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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Mogura se disculpó tras escuchar de labios de la chica que le había pegado un grandisimo susto. No era necesario, pero incluso sin serlo, éste lo hizo. Por el contrario, el comentario de Len pareció caer en desagrado del resto del grupo. Bueno, mas que en desagrado cayó en un saco vacío. Mogura le respondió que había pasado demasiado tiempo viendo o leyendo historias de miedo, mientras que la chica le mandó a dar un paseo de manera educada.

Casi impulsado por un demonio, el albino insistió en tergiversar aún mas la realidad. Insistió en las historias, y alzando y moviendo las manos de manera ridícula, inquirió que a la chica le asustaban las historias de fantasmas. Nada lejos de la realidad, a nadie le suele gustar ese tipo de historietas, quien mas y quien menos todo el mundo ha llegado a vivir alguna situación rara. Rara por no llamarla escalofriante.

¿Ti din mi-idi lis fintiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiismis?— En una clara imitación a voz aguda de lo que acababa de decir el chico, la peliblanco siguió el camino.

Lamentablemente, el camino a recorrer aún no había sido demasiado largo. Sus compañeros se habían entretenido en recoger una especie de retrato de una —¿UNA CABRA?— Si, efectivamente, se trataba de un cuadro de una cabra. ¿Sentido? Pues poco mas que el hecho de que venía supuestamente para ayudar a cuidar unas cabras. Pero aquí no había nadie...

Tras haberlo recogido Mogura, y enseñar el fascinante botín, fue Len quien lo entregó a resguardo de que quizás alguien fuese a echarlo en falta. Por una vez en su vida, el chico hacía algo con sentido. ¿Cuál? Ni idea, a saber... puesto que esa casa llevaba abandonada varios años, por no decir decenas de años. ¿Quién iba a echar en falta ese cuadro?

«En fin...»

La campanada sorprendió al grupo, que ágilmente se movilizó. Tal y como Mogura mencionó, no era una auténtica formación de combate, pero... ¿Por qué adoptar una formación de combate?

Se supone que estamos en tierras aliadas. ¿Por qué íbamos a tener que ir formados para combatir?

Siguieron el reguero del sonido hasta llegar a una gran plazoleta. En ésta, la estatua del cuervo era una de las principales atenciones. Aunque la campana, así como la edificación central tampoco quedaban atrás. El mencionado edificio carecía por completo de ventanas, y tenía una puerta de un tamaño quizás demasiado grande en comparación a lo habitual. Sin embargo, ¿qué no era extraño allí?

Mogura mencionó que quizás un pájaro podría haber levantado el vuelo desde el poste, y eso hizo sonar la campana. Len por su cuenta arremetió con otra hipótesis; podía ser cierto lo del pájaro, pero era importante que no se separasen, no permaneciesen en el centro de la plaza, así como era peligrosa la idea de que les cerrasen la salida.

La chica lo miró extrañado, había algo que Len quizás había pasado por alto. —Len... somos shinobis. Aunque nos cierren la puerta de salida, cualquiera de nosotros puede salir a base de saltos ayudándose de cualquiera de las casas cercanas a la barricada. Además, creo que todos sabemos correr en vertical... un muro así no es problema.

Para ese entonces, Mogura preguntó si querían que tocase de nuevo, ésta vez en la puerta del edificio central.

No sé si será la mejor de las ideas... como derrumbes esa puerta, pequeña fiesta nos montas... jajajaja.— Contestó al chico.
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#17
Len había lanzado una pregunta para la teoría del pájaro sobre la campana, miró a los lados y lo único que pudo encontrar fue la estatua de cristal. La señaló y después se encogió de hombros.

Un cuervo así, podría.

Pero ese cuervo no iba a moverse nunca de ahí, estaba destinado a ser un ave de tierra el resto de su existencia.

El peliblanco encapuchado diría un par de cosas que no lo dejaban del todo tranquilo al médico, hacía sonar las cosas como si realmente fuese un pueblo fantasma. Incluso sospechaba que podrían llegar a cerrarles la puerta y dejarlos atrapados, cosa que la kunoichi de ojos rojos descartaría totalmente como efectivo, prácticamente todos salían de la academia sabiendo como trepar paredes.

O bien podría tumbar la pared de un puñetazo...

Lo pensó pero no lo dijo, una pequeña parte de él se había comprometido a ser una persona un poco mas profesional en ese ambiente de misiones y entrenamientos. Pero no le evitaría que se le ocurriesen esas cosas.

La kunoichi contestaría su pregunta sobre la puerta y de paso lanzaría un comentario sobre lo que había pasado hace tan solo un instante.

Oh vamos... no fue mi culpa...

Por alguna razón no pudo evitar sonrojarse ligeramente así como tampoco pudo evitar que se le formara una pequeña sonrisa. Dio unos pasos hacía delante, en dirección a la puerta, e intentado de alejar su rostro de la mirada de sus compañeros.

Esta vez no va a caerse la puerta.

Dijo recuperando su color inicial. Al menos eso esperaba, que no se cayese esa puerta. Avanzó hasta colocarse frente a aquella barrera, miró sus pies un segundo y después volvió a ver la puerta.

Tok... tok... tok...

Volvió a dar tres golpes con sus nudillos, no eran mas que golpecitos normales, como los que le había dado a la otra puerta. Confiaba interiormente que las bisagras de aquella aparentemente cuidada puerta estuviesen en mejores condiciones.
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#18
Cri qui tidis sibimis quirrir in virtiquil — Contestó con el mismo tono burlón sacando la lengua y haciendo gestos; mostrando que pese a que habia madurado algo, seguia siendo un completo idiota. Un idiota de noble corazón. — Yo que sé, no me se todas vuestras capacidades y habilidades. Ademas, ¿Y si nos quedamos sin energias por una pelea, eh? ¿O y si nos encierran en una cúpula gigante de la que no podemos escapar? Y como me digas que cavemos un hoyo, no sere yo quien se manche las manos. — Sin cesar su palabreria, seguia agitando las manos mientras andaba con sus compañeros en busca del foco del sonido.

Una vez en la plaza, solo se dislumbraba la soledad; habia una estatua de un gran cuervo, ademas del ya mencionado gran edificio del que parecia provenir los grandes estruendos que habia provocado la campana. Incluso algunas ventanas y puertas de camino a la plaza, habian caido debido a la fuerza del sonido. Continuando las bromas, Mogura señalo la estatua como "acusando" de que algo asi seria capaz de hacerlo; como respuesta, Len se llevo una mano a la cara en gesto de desesperación. Ademas, los dos se tuteaban y casi parecian tontear como una pareja, cosa que no es que le estuviera molestando del todo, pero si se sentia algo excluido; por lo que se quedo un par de pasos atras del grupo mirando con seriedad alrededor lo poco que quedaba en pie de aquel pequeño pueblo.

Mmm... El estilo de las casa es tan normal y rutinario; apenas hay algo que se salga de la estética. En fin, al menos se puede explorar este basto mundo; que ganas de ver mas cultura. — Absorto en sus pensamientos, ni si quiera se entero de cuando Mogura tocó a la puerta; se acarició su propio brazo con gesto de pasar frio, pero nada mas lejos de la realidad, era otro escalofrio. Los arboles, pequeñas plantas e incluso hasta las malas hierbas, se veian completamente muertas y deshidratadas, cosa que por si antes no habia quedado claro, confirmaba aun mas la falta de actividad por el lugar.

¿No se supone que buscabamos cabras o lo que puñetas fuera? A este paso lo único que vamos a pastorear va a ser la niebla y el frio.
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#19
La vena de la sien de Katomi comenzó a palpitar con turbulencia al ver que Len la imitaba como escasos segundos atrás ella lo había hecho con él. La palabra irritable e infantil se quedaban cortas con éste chico, pero en fin, qué mas podía pedirse de un chico. Evidentemente, toda chica madura varios años antes, seguramente el chico aún estaba en la pre adolescencia. Dejó caer un suspiro, y contuvo sus fatídicas ganas de golpearlo hasta la muerte, al menos por el momento.

Mogura pareció conforme con lo que la kunoichi dijo acerca de las habilidades que tenía para poder escapar en caso extremo. Sin embargo, el chico albino seguía con su pesimismo. Era horrible, increíblemente nefasto. ¿De veras podía ser tan negativo?

Entre sus argumentos no faltaban las peores de las posibilidades, desde una cúpula hasta zombies... Lo único que podía reconocer de éstos comentarios, es que no le faltaba imaginación. Era raro que ésta urbe estuviese en éste estado tan desolado, que no encontrasen a un solo aldeano, o que ni tan siquiera hubiesen huellas del animal al que habían venido a cuidar. Pero de ahí a imaginar toda esa tanda de chorradas, era absurdo.

No pienso debatirte lo absurdo que son tus teorías, Len... Por muy difícil que se ponga la situación, hemos entrenado desde hace años para afrontarlas con valor. Al menos yo creo estar preparada, he entrenado y sigo entrenando para afrontar cualquier situación.

Por otro lado, Mogura insistió en pegar en la puerta. Inquirió que la puerta que había derribado anteriormente no había sido a causa suya, por otro lado... Si, Len insistía con su pesimismo. Al parecer, quería pastorear cabras o algo similar. Tampoco le prestó demasiada atención la chica, casi lo daba por un caso perdido.

Tok, tok, tok.

Los tres golpes de nudillo resonaron en la madera, casi produciendo un tétrico eco en el lugar. Por un momento, el silencio fue reino de la urbe. Nadie contestaba al sonido, la puerta no cedió, y nada parecía oponerse a la presencia de los chicos.

No parece que haya nadie...— Sugirió la chica.

Pero en ésta ocasión la de orbes color carmesí no tuvo nada de razón. A la retaguardia del grupo un pequeño golpe resonó en eco. Una piedrecita había golpeado varias veces el suelo, producto de algún tipo de movimiento. Katomi se giró ipso facto, llegando a ver que varias casas atrás había una diluida silueta que se debatía entre la penumbra y la niebla. —No lo hagáis... no entréis...

Una voz apagada, y sobre todo baja advirtió a los chicos. El mensaje era claro, no debían entrar en el edificio principal. En apenas un segundo, la sombra se desvaneció en la nada. Casi parecía tratarse de un fantasma, en ésta situación, las hipótesis de Len podían llegar a parecer las mas acertadas.

¿Qué coño...?— Pensó la chica en voz alta.

Sin esperar siquiera al grupo, la chica se adelantó a ver si encontraba al susodicho sujeto, pero su intento fue en vano. Buscaran cuanto buscaran, la persona que les había hablado había desaparecido.
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#20
Parecía que el joven genin de pelo blanco iba perdiendo poco a poco la compostura a causa de sus reiteradas incursiones en la literatura de terror sumado a su habitual comportamiento de niña histérica estaba dando un resultado que claramente estaba erosionando la paciencia de la Sarutobi. Por su parte, Mogura seguía dentro de sus cabales, no trazaba teorías iluminati ni tampoco incluía la intervención de seres extra terrestres en sus planes de aquel día.

No hubo una respuesta directa de aquella puerta, no se cayó pero si se quedo callada. Alivio y decepción se mezclaron en ese momento dentro del joven médico. Katomi incluso resaltaría con precisas palabras lo que estaba pensando el muchacho de cabello azabache pero esas palabras serían refutadas rápidamente por una voz detrás del grupo.

La kunoichi sería la primera en girarse para hallar la fuente de aquel sonido, le seguiría Mogura y probablemente Len también. Llegó a ver aquella sombra lo poco que duró antes de desaparecer entre la niebla. Se colocó junto a peliblanco aunque claramente se demoraría un poco en llegar pues tenia que recortar la misma distancia que ella sumada a la distancia que había tomado previamente para poder golpear la puerta.

Bien...

Estaba empezando a crecer dentro el enojo, aquello había sido realmente extraño y para nada agradable, hacía un rato que estaban tratando de encontrar a alguien y lo único que recibían era una especie de broma.

¿Qué ha sido eso?

Preguntó al grupo mirando en todas direcciones para confirmar que no había rastro alguno que fuese posbile seguir y finalmente volvería su mirada a la puerta.
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#21
La extraña silueta que aparecio entre la niebla, se les dirigio a ellos pidiendo que no entraran en aquel lugar; de la misma manera que apareció y tras ello, desaparecio entre la densa niebla. Len que era el que mas cerca estaba en aquel momento del grupo, no movio si quiera un dedo, se mantuvo como una torre de vigilancia observando de brazos cruzados y escuchando lo que la tenue voz les advertia. Las historias de terror y fantasia que no dejaba de leer, parecian haberle sido utiles, pues no parecio verse ni si quiera amedentrado un poco. Estaba paralizado del miedo y casi sudando.

Ge-ni-al. Simplemente, genial. Me cago en todo ¿que puto mal rollo de misión es esta? Un pueblo abandonado, ahora nos habla lo que parece un fantasma. Santa mierda, tengo unas ganas de volver a casa que no son normales.

Su compañero Mogura se acerco a el, lo que le resulto tranquilizador, es decir, si tenia que huir, podia cortarle el tendon del pie en un rapido gesto y dejar que las criaturas de la oscuridad que parecian residir aquel lugar, se lo merendasen mientras el huia a gran velocidad. Ojala fuera tan sencillo, facil y sin escrupulos, pero su propio codigo moral y honor, le impedian hacer tal traición, no a su villa, lo cual casi se tambaleaba en un hilo por defender el nombre de esta, si no por el de abandonar a un compañero en cualquier situación. Giró la cabeza brevemente, mirando a Katomi, para encogerse de hombros, despues chistar y ladear la cabeza, como queriendole decir solo con su intenso color de ojos azules "¿Y ahora que? ¿Que hacemos".

Sin importar la respuesta ni lo que fuera a ocurrir, resoplo por los nervios que estaba comenzando a acumular en aquel dantesco lugar, el cual parecia uno de los tres infiernos de las villas. Se froto sus propias manos y despues se tapo la boca con una de estas. Los arboles, o lo que quedaba de ellos, en aquel lugar, arqueaban extrañas y aterradoras figuras con las que nadie se agradaria encontrar en la oscuridad de la noche. Estaba casi desesperado por encontrar respuestas.

Katomi. ¿Que hacemos? No podemos quedarnos aqui de brazos cruzados. Somos shinobis, debemos cumplir esta misión y largarnos de aqui. Cuanto antes lo hagamos mejor, cada minuto que paso aquí dentro, siento la sensación de miles de ojos que me observan y me juzgan... Me pone de los nervios. — Su mirada se entrecerró llena de seriedad y determinación, aparto las manos de su fino rostro y se dirigio andando lentamente a Katomi con paso firme pero delicado. — Desearia largarme de aquí, que alguien de mayor rango o lo que sea, se ocupara de investigar lo que esta pasando. — Se detuvo un instante a su lado para despues retomar el paso — Pero eso no va a suceder, debemos acabar esta misión. Asi que ya estamos tardando en movilizarnos. — De manera improvisada y sin querer, habia dejado caer casi todo el peso de la misión sobre Katomi, casi nombrandola lider del grupo; no queria dejarle caer tal peso sobre sus hombros a su compañera de cabellos canosos, pero espera poder estar ayudarla en la medida de lo que fuera posible por evitar cualquier mal mayor.
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#22
Mogura y Len no quedaron menos extrañados ante el fenómeno que la chica. Ésta había sido la primera en alejarse un poco del grupo, pero casi de seguido procedió a seguirla Mogura. Éste estaba tan amedrentado como ella, no tuvo mas palabras que soltar que preguntar qué coño había sido eso. Lamentablemente, esa pregunta no tenía una posible respuesta, al menos no por parte de la kunoichi.

...

La chica sostuvo las palabras, mantuvo un asqueante silencio, el cual interrumpió Len. Katomi volvió la mirada ante las palabras del chico, pensando que quizás dijese algo con sentido. Sin embargo, su inocente confianza se vio hecha trizas en un instante. Empezó por buen camino, diciendo que debían buscar la manera de moverse y cumplir la misión; poco tardó en derivar en que tenían que irse cuanto antes de allí, que sentía como cientos de ojos le observaban y juzgaban.

Sus ojos se hincaron en los del albino, pero pese a que quería arrancarle la cabeza, esperó a que terminase de hablar. Hizo hincapié en que quería largarse cuanto antes de allí, que deseaba que otro shinobi de mayor rango se encargase de averiguar qué estaba pasando allí; para sorpresa de la kunoichi, terminó argumentando que eso no pasaría, que antes terminarían la misión.

Seguramente era de las primeras veces que la chica estaba de acuerdo con el albino. Posiblemente éste hecho venía a cuento de que no paraba de hacer sandeces, pero ésta vez parecía ser distinto. Quizás, solo quizás, no le arrancase la cabeza al pobrecito...

Bueno... no cabe duda de que algo raro pasa. La misión era bien sencilla, llegar aquí y ayudar a los cabreros con sus animales. Pero aquí no hay ni cabras, ni cabreros, ni nadie... bueno, de ésto último podríamos decir que si. Alguien ha tenido que dar ese "consejo".— Argumentó la chica a ambos compañeros, haciendo énfasis en esa última palabra. —Ahora mismo veo dos opciones. Poner patas arriba la aldea buscando a quien quiera que fuese esa persona, o bien pasar olímpicamente del consejo y entrar en el edificio de ahí. Puede ser que guarden ahí algo que no quieran que veamos, ¿no?

Obviamente, su dedo acusador señalaba al edificio central. Realmente, una tercera opción sería hacer arder toda la aldea entera, pero quizás eso no fuese una buena solución al problema presentado.

Yo votaría por buscar a la persona que se ha escondido de nuevo. Además, la niebla no supone gran problema... Acabo de recordar una de las clases de combate en condiciones extremas. La niebla se puede disipar con calor... y yo soy capaz de hacer arder hasta un lago.

Razón no le faltaba.
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#23
Parecía que todo estaban de acuerdo en lo que pensaban, que el pueblo ese era rarisimo y que algo estaba sucediendo y que había que terminar la misión. A fin de cuentas, la única cabra que habían visto era la que estaba en el cuadro ese dentro de la casa que estaba abandonada y al único ser capaz de tener la inteligencia capaz de hablar el mismo idioma que ellos se había esfumado en la niebla misma.

Si tan solo esta niebla no estuviese... aunque... Katomi sabe técnicas de fuego...

Con la niebla presente sería eterna la búsqueda, pero al joven médico no se le habían olvidado las habilidades de la Sarutobi. De todas formas se guardó sus pensamientos, en una misión de rango tan bajo no se suponía que fuese necesario el uso de técnicas de combate.

Peinar el pueblo entero puede tomar mas tiempo que abrir esa puerta... Si eso que acaba de "advertirnos" realmente no quiere que abramos la puerta vendrá a "impedirlo"...

Volvería su mirada hacía la puerta, junto al dedo acusador de la kunoichi de melena blanca. Miró unos segundos directo a los ojos de la muchacha.

Si no hay nada útil dentro de ese lugar, te ayudaré a sacar esta niebla del camino.

Era algo de lo que podía ser capaz, si juntaban sus elementos como lo habían llegado a hacer tiempo atrás el trabajo sería hecho el doble de rápido y de esa forma tardarían mucho menos. El planteo de Mogura era sencillo, abrir la puerta y después buscar al tipejo fantasmagórico.

Si nadie lo impedía, el joven Manase avanzaría nuevamente hasta la puerta, y sin golpear esta vez intentaría empujar las hojas de la gran entrada con la intención de abrirlas.
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#24
Cuando Katomi miró de manera casi desafiante a Len, este se amedentro un poco, llegando a tragar saliva debido a un pequeño susto, para posteriormente, volver a soltar una de sus gracietas; extendiendole un poco la mano y con los ojos entrecerrados, argumentó con su dulce voz

Wow, mataria a mil reyes por esa mirada — Tras ello rió y se acarició el pelo, intentando aumentar de esa manera sus... ¿Posibilidades? Aunque la verdadera cuestión, con una clara respuesta, era si tenia mas papeletas de morir o de llegar a penetrar tras las llamas de vivaz joven.

Y a continuación, mas disparates, y por una vez, no salidos de su boca. Planeaban entre los dos prender fuego al poblado entero casi arrasandolo para buscar personas que respondieran a sus preguntas, y de paso, tener un buen filete de cabra para llevarse al estomago, porque la gran idea de "bombero" que se les ocurrio, no tenia pinta de llegar a salir bien.

A ver a ver a ver... — Comentó preocupado extendiendo un poco las manos y desviando la mirada a todo el pueblo. — ¿Quereis prenderle fuego a todo el pueblo? ¿Pero vosotros quereis que nos quedemos pagando una multa de por vida o qué? De esa manera matareis incluso a las cabras, o lo que demonios sea, que debemos cuidar; si es que hay algo por aqui que camine sin haber salido de su tumba. — Volvio a señalar como todos habian hecho la puerta del supuesto campanario, que quedaba a su espalda. — Sin duda alguna, lo mejor es tirar esa puerta y seguir buscando, y si ocurre algo, buscamos al que nos advirtio y le damos una paliza para que espabile. — No es que el miedo se hubiera disipado en él, es que precisamente el miedo, era lo que le estaba impulsando, no dejaba de repetirse una y otra vez, que si moria ahí, al menos alguien pagaria el pato, o en este caso, la cabra.
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#25
Loco. No había otra palabra que abarcase mejor el conjunto que conformaba ese chico albino de ojos azules. Simplemente asombroso. Hacía un momento había estado llamando la atención de todos los modos que supo, fortificando sus sandeces en una tanda de chorradas acerca de espíritus, miradas, peligros inminentes. Desde luego imaginación no le faltaba. Para colmo, cuando la chica le fulminó con la mirada, lejos de comprender su error, tan solo pareció verse emocionado ante la mirada. No parecía comprender que su comportamiento estaba resultando muy negativo.

Mil reyes se matarían entre ellos mismos, sin con ello te hicieran callar de una vez...— Murmuró la chica, tratando de no fastidiar mas la situación.

Mientras tanto, Mogura se había adelantado casi hasta el portalón. Comentó que peinar el poblado con esa niebla podía suponer una gran perdida de tiempo, por no hablar de que podían estar en movimiento quienes fuesen que estaban jugando al escondite. Así mismo, añadió que podían abrir el portalón. De esa manera podrían descubrir qué había dentro, así como que el que había avisado antes intentase detenerlos. La verdad, no era mala idea. Forzar al que se había escondido a evitar la acción que pretendía disuadir.

Para cuando la chica iba a afirmar la decisión de Mogura, Len volvió a entrometerse. Protestó en contra de quemar el pueblo, cosa que a Katomi no le gustó demasiado. Quemar cosas siempre es divertido... Pero no, no fue la típica pataleta de niño a la que acostumbraba. Se limitó a decir que si prendían fuego a todo, estarían pagando desperfectos de por vida. Razón no le faltaba. Tras ello, pareció no hacer caso a lo que anteriormente había dicho el de cabello azabache, pues sugirió exactamente lo mismo. ¿Acaso no le había escuchado?

Len... eso es exactamente lo que acababa de proponer Mogura...

Para ese entonces, el chico de cabellera mas oscura que la misma noche, se encontraba ya en posición. Con las mismas, alzó sus manos y las posó sobre la superficie de la puerta, y empujó. La puerta crujió, y una pequeña cantidad de polvo cayó sobre el genin. Salvo eso, nada más pasó. La puerta apenas había retrocedido, tenía algún sistema de cierre.

De pronto, una bandada de al menos diez cuervos se abrieron paso a través de la niebla. Sus graznidos y revoloteo alteró de nuevo el rumbo del sepulcral silencio, haciendo de ellos toda la atención posible. Éstos no tuvieron otra idea que acudir a la estatua central, la de un cuervo válgase la redundancia. Sobre ésta, se posaron todos y cada uno, los cuales parecían espectadores del show que daban los genins.

La peliblanco no fue menos, su mirada se desvió súbitamente hacia los pájaros.

MARCHAOS! ANTES DE QUE SEA TARDE!!— La voz del individuo resonó por todos lados. La misma niebla parecía llevar el mensaje de éste singular sujeto. La advertencia cada vez era mas dantesca, no habría oportunidad alguna si no huían a tiempo.

La chica se volvió hacia donde se encontraba Mogura, la puerta del edificio.

Si la puerta no se abre... podemos abrirla a la fuerza. Ya estoy un poco cansada de éste juegecito...
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#26
¡Va a abrirse...!

Pensó inicialmente Mogura, pero rápidamente descartaría esa idea al ver que una fina cortina de polvo se desprendía de aquella puerta y cubría la parte superior de su paraguas, al contrario de la casa no había tanto polvo como para darse un segundo baño durante esa jornada.

¿Qué... sucede?

El terriblemente molesto e intranquilizador ruido de los cuervos se hizo presente cuando aquellos diez diablos tomaron el centro de la plaza como reclamándole al genin por su intento de invadir aquel lugar. Sus ojos que habían llegado a abrirse un poco a causa de la sorpresa se entrecerraron ligeramente para apreciar el detalle de que todos se posarían en la estatua.

No me iré a ningún lado sin un comprobante de que he hecho mi trabajo en este lugar.

Pensó para si mismo a la vez que buscaba con sus ojos a la Sarutobi, parecía que estaba ya casi tan agotada de la situación como él, aunque puede que en su caso la intervención de Len habría tenido mucho mas que ver.

Bien, vamos de nuevo...

Con su mano libre hizo un gesto que considero adecuado para el momento, estirando ligeramente su puño en dirección a la kunoichi alzó el pulgar asintiendo levemente con la cabeza. Giró sobre si mismo y encaró aquella barrera de madera cerrada por dentro, si hubiese tenido sus habilidades un poco mas pulidas podría haber hecho mano a algún pedazo de metal e intentar abrirla con mas cuidado, pero no había ni ganas ni tiempo y no sabía como hacer eso.

Déjamelo a mi.

Formó un puño con su mano libre y lo lanzó contra la puerta, si estaban atentos podrían pensar que iba a terminar rompiéndose la mano con lo que estaba por hacer, golpear semejante cacho de madera con la mano desnuda. Pero el joven médico estaba haciendo uso de una técnica de la que probablemente ninguno de sus compañeros estaban al tanto.

¡PUUM!

Mogura habría liberado en el instante adecuado la fuerza tremenda del Okasho, justo en el momento en que su puño tocaría la puerta.

¿Va a abrirse ahora?
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#27
Por suerte para él, para su ropa y para su delicado cuerpo; entraron en razon y decidieron no hacer arder todo el pueblo en llamas para convertirlo en uno de los siete circulos del infierno, por lo que Mogura, reafirmandose así mismo, se disponia a lo que parecia derribar la puerta, tras un breve empujón, con el que por motivos evidentes la puerta no cedio, pero si el polvo sobre ella y sobre las muescas que tenia esta. Algo impaciente, Len observaba algo distanciado, detras de Katomi como con aburrimiento en el rostro, bostezo levemente sin que la fogata ardiente de Amegakure le replicase algo mas; ya se habia cansado de provocarla y hacer el tonto.

CAWCAWCAWCAW — Una gran bandada de cuervos recorrio el habitual cielo nublado, para posteriormente posarse en la estatua central del pequeño poblado. Siguiendolos con la mirada, una gota de sudor frió recorrio la espalda del joven de cabellos canosos, que se vio nuevamente algo asustado. Todavia sin separar sus brazos cruzados, trago saliva y entrecerró los ojos, intentando pensar para sus adentros, que no se amedentrara por algo tan tonto.

Joder macho, este poblado cada vez da mas mal rollo... Solo espero conservar el cuello al salir de aquí y una paga decente por lo que estoy pasando... — Se acarició su delicado cuello por encima de su bandana y luego la nuca sin cesar la vista sobre los cuervos, mientras, a sus espaldas, Mogura mostraba sus dotes medicas, con la precisión y delicadeza del mas habilidoso cirujano, se dispuso a ejecutar la mas certera y mejor manera de abrir una puerta cerrada. Una gran hostia.

Len se giró para observar como le soltaba una buena hostia a la puerta, mientras no dejaba de pensar que la mejor manera de entrar es con una patada y gritando a los cuatro vientos "Ya estoy en casa". Aparto un poco la capa que le cubria casi todo el cuerpo, quedando la mitad izquierda de su cuerpo visible a su vez, acercó su mano contraria hacia la empuñadura del arma que llevaba en su hombro, con la esperanza de no tener que pelear contra nada que saliera disparado de la puerta.
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#28
Ante la situación, la decisión estaba clara. La chica estaba comenzando a llegar a su límite, mientras que Len había mantenido un ridículo silencio. Aunque bien pensado, si éste hubiese abierto la boca de seguro la tensión abría aumentado en un 1000%, cosa que no sería agradable para ninguno de los presentes.

Mogura afirmó la decisión de la peliblanca, alzó su dedo indice e indicó que se lo dejasen a él. Tras una breve pausa dramática, en la cual la chica casi le alcanzó en lo referente a distancias, el de cabellos azabache cerró el puño. Sin prisa, pero sin demora, el genin asestó un tremendo golpe en la puerta. Posiblemente Len y la Sarutobi no habían caído en cuenta de que ese golpe no había sido para nada mero taijutsu; pero fue mas que evidente cuando el desencadenante del golpe sucumbió.

La puerta salió despedida al menos 4 metros, rompiéndose las bisagras en el mismo golpe. Los metales salieron disparados, la puerta mas de lo mismo, y una pequeña cortina de humo se elevó con el mismo golpe de la puerta contra el suelo. Bueno, sería mas correcto decir contra la alfombra. Frente a la entrada, una enorme alfombra de casi 3 metros de ancho llegaba hasta lo mas profundo de la sala.

El espectáculo que había formado dentro era aún mas impactante que el causado por la puerta.

La sala estaba por completo a oscuras, la única tenue luz natural que entraba era la reciente apertura de la puerta. Ocho pilares de pura roca hacían una especie de pasillo, hasta llegar por la alfombra carmín hasta una especie de altar. A ambos lados del mencionado pasillo, un centenar de bancadas se daban sucesión hasta pocos pies del altar. En éstas bancadas, numerosas siluetas pertenecientes a personas se encontraban sentadas, e inalteradas aparentemente. A lo más, llegaron a girar levemente el cuello, buscando identificar el motivo de tal discordia en su lúgubre silencio. En lo mas alto, tras una hilera de escaleras no demasiado pronunciadas; justo atrás del altar, había una silueta mas, una persona que parecía tener la batuta de ésta funesta orquesta.

Cabe a destacar que todos y cada uno de las personas sentadas mantenían silencio, y vestían de la misma manera. Todos tenían una especie de manto que cubría sus cabezas, dejando una apertura frente al rostro, pero impidiendo su visión con puro juego de luces. Vestían de color blanco marfil, y la especie de capucha se deslizaba hasta cubrir una especie de kimono muy elaborado de la misma tonalidad. El único que destacaba era el sujeto mas alejado, el cuál vestía de la misma manera, pero en tonalidades caoba.

Si, éstos pequeños detalles podían diferenciarse a causa de que no había luz natural, pero habían numerosos candelabros colgados de las rocosas paredes. Así mismo, también habían un par de lámparas con velas, ésto producía que la sala estuviese casi en penumbra, pero con zonas visibles y muchos juegos de sombra.

Bueno... al menos hay personas...— Argumentó la chica algo nerviosa.

El silencio se mantuvo, y las miradas parecían cernirse sobre la puerta, o quizás sobre la entrada.

La Sarutobi se adelantó un poco, y esperó que Mogura la siguiese. Sin duda alguna, si habían personas, podrían hablar y sacar información de qué leches sucedía. Al menos eso era lo que bañaba la mente de la kunoichi, quizás estuviese metiéndose en la mismísima boca del lobo...
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#29
La muralla de madera había caído ante el puño del joven médico, lo cual dejaba el acceso totalmente libre al trió de genin. La cosa no se ponía mas alegre dentro de los muros de aquel edificio, para nada. Una serie de pilares marcaban un pasillo alfombrado con bancos y un puñado de personas que no se mostraban muy sorprendidas por la actuación que había realizado Mogura.

Hmm...

No quiso romper el silencio que había en aquel lugar mientras examinaba la escena, parecía que ahí tampoco había cabra alguna, cosa que no beneficiaba en lo absoluto a la misión. El lugar realmente no era nada agradable, incluso la poca luz que había era la que ellos habían traído tumbando la puerta ¿qué demonios estaban haciendo en la oscuridad hacía un momento atrás?

Al menos hay personas...

Pensó casi al mismo tiempo que la kunoichi pronunciaba sus palabras, siendo la primera en hablar si es que Len no hacía algún comentario. Y así como tomó la iniciativa para hablar, también lo hizo para dar los primeros pasos hacía aquella extraña situación. No pudo evitar recordar en aquel instante las palabras de la Arashikage aquel día... pero... ¿sería que algo de la situación le hizo acordar a ese día?

Sea como sea se desprendió de su paraguas ahí mismo en la entrada y avanzó junto a su compañera y amiga colocándose a su diestra medio paso detrás para evitar bloquearle la vista de ese lado. Miró un segundo atrás y le hizo una seña a Len con su mano para que imitara la acción.

Si esto es una celebración... nunca había escuchado de ella...

Ciertamente no había llegado a saber de alguna clase de rito a oscuras dejando el pueblo totalmente abandonado y trabando las puertas.
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#30
La caida de la puerta de acero retumbo en la sala a la que iban a entrar, pero en el exterior el ruido tampoco fue precisamente leve. Sus compañeros, los cuales ya se habian adelantado a entrar sin muchos reparos, atravesaron el marco ahora dañado de donde colgaba el robusto trozo de acero. Caminó con intención de entrar tambien, pero no con la misma confianza que parecian demostrar sus compañeros. Ya habia estado en un zulo por casi un año entero, y no queria volver a perder de vista la luz del sol; los meses de gran oscuridad con un solo leve rayo de luz que solia aparecer en muy pocas ocasiones, era lo mas parecido que tenia sobre el mundo exterior. Se acercó hasta el marco, y sujetandose a la pared, asomo la cabeza para ver que habia en adelante.

Es la fiesta de cumpleaños mas siniestra a la que creo que he asistido. — Susurró por lo bajo, tal vez sus compañeros lo escucharian, pero como anteriormente seguro que no le prestaban ni importancia ni atención. Tras ello, se adentró muy lentamente, parecia casi tener miedo. Estaba algo nervioso y su rostro estaba ligeramente sudoroso, tragó su exceso de saliva debido al nerviosismo y se apego un poco a Katomi, sabia que si ocurria habia dos opciones: O que fueran un buen par de escudos humanos; o que la mala hostia de su compañera hiciera acción y los sacara de ahí a base de golpes y quemaduras.

Siguio observando el lugar, era bastante pintoresco y casi atemporal. No parecia de la misma cultura sobre a la que ellos estaban acostumbrados; casi parecia ser sacada de las divagancias de algun loco, pues los juegos de sombras que se extendian por todo el edificio, daban lugar a deformes y tetricas sombras chinescas. Len, quien no dejaba de contemplarlo todo algo aterrado, se amedentro un poco, y termino por pegarse a la espalda de Katomi, mirando por encima de su hombro y susurrandole.

Oye... Aqui dudo que haya cabras... De hecho si las hay creo que esas buenas gentes o una de dos, se las han comido o las han usado para alguna especie de ritual. Quien sabe, a lo mejor es nuestro dia de suerte y podemos ver fuerzas del mas allá. — Las divagancias y su agudo sentido del humor, era lo que le hacia poder avanzar en muchas de las situaciones; y tambien lo que le habia llegado a costar mas de una buena paliza. Pero era algo que no tenia intención ni de cambiar ni de evadir, nadie entendia su buen sentido del humor; solo lo hacia con la misma intención que con la que lo decia para el mismo, evadir algo la realidad y sobrellevar las situaciones con humor buscandoles el lado positivo.
Hablar (Royalblue)Pensar (MediumOrchid)

¡Gracias a Ranko por el avatar!
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