Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#46
A Kaido no le sorprendió en lo absoluto que Eri estuviera en contra de su proposición, teniendo en cuenta que alguien tan débil e inocente como ella no estaría, probablemente; muy entusiasmada de ver una garganta borbotando sangre a montones. Tampoco es que al tiburón le fascinase semejante imagen ni mucho menos pero en algún momento tendría que acostumbrarse a ver esas cosas, ¿no?

Además: para él los débiles eran un estorbo y tarde o temprano perecerían, con o sin la ayuda del filo de su propia arma. Tan sólo le estaba haciendo un favor al farsante que se encontraba postrado, derrotado, ante tres simples mocosos.

«Le han derrotado tres simples críos: ¿cómo se ha de sentir?» —meditó, un tanto divertido con su propia interrogante.

De cualquier forma, la peliazul se animó a proponer que dejasen que los ciudadanos de Yachi tomaran la decisión sobre el destino de Shinzo. El gyojin volteó a ver a Yota porque probablemente atendería encantado las palabras de su compañera de aldea y en efecto, así fue; pues a pesar de alegar que se veía tentado con su proposición terminó aceptando el camino propuesto con Eri. Le amarró las manos a dientes de sable y apartó la mano del tiburón como si toda la victoria hubiese sido suya y trató de mover al hombre que ya habiéndose recuperado del golpe en la entrepierna parecía poco dispuesto a continuar la batalla.

El tiburón alzó una ceja. Y también los hombros, mientras veía a Eri con cara de póquer. Yota parecía muy orgulloso de lo que había hecho y se veía más entusiasmado incluso con la posibilidad de una ejecución que el mismísimo escualo.

—Andando, gilipollas.

—¡Uy pero que rencoroso que eres Yota!

...

No avanzaron demasiado hasta que los ciudadanos comenzaron a salir del resguardo de sus hogares. La voz se había corrido: un par de ninjas habían pateado el trasero al grupo de Shinzo y con ello habían hecho desaparecer el yugo que el hombre les había impuesto a través del temor y el número de maleantes con los que contaba. La mayoría miró sorprendido como el tipo caminaba sin su máscara, con cara de frustración y vergüenza; y uno que otro aplaudió tímido a la actuación de los niños desconocidos que les habían liberado.

Uno de ellos habló, en nombre de todos.

—Os agradezco que hayáis tenido el valor de plantar cara a ese hombre. Muchos de los nuestros lo intentaron pero como podrán ver aquí la mayoría somos simples cultivadores de calabazas. ¡Pero ustedes, que portan la bandana de dos de las grandes aldeas!

»¡Gracias, os habéis desecho de un gran tormento para nuestra ciudad!


—Gracias mis cojones, con eso no como nada —espetó grosero—. son mil ryos. Por cabeza.

El hombre lució atónito ante la respuesta del chico azul e intentó refugiarse en la mirada de Eri, quien lucía más amable que el tiburón. Aunque poco después el propio Kaido dejó escapar una sonora carcajada e intentó quitarle la tensión al momento.

—Es broma hombre, relájate —luego señaló a Yota e hizo un gesto con la mano—. lo único que tenéis que hacer ahora es decidir sobre lo que va a pasar ahora con vuestro atormentador. He querido encargarme de él yo mismo pero mis compañeros están convencidos de que es vuestra decisión, así que... ¿qué va a ser?

El hombre consultó con la mirada a la gran cantidad de personas que les rodeaban, curiosos, y no tardó demasiado en volver con una respuesta.

—Le llevaremos a las autoridades feudales para que sea encerrado por sus crímenes. Es lo más indicado, ¿no creen?...

El tiburón chasqueó la lengua y alzó los hombros, resignado. Dio vuelta y dejó que sus compañeros dieran respuestas, ya él había dicho lo que tenía que decir.
Responder
#47
Eri suspiró, claramente satisfecha con el resultado que había dado su pequeño discurso sobre la importancia de no matar, vale que fueran ninjas, vale que en algún momento sería crucial e importante el acabar con la vida de una persona, pero esa no era siempre la salida. ¡Ella era ninja médico, por el amor de Kami-sama! Y si podía salvar una vida, entonces estaba haciendo su labor de médica a la perfección, dando igual si era amigo o enemigo.

Observó a Kaido y a Yota hablar y se sintió un poco fuera de sí, la verdad es que no había hecho mucho en aquel combate. Suspiró y tomó su brazo derecho con su mano izquierda, un tanto incómoda. Ambos realmente lo habían hecho bien, de eso estaba segura.

— Andando, gilipollas.

— ¡Uy pero que rencoroso que eres Yota!


La peliazul solo pudo sonreír y seguir los pasos de ambos, sin abrir su boca esta vez.

•••

Os agradezco que hayáis tenido el valor de plantar cara a ese hombre. Muchos de los nuestros lo intentaron pero como podrán ver aquí la mayoría somos simples cultivadores de calabazas. ¡Pero ustedes, que portan la bandana de dos de las grandes aldeas!

»¡Gracias, os habéis desecho de un gran tormento para nuestra ciudad!


Poco a poco, los ciudadanos fueron apareciendo de sus casas y pronto pudieron ver como Kaido, Eri y Yota habían vencido a su mayor temor: Shinzo. Había gente que salía con temor al ser una mentira, quizás era todo una treta por el ''Diente de Sable'' para conseguir su dinero, otros salían aplaudiendo y bailando por dejar de dar su tan preciado salario a tal maleante, y los demás, bueno, salían con una sonrisa que Eri les devolvía, feliz.

—Gracias mis cojones, con eso no como nada —reclamó el chico con la dentadura afilada —. son mil ryos. Por cabeza.

El rostro de la joven se descompuso en una mueca de dolor, ¿de verdad les iba a cobrar? Pero antes de que pudiese rechistar, el chico habló de nuevo.

—Es broma hombre, relájate —La kunoichi suspiró y se llevó una mano al pecho, claramente más relajada—. lo único que tenéis que hacer ahora es decidir sobre lo que va a pasar ahora con vuestro atormentador. He querido encargarme de él yo mismo pero mis compañeros están convencidos de que es vuestra decisión, así que... ¿qué va a ser?

''Buen punto''

Le llevaremos a las autoridades feudales para que sea encerrado por sus crímenes. Es lo más indicado, ¿no creen?...

-Bien... Bueno... Si eso implica que no acaben con su vida... - Susurró con un hilo de voz, claramente por la timidez de hablar en público o de juzgar una vida que no era la suya, luego sus ojos revolotearon en dirección a los carmesíes de Yota, esperando su respuesta. Aunque sabía que aquí se acabaría su pequeña aventura, quería que acabase bien, y sin su veredicto no podría macharse de allí.
[Imagen: ksQJqx9.png]


—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Responder
#48
El aspecto de Shinzo era de lo más penoso. Vencido y derrotado por 3 malditos niños extranjeros del demonio. Había caído más bajo que la mismísima mierda. Seguramente estaría suplicando que le matásemos rápidamente en vez de tener que soportar más esa vergüenza. Pero esa decisión no estaba en sus manos, desafortunadamente para él.

Le agarre del hombro dispuesto a caminar y aunque en primera instancia se estaba resistiendo solo tenía que hacer presión sobre dicho hombro para causarle algo de dolor, que soltase algún que otro débil gemido, tratando de mantener su supuesta hombría y que acabase haciendo lo que le estaba pidiendo.


—¡Uy pero que rencoroso que eres Yota!

Hice caso omiso a la provocación del bacalao con patas y simplemente empezamos a caminar con Eri por detrás de nosotros. No le dí mayor importancia a aquello, deseaba terminar con aquellas horas extras cuanto antes.

Pronto la gente empezó a salir de sus casas pero no lo hacía con aquella máscara de miedo y terror que obligaba a vestir el preso y sus seguidores. No señor. Ahora mostraban una sonrisa de oreja a oreja, un rostro relajado y radiante. La felicidad y la alegría inundaba cada uno de aquellos pacíficos seres que habitaban Yachi que habían visto como su verdugo había sido detenido por 3 críos entrenados en el arte de la guerra.

Uno de ellos se acercó hasta nosotros.


—Os agradezco que hayáis tenido el valor de plantar cara a ese hombre. Muchos de los nuestros lo intentaron pero como podrán ver aquí la mayoría somos simples cultivadores de calabazas. ¡Pero ustedes, que portan la bandana de dos de las grandes aldeas!

»¡Gracias, os habéis desecho de un gran tormento para nuestra ciudad!


—Gracias mis cojones, con eso no como nada —espetó grosero—. son mil ryos. Por cabeza.


Resople ante la respuesta del escualo.

—Es broma hombre, relájate —luego señaló a Yota e hizo un gesto con la mano—. lo único que tenéis que hacer ahora es decidir sobre lo que va a pasar ahora con vuestro atormentador. He querido encargarme de él yo mismo pero mis compañeros están convencidos de que es vuestra decisión, así que... ¿qué va a ser?

—Le llevaremos a las autoridades feudales para que sea encerrado por sus crímenes. Es lo más indicado, ¿no creen?...


Aquella era la sentencia de aquel hombre que parecía haberlo consultado con una simple mirada con su gente. Estaba flipando pepinillos. Había que acabar con ese desgraciado cuanto antes. No me importaba que Eri quisiese salvarle la vida, vete tu a saber por qué, pero... ¿Quién podía asegurar que nos e escapaba de su prisión y volvía a Yachi para seguir con su tiranía? Era una posibilidad que si fuese un habitante de Yachi no estaría dispuesto a correr, pero no era mi decisión, nosotros ya habíamos cumplido con nuestra parte.

-Si eso es lo que queréis...- contesté incrédulo -Pero pensadlo bien, ¿Y si se escapa de la prisión y vuelve?-

Era algo muy posible. Nunca una prisión iba a ser más segura que la propia muerte. Jamás.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Responder
#49
Yota increpó al hombre sobre su decisión. Él le devolvió una mirada honesta y respondió tan pronto como unió las palabras que creyó correctas para el momento.

—Entiendo su preocupación, joven del remolino. No obstante, creo que si vosotros que sois jóvenes han podido vencer a quien creíamos invencible, los soldados feudales tampoco tendrán problema en retenerlo. Confiaremos en ellos esta vez.

Un par de tipos se acercaron y tomaron a Shinzo por los brazos para levantar su trasero del suelo. El dientes de sable se sacudió los hombros a regañadientes y otorgó a sus captores una última mirada de odio, aquella con la que había visto tantas veces a todos los verdaderos ninja.

Kaido simplemente sonrió y le soltó un beso; despidiéndose.

—Adiós, muñeca.

En silencio, la víctima se retiró. Al igual que otros tantos ciudadanos.

—Mi gratitud siempre será vuestra. Y si algún día necesitáis de nuestra humilde ayuda, sed libres de acercaros a Yachi cuando quieran.

—Bueno, ésto fue divertido; he de admitirlo. Pero ya me es hora de volver a casa, Yarou-dono debe estar ansioso por sus calabazas —dio vuelta y volteó el cuello para arrojar una última interrogante—. ¿Vosotros qué vais a hacer?.. ¿iréis a casa o pensáis hacer el tonto en Yachi un rato más?

Preguntó, por pura cordialidad.
Responder
#50
Eri permaneció callada mientras Yota dialogaba con el hombre, y éste alegó que los soldados feudales no tendrían problema en retenerlo, palabras textuales vaya. Segundos más tarde, otros hombres se acercaron y se llevaron a Shinzo de una forma que a Eri se le encogió el corazón, después de todo, también era una persona... Sin embargo, cuando el maleante posó sus ojos en ellos, el odio se podía captar a kilómetros de distancia. La joven suspiró, no podía salvar a todo el mundo.

Aunque tampoco lo había intentado.

Kaido se despidió con burla, y Eri solo movió la mano en señal de despedida, sin embargo este signo no fue burlesco, simplemente fue un acto para decirle adiós al desdichado bandido.

Mi gratitud siempre será vuestra. Y si algún día necesitáis de nuestra humilde ayuda, sed libres de acercaros a Yachi cuando quieran.

-Muchísimas gracias, lo tendré en cuenta - habló por ella antes de hablar por sus compañeros de viaje, sin embargo, algo empezó a saltar dentro de su cabeza, algo que intentaba llamar su atención ''¡La calabaza! ¿Cómo está la calabaza?''. Se llevó una mano al pecho, con casi teatralidad, asustada por haber roto la calabaza perfecta que había recogido antes de que Shinzo atacase, y mientras el intento de tiburón hablaba, ella rebuscó a toda velocidad en su portaobjetos.

-¡Mecachís en la mar salada! - maldijo la kunoichi -¡La calabaza se ha roto! - chilló mientras sacaba trozos entre sus cortos dedos -. Creo que tendré que quedarme un poco más... Necesito esa endemoniada calabaza...

Soltó otro suspiro mientras tiraba los trozos restantes al suelo, ya vendrán los cuervos a comérsela. Miró a Yota, luego a Kaido, y antes de perder más le tiempo, les preguntó:

-Qué, ¿seguís ayudándome? - una sonrisa se escapó por entre sus labios.
[Imagen: ksQJqx9.png]


—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Responder
#51
. Creo que tendré que quedarme un poco más... Necesito esa endemoniada calabaza...

«A hacer el tonto es, entonces» —se respondió a sí mismo.

Qué, ¿seguís ayudándome?

No, eso se lo dejo a Yota. Yo ta tengo que partir, que me escuecen el trasero a patadas si no llevo el jodido cargamento a tiempo.

El tiburón se acomodó la coleta, afianzó mejor el nudo de su bandana y se miró los biceps un par de veces; aunque allí no había demasiado que observar. De cualquier forma, al comprobarse en buen estado, le dio un último vistazo a sus dos compañeros de aventura y dio un par de palmadas anunciando lo que sería su inminente partida.

Venga, nenazas; ha sido un placer. Nos veremos en otra ocasión, espero.

Y tan pronto de despidió, zarpó con rumbo al local donde había comenzado todo. Donde le esperaba una carreta probablemente ya en las condiciones óptimas para viajar tan pronto como fuese posible a las húmedas tierras de la tormenta.
Responder
#52
Pero siguieron en sus treces, estaban empecinados en llevárselo al rico del País, a una especie de bola de grasa que no hacia más que dar órdenes. Allá ellos con sus decisiones.

—Entiendo su preocupación, joven del remolino. No obstante, creo que si vosotros que sois jóvenes han podido vencer a quien creíamos invencible, los soldados feudales tampoco tendrán problema en retenerlo. Confiaremos en ellos esta vez.

Se me escapó la risa por la nariz nada más escucharle, aquello me hizo gracia. Si, solo éramos unos niños, unos renacuajos quizás, pero... Eri disponía de la fuerza de un gigante, Kaido era un bacalao con patas y yo... ¡Yo era un descendiente de la gran Kuromibojin!

-Claro, claro... lo que queráis-

—Bueno, ésto fue divertido; he de admitirlo. Pero ya me es hora de volver a casa, Yarou-dono debe estar ansioso por sus calabazas —dio vuelta y volteó el cuello para arrojar una última interrogante—. ¿Vosotros qué vais a hacer?.. ¿iréis a casa o pensáis hacer el tonto en Yachi un rato más?

-¡Mecachís en la mar salada! - maldijo la kunoichi -¡La calabaza se ha roto! - chilló mientras sacaba trozos entre sus cortos dedos -. Creo que tendré que quedarme un poco más... Necesito esa endemoniada calabaza...


Aquellas fueron lo que mis compañeros tuvieron que decir después de que Shinzo fuera arrastrado en contra de su voluntad hasta su nueva habitación en la pensión de la cárcel del señor feudal.

*Claro, la calabaza, espero que como recompensa nos den una de las mejores..*


Qué, ¿seguís ayudándome?

No, eso se lo dejo a Yota. Yo ta tengo que partir, que me escuecen el trasero a patadas si no llevo el jodido cargamento a tiempo.


-Eso, eso, vete con papi Yarou antes de que se vaya a cabrear. Yo me quedaré con Eri- Voltee la cabeza al tipo que nos había agradecido que detuviéramos al villano de Yachi -Pues verás. Esto... Estoy convencido de que podrás ayudar a mi amiga a encontrar una de esas calabazas de las que tanto se habla por estas tierras, ¿Verdad que si? Lo cierto es que te lo agradeceríamos mucho. Vinimos de Uzushiogakure expresamente por ellas-

Mostré la mejor de mis sonrisas a la espera de que accediese a mi proposición.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Responder
#53
No, eso se lo dejo a Yota. Yo ya tengo que partir, que me escuecen el trasero a patadas si no llevo el jodido cargamento a tiempo.

El muchacho - o lo que fuese - se acomodó su figura y observó un par de veces su cuerpo, a lo que Eri rodó los ojos, incómoda, ¿de verdad, si no sentía dolor o algo parecido, tenía que mirarse tanto? ¿Para qué? ''¿Se querrá comer a sí mismo? ¿Comerá pescado?'' Se preguntó a si misma mientras se removía inquieta en su sitio.

Bueno, ya nos veremos Kaido-san, fue un placer conocerte. — Afirmó, sincera, mientras movía lentamente la mano izquierda de un lado a otro en forma de despedida.

- Eso, eso, vete con papi Yarou antes de que se vaya a cabrear. Yo me quedaré con Eri-La forma peculiar de Yota para despedirse hizo que Eri ahogase una sonrisita, seguramente él querria su compañía tanto igual que ella. Pero bueno, ¡ya se encontrarían otra vez! O mejor... Se lo dejaba al destino. - Pues verás. Esto... Estoy convencido de que podrás ayudar a mi amiga a encontrar una de esas calabazas de las que tanto se habla por estas tierras, ¿Verdad que si? Lo cierto es que te lo agradeceríamos mucho. Vinimos de Uzushiogakure expresamente por ellas. - Terminó, con una sonrisa.

La joven de cabellos azulados se acercó mientras saltaban chispas de sus ojos, es más, su paso fue tal, que parecía que en vez de andar, estaba volando de lo ilusionada que estaba. ¡Por fin tendría esa calabaza! Y no una pequeña y fea, no, ¡la mejor de todo Yachi! O bueno, lo intentaría, al menos.

Soñar era gratis.

Ahora que lo dices y ya que habéis hecho un gran favor a mi pueblo, os obsequiaré con una de las mejores calabazas de Yachi.— Anunció el hombre, y los ojos de Eri se abrieron más. —¿Ven aquella parcela? Son las calabazas más deliciosas de nuestros huertos, también las más buscadas. Id y elegid la que queráis. — Alegó para luego mostrar una sonrisa. Ante tales palabras, Eri salió hecha un rayo hacia el huerto, en busca de aquella calabaza mientras tarareaba una canción sobre ésta.

Una vez allí, se zambulló entre las delicias anaranjadas, con el ceño fruncido y concentrada; sin embargo, ninguna acababa por convencerla.
[Imagen: ksQJqx9.png]


—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Responder
#54
Ahora que lo dices y ya que habéis hecho un gran favor a mi pueblo, os obsequiaré con una de las mejores calabazas de Yachi.— Anunció el hombre —¿Ven aquella parcela? Son las calabazas más deliciosas de nuestros huertos, también las más buscadas. Id y elegid la que queráis.

*Perfecto, perfecto*

-Suena genial..-

Interrumpí de golpe al ver salir disparada a mi compañera en dirección al huerto que había señalado hacía unos segundos aquel hombre en busca de su preciada calabaza.

-En fin... A veces se deja llevar por la euforia y se olvida de todo lo demás. Le agradezco su amabilidad, ¡Venga a Uzushiogakure algún día a vernos! Prometo hacerle una visita guiada-

Alcé el pulgar derecho en forma de aprobación y luego procedí a caminar hasta donde se encontraba Eri, entrando en el huerto y viendo como la peliazul era incapaz de estarse quieta, buscando la calabaza perfecta aunque parecía no encontrarla.

-¿Y bien?- pregunté en voz alta para llamar su atención -¿Cuál es la que te gusta más?-
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Responder
#55
La verdad era que en aquel huerto lo que más abundaba, a parte de las calabazas, era la diversidad: frutos grandes, pequeños, maduros, aún sin madurar, brillantes, algunos abiertos por las aves que vienen a picotear que dejaban ver lo bien que habían madurado por dentro... Y eso a Eri le fascinaba y frustraba a partes iguales. ¿Cuál debería coger? ''A ver... Tengo que volver a Uzushio andando, por ello antes cogí la pequeña calabaza que encontré... Pero por otro lado, si cojo una grande, Yoko estará más agradecida...'' Sopesaba en su interior la de cabellos azulados mientras su pelirrojo compañero se acercaba.

Aunque ella estaba demasiado enfrascada en su búsqueda de la calabaza perfecta.

— ¿Y bien? — Preguntó — ¿Cuál es la que te gusta más?

¡Ay! — Se sobresaltó al escuchar la voz grave de su compañero, luego giró su cara en el que estaba dibujado un puchero. — No me asustes así, Yota-niisan — Le pidió, llevándose una mano al pecho de forma teatral, aunque de teatral tenía poco. — Bueno... No sé, todavía no encuentro LA calabaza. — Informó, haciendo énfasis en la penúltima palabra dicha.

Antes de que Yota pudiese contestarla, saltó cual conejo en un huerto de zanahorias y se internó en otro sector del mismo lugar, encontrando frutos medianos. Entonces tuvo una idea... ¿Por qué no llevarse dos calabazas medianas, y que una la llevase el Sasagani? ¡Era una idea brutal!

¡Nee, nee, Yota-niisan! — Llamó moviendo las manos. — Llevémonos dos calabazas medianas, tu llevas una y yo otra, ¿vale? — Pidió con una sonrisa pintada en sus labios.
[Imagen: ksQJqx9.png]


—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Responder
#56
¡Ay!

No tuve la sensación de decirlo como si hubiese gritado pero logré sobresaltar a la kunoichi que ahora me miraba con la mano en su pecho.

No me asustes así, Yota-niisan

-¿Por qué no? Ha sido divertido- bromee para después sacar la lengua de forma amistosa.

Estaba siendo divertido.

Mientras tanto, la peliazul seguía dudando sobre la elección de la calabaza. La calabaza perfecta.


Bueno... No sé, todavía no encuentro LA calabaza. — Informó, haciendo énfasis en la penúltima palabra dicha.

Fue entonces que me puse teatral, llevándome la mano al mentón, frotándolo con el dedo medio e índice a la vez, tratando de dilucidar o quizás aconsejar a la muchacha sobre aquella decisión que estaba resultando más difícil de lo esperado, pero se volvió a adelantar.

¡Nee, nee, Yota-niisan! — Llamó moviendo las manos. — Llevémonos dos calabazas medianas, tu llevas una y yo otra, ¿vale? — Pidió con una sonrisa pintada en sus labios.

-Pues no sé... No deberíamos aprovecharnos de esta pobre gente- argumenté mientras recordaba que no íbamos a pagar ni un solo duro por aquellas calabazas -Además, las grandes son más bonitas y seguro que son hasta más sabrosas-

Lo cierto era que no tenía ni puñetera idea ya que en mi vida había probado una calabaza. Cogí una que tenía cerca de mí la cual era tan grande como el ninjato que heredé de papá.

-Mira esta, ¡Se ve hermosa!-
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Responder
#57
— Pues no sé... No deberíamos aprovecharnos de esta pobre gente —Eri hizo un puchero a su compañero, pero rápidamente asintió apenada, tampoco podía aprovecharse de la amabilidad de aquella gente, aunque hubiesen podido derrotar a aquel maleante... No quería pasarse. — Además, las grandes son más bonitas y seguro que son hasta más sabrosas

Tienes razón... — Secundó mientras se ponía de pie y se limpiaba dando suaves golpes a su ropa para apartar el polvo. —¿Cuál piensas que será la mejor?

— Mira esta, ¡Se ve hermosa! — Alegó su compañero cuando se alejó de su posición, cogiendo una calabaza que bien podía ser más grande que una katana común, o más incluso.

Eri se acercó dando pequeños salitos para examinar la calabaza, frunciendo el ceño y moviendo la cabeza de un lado a otro para ver si tenía algún problema, algún desperfecto... Algo que la indicase que no era la adecuada pero al no encontrar nada y ver que, en efecto, Yota tenía razón al haberla denominado ''hermosa'', sería la mejor elección, sin duda.

Sí, sin duda creo que esta es la mejor. — Volvió a secundar al pelirrojo y tomó la calabaza, rumbo a la salida del huerto, sin embargo primero tomó un gran pañuelo que tenía en uno de sus bolsillos para atársela a la espalda, no iba a cargar con ella durante todo el camino... ''Tenemos que llegar pronto para que no se ponga mala... Eso también.'' Se recordó. —¿Volvemos a Uzushio? — Preguntó con una amplia sonrisa.
[Imagen: ksQJqx9.png]


—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Responder
#58
Sin duda, mi razonamiento era bastante claro y pronto Eri lo comprendió. Lo que hicimos estuvo bien, fue un gesto desinteresado y honorable, pero no nos daba derecho de excedernos. Vinimos a por una calabaza y llevarnos más sería un feo — y maleducado — detalle.

Le mostré una de aquellas calabazas enormes, de un naranja intenso y en la que se podían ver perfectamente los surcos sobre aquel caparazón grueso y resistente. A decir verdad, fue su color lo que me llamó la atención.

La kunoichi volvió a darme la razón, parecía contentarse con aquel fruto y todo indicaba que aquella iba a ser la escogida.


Sí, sin duda creo que esta es la mejor.

La peliazul tomó un pañuelo para envolver lo que había venido a buscar a Yachi dispuesta a cargar con ella. No era un gran peso, pero hasta Uzushio íbamos a tener varios días de viaje, por lo que no podía permitir que cargase ella sola con la calabaza ya de buen principio.

-De eso nada- repliqué arrebatandole la calabaza acomodándome la calabaza en la espalda -Yo cargaré con ella-

¿Volvemos a Uzushio?

-Claro, venga vamos, el viaje será largo-

Correspondí su sonrisa con la mía propia mientras la invitaba a abandonar aquel huerto. Aún quedaba un buen rato para que el sol empezase a descender así que había que aprovechar el tiempo de aquel primer día de regreso a casa.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Responder
#59
— Claro, venga vamos, el viaje será largo. — Respondió a su pregunta con otra sonrisa que hizo a Eri ensanchar la suya propia, y así, ambos, partieron hacia las afueras de Yachi. Ya que, aunque les quedaba un buen trecho y camino hasta su hogar.

Sin embargo...

¡Espereeeeeeeeeeeeeeeen! — Chilló una voz, y unas pisadas resonaron por las puertas de Yachi. —¡No os vayáis todavía! ¡Tengo algo para vosotros! — Alegó. Aquella persona no era ni más ni menos que una pequeña niña de cabellos rizados y alborotados, de un color miel, con unos ojos saltones, verdosos y brillantes; unas suaves pecas surcaban sus mejillas, y no llegaría al metro veinte ni de lejos... Tendría alrededor de siete años. —Por salvar nuestra querida Yachi... — Explicó, llevándose las manos a la espalda y ruborizándose.

Eri sofocó una sonrisa y se inclinó hacia la pequeña - ya que no había mucha diferencia de estatura - sonriéndole y dándole pequeños golpecitos en la cabeza.

Nosotros solo hemos hecho nuestro deber, ¿a que sí, Yota-niisan? — Explicó de vuelta, buscando con la mirada al pelirrojo, pero antes de que pudiese decir algo más, la niña volvió a hablar, con el ceño fruncido y las mejillas hinchadas.

¡Eso no es verdad! — Espetó, enfadada. —¡Nos habéis salvado! Por eso quiero daros esto... — Y la joven sacó de sus diminutos bolsillos tres pequeñas bolsas, que contenían una especie de llaveros con forma de calabazas, de tres colores diferentes: rojo, verde y azul. —Quiero que tengáis esto... Los hago aquí, y, bueno... ¡Dan buena suerte! Además, hay otro para el otro chico... Si lo veis, ¿podéis dárselo por mí? — Terminó con una sonrisa, tendiendo a ambos shinobi del remolino aquellos presentes.
[Imagen: ksQJqx9.png]


—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
Responder
#60
La muchacha engrandeció su sonrisa y sin decir nada aceptó, había llegado el momento de emprender el viaje de vuelta, así que salimos del huerto el uno al lado del otro mientras atravesábamos las calles de la ahora liberada Yachi.

¡Espereeeeeeeeeeeeeeeen!

Una voz infantil detuvo nuestros pasos.

¡No os vayáis todavía! ¡Tengo algo para vosotros! espetó una niñita que correteaba hacia nosotros Por salvar nuestra querida Yachi...

*¿Por salvar a Yachi? Vaya, al final nos ha tocado ser los héroes*

Vi como Eri se inclinaba ligeramente hasta quedar a la altura de la jovencita de aquella aldea al mismo tiempo que golpeaba de forma cariñosa su cogotera.

Nosotros solo hemos hecho nuestro deber, ¿a que sí, Yota-niisan?

-Esto... Sí, supongo..

No tenía muy claro que era lo que debíamos decir.

*En realidad todo fue cosa de la cabezoneria del bacalao y después de tus instintos por no abandonarle ante una muerte segura* me dije para mis adentros.

¡Eso no es verdad! — Espetó, enfadada. —¡Nos habéis salvado! Por eso quiero daros esto... — Y la joven sacó de sus diminutos bolsillos tres pequeñas bolsas, que contenían una especie de llaveros con forma de calabazas, de tres colores diferentes: rojo, verde y azul. —Quiero que tengáis esto... Los hago aquí, y, bueno... ¡Dan buena suerte! Además, hay otro para el otro chico... Si lo veis, ¿podéis dárselo por mí? — Terminó con una sonrisa, tendiendo a ambos shinobi del remolino aquellos presentes.

Bueno, no esperaba que tuviesen un nuevo detalle. Suficiente generosos habían sido permitiéndonos coger una calabaza y llevárnosla de forma gratuita, sin pagar un mísero ryo y ahora aquello... Pero mi curiosidad fue más fuerte que cualquier otra cosa así que cogí la primera bolsa, la abrí y vi lo que había en su interior.

*Ostras*

Una calabaza pequeñita del mismo color que mis cabellos. Levanté la cabeza y miré los ojos verdosos y de chiquilla.


-¿Lo has hecho tú? ¡Son muy chulos! Lo guardaré para siempre, así me acordaré de vosotros y de lo que pasó hoy para siempre- dije, aceptando aquel regalo tan curioso -Vamos, Eri, coge uno, no irás a decirle que no a una niña tan amable, ¿No?-

Miré de reojo a la peliazul para luego devolver la mirada a la chica de los cabellos rizados.

-Desafortunadamente, me temo que la calabaza del otro chico vas a tener que quedártela. No le conocemos y la verdad es que no sé siquiera si nos volveremos a encontrar con él, lo siento-
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Responder



This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.