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**Uchiha Datsue** · 16/09/2018, 18:40

El Uchiha se puso de puntillas y trató de leer el pergamino entregado por Nabi. ¿Qué pondría? ¿Una carta romántica, acaso? ¿Al fin se había atrevido a dar el paso? Miró al Inuzuka, intrigado, pero el mensaje debía ser muy corto, pues Eri no había tardado nada en terminarlo.

«¿Qué coño le habrá puesto?»

—No sé... No me lo merezco, chicos, ascendí por ayudar a mi villa, como hicistéis todos... No...

Datsue le puso una mano en el hombro.

—Eri, las notas son públicas —le informó. Todos habían visto las notas del examen teórico y práctico colgados en el tablón de la Academia—. Has sido la que mejor nota ha sacado, y con diferencia —recalcó—. Evitaste una catástrofe. Detuviste a una jinchuuriki descontrolada y saliste ilesa de ello —Su voz se había oscurecido. No todos podían decir lo mismo. El ninja que le había detenido a él, meses atrás, había perdido el brazo en el intento—. Y, por encima de todo, eres el vivo legado de Shiona.

«Bueno, suficientes sentimentalismos por hoy.» Dio media vuelta y abrió la puerta de la casa.

—Bueno, ¡nos vamos a por esa misión, ¿o qué?!

**Inuzuka Nabi** · 16/09/2018, 18:47

Iba a decir cosas bonitas yo también pero el Uchiha se adelantó y me las copió antes de que las dijese, otro de los muchos poderes del sharingan desactivado.

— Pues más o menos lo que ha dicho Datsue pero con mucha más alegría, porque no está muy contento el chaval hoy. Además, él es Chunin ahora, ya solo nos debe medio perro por su ascenso.

Comenté mientras seguía al negativo hasta la puerta, Stuffy salió en cuanto éste la abrió, como quien huye de la academia tras años encerrado ahí aprendiendo nada.

— Vamos va, ahora que tenemos un jounin podríamos pedir una de rango A, A de A ver si cuela.

Uzumaki Eri · 16/09/2018, 18:52

Datsue utilizó palabras conciliadoras para que ella se sintiese mejor, y el cabrón lo consiguió. ¿Qué tenían las palabras del Uchiha que siempre hacian mella en ella? Aunque no se sentía como si fuese el legado de Shiona, al final suspiró y asintió con la cabeza.

—Gracias chicos, de verdad —agradeció, mostrando su mejor sonrisa.

Pero antes de partir a ninguna parte, la muchacha tenía muchísima curiosidad por aquello que tenía sellado en la rojiza concha que reposaba en su mano izquierda, así pues, hizo el contrasellado y liberó el pergamino que había mencionado Datsue al dárselo.

—A ver... —murmuró, leyendo el pergamino con ojos ávidos de curiosidad—Pero... ¡Datsue! —exclamó, mirándole con ojos lastimeros—. Esto... ¿De verdad no te importa que yo también la tenga?

Enrolló el pergamino y lo dejó en uno de los cajones del mueble de la entrada, junto con la concha y el vale que le había dado Nabi. Sus mejillas andaban algo enrojecidas y se sentía llena de energía para ponerse en marcha con la misión, así que le echó una última ojeada a su apartamento y tras dejar por sentado sus pequeños obsequios, saldría con ellos a la calle.

**Uchiha Datsue** · 16/09/2018, 19:16

—Esto... ¿De verdad no te importa que yo también la tenga? —preguntó Eri, tras romper su sellado y agradecerles a ambos el detalle.

El Uchiha se rascó la nuca.

—Eri-chan, seré muchas cosas, pero, por encima de todo, soy Datsue el Generoso. Buen amigo, mejor camarada. —No había dado más que problemas a su Villa. Era hora de empezar a dar, y que mejor que hacerlo con uno de sus ninjas más prometedores.

Dejó pasar a los tres y cerró la puerta tras de sí. Había llegado, al fin, el momento. Los intrépidos se iban de misión.

**Inuzuka Nabi** · 16/09/2018, 20:04

—Eri-chan, seré muchas cosas, pero, por encima de todo, soy Datsue el Generoso. Buen amigo, mejor camarada. —

Alguien tenía que hacerlo, así que en ese momento decidí recoger todos los titulos autootorgados por Datsue a lo largo de los años. Tardaría décadas en cumplir dicha misión, pero estoy seguro de que las generaciones venideras me agredeceran este gesto. De nombre le pondré, Diccionario.

Y tras este breve discurso interior, por y para mi, puse una leve sonrisa en mi rostro y seguí a Datsue hacía el edificio del Uzukage, donde nos encontraríamos con el destino cara a cara, y nos haríamos leyenda.

Uzumaki Eri

Cerró la puerta de su casa y los tres se encaminaron al Edificio del Uzukage. La verdad es que estaba nerviosa, después de haber realizado dos misiones en su vida —la tercera fue un completo fiasco y por ello en Taikarune ya no eran bien recibidos—, no sabía hasta que punto una misión B era algo que debía hacer. Nabi parecía estar más alegre, sin contar a Datsue, que estaba también como loco, así que dejando a un lado sus pensamientos destructivos, se focalizó en lo que tenía que hacer.

Claro que... Siendo jounin —la única— y a cargo de dos personas, no era fácil.

—¿Qué harás con Datsutse mientras estamos de misión, Datsue? —preguntó al Uchiha del grupo, acordándose del pobre perro.

Fue lo único que mencionó en todo el camino, ya que tampoco quedaba lejos su casa del Edificio del Uzukage. Al llegar cruzaron el pequeño puente que unía la villa con el gran lugar y pasaron las puertas. Ella fue decidida a quien estuviese de encargado en aquel momento y poder comenzar con la misión lo antes posible.

**Sarutobi Hanabi**

Los muchachos cruzaron el umbral del Edificio del Uzukage sólo para ser recibidos por la entusiasta Kiyomi. Tras saludar a los muchachos y felicitar a Eri por su ascenso, la recepcionista le entregó a ésta un pergamino de misión con la flamante letra "B" grabada en el sello.

—Buena suerte, Eri-chan —se llevó ambas manos a la boca, dándose cuenta de su error—. Quiero decir, Eri-dono.

Uzumaki Eri · 16/09/2018, 22:08

—Muchas gracias Kiyomi-san —agradeció, haciendo una leve inclinación con la cabeza.

Tomó el pergamino y lo abrió al lado de sus compañeros de misión para que todos pudieran leerla sin problema. Sin embargo, cuando leyó Montañas de la Tierra se le cayó el alma al suelo. Eso estaba a siete días mínimo de viaje, probablemente un poco más. ¿Y si no lograban llegar a tiempo para salvar a otro ciudadano?

Lo mejor era partir cuanto antes.

Tendió el pergamino a los otros dos por si querían echarle algún que otro vistazo más, y tras otra ligera reverencia a Kiyomi, incitó a Nabi y a Datsue a salir por la puerta del Edificio del Uzukage para discutir sobre la misión.

—Creo que deberíamos irnos ya si estamos preparados, aunque quizá nos vendría bien pasar por casa para coger provisiones, ¿nos vemos dentro de media hora en las puertas?

**Uchiha Datsue** · 16/09/2018, 22:35

Datsue leyó con rapidez el pergamino de misión. Tenían que cazar a un monstruo que mataba al ganado y, en su última incursión, a un civil. Un año atrás, el Uchiha lo contemplaría con ojos dilatados y manos temblorosas. Ahora, lo observaba con cierta tranquilidad. Incluso con cierto… desdén.

—Bah, cosa fácil, compañeros. Cosa fácil —Habían detenido a un jinchuuriki. Comparado con eso, ¿qué monstruo iba a estar a la altura?—. Me parece bien, Eri. En media hora en las puertas, pues.

Desapareció tras un sello de mano. Una vez en casa, apiñó unas cuantas mudas y prendas en una gran mochila. También una cantimplora, provisiones y un saco de dormir, por si algún día les tocaba dormir al aire libre. Finalmente, selló la mochila en una rodilla.

Preparado y listo, y con su chaleco de ninja enfundado, se dirigió a las puertas de la Villa. Aquella sería la primera aventura protagonizada por los Intrépidos en soledad, y esperaba, con optimismo, que terminase tan bien como había empezado.

**Inuzuka Nabi** · 17/09/2018, 19:24

—Creo que deberíamos irnos ya si estamos preparados, aunque quizá nos vendría bien pasar por casa para coger provisiones, ¿nos vemos dentro de media hora en las puertas?

Y eso era la vida, chicos. Un día estas en la academia comiendote los mocos y tirandole de las coletas a la tía más buena de clase para que te prestase atención, no en ese orden necesariamente, y al siguiente esa kunoichi es Jounin y está dándote ordenes de la forma más sensual posible. Aunque consigas que esa kunoichi deje de llevar coletas para usar un moño, que es mucho más seguro, no se acordará de ti. Para ella serás un genin más, pero el sentimiento de orgullo se queda contigo para siempre.

— A sus ordenes, Eri-sama.

Stuffy y yo nos fuimos a casa y aparecimos los primeros en las puertas, claro que nosotros no teníamos que sacar brillo a nuestra placa ni pulir nuestro chaleco. Cogimos toda la comida que era cogible y con una pequeña mochila y todas las armas que tenía, que eran un poco más que ninguna, pero tampoco mucho, nos preparamos para partir.

— ¿Ves? Me daba tiempo a mear de sobra.

Uzumaki Eri · 18/09/2018, 10:31

Tras acordar la hora y el punto de partida, los tres compañeros se dirigieron rápidamente a sus casas para empacar todo lo necesario para el viaje. Eri, quien había guardado cuidadosamente el pergamino de la misión en su bolsillo del chaleco militar, entraba en su casa rápidamente para tomar su mochila de viaje y meter un par de mudas, toda la comida que pudo y que fuese de aquella que no se ponía mala en cuanto la sacabas de la nevera, aquellas armas que no había cogido por las prisas y un mapa de Oonindo, ya que nunca venía mal.

Corrió de nuevo a la nevera y tomó su cantimplora, que guardó en uno de los compartimentos externos de su mochila para después sellársela en el antebrazo izquierdo. Una vez preparada, echó una última ojeada a su apartamento para abandonarlo hasta su vuelta.

Media hora después de haberse despedido en el Edificio del Uzukage, la Uzumaki ya se encontraba al lado de Nabi y Stuffy, esperando a que Datsue llegase a tiempo. Una vez estuviesen todos juntos, podrían encaminarse a las Montañas de la Tierra.

**Uchiha Datsue** · 18/09/2018, 21:56

Los Intrépidos vieron al componente faltante de su equipo corriendo hacia ellos y agitando una mano al aire.

—¡Tenéis que disculpar! —exclamó, nada más llegar junto a ellos. Tuvo que llevarse las manos a las rodillas mientras respiraba agitadamente para recuperar el aliento—. Me encontré con una anciana por el camino y tuve que ayudarla con las bolsas de la compra. Ya me conocéis —se excusó.

»Bueno, ¿por dónde vamos? —preguntó, una vez recuperado—. ¿Rectos hacia el Valle del Fin y las Tierras de la Llovizna? ¿O caminamos un poco más para ir por el Puente Kannabi? —Sinceramente, prefería la segunda opción. A él le gustaba la lluvia, pero cuando la contemplaba tras el cristal de la ventana y con una taza de leche humeante entre sus manos.

La primera opción, no obstante, quizá les ahorrase algún que otro kilómetro y, de paso, de tiempo.

**Inuzuka Nabi** · 20/09/2018, 19:15

Para sorpresa de nadie, Datsue fue el último en llegar.

»Bueno, ¿por dónde vamos? ¿Rectos hacia el Valle del Fin y las Tierras de la Llovizna? ¿O caminamos un poco más para ir por el Puente Kannabi?

Por suerte para todos, ya no tenía que preocuparme de esas gilipolleces de decidir cosas. Ahora tenía conmigo a un Chunin y una Jounin que se encargarían de tomar esas decisiones por mi de forma totalmente legal y no porque yo fuese un vago de mierda, que también, sino por cuestiones de rango.

— Pues lo que Eri-sama decida está bien para mi. Tampoco es que tenga mucha ilusión por pasar por ninguno de esos dos paises, como nos encontremos con algún shinobi extranjero... Bueno, os dejaré a vosotros la diplomacia, que ya sabeis como se me da a mi.

Porque claramente ya no tenía que preocuparme por aguantar a los subnormales de turno, PORQUE TENIA CONMIGO A DOS SUPERIORES. Empezaba a dejar de arrepentirme de no haberme presentado al examen, la vida del pirata es la vida mejor, digo, del genin.

Uzumaki Eri · 21/09/2018, 10:32

Eri rodó los ojos al escuchar como Datsue se excusaba ante su retraso, aunque a veces ese retraso solía ser cierto, ya no sabía si el Intrépido se lo inventaba o decía la verdad, pues buena fama tampoco tenía.

—Bueno, ¿por dónde vamos? ¿Rectos hacia el Valle del Fin y las Tierras de la Llovizna? ¿O caminamos un poco más para ir por el Puente Kannabi?

— Pues lo que Eri-sama decida está bien para mi. Tampoco es que tenga mucha ilusión por pasar por ninguno de esos dos paises, como nos encontremos con algún shinobi extranjero... Bueno, os dejaré a vosotros la diplomacia, que ya sabeis como se me da a mi.

Ella miró a sus compañeros y suspiró, tomando el mapa que había guardado para la ocasión. Lo desplegó con suavidad y tacto para no romper el delicado papel y se acercó a sus compañeros.

—Nosotros estamos aquí —señaló la marca del Remolino que tenía marcada en su mapa, aunque no se podía apreciar bien pues un borrón tapaba parcialmente el dibujo—. Después de lo... Ocurrido en el Examen, creo que será mejor que evitemos entrar en territorios de Amegakure y Kusagakure, por lo que podríamos ir por el Puente Kannabi y viajar por el Paraje del Bambú —explicó, señalando los lugares mencionados—. Hacer una parada en la Ribera del Sur a tomar provisiones, y continuar rápidamente hacia nuestro destino.

»¿Qué os parece?

**Uchiha Datsue** · 21/09/2018, 13:39

Datsue asintió, de acuerdo, mientras seguía con la mirada el dedo de Eri, que trazaba la mejor ruta posible hasta su destino. Hasta que, entonces… el demonio se apoderó de ella, tomando un desvío de un peligro mortal. Una trampa, que él contempló con ojos aterrorizados.

—¿Qué os parece?

La miró a los ojos. Miró al mapa, y volvió a mirarla a ella. Todo de movimientos secos y rápidos. ¿Qué le parecía?

—¡Mal! ¡Muy mal, de hecho! —se apresuró en responder—. ¡Una locura! ¡Un suicidio! —No exageraba. No era una de sus típicas bromas. Datsue estaba más serio que nunca. Tenso y hasta rojo por la ira que empezaba a hervirle en la sangre—. Eri, has de saber que la Ribera del Sur es un pueblo lleno de bandidos, maleantes y asesinos. Violadores. Ladrones que robarían hasta a su propia madre por cumplirse un mero capricho. ¡Son el mal en persona! ¡Son unos malnacidos que deberían ser erradicados de la faz de Oonindo! —rugió, desgañitándose—. No, no y no. Nunca. ¡Nunca os adentréis en él, o mis palabras serán lo último que recordéis al notar ese dulce veneno bajando por vuestro gaznate de un inofensivo vaso de agua! ¡Hacedme caso en esto! ¡Sé muy bien de lo que hablo, para mi propia desgracia!

No, no podía permitir que sus camaradas y amigos conociesen el terror de la Ribera del Sur. Tenía que evitarlo. Tenía que evitarlo a toda costa.