojos, prácticamente cerrados y nublados por densas cataratas, los miraron sin ver. —¿Qué es esto? —preguntó con voz sumamente trémula y débil—. ¿Otro descuidado que se ha pasado con el alcohol? Estos jóvenes de hoy en día no saben divertirse si no es con el alcohol inundando sus venas, ay... en mis tiempos... RE: (C) El robo de la pata de bronce - Inuzuka Nabi - 18/07/2018 Las ganas de matar al señor Dorito eran un poco menores a la preocupación que sentía por Eri, pero solo un poco. Sin embargo, las confianzas que se había cogido el hombre que nos había "ayudado" me preocupaban, cogiendo a la kunoichi sin mi bendición. En cualquier otro momento le hubiera dicho "Eh, tú" pero no era el momento ni el lugar, para su suerte. Le seguí vigilandolo de cerca. No tardamos en llegar a una casa bajando la calle. De ella salió una vieja que no parecía mucho más preparada para hacer la curación que nuestro nuevo mejor amigo sin nombre. — Tiene un tajo en el cuello, venimos aquí buscando un médico. De nuevo, evité andarme por las ramas. No tenía ganas de malentendidos, ni de hablar con nadie, sinceramente. Tendría que haberme metido a médico y no toda esta tontería de tener un perro y que se transforme en humano, joder. ... Stuffy siguió a Doro hasta su casa, otra vez. En vez de meterse tras él, se subió a un tejado cercano para tener una buena vista de la casa en cuestión y esperó. Sabía que estaba dentro, ahora solo tenía que asegurarse de que no saliese sin enterarse y esperar. Dentro de la casa tenía mucha desventaja, mucha. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Sarutobi Hanabi - 25/07/2018 La intervención de Nabi fue corta y concisa, dada la urgencia del momento. La anciana giró la cabeza hacia el origen de la voz, mirando al muchacho con sus ojos nublados y gesto tan arrugado como serio. No tardó en hacerse a un lado, dejándoles paso. —¡¿Y qué hacéis ahí plantados como dos alcornoques?! ¡Vamos, pasad! —gritó de repente, con voz aguda y escandalizada. El hombre que llevaba a Eri se sobresaltó ante el súbito impulso de la anciana, pero no tardó en asentir varias veces y obedecer inclinando la cabeza. —Sí, Koda-sama. Seguramente seguido por el genin, entró en la casa y enfiló entre largas zancadas el pasillo que quedaba ante sus ojos. Parecía que conocía el lugar, pues no dudó ni un instante en entrar por la segunda puerta que quedaba a mano izquierda. Se trataba de una habitación vieja pero inmaculadamente limpia. El hombre dejó a Eri sobre la cama, que quedaba bajo la ventana y daba vistas al puerto que se veía a lo lejos, y detrás de él llegó Koda, renqueante en su bastón. Sin decir una sola palabra, la mujer se colocó junto a la muchacha y levantó unas manos arrugadas, débiles y temblorosas. Sorprendentemente, aquellas se envolvieron en un potente destello verdoso que iluminó prácticamente toda la habitación con su fulgor, nada comparable al del pobre muchacho que contemplaba con cierta aprensión la escena. . . . En otra parte de la ciudad, Stuffy perseguía de forma incesante el olor de Doro. Había llegado hasta su casa y, en aquel instante, el animal decidió subirse a uno de los tejados más cercanos para tener vigilada la escena en lugar de entrar en la vivienda. No tuvo que esperar demasiado, sin embargo. Una figura encapuchada y ataviada con una larga capa negra, armada con una larga lanza, salió de la casa de forma apresurada. Ni siquiera se molestó en cerrar la puerta detrás de sí. Tenía prisa, y llevaba en su mano libre una desvencijada maleta que parecía a punto de romperse en cualquier momento. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Inuzuka Nabi - 29/07/2018 Me ahorré varios comentarios sobre qué hacíamos ahí plantados como dos alcornoques y seguí a Eri en cuanto el hombre la metió en la casa, no estaba dispuesto a perderla de vista ni un segundo. Más tarde estábamos en una sala tan sosa como limpia y Eri yacía sobre una cama, la anciana se acercó a ella y empezó a usar Ninjutsu médico de verdad. No pude evitar mirar al hombre y dedicarle una hermosa mirada de "así es como se hace, joder". Era la segunda vez que veía lo que supuse que era Ninjutsu médico, porque, bueno, pues curaba y tal, pero se notaba que esta vez era de verdad. Me crucé de brazos y esperé. Estaba muy bien que estuviesen curando a Eri sin hacer preguntas, pero también era sospechoso como la madre que los parió, dos personas que saben ninjutsu y viven fuera de una villa... Podían ser muchas cosas, y algunas de ellas podían no ser buenas. No podía irme y dejar a Eri en manos de posibles ninjas de Ame, Kusa o desertores, traficantes de órganos o de trata de blancas. Solo esperaba que Stuffy no la liase, mucho. ... Stuffy se tensó en cuanto vio al hombre salir. Asegurándose de no revelar su posición, bajó y se acercó por la espalda al individuo encapuchado. No podía dejarle ir tan fácilmente ni enzarzarse en una pelea con un guardia armado, sin embargo, su equipaje parecía frágil. Así que, si podía, se acercaría sin que el hombre notase su presencia y entonces se lanzaría a por la maleta, mordiéndola y estirando de ella para romperla o llevársela, lo que pasase antes. En cuanto el encapuchado pasase a la ofensiva, Stuffy se alejaría con o sin maleta, hasta una distancia prudencial. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Sarutobi Hanabi - 1/08/2018 Pasaban los minutos. Lentos. Demasiado lentos. Casi agobiantes. El brillo esmeralda cubría la habitación en todo su resplandor, opacando la escasa luminosidad que una triste vela colgada de la pared podía ofrecer. Después de todo, aquella anciana no necesitaba la luz puesto que hacía mucho tiempo que había dejado de ver. Poco a poco, la luz verde se fue apagando, hasta que se convirtió en una débil luciérnaga que terminó por consumirse. Koda apartó las manos de Eri, y si Nabi se acercaba hasta la camilla podría comprobar que, aunque la muchacha seguía inconsciente, la herida se había cerrado por completo. Ya sólo quedaban los restos de sangre alrededor. —Kawaki, tráeme una gasa y un barreño con agua —habló la anciana, y el hombre junto a Nabi pegó un respingo. —S... ¡Sí, Koda-sama! —exclamó, antes de perderse por la puerta. Sólo entonces la mujer dejó escapar un débil y tembloroso suspiro cargado de cansancio antes de sentarse en una silla cercana. . . . Stuffy bajó el edificio con todo el sigilo que fue capaz. El suelo crujió bajo sus patas; sin embargo, Doro parecía tan concentrado en escapar que no pareció enterarse de nada. Como un depredador acechando a su presa, se acercó a él por la espalda y, justo cuando Doro pareció darse cuenta de que algo le perseguía, saltó sobre el brazo que sostenía la maleta. —¡AGH! ¡MALDITO CHUCHO! ¡DEVUÉLVEME ESO! —exhaló. Stuffy logró hacerse con la maleta, pero nada evitó que el filo de la lanza arañara una de sus patas de forma superficial. Sangraba, pero por el momento podía seguir moviéndose con la misma eficiencia. La cuestión era... ¿qué haría ahora? Porque Doro acababa de enarbolar su lanza, harto de que todos sus planes se vieran fracasados por aquel perro, y se había lanzado contra el animal para asestar un nuevo corte horizontal hacia su pecho. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Inuzuka Nabi - 5/08/2018 Parecía que el ritual de curación estaba dando sus frutos, la herida de Eri estaba totalmente desaparecida. La anciana se sentó, exhausta. Sin duda, la kunoichi se había recuperado pero no podía simplemente dejarla ahí con dos extraños y desaparecer tras el culpable. Poder podía, sin embargo, no sentía que fuese lo correcto. Si la dejaba ahí arriesgaba una vida, dejando que escapase el tontopollas de turno solo dejaba escapar a un idiota que tarde o temprano daría con la orna de su zapato, o peor, conmigo de nuevo. Contando que Stuffy no consiguiese detenerlo. Me acerqué a Eri y le aparté el pelo con cuidado de la cara. — ¿Y ahora qué? Igual la anciana había muerto del esfuerzo, pero había que preguntar. ... Stuffy consiguió arrebatarla la maleta al hombre, en verdad, esperaba que este estuviese agarrandola con un poco más de ímpetu. A cambio solo se llevo un corte de nada, como si no se hubiese cortado cosa mala con esas cacas que salían con trocitos puntiagudos de su culo. Doro perdió los papeles y se lanzó a por él. Stuffy, que desde el principio lo único que quería era destruir y destrozar, se apartó del rango de la lanza dando un salto hacia atrás pero puso la maleta dentro para que el corte la cortase de lado a lado, esperando que dentro de esa maleta estuviese el corazón del hombre y se muriese. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Sarutobi Hanabi - 8/08/2018 Nabi se acercó a Eri y, con delicadeza, le apartó el pelo de la cara. Si la anciana había sentido su presencia, desde luego, no dio señales de ello. —¿Y ahora qué? Preguntó, pero su pregunta sólo fue respondida con un suave ronquido. Y entonces, Eri abrió los ojos. Aunque se encontraba tan débil que apenas podría moverse de la camilla. . . . Stuffy evadió el ataque con lanza saltando hacia atrás; sin embargo, los ojos de Doro se abrieron de par en par cuando su arma rasgó lo que quedaba de su desvencijada maleta y la abrió en canal. Varias mudas de ropa y poco más fue lo que vomitó aquel contenedor, lo poco que debía quedarle y que podía llevarse consigo. —¡MALDITO Y PULGOSO ANIMAL! ¡¿ES QUE NO TIENES OTRA COSA QUE HACER QUE JODERME LA EXISTENCIA?! —bramaba, completamente ido de sí, y volvió a lanzarse contra el can con la lanza en ristre dispuesto a asestar un nuevo golpe directo a su cabeza. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Uzumaki Eri - 13/08/2018 Eri sentía que todo el cuerpo le ardía por el dolor que sentía, probablemente por tener las extremidades entumecidas, pero aquel dolor no podía compararse con el que se concentraba en su cuello, sentía que volvería a desmayarse si pensaba en ello pero... ¿Cómo no hacerlo, si era algo que no podía evitar? No podía mover nada, y si pudiera, no lo haría, estaba débil, incapaz de sentir otra cosa que no fuese aquel terrible dolor. Quiso quejarse, pero temía que al hacerlo se viese incapaz de hablar, por eso optó por abrir los ojos tras recuperar un poco la conciencia. Lo que encontró fue... Inesperado. Estaba en una habitación con aspecto antiguo, pero muy limpia, y ella, sobre una cama, parecía reposar de algo que le había ocurrido. Tras ese pensamiento los últimos acontecimientos pasaron por delante de sus ojos. Como Doro había rajado su cuello sin ningún tipo de piedad. Instintivamente quiso llevarse una de sus manos al cuello, para ver si la hemorragia había cesado, pero lo que sintió mayormente fue aquel horrible dolor que la atravesaba de pies a cabeza. En la habitación también había una anciana —que parecía dormida, o muerta, según el caso— y Nabi, al cual no pudo evitar llamar. —¿Na...bi? —articuló con voz ronca, arrepintiéndose de inmediato, y por eso se sintió totalmente desarmada. ¿Qué clase de kunoichi era al haber dejado su guardia tan baja? Era un desastre, un a deshonra para los ninjas... Seguramente habían fallado la misión por su culpa. —¿Y... Doro...? —preguntó. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Inuzuka Nabi - 16/08/2018 Miraba la puerta y a Eri alternativamente desde que la vieja había empezado a roncar, incapaz de salir del lugar para ir a por Doro y dejar a la kunoichi atrás, cuando de repente, ésta abrió los ojos. —¿Na...bi? — ¡Eri! ¡Estás viva! Me acerqué a ella apoyando mis manos en sus mejillas y apretandolas levemente. — ¡Viva! Digo, bien, despierta. No es que te hubiese dado por muerta ni nada. —¿Y... Doro...? — Stuffy está detrás suyo, pero no tengo ni idea de donde. Tú olvídate de eso, ¿cómo te sientes? ¿Te sientes todas las piernas? Le solté las mejillas para dejarla descansar y esperé a ver qué me contestaba. ... Stuffy soltó la bolsa, o lo que quedaba de ella, en cuanto se abrió por la lanza de Doro. Despues, ante el ataque desesperado del guardia, se apartó hacia atrás sin intención de contraatacar, solo de observar al hombre desde lejos. Retrocedió hasta estar a una distancia segura y empezó a ladrarle. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Sarutobi Hanabi - 23/08/2018 Kawaki regresó al cabo de unos minutos. Tal y como le había ordenado Koda, llevaba un barreño lleno de agua y varias gasas. Se acercó a la camilla donde yacía Eri y una sonrisa iluminó su rostro al verla despierta. —¡Menos mal que has despertado! —dijo, mientras se agachaba para dejar el barreño en el suelo y se volvía hacia la anciana—. Koda-sama, he traído lo que me... —Se interrumpió al darse cuenta de que la mujer, entre ronquidos, daba ligeros cabeceos contra su pecho, profundamente dormida—. Oh... pero bueno, qué mujer... No tuvo más remedio que encargarse él de la tarea. Mojó las gasas en el barreño de agua y las estrujó hasta quitarles todo el líquido posible. Después se acercó a Eri, y comenzó a limpiar sus heridas con sumo cuidado. Al menos era algo que sí podía hacer. —¿Cómo te encuentras? —le preguntó con amabilidad—. ¿Puedo preguntaros qué ha ocurrido? . . . [/b]Stuffy parecía decidido a simplemente joderle la existencia. No sólo había frustrado su intento de huida, sino que ahora le había destrozado las pocas pertenencias que tenía. —¡¿Qué cojones quieres de mí, maldito chucho!? ¡Déjame en paz! —respondió a sus ladridos, sacudiendo la lanza en un gesto amenazador antes de girar sobre sus talones y echar a andar de nuevo en dirección contraria. Tampoco le importaba dejar sus cosas atrás, ya empezaría una nueva vida en algún otro sitio. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Uzumaki Eri - 27/08/2018 —¡Eri! ¡Estás viva! El zarandeo que recibió por parte del Inuzuka la dejó aturdida por un momento, como si hubiera estado dando vueltas en un tiovivo mientras estaba inconsciente. —Stuffy está detrás suyo, pero no tengo ni idea de donde. Tú olvídate de eso, ¿cómo te sientes? ¿Te sientes todas las piernas? Eri asintió tras la última pregunta, dubitativa si debía abrir la boca de nuevo para hablar. Le hubiese encantado beber agua, pero tampoco quería pedirla, no estaba en condiciones y su responsabilidad era volver a la misión lo antes posible. —Estoy bien. —Murmuró al cabo de unos segundos. Otra persona irrumpió en la escena con un barreño y lo que probablemente serían gasas. Se acercó a su posición y pareció feliz al ver que Eri volvía a estar consciente. —¡Menos mal que has despertado! —dijo dejando el barreño y se daba la vuelta, buscando probablemente a la anciana que dormía en la misma habitación, ¿serían quienes le habían ayudado?—. Koda-sama, he traído lo que me... Oh... pero bueno, qué mujer... La kunoichi sonrió con culpabilidad mientras intentaba incorporarse, pero fue en vano. ¿Cómo podía dolerle todo el cuerpo? Por lo que, sin quejas, aceptó que le limpiase la herida. —¿Cómo te encuentras? —Eri se encogió de hombros, buscando la mejor respuesta posible para definir cómo se sentía en aquellos momentos. —Mejor. —Sí, no estaba bien del todo, pero no podía negar que ahora que sabía que no moriría por un tajo al cuello no negaba que mejor, estaba. —¿Puedo preguntaros qué ha ocurrido? Eri señaló a Nabi, mirándole mientras le suplicaba con sus azules ojos que fuese él quien explicase qué había ocurrido. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Inuzuka Nabi - 27/08/2018 —¿Puedo preguntaros qué ha ocurrido? — Doro, uno de los guardias del castillo, resulta que es un ladrón y un asesino. Intentamos detenerlo de buenas maneras y cogió y le cortó el cuello a Eri. ¿Sabes algo que pueda ayudarnos a encontrarlo? Por intentarlo no perdíamos nada. Me giré a Eri, quien era más importante que Doro o el señor casi médico. — ¿Puedes andar? Deberíamos ir a buscar a Stuffy. No había mucho más que decir ni explicar, bastante tiempo habíamos perdido ya. ... Cuando Doro dio la vuelta y empezó a andar tranquilamente como si no hubiese pasado nada, Stuffy le imitó, manteniendo una distancia de seguridad y vigilando los movimiento que pudiese intentar el guardia para atacarle. Cada pocos pasos le soltaba un ladrido, pero no intentaba alcanzarle, solo mantener la distancia. RE: (C) El robo de la pata de bronce - Sarutobi Hanabi - 31/08/2018 —Doro, uno de los guardias del castillo, resulta que es un ladrón y un asesino —respondió Nabi, y Kawaki abrió los ojos de par en par, evidentemente sorprendido—. Intentamos detenerlo de buenas maneras y cogió y le cortó el cuello a Eri. ¿Sabes algo que pueda ayudarnos a encontrarlo? —La verdad es que no. Sabía que había guardias en el Museo Armamentístico, pero no los conocía... —Kawaki negó con la cabeza. Y ante su respuesta, el Inuzuka se volvió hacia Eri. — ¿Puedes andar? Deberíamos ir a buscar a Stuffy. Aunque terriblemente debilitada por la sangre perdida y la herida sufrida, Eri se dio cuenta de que era capaz de levantarse. —No puedo obligaros a quedaros aquí, pero debéis tener cuidado —intervino Kawaki, con un mohín de desagrado. Desde luego, no le hacía ninguna gracia dejarlos marchar. El médico dirigió sus ojos a Eri en una clara advertencia—: Hemos podido curar tu herida, pero has perdido mucha sangre y es posible que no estés del todo recuperada. Cualquier movimiento demasiado brusco podría ser demasiado para ti, tenlo en cuenta. . . . El perro le seguía todo el tiempo. Lo sabía. Podía sentir su presencia pisándole los talones, con aquellos ladridos tan irritantes taladrándole los tímpanos. Sin embargo, no tenía tiempo que perder con aquel chucho. Cada segundo que perdía en aquella condenada ciudad reducía sus oportunidades de escape. Por eso no le quedaba otra que usar su último as bajo la manga. En un rápido movimiento, el guardia lanzó algo al suelo. Una pequeña canica que estalló como un pequeño petardo y liberó una ingente nube de humo que los engulló a ambos. |