Nivel: 11
Exp: 0 puntos
Dinero: 20 ryō
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
El hombre debería estar realmente asustado, mucho. Catalogó a sus captores como "hombres malos", cosa que quizás sería lógica en un niño de tierna edad, no en un hombre. Afirmó no conocerlos, lo cuál no era de extrañar, al menos a ojos de Aiko. E hizo hincapié en que estaban en una cueva, encerrados en jaulas, y que había un total de cuatro rehenes mas. Sin embargo, no dio a mas, el hombre se llevó las manos a la cabeza, incapaz de seguir hablando sobre ello.
Riko actuó entonces, afirmando que los salvarían, y que se ocuparían de los "tipos malos". Así mismo, también le pidió al hombre que se marchase a las autoridades, e informase de inmediato. Entre tanto, él y la chica se ocuparían de todo. El hombre, contento con la decisión, recalcó un importante detalle sobre la cueva. En el suelo, en la misma entrada, había un dibujo de un dragón rojo. Éste no se despidió sin antes agradecer a ambos la ayuda.
—No hay de qué. —contestó la chica. —hora corre hacia los guardias, y avisa de lo que sucede.
Tras ello, la chica volvió la mirada hacia la maldita senda. Dejó caer un suspiro, y miró de reojo al genin que tenía a su lado. Apenas lo conocía, pero no parecía implicado en ésto. ¿Sería otra sucia jugarreta para conseguir atraparla y robarle la inmortalidad? No debía dudar de esa posibilidad...
—Espero que no sea otra vez el vendedor ese que intentó robarme la inmortalidad la última vez... aún debería estar en el hospital...
La verdad, era raro que fuese obra de ese tipo, debería haber escarmentado, ¿no?
Sin embargo, el rumor que había ido difundiendo no habría llegado solo a oídos de ese gordo, no cabía duda de que otras muchas personas querrían robar ese bien tan preciado y codiciado por la humanidad al completo. Pero bueno, tampoco debía dejar la posibilidad de que fuese cierto lo que el hombre decía a la suerte, si era cierto, esas cuatro personas corrían un peligro real e inminente.
—Bueno, vamos allá. —inquirió, para tras ello iniciar una carrera hacia el lugar del que huía el hombre.
«Una cueva con un dibujo de un dragón rojo en la entrada...»
Nivel: 13
Exp: 12 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
El hombre aceptó de buena gana la idea del peliblanco y, no sin antes agradecerles con esmero a los dos jóvenes que lo fueran a ayudar, salió corriendo hacia la capital del complejo en pos de avisar a la guardia de lo que había sucedido allí y que con suerte, mandaran gente a ayudarlos.
—Espero que no sea otra vez el vendedor ese que intentó robarme la inmortalidad la última vez... aún debería estar en el hospital...
El Senju parpadeó un par de veces, pensando que no había escuchado bien o algo por el estilo, pero era imposible que se hubiera inventado aquello por lo que, sin preámbulos, preguntó.
— ¿Cómo que robarte la inmortalidad? ¿Qué quieres decir?
Después de que terminara esta pequeña charla, ambos genin se lanzaron a la aventura, en busca del escondite de los hombres que habían secuestrado a todas aquellas personas, andando a ras de las montañas y mirando el suelo tratando de encontrar el extraño dibujo del que el hombre les había hablado.
— Oye Aiko... ¿tú crees lo que nos ha contado el hombre? Quiero decir, parecía realmente asustado pero... — Riko presentó sus dudas sobre aquello que estaban haciendo.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
Nivel: 11
Exp: 0 puntos
Dinero: 20 ryō
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
El comentario que la pelirroja soltó sin mas, el de que esperaba que no fuese de nuevo el comerciante, sin duda tuvo un efecto bastante poco relevante para el joven que había a su lado. Éste, quedó perplejo, no pudo mas que parpadear un par de veces, incrédulo de lo que había escuchado. Sin embargo, para la chica no constaba como algo extraordinario. Riko no tardó en preguntar, no podía ocultar su curiosidad, el saber a que se había referido la chica.
—Obvio... ¿acaso no has escuchado de la pelirroja que no puede morir? Mi cuerpo regenera cualquier herida, así que soy... lo que normalmente se catalogaría como inmortal. —contestó, encogiéndose de hombros y estirando ambas manos en señal de indiferencia, como si lo que contaba fuese lo mas normal del mundo.
Pero, lejos de dejar tiempo a hablar demasiado, la chica emprendió la carrera. Ambos corrieron, pues el tiempo jugaba en su contra, buscando sin demora el refugio o cárcel de la que hablaba ese hombre. En el camino, el genin que la acompañaba también dudó por un instante del hecho, sucumbiendo a preguntar a la pelirroja.
—La verdad, se veía asustado, pero he conocido a personas que mienten muy pero que muy bien. Solo lo descubriremos cuando demos con la cueva...
»Igual, tampoco me da miedo encontrarme de nuevo en una trampa.
Quizás la confianza se le había ido a la cabeza, aunque, ciertamente una jaula no era el mayor de sus problemas. Con sus habilidades, era una presa muy difícil de encarcelar. Sin embargo, no todos sabían de ello. Por contra, estaba enseñando sus habilidades al público mas de lo deseado.
«¿Donde diablos estará esa cueva?» Se preguntó mientras continuaban la carrera.
Nivel: 13
Exp: 12 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
—Obvio... ¿acaso no has escuchado de la pelirroja que no puede morir? Mi cuerpo regenera cualquier herida, así que soy... lo que normalmente se catalogaría como inmortal.
La pelirroja que no puede morir, así se catalogaba aquella joven y, por más que lo intentaba, no conseguía entenderlo, desde siempre había pensado que todas las leyendas sobre gente inmortal no eran más que eso, simples leyendas, pero aquella kunoichi afirmaba con toda la naturalidad del mundo que ella poseía ese don, y las preguntas rondaban por la cabeza del peliblanco a todo trapo, tratando de ser la primera que éste pronunciase, pero antes de poder reaccionar, Aiko echó a correr y Riko tuvo que seguirla para no distanciarse demasiado, por lo que decidió que dejaría ese tema para más adelante.
—La verdad, se veía asustado, pero he conocido a personas que mienten muy pero que muy bien. Solo lo descubriremos cuando demos con la cueva... Igual, tampoco me da miedo encontrarme de nuevo en una trampa.
El Senju asintió, dando la razón a la pelirroja y tratando de no mal pensar de aquel hombre que, desde luego, parecía aterrado, por lo que siguió su camino convencido de dar con el escondite de las sabandijas que lo habían secuestrado. Los dos genin pasaron por dos cuevas sin éxito a la hora de buscar el dibujo que el hombre les indicaba, pero, cuando llegaron a la tercera...
— ¡Eh, Aiko! ¡Mira! — Bajó el tono de voz, tratando de evitar que el eco de la cueva los delatase y señaló a la base del agujero que era la entrada a la cueva donde se podría observar un pequeño dibujo de un dragón rojo, tal y como les habían dicho. — Parece que al fin y al cabo, no era mentira. — Aseguró Riko en tono serio.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
Nivel: 11
Exp: 0 puntos
Dinero: 20 ryō
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
Sendos genin emprendieron la carrera, en busca de la susodicha cueva, donde el grupo de maleantes habían secuestrado a otros cuatro individuos. La carrera era bastante veloz, ninguno parecía querer dejar en manos del destino la suerte de esas personas, ya fuese o no verdad lo que éste presunto secuestrado había dicho. Al parecer, ninguno envió al garete la supuesta aventura, y ninguno de ellos buscó ayuda de la guardia de la capital, en busca de un respaldo.
Pasaron una primera cueva, de la cuál revisaron la entrada, y nada, no había dibujo. Continuaron, y avistaron una segunda cueva no demasiado lejos. En ésta tampoco hallaron nada sospechoso, ningún dibujo, ninguna señal apreciable. Así pues, continuaron la carrera, en busca de la la supuesta cueva del dragón rojo. No tardaron en hallar una tercera, un poco apartada del camino, y realmente lejos de donde inicialmente estaban.
«Pues si que ha corrido ese hombre... normal que le faltase el aliento...»
Sin embargo, aún quedaba por reconocer la cueva, aún no sabían si esa era la cueva, o si de verdad existía la cueva en si. Pronto, Riko confirmó que en la entrada —en el suelo— había un grabado que parecía ser un dragón rojo. Lo habían encontrado, habían encontrado el maldito dibujo. No cabía duda, ésta era la cueva de la que hablaba el hombre.
—Bueno, ésta es la cueva de la que hablaba al parecer...
Sin miedo alguno, la chica comenzó a andar hacia adentro, consciente de que bien podía ser una trampa —Vamos con cuidado. —inquirió, marcando un paso bien silencioso, un paso digno de cualquier shinobi que se apreciase.
Después de todo, ¿qué les quedaba si no el sigilo?
Nivel: 13
Exp: 12 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
Habían dado con la cueva que el tipo les había indicado y Riko miró hacia atrás un momento, tratando de recordar el tiempo que habían tardado ellos en llegar hasta allí y se dio cuenta del motivo por el cual el hombre estaba tan cansado cuando llegó hasta ellos, había corrido un montón, y si no estaba bien entrenado, era normal que estuviera agotado.
—Bueno, ésta es la cueva de la que hablaba al parecer...
La pelirroja fue la primera en aventurarse en la cueva, aunque teniendo el máximo cuidado posible y tratando de no hacer ningún ruido, algo que, teniendo en cuenta que eran shinobis, no les sería demasiado complicado. En cuanto ambos genin pusieron un pie en el interior de la cueva, se notó que ésta era sin duda, muy profunda y que iban a tardar un rato en encontrar a los prisioneros si les tenían al final del todo.
Las paredes estaban excesivamente húmedas, como si les estuviera cayendo agua de continuo, y en el ambiente se notaba una humedad que no era normal y menos teniendo en cuenta la estación en la que se encontraban. Cuando habían avanzado por el lugar un poco, se encontraron con el primer dilema, una bifurcación, tenían que elegir un camino.
— Vale, ¿cuál crees que deberíamos coger? — Preguntó el peliblanco.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
Nivel: 11
Exp: 0 puntos
Dinero: 20 ryō
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
Las paredes de la cueva eran puro agua. Parecía que la propia piedra que conformaba las paredes estaba llorando, una cosa que realmente no era normal, menos teniendo en cuenta el calor que podía hacer en éstas fechas. Si fuese una cueva en los poblados del norte de Ame, hasta lo entendería, puesto que hay nieve por doquier, pero en ésta zona no había ni un ápice de hielo.
¿De donde diantres salía ese agua?
Sin embargo, esa pregunta no era del todo interesante en estos momentos. Lo principal, lo esencial, era mantener un buen sigilo, e infiltrarse sin ser vistos, como buenos shinobis. Casi parecía una aventura hecha a medida para ellos, una aventura en la que librarían a los pobres raptados de los hombres malos.
«Aún no entiendo esa expresión... ¿sería por el susto y el cansancio?»
Siguiendo el pobre reguero de luz, llegaron hasta el primer dilema de la cueva. La susodicha, se dividía en un par de caminos, dejando a manos de los chicos una ardua elección. Bueno, sería así si no estuviese la chica inmortal allí... por suerte o desgracia, sus habilidades podían bien catalogarla como una kunoichi de rastreo. Riko no tardó en preguntar a la pelirroja por donde debían ir.
—Fácil, iremos por los dos lados. —contestó, confiada. —Espera un momento.
De pronto, en vez de avanzar, extendió los brazos. Sus brazos se resquebrajaron, y partieron, convirtiéndose en un centenar de mariposas blancas, que claramente estaban hechas de papel. La transformación de las hojas en mariposas fue casi instantánea, no dejando lugar a la espera. Sin mas, se dividieron en dos grupos, y avanzaron por ambos caminos, con un vuelo tan suave como una danza de primavera.
Las mariposas no tardarían en revelar a la kunoichi la información necesaria para continuar avanzando.
Nivel: 13
Exp: 12 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
La división del camino era un tema que tenían que resolver con eficacia, pues si se equivocaban no harían más que perder el tiempo, un tiempo demasiado valioso para aquellos a los que los hombres malos tenían capturados, pues era seguro que sufrirían algún tipo de represalia para evitar que ningún otro se intentase escapar.
—Fácil, iremos por los dos lados. Espera un momento.
El Senju miró curioso a su acompañante, la que decía ser inmortal y que, además, parecía poseer el poder de dividirse, y esperó para ver lo que tenía en mente. Rápidamente la muchacha extendió los brazos y éstos se empezaron a resquebrajar y a dividirse en un montón de mariposas blancas que, con un poco de atención, el peliblanco notó que estaban echas de papel.
— Joder, como mola... — Susurró el uzunés asombrado.
Por el camino de la izquierda podrían ver como la cueva estaba formada por la acción del agua, pues adentrándose un poco se veía una cascada interior que no paraba de caer, lo cual explicaría la humedad del ambiente y, a parte de eso, nada más, un callejón sin salida. El camino de la derecha, por el contrario, avanzaba un poco más, hasta llegar a una especie de sala en la que se podrían observar dos mesas, un par de sillas para cada mesa y, de las paredes, colgaban antorchas, iluminando la estancia perfectamente y dando a entender que allí vivía alguien.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
Nivel: 11
Exp: 0 puntos
Dinero: 20 ryō
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
La chica se concentró en su tarea, y a causa de ello ni escuchó cuanto había sorprendido al chico la habilidad de rastreo que la pelirroja tenía entre manos. Sus sentidos se encontraban ligados a las mariposas, con las cuales estaba realizando la infiltración al doble de velocidad a que si hubiesen realizado la incursión de manera normal.
Las mariposas que fueron por el flanco izquierdo, hallaron una superficie vacía, carente de vida, en la cuál solo había una especie de agua estancada que provenía de una intensa cascada interior. Ésto sin duda era lo que hacía que las paredes de la cueva estuviesen cubiertas de humedad, y que se respirase tanto frescor en la misma. Además, por allí no parecía haber ningún lado hacia donde seguir, era un camino sin salida, y un camino donde no había rastro de personas secuestradas.
Por el camino de la derecha, el rastro de personas se hacía visible. El camino estaba en su auge iluminado por antorchas, y había una sala con varias mesas y sillas, lo cuál daba un claro indicio de que alguien había estado por la zona. Sin embargo, no llegaron a adelantarse mucho mas las mariposas, no querían dar evidencia de presencia a los posibles captores. Ya habían realizado su función, y le habían otorgado a la chica una ligera idea de cómo era la sala.
La chica pestañeó un par de veces, y volvió la cabeza en un par de giros, reclamando de nuevo su atención en su cuerpo. Ambos grupos de mariposas desaparecerían de inmediato, dejando de lado las incursiones.
—Listo, ya he revisado los caminos. —anunció la chica a Riko. —Por el camino de la izquierda no hay nada, es un camino sin salida, que da a una cascada interior. Por el camino de la derecha sin embargo, hay una habitación en la que se ve que hay rastro de gente. Es una sala iluminada con antorchas, en la que hay mesas y sillas incluso.
»Vayamos pues por aquí.
Sin demora, pero sin olvidar el sigilo, la chica continuó su paso por el camino de la derecha. Había visto indicios de que había vida por la zona, pero no había visto de cuantas personas se trataba, o de si estaban por ahí aún. Lo cuál no le permitía bajar la guardia...
Nivel: 13
Exp: 12 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
El Senju se mantuvo expectante mientras su acompañante estaba completamente concentrada en su tarea de reconocimiento del lugar, que les ahorraría bastante tiempo si salía bien, por lo que simplemente tenían que esperar. La pelirroja no tardó demasiado en agitar su cabeza, tratando de recobrar el control de su cuerpo, por lo que suponía que ya había investigado todo el lugar.
—Listo, ya he revisado los caminos. Por el camino de la izquierda no hay nada, es un camino sin salida, que da a una cascada interior. Por el camino de la derecha sin embargo, hay una habitación en la que se ve que hay rastro de gente. Es una sala iluminada con antorchas, en la que hay mesas y sillas incluso. Vayamos pues por aquí.
Riko asintió, conforme con lo que Aiko le presentaba como el camino correcto por lo que ambos genin se encaminaron por el pasadizo de la derecha, que sin duda estaba mucho más iluminado que el resto según iban avanzando hasta que, llegado un punto, alcanzaron la habitación que la amenia había descrito, y que dejaba claro que allí había alguien.
En el fondo de la sala se podía ver como la cueva continuaba con un estrecho pasadizo, como el que acababan de pasar y desde ahí podía escucharse a un par de hombres que discutían sobre algún tema que, debido a la distancia no eran capaces de entender.
— Está bien, preferiría no tener que luchar, siempre que se pueda evitar, claro, así que, ¿qué te parece si pasamos de ellos? — Preguntó el peliblanco en un susurro. — Aunque siempre podemos noquearlos antes de que se den cuenta...
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
Nivel: 11
Exp: 0 puntos
Dinero: 20 ryō
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
Los genin continuaron el reguero de luz, caminando por la roca que conformaba el suelo de la cueva, mientras que intentaban resguardar lo máximo posible el sigilo, su mayor aliado. Continuaron su camino hasta alcanza la sala que la kunoichi había descrito previamente a Riko, y dado que allí no había nada mas, continuaron un poco mas hacia adelante, continuando por el único camino que parecía haber.
Las voces, pasos, y demás ruidos varios, dieron a entender que no demasiado lejos habían personas. Sin duda, bien podían ser los maleantes como podían ser los encarcelados, o incluso ambas cosas a la vez. El compañero de la pelirroja aseguró que no le hacía nada de gracia tener que combatir, pero también dejó caer que igualmente podían intentar noquearlos de un solo golpe. Pero, ésto último sonaba algo arriesgado, allí también habían inocentes...
—¿Y por qué no probamos otra cosa? —sugirió la chica sin demora. —Lo principal es sacar al resto de personas sin que sean dañadas, ese es el objetivo. Uno de nosotros podría transformarse en el tipo que nos avisó, y mientras el otro que se quede aquí oculto. Cuando el primero llame la atención de los maleantes, saldrá corriendo hacia arriba, obviamente a un ritmo que ellos crean que te pueden pillar. Para cuando eso suceda, los prisioneros estarán casi sin protección, como mucho habrá un guardia. Que lo noquee, y saque a los rehenes.
Quizás no era la mejor idea del mundo, pero podía funcionar... ¿por qué no iba a hacerlo? Solo quedaba ver si su compañero opinaba igual, o si tenía otro plan mejor. Fuese como fuese, lo que estaba claro es que debían actuar, y cuanto antes mejor.
Nivel: 13
Exp: 12 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
Los dos genin se encontraban allí parados, tratando de idear un plan con el que liberar a los rehenes sin que nadie resultara herido, lo cual no parecía tarea fácil pues, de momento eran capaces de ver dos guardias y ni si quiera sabían si habría alguno más.
— Está bien, está bien, haremos lo que tú dices, ¿quién se transforma?
Mientras los dos shinobi hablaban, un tercer sujeto hizo acto de aparición, un hombre de envergadura envidiable, fornido como el que más y bien armado con dos grandes espadas, a cada lado de su cintura.
— ¡Vosotros! ¿Cómo cojones se os ha escapado un prisionero? ¡Panda de inútiles! ¡Cómo vuelva a suceder vosotros ocuparéis su lugar! ¿Entendido?
Los dos hombres asintieron, visiblemente asustados, y rápidamente comenzaron a andar hacia el lado derecho de la cueva, al fondo, donde si los dos genin se fijaban bien podrían ver las jaulas en las que tenían prisioneras a varias personas. Mientras tanto, el grandote se dirigió hacia una mesa que se encontraba a la izquierda del lugar y empezó a comer algo de carne.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
Nivel: 11
Exp: 0 puntos
Dinero: 20 ryō
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
La pelirroja propuso su estrategia, lo que opinó sería mas factible. Riko opinó que sería una buena idea, al menos eso pareció pensar, puesto que no le puso pega alguna al plan tramado. Sin mas, tan solo preguntó quién se encargaría de realizar el henge, y quién de ocultarse. La respuesta era evidente, cualquiera podía transformarse, era una técnica bastante básica, pero no todos son buenos escondiéndose...
—¿Sabes alguna técnica para ocultarte? Si es así, yo puedo transformarme... si no, yo se un par de técnicas para ocultarme por completo. No tengo pegas.
En los últimos meses había aprendido una técnica a la que no había dado uso en situación real, y bastante curiosa. Sin embargo, hasta podía usar la técnica del escondite, una que aunque no era de las básicas para un shinobi, tampoco era una cosa del otro mundo. Tenía en sus manos 2 opciones, viables ambas, tan solo quedaba esperar a ver si Riko sabía alguna, si era así ella misma se transformaría haciendo uso del Henge.
God bless the Henge.
Nivel: 13
Exp: 12 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
—¿Sabes alguna técnica para ocultarte? Si es así, yo puedo transformarme... si no, yo se un par de técnicas para ocultarme por completo. No tengo pegas.
Riko meditó un instante, sabía que no conocía ninguna técnica que fuera buena para la infiltración, pero quería hacer parecer que tenía un repertorio muy grande y por eso dudaba, pero finalmente, negó con la cabeza.
— No, no conozco ninguna, así que yo me encargo de distraer a los guardias y tú vas a por los prisioneros, están allí, al fondo. — Dijo señalando el lugar, por si su compañera no lo había visto. — Trataré de conseguirte todo el tiempo posible, pero no te demores mucho, quizás acabe necesitando tu ayuda. — Explicó el peliblanco y justo después, dejó de ser él, y se convirtió en aquel hombre asustado que se habían encontrado un rato antes. — Así está bien?
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»
Nivel: 11
Exp: 0 puntos
Dinero: 20 ryō
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
El chico meditó por un instante qué técnica podía usar, lo pensó por unos segundos, pero al final terminó por dimitir. No conocía ninguna que pudiese cumplir con el objetivo, y terminó por ceder el honor a la chica. Tras ello, tomó la apariencia del tipo al que habían visto huir, el que se suponía había escapado de las celdas. Eso si, antes advirtió a la chica de que se tomase el trabajo en serio, y que le buscase, que no sabía si podría lidiar con los maleantes. Por último, preguntó si así estaba bien.
—Si, así está bien, te pareces bastante. —aseguró.
Tras ello, la chica se arrimó a la pared, y miró hacia el flanco. Apenas veía a los maleantes, pero era ya seguro que estaban allí. No quedaban muchas mas opciones si querían salvar a los presos, así pues, dejó caer un último suspiro.
—Bueno, ya estoy lista. avanza y llama su atención, luego sal a correr tan rápido como puedas. Yo pondré a salvo a éstos presos, e iré hacia arriba. No te desvíes mucho del camino, que si no me costará la vida encontrarte.
Para cuando el chico quitase la vista de ella, ésta habría desaparecido. No quedaría ni rastro de ella, ni una sola hoja de papel. Usando una técnica básica para un ninja, se había camuflado con la pared con suma maestría. Ahí esperaría hasta asegurarse de que los maleantes pasaban de largo, buscando capturar al presunto fugitivo.
|