(C) Oscura es la noche

[Kurogane Toshio]

— ¿Qué? ¡¿Vosotros?! ¡Les dije que mandasen ninjas de verdad! Qué obsesión con mandar genins para todo. ¡Pero si aún tenéis dientes de leche! ¡En mis tiempos tenías que saber algo para que te diesen la bandana! Hoy en día haces un par de cabriolas con ninjutsu y hala, ninja.

El chico se cruzó de brazos, ofendido al ver como el viejo pasó de menospreciarlos a menospreciarlos e ignorarlos, todo a la vez.

Miró a Kinumi un segundo, solo para comprobar que ella también estaba a punto de mandar a la mierda a Bōku.

Toshio suspiró, intentando nuevamente relajarse antes de volver a hablarle a su cliente.

— Nos gustaría hacerle un par de preguntas, Miniku-san. —Dijo, sin estar dispuesto a discutir con el anciano—. Si tiene tiempo. Nos ayudaría mucho con la investigación.

[Himura Hana]

— Nos gustaría hacerle un par de preguntas, Miniku-san. Si tiene tiempo. Nos ayudaría mucho con la investigación.

El anciano, aunque tenía entre ninguna y poca esperanza de que completasen la misión, decidió levantarse de nuevo y andar hacia ellos, deteniendose en su lado del mostrador y apoyandose en su bastón.

— ¿Ayuda? ¡En mis tiempos no solo tenías que completar la misión sin información sino que todo el mundo quería partirte las piernas! ¡Así es como se forjaban los genins! Hasta el apuntador nos odiaba por hacer Ninjutsu, no como ahora, que todos lo "flipan".

Tras su discurso se quedó en el sitio, mirando a Toshio fijamente.

[Kurogane Toshio]

— ¿Ayuda? ¡En mis tiempos no solo tenías que completar la misión sin información sino que todo el mundo quería partirte las piernas! ¡Así es como se forjaban los genins! Hasta el apuntador nos odiaba por hacer Ninjutsu, no como ahora, que todos lo "flipan".

Cada vez se hacía mucho más difícil para el genin soportar los discursos del anciano, especialmente cuando se empezó a hacer demasiado obvio que venía de otro tiempo y parecía odiar todo lo que no se ajustaba a lo que había vivido en sus tiempos. ¡Que estaban en el año 220, joder, no en el 118!

— ¿Quiere que acaben las desapariciones o es que prefiere que discutamos todo el día? —Dijo de mala manera. Estaba claro que ya estaba a punto de perder la paciencia.

[Himura Hana]

— ¿Quiere que acaben las desapariciones o es que prefiere que discutamos todo el día?

El anciano no se amedrentó, es más, se vino aún más arriba por la poca paciencia del muchacho.

— ¿Ves lo que te digo? ¡No tenéis ni medio cocido! Cuando yo iba de misión, los pueblerinos te hacían la puñeta. ¡Qué ayudar ni qué ayudor! Los hijos de puta no hacían más que tocar los cojones. Incluso se aliaban con el bandido con tal de no ir contigo, los muy malandrines.

Dio un fuerte golpe con el bastón en el suelo, claramente indignado.

— Encima que vengo a responder vuestras preguntas te me pones cabrito. ¡¿Quieres preguntar o no?! Que yo no tengo todo el tiempo del mundo como vosotros.

[Kurogane Toshio]

«Lo mato. Juro por el Dios del Bosque que me lo cargo».

Al menos había accedido a colaborar no tendría que discutir más con él. Con la poca paciencia y Voluntad que tenía el chico, era muy probable que no pudiera aguantar mucho más así.

— Genial. —Dijo, y miró a Kinumi para comprobar si ya había sacado la libreta—. ¿Podría decirnos cuándo empezaron las desapariciones y qué tan a menudo ocurren?

El chico decidió empezar por comprobar que lo que les decía Miniku coincidía con la versión de la señora de antes.

[Himura Hana]

— ¿Podría decirnos cuándo empezaron las desapariciones y qué tan a menudo ocurren?

El anciano suspiró, cansado de las preguntas en la primera ya.

— ¿Qué más da eso? ¡Lo importante es que paren! — volvió a suspirar y siguió — La primera de forma oficial fue hace unas tres semanas ya. Aunque las marujas que viven por aquí no hacen más que largar que la muchacha se fue a Tane-Shigai a casarse con un don nadie. Claro, y yo voy a saber si eso es cierto o no. ¡Es imposible saber nada cuando todo el mundo se inventa la suya! Los que no están son desaparecidos y punto.

Y con eso dio por contestada la pregunta del muchacho. Tal vez le ignoraba a proposito o tal vez estaba tan centrado en quejarse que le olvidaban las cosas por el camino.

[Kurogane Toshio]

El viejo suspiró, ya cansado desde un inicio.

«Créeme. Yo tampoco quiero estar aquí».

— ¿Qué más da eso? ¡Lo importante es que paren! La primera de forma oficial fue hace unas tres semanas ya. Aunque las marujas que viven por aquí no hacen más que largar que la muchacha se fue a Tane-Shigai a casarse con un don nadie. Claro, y yo voy a saber si eso es cierto o no. ¡Es imposible saber nada cuando todo el mundo se inventa la suya! Los que no están son desaparecidos y punto.

El señor dio por contestada la pregunta sin realmente haberla respondido del todo, pero eso era secundario, ahora que Toshio había escuchado algo interesante.

«¿Pero esa chica no se había largado hace meses?»

Existía la posibilidad de que estuviera hablando de una chica distinta a la que les mencionó la mujer de antes, pero el herrero no apostaba por ello, de momento.

— ¿Podría decirme los nombres de algunos de los desaparecidos? ¿Y a qué se dedicaban?

[Himura Hana]

— ¿Podría decirme los nombres de algunos de los desaparecidos? ¿Y a qué se dedicaban?

El anciano se quedó quieto, en silencio, mirando fijamente al shinobi. Algo en su interior despertó en su interior, algo que llevaba dormido mucho tiempo, cuando la vejez le hizo directo y tajante. El sarcasmo.

— ¿Que a qué se dedicaban? A la papiroflexia. ¡Estamos en unos arrozales! ¡¿A qué se van a dedicar?! Pues a cultivar los campos. ¡Si es que sabía que esto era un error! ¿Cómo quieres que sepa todos los nombres, animal? Salid al bosque y acabad con esos malditos lobos, tanta investigación tanta tontería.

Al final bajó la mirada, rojo de la ira, intentando recuperar el aliento. Toshio había conseguido sacarle de quicio del todo.

[Kurogane Toshio]

— ¿Que a qué se dedicaban? A la papiroflexia. ¡Estamos en unos arrozales! ¡¿A qué se van a dedicar?! Pues a cultivar los campos. ¡Si es que sabía que esto era un error! ¿Cómo quieres que sepa todos los nombres, animal? Salid al bosque y acabad con esos malditos lobos, tanta investigación tanta tontería.

El hombre bajó la mirada, enfurecido e intentado recuperar el aliento luego de haberle explotado en la cara al chico.

Toshio giró la cabeza un momento para ver a su compañera. No entendía por qué clase de estrés tenía que pasar el anciano para ser así de irritable, pero incluso si lo hiciera la situación no sería mucho más soportable.

— ¡Los lobos no hacen que la gente desaparezca así sin más! Habrían rastros de sangre, o habrían escuchado gritos. No creo que esto sea cosa de lobos. —Dijo, y miró a la Uchiha—. Aunque podemos investigarlo. ¿Tú qué piensas, Kinumi-chan?

[Himura Hana]

— ¡Los lobos no hacen que la gente desaparezca así sin más! Habrían rastros de sangre, o habrían escuchado gritos. No creo que esto sea cosa de lobos. Aunque podemos investigarlo. ¿Tú qué piensas, Kinumi-chan?

Kinumi abrió ligeramente la boca, algo indecisa sobre si meterse en aquel follón o no, pero el anciano no le dio oportunidad tampoco.

— ¡Los lobos se comen a la gente! Y son medio perros, igual se llevan los huesos para enterrarlos o arrastran a la gente a sus madrigueras para que se los coman los cachorros. ¿O es que hay alguna criatura mágica capaz de desvanecer a la gente y yo no me he enterado?

¡Ni siquiera sabía qué había que discutir! Hay lobos en el bosque, la gente desaparece, ¡no era tan dificil sumar dos y dos! ¿Qué esperaba encontrar aquel pelirrojo en su aldea? ¿Una secta que le da sacrificios a unos extraterrestres? ¿Fuinjutseros locos? ¡Si solo eran agricultores!

[Kurogane Toshio]

— ¡Los lobos se comen a la gente! Y son medio perros, igual se llevan los huesos para enterrarlos o arrastran a la gente a sus madrigueras para que se los coman los cachorros. ¿O es que hay alguna criatura mágica capaz de desvanecer a la gente y yo no me he enterado?

Toshio se cruzó de brazos y resopló. Realmente no le convencía en lo absoluto la idea de empezar directamente por los lobos, pero también sabía que era inútil cualquier intento de seguir discutiendo con ese señor.

— Vale, valevalevale. —Decidió que lo mejor sería darle la razón, de momento. No quería detener la investigación por quedarse discutiendo—. Lo investigaremos.

Estaba a punto de cerrar la conversación con un "creo que es todo" o algo parecido, pero en su lugar se calló y miró a su compañera, esperando que fuese ella quien decidiera si tenía algo más que añadir.

[Himura Hana]

— Vale, valevalevale.Lo investigaremos.

Antes de cerrar la conversación de una vez por todas, Toshio se giró a mirar a su compañera, y su compañera ya se estaba alejando del lugar con tanta mala hostia que cada pisada parecía una patada contra el suelo.

— ¡¿Pero qué investigar ni investigor?! Que os deshagais de los lobos, leñe.

Dicho eso, el anciano volvió a darse la vuelta, dando por acabada él la conversación.

Una vez saliese tras Kinumi, ésta le estaría esperando a una distancia prudencial del lugar.

— ¿Qué quieres hacer?

[Kurogane Toshio]

Luego de una discusión que realmente no llevó a nadie a ningún lado, Toshio salió del edificio, siguiendo a su compañera.

Fuera, el chico se encontró a Kinumi esperándolo a cierta distancia del lugar.

— ¿Qué quieres hacer?

— Pegarle un puñetazo. —Respondió sin pensarlo, y suspiró—. La verdad es que no lo sé. No sé si conseguiremos mucho si seguimos preguntando... —se cruzó de brazos y se tomó un par de segundos para pensar—. ¿Crees que esto será cosa de los lobos? Porque yo realmente lo dudo.

[Himura Hana]

— Pegarle un puñetazo. La verdad es que no lo sé. No sé si conseguiremos mucho si seguimos preguntando... ¿Crees que esto será cosa de los lobos? Porque yo realmente lo dudo.

Kinumi dudó.

— No lo sé. No parece muy normal todo esto. Pero... ¿tienes otra explicación plausible aparte de los lobos?

Durante un segundo, pareció que iba a esperar a que Toshio dijese algo, pero ese segundo pasó bien rápido y siguió su discurso.

— Yo iría a echar un vistazo al bosque ese. Si han sido los lobos, algún rastro habrá, ¿no?

[Kurogane Toshio]

— No lo sé. No parece muy normal todo esto. Pero... ¿tienes otra explicación plausible aparte de los lobos?

La verdad es que no, a menos que un ninja hubiera decidido de pronto hacer desaparecer a la gente en ese pueblo.

— Yo iría a echar un vistazo al bosque ese. Si han sido los lobos, algún rastro habrá, ¿no?

El chico se cruzó de brazos, pensando en ello durante un par de segundos.

— No es mala idea. —Dijo—. Así saldremos de dudas.