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La pelirroja mandó a Juro ser el primero y así empezó el Eikyu sin demorarse en demasia. Podia ver en su cara que le iba a costar soltarlo, pero para sorpresa del rubio, una vez empezado soltó todo lo que le habia pedido su sensei sin trabarse ni pensarselo de más.
Su mayor miedo era volver a ser torturado, era algo que Nabi se esperaba, ¿por que sino iba a dejar tan claro que estaba en contra de la tortura desde el principio? Estaba claro que algún trauma debia tener con ello. Despues justificó este miedo con su peor recuerdo, un borracho que resultó ser su padre le agarró de pequeño y se aprovecho de su fuerza superior para torturarlo con un cuchillo. El rubio no pudo evitar apretar el puño y fruncir el ceño, esa clase de actos eran los que tanto repudiaba. Finalmente, Eikyu Juro confesó que su hermana era su persona más preciada.
Cuando acabó todos giramos al cabeza hacia el peliblanco y Juro suspiró de alivio al ver que habia conseguido sacarlo todo, se quitó la bufanda que llevaba, dejando a la vista todas las cicatrices de su pasado. Él las llevaba en el cuello, Nabi en el corazon, y esas no se pueden ver.
Kazuma empezó con su miedo, que resultaron ser dos, uno volverse loco y el otro, arrepentirse del camino que elija en la vida. La mentalidad de Nabi era tan diferente a la del peliblanco, si se volvia loco él seria el único que no se enteraria, y arrepentirse no lo sabria hasta el final de su vida y como shinobi era probable que muriera tan rapido que no le diera tiempo a pensarlo siquiera. Como temer a la propia muerte, no te vas a enterar de ello, pues cuando mueres, tu eres el único que deja de sentir dolor. Lo que de verdad da miedo, es ser el último en pie. Sobrevivir a todo compañero, cada pariente y ser el último de tu generación. Quedarte solo en un mundo que te deja atras...
Al parecer el peor recuerdo del peliblanco era cuando quemaron su casa y paso a vivir en la calle, pasar a dormir en una mugrosa cama de orfanato era horrible para él, Nabi levantó una ceja pero ni dijo ni penso nada respecto a ello. Él ya no era un chico de orfanato, y no guardaba demasiado apego al edificio en sí. Por último, comentó que tenia dos personas muy preciadas y no sabia cual apreciaba más, el espadachin de tener dos de todo. Su maestro y su cuidadora, uno por su sabiduria y todo el conocimiento que le proporcionó y la otra por su cariño y su comprension que le hacia sentir tanto calor.
Y así, paso al turno del Uchiha. El silencio se apoderó del lugar al acabar Kazuma, y aún tardo una decena de segundos el rubio en empezar. Estaba ordenandose mentalmente, algo que le costaba bastante.
Tengo tantos miedos como cualquier persona, puede que incluso más, pero sin duda el mayor de ellos es descubrir que en este mundo reina la injusticia. Siempre me ha gustado pensar que la justicia abunda más que la injusticia y es lo que he visto en al villa dia a dia. Confio en mi Kage y en mis superiores, y confio en su justicia. Y mi miedo seria tener un kage y unos superiores cuya justicia fuera una falacia dispuesta a su propio beneficio. No lo soportaria.
Se llevó la mano al ojo, pues habia activado el sharingan de forma involuntaria al imaginarse la situación que iba a narrar a continuación.
Esto no es algo que me guste contar, de hecho es estrictamente confidencial así que no dare detalles. Pero hace unos años me vi en una encrucijada, cinco muchachos nos tuvimos que enfrentar a una pelea a muerte. Al final quedamos un muchacho y yo, ambos estabamos bastante heridos y al mirarle los ojos supe que no tenia oportunidad, irradiaba una fuerza de voluntad que yo hacia tiempo que habia perdido. Y al final, gané, más por reflejos que por querer hacerlo. Y no hay nada más terrible que acabar con la vida de alguien que tiene más ganas de vivir que tú mismo.
En aquel entonces, Nabi habia llorado todas sus penas en medio de aquella habitación llena de sangre, pero ahora solo sentia una rabia muy profunda por no haber podido evitar tal atrocidad. Haber escapado, haberse esperado unos minutos más...
La persona más importante para mi es Mizumi Eri, basicamente, es la única persona que tengo en mi vida, la única que siempre ha estado ahí para mi. Es lo más parecido que tengo a una madre o una hermana.
El silencio se apoderó del lugar de nuevo, Nabi por su parte miraba fijamente a la sensei, esperando nuevas ordenes. La pelirroja que habia estado todo el rato con los brazos cruzados se daba golpecitos con el indice en el brazo, cavilando algo en silencio. Su mirada parecia mirar a los tres genins en conjunto y cuando el silencio empezó a volverse incomodo habló.
Bien. Ahora seguiremos con un ejercicio de confianza, uno de vosotros se subira un par o tres de metros por la pared y a mi señal tendra que dejar de acumular chakra en sus suelas, cayendo, obviamente. Los otros dos tienen que estar abajo y sujetarle para que no caiga contra el suelo. Si el que cae vuelve a pegarse a la pared o lo intenta, tendra que repetirlo. Empezaremos en el mismo orden que antes. Eikyu Juro, a la pared, y vosotros dos debajo para cogerle.
Con un tono de seriedad y autoridad se dedicó a plantearles el siguiente ejercicio. Nabi seguiria a Juro cuando se levantara él, pues no sabia con exactitud a qué pared tenia que ir. Cayendo de una altura tan pequeña no le parecia un problema ni sujetar al que se cae ni dejarse caer, peores hostias se habia dado.
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Juro se sintió mejor cuando Kazuma empezó a hablar. No era bueno sentirse mejor por las desgracias ajenas, pero al menos, tampoco debería quejarse. Él estar entre personas que también han sufrido le hacía sentirse más cómodo. Les explico que su mayor miedo era volverse loco y arrepentirse del camino de su vida. A Juro la segunda no le pareció tan importante, pero no dijo nada.
Después, dijo que su peor recuerdo era ver quemada su casa. Juro se preguntó el porque de aquello, y trató de imaginar su casa así. Descartó el pensamiento rapidamente. También alegó que tenía dos personas preciadas, su maestro y su cuidadora.
Cuando Nabi comenzó a hablar, Juro supo que iba a ser importante. Lo sabía desde que le había visto comportarse así, tan callado, tan frió... Algo tenía que haberle pasado, estaba segurisimo.
Alegó que su mayor miedo era que en el mundo reinase la injusticia, es decir, que la justicia desapareciese, y que los propios kages se corrompiesen. Juro trato de imaginarlo, no era una visión muy agradable. También le contó su peor recuerdo, algo que le dejó bastante sorprendido. Les explicó que cinco chicos - él entre ellos - tuvieron que pelear ha muerte, y que finalmente, quedó él.
Todos guardaron silencio, mientras Juro nuevamente se preguntaba el porque. Pero calló. La personas más importante para Nabi era Eri, la pequeña chiquilla de pelo azul que conocía en la academia. A estas alturas del discurso, ya no le sorprendió que fuese alguien conocido.
Shiori observó a los tres chicos, sin articular palabra. Juro vió una frialdad más que notable en sus acciones.¿Le habría sorprendido alguna historia? Supuso que no, en su historial debía de figurar todo aquello, o al menos una versión resumida. Si había algo nuevo, lo disimulaba muy bien.
La sensei volvió a hablar, para explicarle el ejercicio. Debía de subirse a la pared, y dejarse caer. Los otros dos tenían que cogerle.
— De acuerdo — asintió, con toda la formalidad que pudo.
Juro fue el primero en hacerlo. Se levantó, entumecido y aún algo atontado por todo o que había escuchado, y se acercó a la pared de su izquierda, la más cercana. Acumulo chakra y se subió a ella, hasta llegar a la altura de tres metros, que más o menos calculó a ojo.
— ¡Voy a hacerlo! — avisó, sin volverse, esperando que sus compañeros ya estuviesen ahí.
"Les has contado secretos bastante importantes, puedes confiar en ellos" — pensó, mientras impedia que el chakra fluyese bajo sus pies.
A pesar de que no le gustaba, se dejó caer. Sintió su cuerpo bajar por la pequeña altura, mientras esperaba que no le dejasen caer....
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El joven Uchiha hizo una pequeña pausa, como si de alguna manera estuviera ordenando sus pensamientos antes de hablar. Lo cual tenía sentido puesto que tendría que hablar de sus asuntos personales ante gente con la que apenas se estaba integrando.
Cuando comenzó a hablar, lo primero a lo que hizo referencia fue a sus miedos. Principalmente uno que consistía en su temor a que la injusticia prevaleciera, además del hecho de que no soportaría que la justicia de sus superiores resultara ser falsa.
Aquellas palabras hicieron pensar a Kazuma. Más específicamente le hicieron darse cuenta de que eventualmente Nabi y el tendrían choques en lo que se refiere a comportarse de acuerdo a lo que dicta la “justicia”.
El Ishimura tenía la creencia de que la justicia es solo una forma social de la ley del más fuerte. Ya que los poderosos son los que hacen la ley. Los países dictan las leyes que rigen a las aldeas ninjas y los Kages a su vez dictan las leyes dentro de su jurisdicción. En ocasiones puede que solo sea aquello que se considera socialmente aceptable.
«Creer en la leyes de otros humanos igual a nosotros es someterse y cegarse ante un criterio ajeno. Lo verdaderamente claro y justo solo puede venir de nosotros mismos» —pensó él mientras escuchaba el resto de las palabras de su compañero.
El chico procedió contarles su peor experiencia. La cual resulto ser algo similar a quedar atrapado en un retorcido juego de matar o morir. Para el peliblanco escuchar aquello resultaba ser un poco incomodo, no por que sintiera empatía, ya que rara vez lograba sentir las tragedias ajenas como suyas. Si no porque sabía que para las personas que creen en la justicia ese tipo de cosas resultaban ser las más desgarradoras.
Por último el chico fue bastante directo en cuanto a nombrar a su persona más importante. Se trataba de Mizuri Eri. Una chica bastante popular por su apariencia en la academia de las olas. Al menos así tenía entendido Kazuma.
El lugar se sumió en un pequeño instante de silencio incomodo. El joven de piel morena se planteo decir algo, pero bien sabía que las demás personas no tenían su capacidad para quitarle importancia a las cosas terribles de la vida.
Cuando comenzaba a ponerse ansioso la sensei hablo. De alguna manera no parecía afectada en lo mas mínimo por las historias de los chicos. Por un momento aquello le infundió a Kazuma una fuerte sensación de respeto. Pensar en alguien que domina sus emociones, que no se deja llevar por la empatía o el dolor ajeno, quizás aun mejor; alguien que sabía cómo funcionaba el mundo y que no perdía tiempo lamentándose por si misma o por los demás.
«Creo que la vida es algo entre una comedia y una tragedia. Aquellos que no saben que están en una obra solo pueden dejarse llevar por el argumento de la misma mientras bailan bajo las luces. Pero para los que pueden ver un poco más allá, la realidad no es ni buena ni mala, solo es como es; Absoluta e inalterable»
La jōnin les indico lo que harían a continuación. Trabajarían en lo que vendría a ser un ejercicio que tenía como objetivo fortalecer la confianza. Se trataba del típico dejarse caer para que un compañero te salve de golpearte, solo que lo harían al estilo ninja, escalando una pared vertical y luego dejando que sus pies se despegaran de la misma.
El primero al que le correspondió confiar fue Juro. De manera un poco lenta y pausada se dirigió hacia la pared más cercana, como si quisiera terminar con eso cuanto antes pero temiera golpearse, por lo que sin pausas adhirió sus pies a la pared y luego de haber alcanzado una altura cerca a los tres metro se dejo caer.
Kazuma se acerco lo más que pudo. No estaba seguro de cómo debía atrapar a una persona cayendo, pero supuso que con inclinarse un poco y atravesar los brazos bastaría. Con aquello en mente se preparo para atrapar a Juro.
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Cuando el moreno habia empezado a escalar, Nabi habia extendido los brazos justo debajo de él para cuando se dejara caer, igual que habia hecho el peliblanco. Con sus cuatro brazos podian aguantar la caida del Ninjutsero sin problema alguno, el rubio aseguro los pies en el suelo para no resbalarse de alguna forma, aunque el suelo era de tierra, por algún motivo no acababa de fiarse. Para Shiori, este gesto no paso desapercibido y una media sonrisa se mostró fugazmente en su rostro.
Entonces Juro se dejo llevar por la gravedad. Asín, a pelo, sin mirar ni nada. Al menos avisó. Cayó nada y menos y se apoyó sobre los brazos de sus compañeros cual saco de patatas. Como habia supuesto el rubio, lo habian llevado a cabo excelentemente. No es que él tuviera una fuerza sobrehumana, pero siendo Kazuma el más fuerte de los tres y Juro el más escualido de los tres era facil deducir que que él fuera el que cayera lo habia facilitado bastante. Apenas habiendo distancia de caida suponia que podrian salir de esa enteros.
Una vez el moreno estuviera de pie sano y salvo se giraria para mirar a Shiori. La pelirroja en un movimiento gracil y sutil lanzó algo a la pared. El rubio volveria la mirada y quedando atonito veria un shuriken clavado en la misma. Era una pared de cemento, ¿como demonios habia conseguido clavarlo? Sus dudas quedarian eclipsadas por la voz de su sensei que sonaria tras de él.
Uchiha Nabi, te toca. He decidido cambiar el orden, no seria justo usar siempre el mismo. Subiras hasta el shuriken y, de paso, bajamelo.
El rubio asintió y se fue a por el shuriken, concentró el chakra en las suelas de sus sandalias y escaló, no sin antes comprobar a ojo la altura. Era un poco menos del doble de lo que habia subido Juro, es decir, poco más de cinco metros. Se agachó horizontalmente para acercarse al shuriken, seguramente Shiori habia apuntado a un agujero que ya tenia la pared, porque el arma estaba bien clavada. El Uchiha lo agarró como pudo para sacarlo sin cortarse. Hizo fuerza y un fuerte chasquido resonó en sus timpanos, en sus mano habia quedado un shuriken de tres puntas... Estaba claro que todos los presentes habian oido el chasquido así que ocultarlo no iba a servir de nada, lo alzó para que Shiori lo viera mientras se disculpaba con la mirada.
La mujer solo pudo suspirar.
No importa, ya estaba viejo de todas formas. Sigamos con la prueba. Preparaos Juro, Kazuma.
Por su parte, el rubio se guardó el shuriken roto en el portaobjetos y se colocó de espaldas a sus compañeros, de espaldas al suelo. Dispuesto a dejarlo todo en manos de la fuerza más universal. Puedes escapar hasta del shinobi más poderoso, pero nunca de la gravedad, tarde o temprano te atrapa. Hay pajaros que vuelan toda su vida, pero al morir siempre caen. Con esos pensamientos tan alegres, dejaria de concentrar el chakra en sus pies.
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Juro sintió como su cuerpo caía, antes de sentir unos brazos que lo agarraron. Cayó sin dolerle, al menos no mucho. Kazuma parecía fuerte, Nabi no tanto, pero estaba seguro de que podía perfectamente. Le alzaron y pudo ponerse en pie, algo mareado por la experiencia.
Shiori lanzó algo contra la pared. Juro pudo apreciar que era un shuriken, y se clavó directamente en la pared de cemento. Se preguntó si su habilidad sería el shurikenjutsu.
Nabi subió hasta la altura siguiendo la orden de la sensei, era el siguiente. Juro se fijo en que el shuriken se había clavado a mayor distancia, por lo tanto, se tendría que tirar a mayor distancia que la suya. Esto hizo que se pusiese nervioso, no tenía mucha fuerza, y el impacto sería mayor. Tenía que pararlo como fuese, no podía dejarle caer, menos aún después de que a él le hubiesen atrapado. Menos mal que estaba Kazuma.
Se preparó, y trato de no resbalar, afianzo el terreno, y esperó. Nabi se cargó una punta del shuriken al sacarlo. A Juro no le pareció importante, solo era un shuriken. Una jounin como ella tendría todo un arsenal. Shiori confirmó lo que esperaba, y les dijo que se preparasen para cogerle. No hacía falta que se lo dijera, pero lo agradeció.
"Venga, concentrate, y pon las manos como Kazuma" - se ordeno así mismo, mientras lo hacía por segunda vez.
Con una posición bien afianzada, se preparó mentalmente para cogerle, con la ayuda de su compañero.
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La parte del ejercicio en que Juro se dejaba caer había sido exitosa, puesto que sus compañeros se encontraban ahí cuando fue necesario sostenerle. En algún momento Kazuma se pregunto si podría sujetarlo, pero grande fue su sorpresa al notar que el Eikyu era aun más ligero de lo que se apreciaba a simple vista.
«Esto es raro —fue lo que pensó el Ishimura mientras su sensei decidía cambiar el orden de ejecución de la prueba—. ¿será que algo nos salio mal? Quizás esperaba que hiciéramos algo diferente»
Para culminar sus palabras procedió a arrojar una estrella de acero contra la pared, y en el lugar en que se clavo seria a donde el Uchiha tendría que llegar. Todo era similar a la vez anterior, solo que en esta ocasión tendría que subir a casi el doble de la altura a la que había llegado su compañero, además de que también tendría que retirar aquel shuriken que parecía estar bien afianzado en la pared.
«Cielos, eso es un poco alto. De caerse sería un gran golpazo —inquirió mientras su compañero subía lentamente—. Esto… Creo que eso no era parte de la prueba» —pensó mientras su compañero mostraba una estrella ninja que acababa de perder una de sus punta.
De un momento a otro una leve sonrisa se dibujo en el rostro del joven de piel morena, puesto que la expresión de que su compañero rubio realizo al romper el shuriken, sumado al suspiro de su sensei le hicieron bastante gracia.
Supuso que todo estaba bien; Era un día de primavera con un clima bastante agradable, estaba empezando a formar parte de un equipo y por lo que podía ver le estaba yendo bastante bien en la prueba que le habían impuesto.
Pero quizás se estaba relajando demasiado, puesto que durante un instante una semilla de diente de león paso flotando inocentemente frente a sus ojos. No era la primera que veía una puesto que suelen ser muy comunes durante la primavera, sin embargo su suave y errante flotar atraparon por completo su atención.
«Increíble, de verdad siempre me han parecido sorprendentes estas pequeñas Cipcelas. Me resulta fascinante como una planta puede desarrollar sus propios medios para dispersar su carga genética. Me pregunto ¿Cómo hace para flotar con el viento? ¿Qué tan lejos puede llegar? Y ¿Será más efectivo que la polinización?»
Mientras se encontraba absorto en su propia curiosidad, paso lo que le solía pasar cuando se distraía demasiado, que resultaba ser el que algo saliera mal.
Como era de esperarse aquella pequeña semilla bailarina no era la única en el lugar, de hecho había muchas pero la atención del Ishimura estaba centrada únicamente en la que tenia frente a sus ojos. Por lo que no percibió como una se bamboleaba cercana a su nariz.
Y como si fuese una broma planeada; aquella diminuta plantita se introdujo en el conducto nasal de Kazuma justo en el momento menos indicado, puesto que Nabi ya se encontraba en caída. Pero no se podía hacer nada, la reacción instintiva fue tan fuerte que el ojosgrises no tuvo más remedio que llevarse las manos al rostro mientras sacudía la cara y sentía aproximarse las ganas de estornudar.
En ese momento, Juro se encontraría a si mismo solo al momento de atrapar a su compañero. Lo único que podían esperar es que el trastazo no fuese demasiado fuerte.
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Shiori solo pudo llevarse la mano a la cara como gesto de desaprobación, o tal vez para perderse el hostion que se iban a meter el rubio y el moreno por culpa del peliblanco.
Nabi caia, irremediablemente, por lo menos no de una altura critica, ni siquiera una medio preocupante. Ahora solo Juro le separaba del cruel suelo y la peligrosa arena que lo recubria. Sin embargo, todos sabian que aquel escualido muchacho no seria capaz de detenerle él solo, él mismo no era una excepción, al ver como Kazuma apartaba sus manos la confianza de Juro se vio alterada. Titubeó, su posición afianzada se transformó en una posición dudosa, y sus brazos pasaron de ser dos varas para detener a Nabi a dos barritas de gelatina que acabarian siendo arrastradas sin la menor resistencia por su parte.
Así, el cuerpo de peso muerto del Uchiha pasó por donde debia ser detenido y llegó a donde se iba a detener sí o sí, arrastrando con él a su compañero. El rubio soltaria un quejido por el golpetazo tan inesperado, pues confiaba en ellos. Abrió los ojos de par en par, tras unos segundos se levantó rapidamente. Para que Juro pudiera levantarse, pues arrastrando sus brazos, el joven habia sido conducido al suelo. Si lo aguantaba bien caeria de rodillas, si estaba tan descolocado como para no soportarlo caeria de boca contra la arena.
El rubio sin esperarse a nada le propinó un puñetazo al peliblanco en toda la boca, éste, que estaba ocupado aquella molesta planta que se le habia metido en un orificio no autorizado de su cuerpo, no tuvo ni la oportunidad de verlo venir hasta que ya estaba en su cara. El Ishimura caeria de culo y justo al caer estornudaria sacando de su cuerpo al organismo intruso, pero su problema ahora era que de aquel mismo orificio ahora brotaba un liquido carmesí que caia como un pequeño riachuelo.
¿Estas bien, Juro-kun?
Se habia girado para ayudar al muchacho a reincorporarse. La adrenalina del momento le habia ocultado el dolor que ahora salia de su guarida, casi toda su espalda parecia haber perdido su fuerza y no tuvo más remedio que encorvarse apoyando sus manos en las rodillas. Fue eso lo que le permitió ver como una pierna se dirigia hacia su cara desde el suelo. Reaccionó tan rapido como pudo, echando la cabeza para atras y doblando la espalda en esa misma dirección, pero un crujido le señalo que ya habia tenido suficiente, el dolor se agudizó, dejandolo incapaz de moverse.
Al menos pudo identificar a su agresor, tampoco es que hubiera muchas posibilidades. La pierna de la pelirroja corregiria su trayectoria e impactaria en el pecho del shinobi, que se veria arrastrado hacia detras por la fuerza del golpe. Sin embargo, se tropezaria con algo en su trayectoria y caeria encima de ese algo irremediablemente. Kazuma, que aún no se habia recuperado de lo que acababa de suceder veria como el rubio se precipitaba encima suyo sin poder hacer nada para evitarlo.
Shiori seria la que levantaria a Juro y le inspeccionara las heridas de sus brazos.
¿Puedes mantenerte en pie? ¿Y mover las manos?
Desde luego, tras lo sucedido, el moreno podia ser tranquilamente el que en mejor estado se encontrara de los tres. Y el que mejor saliera de allí, pues parecia que Kazuma y Nabi ya tenian cruzada a Shiori.
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Juro se quedó congelado cuando vió lo que iba a pasar. Kazuma le abandonó, aparto las manos para estornudar. Le dieron ganas de apartarse también. ¿Que posibilidades tenía? Pero no pudo, quizá por no abandonar a Nabi, quizá porque simplemente no se lo esperaba.
Sus brazos le traicionaron y temblaron, y sus piernas no se afianzaron bien. En el momento en que Nabi cayó, se hundió como un barco chocando contra un iceberg. Sus brazos cayeron violentamente al suelo, apresados por el peso del Uchiha, y se dió de bruces contra el suelo, incluso tragando arena.
La escupió casi al instante, asqueado, mientras escuchaba como Nabi se movía, dolorosamente. Cuando se levantó, volvió a sentir los brazos, doloridos, rojizos y llenos de polvo, igual que su rostro. Sintió dolor cuando los movió, pero no tenía nada roto, al menos eso creía.
Juro, cuando no creía que pasaría nada más, vió como Nabi le propinaba un puñetazo a Kazuma, enfadado. Juro nuevamente no supo que hacer, por una parte, se lo tenía merecido, por otra se compadeció de él. Después, se giró hacia él.
- Bueno...Creo que si... - dijo, abrumado por las circustancias, mientras trataba de incorporarse, en vano. No dejaba de mirar a su compañero herido.
Casi suelta un grito cuando Shiori apareció entre ambos, y le propinó una patada en el pecho a Nabi, que hizo que aterrizara encima del propio Kazuma.
"Si no fuesen mis compañeros, podría decir que ha hecho un trabajo perfecto" - pensó, impresionado.
Shiori se volvió hacia él. Juro esperó que no fuese para pegarle. Sin embargo, le preguntó acerca de su estado otra vez. Se sorprendió, pero trató de ser serio. No podía decaer, era un shinobi. Se puso en pie, haciendo caso omiso del dolor.
- Me duelen, pero puedo moverlos. No es nada grave -le informó, seriamente - Siento que la prueba haya salido tan mal, sensei
Juro se sentía mal, por Nabi, por el, incluso por Kazuma. Todo por un simple estornudo...
- ¿Estais...bien? - les preguntaría a sus compañeros, sin saber que decir realmente. ¿Siento que Kazuma la fastidiara? ¿Espero que no te haya dolido el puñetazo? Se conformó con preguntar su estado.
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El joven de tez morena no tuvo oportunidad alguna de apreciar como sus compañeros caían mientras el ejercicio se iba al traste. Pero bien que pudo ver como luego del inconfundible sonido del chocar de un cuerpo contra el suelo, un puño se dirigía raudo y veloz contra su nariz.
No fue mucho lo que pudo ver, puesto que el puño ocupaba gran parte de su campo visual para cuando lo noto. Pero era cuestión de sentido común lo que había pasado; Juro debía de estar tirado en el suelo y Nabi luego de haberse golpeado se levanto con un muy mal humor.
El golpe hizo que Kazuma callera de espaldas al suelo mientras se llevaba la mano a la cara. Un instante después pudo estornudar, y al ver lo que cayó en su mano pudo deducir que se había roto la nariz puesto que se trataba de una mucosa rojiza.
«Genial ahora no solo estoy lleno de moco, sino que también me rompí la nariz y ahora tambien me pica» —fue lo que pensó el Ishimura.
Mientras tanteaba su rostro pudo apreciar como en un parpadeo la sensei apareció entre ellos y le propino una patada al Uchiha que inmediatamente salió expelido hacia atrás hasta caer justo encima de su compañero de ojos grises.
—Viejo… No tenias que golpearme, al menos hubieses esperado a que me disculpara, por que planeaba disculparme —le seguro a su nuevo acompañante en el grupo de los que terminaban en el suelo.
El Ishimura no sentía rabia alguna, puesto que supuso que una reacción como esa sería lo natural luego de lo ocurrido. Además bien sabía que su cuerpo era bastante débil contra los impactos, ya que su resistencia era menor a la del promedio, por lo que lo de la nariz rota fue inevitable. Aun así trataba de mantener sus ojos lejos de la kunoichi líder en caso de que la misma estuviese esperando a que se levantase para castigarle.
—No es nada grave estaré bien —le respondió a Juro mientras le ponía la mano a Nabi sobre sus rubios cabellos como tratando hacer un gesto tranquilizador.
Pero algo andaba mal, pues la mano con la que el Ishimura le revolvía el cabello al rubio era la que se había llenado de sangre y mucosidad nasal.
—No pasa nada... —le aseguro a su compañero que estaba encima de él mientras retiraba su mano y hacia un leve gesto de asco que este no podía ver.
Luego de eso solo les quedaría levantarse si sus fuerzas se lo permitían. Eso y que el Uchiha no notara su nuevo fijador, lo cual era probable luego de aquellos golpes, pero con toda seguridad, Juro y la sensei habrían visto lo que tenia en el cabello.
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Por si la patada de Shiori y la hostia contra el suelo no habia sido suficiente, Kazuma empezó a vacilarle, el Uchiha estaba calentito en todas las formas metaforicas y fisicas excepto la sexual. El peliblanco fue a tocarle el pelo mientras le decia que no pasaba nada y el rubio rapidamente le apartaria la mano mientras se levantaba con todo el cabreo en lo alto. Sin embargo, algo pegajoso que habia en la mano de Kazuma pasaria a la de Nabi cuando se la apartara.
Una vez de pie, se miraria la mano, una sustancia dificil de identificar que tenia toda la pinta de ser sangre mucosa, con más mocos que sangre se extendia por la parte de su mano que habia entrado en contacto con la del Ishimura. Tras eso, lentamente, se llevaria la mano limpia a la cabeza, esperando lo peor. Y efectivamente, tenia de esa misma sustancia en sus cabellos. Su mirada se tornaria carmesí al mismo tiempo que se clavaba en el chico que se encontraba ante él. Saltó directo hacia lo que le quedaba de cara, dispuesto a dejarle un bonito mapa del tesoro.
Sin embargo, una mano ferrea como ella sola, le agarró del cuello en pleno aire, parandolo en seco. No le dio tiempo ni a revolverse, con una fuerza superior a la suya y a la de cualquiera de ellos, la mano que iba pegada a una pelirroja lo lanzó en dirección a Juro. Aunque antes de llegar a él se encontraria con el suelo, una y otra vez rodando hasta detenerse al lado del Ninjutsero. Con el pelo lleno de la arena y el cuerpo lleno de rasguños y los ojos negros como el carbón.
Tú, estate quieto.
Diria señalando al rubio.
Tú, tu turno, sube hasta arriba de la pared, hasta el final de la pared. Ya.
Esta vez señalaba al peliblanco, su tono y su mirada era más que serio y autoritario, era amenazante. Dejando claro que como le contestara o le desobedeciera probablemente acabaria siendo emparedado.
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Juro se quedó absorto ante lo que pasaría a continuación. A Kazuma no le valía con dejarlo caer, no. El chico vio como Kazuma le dejaba un regalito a Nabi en el pelo, en forma de gomina de un color muy sospechoso, y asqueroso...
"No aprende ni con los golpes. Quizá con un latigazo..." -pensó, inmerso en sus propias ideas de adiestramiento.
Pero no hizo falta. Shiori estaba ahí, ella se encargaría de todo.
Nabi se dio cuenta, claro. Le había pringado el pelo. En cuanto lo hizo, volvió a encararse con Kazuma, pero no le salió nada bien. La pelirroja le agarró por el cuello y lo lanzó, a escasos metros de Juro. El golpe le espabilo, y casi da un paso por el susto. Shiori le ordenó fríamente a Kazuma que se subiera.
"¿Esta loca? Nabi no le cogera después de esto "
Nunca le había visto tan enfadado, y tenía miedo de lo que pudiera pasar. Pero Shiori no admitía peros. Antes de ir, trató de arreglar la situación, aprovechando que tenía a Nabi al lado.
- ¿Estas bien? - le preguntaría, en voz baja - Se que estas enfadado, pero te necesitó para esto. Si sigues así, os vais a matar...
Después de hacerlo, iría detrás de Kazuma. Tenía muy claro que debia hacerlo. Aun le dolieran los brazos, estaba obligado. Estaba seguro de que Nabi sabía perfectamente como estaba, y que no le dejaría sólo. Abandonarle sería una injusticia, que esperaba que no cometiese.
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Las cosas empezaban a caldearse. Al parecer el golpe de la sensei no había bastado para enfriarle los ánimos a Nabi, menos aun cuando luego de levantarse se percato de que tenía un pequeño cumulo de masa sanguinolenta en la coronilla.
La respuesta física del Uchiha fue inmediata, pues sus ojos se tornaron de un color carmesí intenso y el gesto de su rostro denotaba una ira ardiente. Pese a todo esto, el Ishimura solo estaba atento a sí mismo y a los pequeños riachuelos de sangre que se escurrían por su cara.
«Cielos como duele…» —era lo que pensaba el de ojos grises mientras tomaba una servilleta de su bolsillo y se limpiaba la cara.
De nuevo no pudo ver como el rubio se abalanzaba hacia él hasta que ya lo tenía prácticamente encima. Para su suerte la jōnin detuvo el intento de ataque para luego mandarle a rodar por el suelo hasta quedar frente a Juro.
Pero Kazuma no estaba libre de problemas pues la sensei parecía estar enojada. Con una voz fría y dominante le ordeno subir hasta lo más alto de la pared.
«Ya veo como terminara esto… Seguro me dejara caer y luego me dará un sermón sobre la confianza o algún cliché similar» —fue lo que pensó mientras suspiraba al caminar hacia la pared.
Sin poner peros o reparos similares, el joven peliblanco fue caminando hacia la pared designada. La líder le había dicho que subiera hasta lo más alto, lo cual vendría a ser unos dos metros por encima de adonde había llegado Nabi.
«Vale… Es bastante alto, aunque me he caído de lugares peores»
Sin detenerse inicio su asenso, primero un metro, luego dos y luego mas. Desde la vista de aquellos que estaban en el suelo debió parecer que estaba bien, pero la verdad es que la rotura de su nariz sumada a su posición y la altura le estaban provocando unas nauseas y unos mareos bastante fuertes. A pesar de todo logro llegar a lo más alto, tan alto que incluso podía ver hacia la calle de enfrente.
«Esto es difícil, pero supongo que solo debo procurar tener cuidado de no hacerle daño a Juro cuando caiga, y claro también debo evitar caer de cabeza» —fue lo que pensó mientras se tomaba un momento para mirar al cielo.
De cualquier forma planeaba soltar sus pies. Pero pasó lo que esperaba; sintió como la sangre espesa se le devolvía hacia la garganta para luego sentir una fuerte presión en la cabeza. De un momento a otro su vista se nublo y contra su voluntad se precipito hacia el suelo.
Desde abajo se debió de hacer obvio el hecho de que no se había soltado si no que se había caído de verdad. Pero al de ojos grises poco le importaba ya eso, pues había cumplido con el ejercicio y las órdenes, y mientras tuviera el cuerpo flojo y no cayera de cabeza no se haría demasiado daño
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21/09/2015, 16:33
(Última modificación: 21/09/2015, 16:35 por Inuzuka Nabi.)
La ira desaparecio conforme rodaba por la tierra, estaba claro que su comportamiento estaba yendo en contra de las ordenes de su superior, por muy cabreado que estuviera con Kazuma aquel no era el lugar ni el momento. Posteriormente, seguro que seria el lugar y el momento, y el Ishimura deberia empezar a pedir hora para una operación dermoestetica para que le arreglen la cara. Pero no delante de un superior. El enfado habia nublado su juicio, algo que no le volveria a pasar.
Pudo ver la preocupación de Juro ante las palabras de Shiori, tenia la certeza de que Nabi iba a dejar caer a Kazuma. No lo iba a hacer, y de todas formas, en caso de que lo hiciera, no dejaria que Juro se llevara otra hostia como la anterior. Él no era tan mal compañero, que solo pensaba en su diversión sin pararse a pensar en las consecuencias para con su equipo. El rostro del rubio recuperó su seriedad habitual.
Se llevó de nuevo la mano a la cabeza, que ahora estaba llena de tierra gracias a la sustancia pegajosa que le habia puesto el peliblanco, aparcó las ganas de matarlo para más adelante. Cuando el muchacho empezó a subir la pared, se levantó, dandole una palmada en la espalda a Juro para que no se preocupara más.
No te preocupes, venga, que tenemos una ardua tarea por delante.
Sin mediar otra palabra, se colocaria junto con Juro preparandose para coger al tonto ese que una vez llegó hasta la parte más alta de la pared y se despegó sin quererlo. Sin embargo, no hizo ningún gesto para volver a engancharse a la pared. Conforme el cuerpo inerte del peliblanco caia, Nabi tenia más claro que tanto él como Juro acabarian en el suelo. Era una locura, aunque el moreno estuviera en su mejor estado y aunque Nabi tuviera el doble de fuerza. El Uchiha no pudo hacer otra cosa que hacer todo el esfuerzo que pudiera en mantenerse en esa posición, con los brazos rectos.
Pero dejar que sus tres alumnos se murieran en un ejercicio de confianza no estaba en los planes de Shiori, un tejado de papel apareceria encima de Juro y Nabi. Para Kazuma, no era un tejado, sino un pequeño tobogan que le llevaria los últimos metros de caida hasta el suelo, frenando un poco la velocidad que llevaba el muchacho. Sin embargo, si no reaccionaba a tiempo, rodaria por la tierra hasta topar con la pared paralela a la que acababa de escalar. El tobogan de papel habia absorbido casi toda la energia de la caida, así que muy torpe tenia que ser para llegar hasta la pared, o hacerlo a proposito. Aunque teniendo en cuenta que iba de espalda, probablemente se haria bastante daño.
Una vez Kazuma hubiera llegado al final del tobogan, este se desharia en pequeñas hojas de papel que volverian al cuerpo de Shiori como si fuera lo más normal del mundo. Cuando el peliblanco diera señales de vida de algún tipo y se pusiera en pie, Shiori volveria a explicar.
Bien, veo que a pesar de que hay cabezas huecas en el equipo, confiais mutuamente los unos en los otros.
Se llevó la mano a la frente y se masajeo el ceño durante un par de segundos.
No sé si tomarme eso como algo bueno o algo malo. Hay una última prueba que me gustaria hacer antes de dar por finalizada esta primera sesion de equipo. Una prueba de combate. Pero como hemos perdido un poco más de tiempo y energias de las que creia en este ejercicio de confianza, en vez de ser combates individuales, combatireis los tres a la vez, todos contra todos. No hay premio, se trata de hacerlo lo mejor que podais, en el momento en que caigais al suelo estais fuera de combate. Ya podeis empezar.
Nabi escuchó atentamente y ante la señal de que podian empezar saltaria hacia atras para alejarse de sus dos compañeros, y sus ojos carmesies esperaban la reacción de sus dos rivales.
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Juro asintió ante las palabras de Nabi, en el fondo aliviado por su compañerismo. Sólo esperaba que no le diesen ganas de estornudar en el último momento.
Kazuma subió hasta lo más alto, y se dejó caer, sin avisar. Juro vio que ni si quiera él lo había planeado. Kazuma cayó al suelo, y Juro se preocupó cada vez más por lo que estaba a punto de suceder.
" Si sobrevivo me va a quedar un trauma de gente cayendo sobre mi..." - vale, una vez se aguantaba. Pero... ¿Dos? No estaba tan seguro.
Sin embargo, una fueza salvadora en forma de tobogán hecho completamente de papeles les salvo. Atrapó a Kazuma al vuelo y lo llevó al suelo, mas o menos. Quizá se lastimase, pero que se le iba a hacer... Los papeles volvieron a la pelirroja. Juro se intrigó ante aquello. ¿Que clase de habilidad sería aquella?
Una vez el peliblanco se hubiese recuperado, Shiori pasaría a explicar el siguiente ejercicio. Esta vez sería nada más y nada menos que una batalla campal entre los tres. Tenían que tumbarse entre ellos. Juro se estremeció. ¿Acaso tenía alguna oportunidad contra ellos?
Nabi retrocedió hasta alejarse de ambos, y activo su dojutsu. Juro hizo lo mismo, se alejó dos metros de ambos, mientras pensaba. Los tres sabían acerca del otro, sabía que Kazuma usaría su espada, y que Nabi podía copiar técnicas de alguna extraña forma.
Chasqueo la lengua, sin saber que hacer. No veia forma alguna de empezar. Debía evitar quedarse en medio de los dos. Su látigo no estaba sacado del todo, pero con un tirón bastaría. Pero sacarlo ahora era peligroso... Tampoco se atrevia a avanzar en medio de ambos. Entonces tuvo una idea.
Entrelazo las manos, realizando una serie de sellos.
-¡Bunshin no jutsu!
Al instante, aparecerían dos clones idénticos a Juro, salvo por sus defectos sólidos. Le dio exactamente igual, uno corrió en direccion a Nabi, y otro a Kazuma. Buscando distraerles, en cuanto los clones estuviesen a menos de un metro de ambos, lanzaría dos shuriken, uno para cada uno. Las armas arrojadizas seguirían la trayectoria del como, tratando de que esta lo ocultase.
Era una estrategia pobre, pero igual funcionaba distrayéndolos, y así, atacaba sin acercarse demasiado. Le serviría para tantear a sus compañeros.
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Mientras subía la pared se encontraba bastante tranquilo, pero luego de aquel repentino mareo y de que sus pies perdieran la tracción en aquella superficie. Sintió como un poco de pánico se apoderaba de él, quizás por el recuerdo de la última vez que había caído desde tan alto.
Aunque ya estaba resignado a llevarse un golpe de grandes dimensiones, las cosas no ocurrieron como lo esperaba. De un momento a otro sintió como su espalda golpeaba contra algo suave y flexible, para luego proceder a deslizarse hasta llegar al suelo.
El joven de melena blanca no supo con certeza que era lo que había ocurrido. Luego de rodar un poco por el suelo lanzo una mirada hacia donde debía de haber caído, pero en aquel lugar solo pudo ver un montón de papeles dispersándose mientras sus compañeros parecían estar igual de extrañados que el.
«Que extraño… Los chicos parecen bastante sorprendidos, por lo que me imagino que debe haber sido obra de la sensei» —pensó él mientras se reincorporaba con un poco de dificultad.
En cuanto todos estuvieron en condiciones para continuar, la jōnin procedió a explicar en qué consistiría el siguiente ejercicio. Se trataría de un combate a tres bandas, todos contra todos dando lo mejor. No había premio, ni alabanzas, ni puntajes, solo debían pegarse y ya.
«Cielos… Esto es muy repentino. Todavía no me encuentro totalmente recuperado, además de que no se qué tan enserio debería tomármelo. No creo que haga falta usar a Bohimei, bueno tampoco es que quisiera tener que usarla aquí»
Mientras Kazuma pensaba en aquello, sus compañeros ya se habían puesto en posición de combate.
«Vale, creo que solo me queda pelear y tratar de que no me vuelvan a propinar un puñetazo en la cara. Solo espero que a ninguno se nos pase la mano, aunque probablemente la sensei nos detenga si llegamos a eso» —pensó mientras se ponía en guardia y se llevaba las manos a la espalda.
Contrario a lo que esperaba, Juro fue el que hizo el primer movimiento. Por lo que Kazuma pudo ver había creado por lo menos dos clones, y ahora un Eikyu se dirigía tanto hacia Nabi como hacia el Ishimura.
«Veamos… Normalmente me quedaría a esperar, pero con eso le daría a Nabi la oportunidad perfecta para atacarme. Lo mejor será moverme hacia donde estaba Juro, en el peor de los casos el que se acerca hacia mi seria el verdadero»
Con aquello en mente dio un pequeño salto a un lado y corrió hacia donde originalmente había estado su compañero de cabellos negros, a mitad de camino pudo notar como el que resultaba ser un clon desaparecía en una pequeña nube de humo, de la cual emergía un shuriken que le haría un pequeño corte en el hombro.
«Me parece perfecto» —pensó mientras terminaba de recorrer la distancia entre ambos.
En aquel momento sabia que aun quedaba el Uchiha, pero aun así se decidió por utilizar aquella vieja técnica cegadora sobre Juro. Al retirar las manos de su espalda mostró un kunai, en cuya superficie reflejo el sol, produciendo una luz que potenciada con su chakra debía de cegar al chico.
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