Manos manchadas

[Uchiha Datsue]

Hubo un breve silencio, lleno de tensión. ¿Era aquella una amenaza velada? ¿O solo un agravio contra el archienemigo de Shukaku? Datsue temió que su Padre interpretase lo primero. Por primera vez, se asustó de verdad de lo que pudiese hacer. Datsue contaba con cierto margen para vacilar, replicar y encararse con Shukaku. Un margen pequeño, cabía decir, y eso que se había ganado su aprecio y respeto. Los que no se lo habían ganado...

—¡JAAJIAJIAJIAJIA! Está en un cuerpo humano, así que es posible.

... bueno, esperaba no llegar nunca a descubrirlo. Profundamente aliviado, luchó por salir al exterior y bufó. Ambos —no, más bien los tres— sabían que no iba a ser tan fácil.

—Cambiando de tema —intervino, recuperando su aspecto normal—, ¿qué te parece si te coloco un sello de la Hermandad Intrépida? —Reiji no paraba de meterse en líos, para bien o para mal, y Datsue opinaba que no le haría ningún daño tener un vía de contacto directo con un uzujin. Por si las moscas—. Ya sabes, únicamente para comunicarse en casos de urgencia.

[Sasaki Reiji]

—¡JAAJIAJIAJIAJIA! Está en un cuerpo humano, así que es posible.

Esperaba no tener que hacerlo, pero si se daba la ocasión, no iba a dudar, como no había dudado en golpear a Kazuma. Claro que para eso, tenia que poder levanta la espada en su presencia. Si ni siquiera Yuuna había podido moverse frente a él...

—Cambiando de tema —Mejor. La verdad es que Shukaku era capaz de sacarle a uno las ganas de partir cabezas, y no por accidente. Y tampoco tenia intención de suicidarme tan joven. —, ¿qué te parece si te coloco un sello de la Hermandad Intrépida? —¿De que narices estaba hablando?—. Ya sabes, únicamente para comunicarse en casos de urgencia.

—No se de qué hablas, yo para el fuuinjutsu soy peor que un kusajin para evitar una pelea. — Quizas de los pocos shinobis de uzushio, si no el único, incapaz de comprender ni un solo ápice del funcionamiento del Fuuinjutsu. Y eso que nuestra villa era especialista. —Vas a tener que explicarlo más detalladamente por que igual ni soy capaz de usarlo.

[Uchiha Datsue]

Datsue frunció el ceño, extrañado.

—¿No te hablé de él cuando te dije que tenía una forma de comunicarme con Ayame para concertaros una cita? —Trató de hacer memoria, pero no recordaba exactamente qué le había explicado y qué no. Se encogió de hombros. Lo mejor sería empezar por el principio—. ¿Ves esto de aquí?

Se señaló un tatuaje que tenía debajo de la oreja. Solo que aquello no era un tatuaje, sino un fūinjutsu. Uno que, a la vista, tenía forma de kanji —糸—, en color negro y con un pequeño número al lado a modo de subíndice. Tenía también otro en la otra oreja, y uno en la parte interna de la muñeca izquierda. Todos con distintos números. Cuatro, siete y nueve.

—Yūkan'na Kyōdai ai, el sello de la Hermandad Intrépida. Si te coloco este sello a ti, y yo dispongo uno con el mismo número, seremos capaces de comunicarnos a distancia. Como los teléfonos que instalaron en Uzu, ¿sabes? Pero sin tener que marcar números ni tonterías. No necesitas hacer sellos, siquiera. Solo concentrar chakra donde tengas el sello para estimularlo y que se active, y entonces escucharé todo lo que digas, y viceversa.

[Sasaki Reiji]

—¿No te hablé de él cuando te dije que tenía una forma de comunicarme con Ayame para concertaros una cita?

—No, la verdad es que nunca me has hablado de él.

—. ¿Ves esto de aquí?

Datsue señalo una especie de tatuaje que tenia debajo de la oreja, como un kanji con un número. Era pequeñito, pero visible. Aún así, el fuuinjutsu era todo un misterio para mi. Yo también tenia tatuajes, pero no hacían nada especial.

—Yūkan'na Kyōdai ai, el sello de la Hermandad Intrépida. Si te coloco este sello a ti, y yo dispongo uno con el mismo número, seremos capaces de comunicarnos a distancia. Como los teléfonos que instalaron en Uzu, ¿sabes? Pero sin tener que marcar números ni tonterías. No necesitas hacer sellos, siquiera. Solo concentrar chakra donde tengas el sello para estimularlo y que se active, y entonces escucharé todo lo que digas, y viceversa.

—¡Pero si eso es casi tan útil como tener tentáculos!

Puede que más, pero había que tener unos cuantos pares de brazos más, ayudaba bastante a hacer casi cualquier cosa. Podrías forjar varias armas a la vez, o incluso blandirlas. O dibujar con unos brazos mientras escribías con los otros. Aunque para todo eso hacia falta coordinación.

—Pero solo me escuchas a mí y solo si yo quiero ¿Verdad?

Siempre había cosas que era mejor que nadie escuchase. Y había que asegurarse antes.

[Uchiha Datsue]

Datsue asintió.

—Bueno, si otra persona habla con los labios cerca del sello cuando lo tienes activo también lo escucharía. Funciona igual a un teléfono, eso. Pero vaya, mientras no descuelgues dicho teléfono, yo no tendría opción a escucharte. En ningún caso.

¿Podría llegar a hacerlo? Oh, sí. Podría estudiar la forma de alterar dicha técnica para poder espiar a sus compañeros sin que estos se enterasen. Pero aquel fūinjutsu no había nacido para eso. Su esencia era la de crear lazos, unir a la gente. No darles una puñalada trapera por la espalda.

—Entonces qué, ¿te lo pongo? Tienes que elegir un número que no sea el cuatro, siete o nueve. Tampoco el dos —añadió, a última hora—. ¿Cuántos tentáculos tenía Gyūki? —Ya que le gustaban tanto los tentáculos, a Datsue le parecía apropiado poner aquel número—. Ah, y tienes que elegir dónde quieras que te lo ponga. Ahorrémonos los chistes, ya los oí de todos los colores y formas siempre que digo esto. —Y probablemente la mayoría de labios de la misma persona: Inuzuka Nabi. Gamberro hasta la sepultura.

[Sasaki Reiji]

—Bueno, si otra persona habla con los labios cerca del sello cuando lo tienes activo también lo escucharía. Funciona igual a un teléfono, eso. Pero vaya, mientras no descuelgues dicho teléfono, yo no tendría opción a escucharte. En ningún caso.

La verdad es que era un alivio saberlo, por que claro... Imaginate que te llama en un momento muy intimo, por ejemplo, cuando estas en el baño haciendo tus necesidades. O si tu madre te esta echando una bronca, sería vergonzoso que otros lo escucharán.

—Entonces qué, ¿te lo pongo? Tienes que elegir un número que no sea el cuatro, siete o nueve. Tampoco el dos —Bueno, no habría elegido tampoco ninguno de esos numeros.—. ¿Cuántos tentáculos tenía Gyūki? —¿Muchos? La verdad es que seguro que no los había visto todos, y tampoco había probado a ver cuantos podia sacar a la vez. —. Ah, y tienes que elegir dónde quieras que te lo ponga. Ahorrémonos los chistes, ya los oí de todos los colores y formas siempre que digo esto.

—Creo que no me apetece entrar en una guerra de chistes en la que seguro que gana Shukaku. —Aunque su humor era quizás demasiado oscuro. —En cuanto al número... Olvidate de los tentáculos. ¿Sabes quien va a ser herrero número UNO? Pues me quedo con ese.

No estaba en la lista de restricciones, así que... Para mí a no ser que Datsue dijese lo contrario. Aunque esperaba que no.

—El sitio, no se... Algo discreto supongo. ¿Que tal en el brazo izquierdo debajo de la bandana?

[Uchiha Datsue]

«El número uno, ¿hmm?» Esbozó una sonrisa. Cuando se lo proponía, Reiji era de lo más ambicioso.

—No se diga más, el número uno pues. —Luego, se encogió de hombros cuando Reiji preguntó si en el brazo era un buen sitio—. Tan bueno como otro cualquiera. Si con el tiempo no te convence ahí siempre podemos cambiarlo en un futuro.

Aquello era como un tatuaje temporal, de los que se iban con el tiempo.

—¿Ahí entonces? Pues venga, aparta la bandana para que pueda ponértelo.

Si Reiji accedía, el Uchiha ejecutaría una larga tanda de sellos que finalizaría con su dedo índice y corazón posándose suavemente en la piel del espadachín, que vería cómo de pronto el kanji de la Hermandad aparecía en su brazo, con el número uno como subíndice a la derecha.

Datsue tomó dos grandes bocanadas de aire para serenarse. Aquella técnica consumía una gran cantidad de chakra y le había cogido frío.

¤ Yūkan'na Kyōdai ai, Técnicas de Uzushiogakure.

Poder 80 e Inteligencia 80 al momento de su colocación.

[Sasaki Reiji]

—No se diga más, el número uno pues. —Algun día, seguro. De momento solo serviría como tatuaje comunicador. O algo así.—. Tan bueno como otro cualquiera. Si con el tiempo no te convence ahí siempre podemos cambiarlo en un futuro.

¿Seguro? Para mi el fuuinjutsu era como hacer sellos, una tarea misteriosa que solo estaba al alcance de otros. Quizás podia haberle pedido que lo pusiera en la espada, o algo así.

—¿Ahí entonces? Pues venga, aparta la bandana para que pueda ponértelo.

Me aparté la bandana y dejé que Datsue hiciera su magia. Bueno, para él seria algo normal y corriente, pero para mi como que estaba haciendo magia. La verdad es que la técnica de comunicación de Yuuna parecía muchísimo mas sencilla que todo eso.

Claro qué, cada una tenia sus ventajas, por que en la de Yuuna podías verle la cara a otra persona, lo que estaba genial, en la de Datsue no, pero podias moverte mientras hablabas.

Y hablando de la samurái...

—Que lástima no saber esto mucho antes, la verdad es que hubiera estado bien tener uno así con Yuuna.

Aunque claro, yo no podía hacerlo. Así que soñaba casi como un sueño muy lejano.

[Uchiha Datsue]

Tras colocarle la Hermandad Intrépida, Reiji lamentó no tener antes aquel sello para usarlo con Yuuna.

—Ah, ¿sí? ¿Y eso? —respondió, esbozando una sonrisa traviesa—. Sois de esas parejitas que no pueden pasar una hora sin hablarse, ¿o qué? —Y se le escapó una suave risotada solo de imaginárselo.

En aquel aspecto, Datsue había tenido suerte con las parejas que había tenido. Por su forma de ser no hubiese llevado muy bien aquel aspecto. No es que fuese un huraño, ni mucho menos. Pero necesitaba ir a su bola de tanto en tanto.

—Bueno, voy a colocarme el sello. Prueba a concentrar chakra como te dije, a ver si consigues activarlo —dijo, antes de ejecutar una nueva tanda de sellos y colocarse el fūinjutsu en la parte interna de la muñeca derecha. Como siguiese así iba a quedarse sin espacio donde colocarse más.

[Sasaki Reiji]

—Ah, ¿sí? ¿Y eso? —Pues lo normal, cuando te pasan cosas como la que me había pasado en el torneo, en quien confías para hablar es en tu pareja, lo normal.—. Sois de esas parejitas que no pueden pasar una hora sin hablarse, ¿o qué?

—¿Eh? No que va, que va, pero nunca está de más, en situaciones como esta, charlar de vez en cuando.

En realidad pasabamos bastante tiempo juntos, eso es cierto, por que trabajábamos en el mismo sitio, aunque tampoco hablábamos mucho mientras lo hacíamos.

Y también muchas veces en el barco cada uno iba a su rollo. Yo por ejemplo podía pasar horas intentando entender el dicho manual.

—Bueno, voy a colocarme el sello. Prueba a concentrar chakra como te dije, a ver si consigues activarlo

—Vale a ver... Probando... Probando

Dije mientras intentaba concentrar el chacra en el dibujo que había puesto Datsue en el brazo. Aunque tampoco sabía exactamente del todo como iba. ¿Tenia que acercarme el dibujo a la oreja para escucharle por el sello?

[Uchiha Datsue]

Bueno, en eso Reiji tenía razón.

—Un día se lo coloco, si quiere.

Luego, se alejó unos pasos para comprobar que funcionaba.

—A ver, a ver… No, concentra chakra de la manera en que caminarías sobre agua, ¿sabes? De forma constante, pero ni muy fuerte ni demasiado liviano. ¿A ver…? ¿Más fuerte? No, no. ¿Más ligero? Un poco más… Un poco más… ¡Te escucho!

El Uchiha activó el suyo.

—¿Me escuchas tú a mí? Mira, yo incluso tengo la habilidad de susurrarte para que solo tú me oigas. Pero esto requiere de bastante práctica.

[Sasaki Reiji]

—Un día se lo coloco, si quiere.

Si claro, ese ultimo detalle era importante. Si ella quería. Pero estaría bien. Quizás después de la siguiente ronda si ninguno de los dos salíamos muy magullados. Aunque teniendo en cuenta la cura mágica de los Bijuus...

—A ver, a ver… No, concentra chakra de la manera en que caminarías sobre agua, ¿sabes? De forma constante, pero ni muy fuerte ni demasiado liviano. ¿A ver…? ¿Más fuerte? No, no. ¿Más ligero? Un poco más… Un poco más… ¡Te escucho!

Bien, vale. Tan malo, tan malo, no era. Quiero decir, no tarde mucho en pillarle el secreto a esta cosa que me acababa de poner en el brazo, y joder funcionaba sorprendentemente bien.

—¿Me escuchas tú a mí? Mira, yo incluso tengo la habilidad de susurrarte para que solo tú me oigas. Pero esto requiere de bastante práctica.

—Oye, esto esta realmente bien eh, ya le pillaré la practica para susurrar. Y oye ¿Esto lo escucha Shukaku? Por que si lo escuchara, estaría feo decir que creo que kokuō es mas simpática, mas educada y parecía mas...

Fuerte. Iba a decir fuerte. Pero quizás si que escuchaba, y e igual se cabreaba de verdad, lo cual no estaría nada bien, sabiendo que podía salir a pasear cuando le apeteciera.

—Mas dispuesta a no matarme.

Pero siempre podías rectificar al final.

[Uchiha Datsue]

Datsue se llevó una mano a la cabeza y negó con rotundidad. «Este chico…»

—¡¿Más simpática?! ¿¡MÁS SIMPÁTICA!? ¡Pero si no hay bijú más divertido que yo! Dile, Datsue, dile cómo nos divertimos tú y yo con los criminales que damos caza.

Ahí tenía su respuesta Reiji.

—Ehm… Sí, bueno…

—Te compro lo de más educada. Mi hermana sería capaz de darte los buenos días por mera formalidad justo antes de lanzarte una bijūdama en la cara. Educada hasta para reducirte a una partícula de polvo. ¡JIA JIA JIA!

—Dos veces me apuntó con ella. Shukaku ni una. Kokuō dos. Y a Daruu otras dos veces. Shukaku ni una. Pero Kokuō dos. Sí, sí —repitió Datsue, mientras asentía enérgicamente, totalmente en la misma línea.

[Sasaki Reiji]

—¡¿Más simpática?! ¿¡MÁS SIMPÁTICA!? ¡Pero si no hay bijú más divertido que yo! Dile, Datsue, dile cómo nos divertimos tú y yo con los criminales que damos caza.

—Ehm… Sí, bueno…

—Bueno a ver, si, pero simpático y divertido no es lo mismo ¿No? Quiero decir... Si, kokuō era mas sosa, pero no se cabreaba tan rápido.

Y Datsue tampoco parecía muy de acuerdo con él. Le daba la razón como a los locos. O al menos dejaba esa impresión. Aunque claro, recordando lo que había dicho de Kusa, quizás la forma de divertirse de Shukaku era un poco... Sádica.

—Te compro lo de más educada. Mi hermana sería capaz de darte los buenos días por mera formalidad justo antes de lanzarte una bijūdama en la cara. Educada hasta para reducirte a una partícula de polvo. ¡JIA JIA JIA!

—Dos veces me apuntó con ella. Shukaku ni una. Kokuō dos. Y a Daruu otras dos veces. Shukaku ni una. Pero Kokuō dos. Sí, sí

—Seguro que la enfadaste mucho, parecía maja. Ademas... ¿No seria un poco raro que te apuntases a ti mismo con una bijuudama?

Pero se habían desviado del tema. O me había desviado yo también. El caso es que Shukaku si que escuchaba. Menos mal que no había dicho que kokuō era mas fuerte.

— Además, yo creo que Gyūki es más gracioso, quiero decir... Convirtió un barco en un barco volador. ¿Cuantas personas en este pais han viajado en barco volador?

[Uchiha Datsue]

—Bueno, los samuráis se apuntan a sí mismos con una espada para hacerse el harakiri y a nadie le parece extraño —protestó, cuando Reiji quiso desbaratar sus argumentos.

¿Que Shukaku en verdad le había matado incontables veces en pesadillas? Sí. Pero eso era algo que Reiji no necesitaba saber. El propio Datsue había pasado página, e intentaba quedarse con que, al menos, había salido mucho más curtido. Había tenido que hacerse mayor a marchas forzadas.

En cambio, a Datsue no le quedó más remedio que admitir que lo del barco volador tenía que haber sido una pasada.

—Quizá algunas sí lo hicieron… en sueños —terminó por decir, desactivando el sello y acercándose de nuevo a Reiji—. Bueno, pues parece que le has pillado el truquillo rápido. El sello permanecerá activo al menos por un año, año y algo. Si queremos seguir comunicados después de eso habrá que renovarlo.