El corazón

[Kaminari Kimi]

A la hora acordada, en la estación de ferrocarril de Notsuba, las hermanas Kaminari esperaban con paciencia variable a las hermanas Sagisō, con la promesa de un duelo.

Con una sonrisa de oreja a oreja, Kimi esperaba de pie justo delante de la entrada de la estación, bien tapada del frío y la nieve con una sudadera debajo de su karategi.

Mantenía los brazos cruzados detrás de la espalda, mientras dejaba que su hermana llevase un regalo con forma de conejo.

—¿Qué tan fuerte es Sagisō Ranko? —Le preguntó a su hermana.

[Kaminari Chika]

—¿Qué tan fuerte es Sagisō Ranko?

Chika iba vestida con su karategi habitual, subido esta vez porque hacía frío. Iba de un lado a otro sin moverse demasiado pero sin pararse. Llevaba un pequeño paquete en las manos que intentaba mantener quieto y fresco, evitando calentarlo demasiado con sus manos.

— Ya te lo he contado un montón de veces, Mi-chan. Es la kunoichi más fuerte a la que me he enfrentado. Una patada suya me mandó volando de la Torre de Meditación. ¿Has visto la Torre? Está por allí. — señaló por donde estaba la Torre sin descuidar su paquete — ¡Y casi me tira! ¡Habiéndola bloqueado!

Podía parecer que se estaba quejando, pero tenía una sonrisa de oreja a oreja y estaba visiblemente emocionada.

[Sagiso Ranko]

Había sido un viaje placentero, lleno de pláticas, comida y miradas apenadas y sonrojos. Y al fin llegaban a Notsuba.

Sagisō Ranko se bajó del tren, estirándose. Portaba una especie de sobretodo azul oscuro que parecía abrirse como kimono (diseño de Kuumi, por cierto), hasta por encima de la rodilla, y se alcanzaba a ver una blusa azul cielo debajo, que llegaba hasta medio cuello, donde también se mostraba una gargantilla violeta. Debajo llevaba mallones negros que parecían ser lo suficientemente resistentes como para mantener sus piernas cálidas. Sendos moños blancos adornaban el inicio y el final de su trenza. Llevaba una enorme mochila al hombro, como si fuese un bolso ligero.

—Es bonito regresar después de tanto tiempo... —dijo Hakuto.

—Es bonito venir por primera vez. —añadió una voz detrás de ella.

Kūran Meme bajó después de ella. Portaba un grueso abrigo con cuello de pelusa, que cubría su torso y sus brazos. Era un abrigo negro, brillante, con tonos rosas y violetas. Era la Suiken. Debajo llevaba un grueso vestido blanco y botas negras. Un par de moñitos ornamentaban sus cabello rojo, a cada lado de sus ojos verdes.

—Es agradable conocer a más amigas de Onee-sama, como Lyndis.

Ranko la reconoció en la plataforma, una chica de cabellera azul que se tornaba negra, y ojos de colores distintos. La de la trenza le saludó con un amplio movimiento del brazo, desde lejos. Había también una chica de cabellos negros que parecía hablar con Chika. ¿Sería ella Kimi? No se les acercaría sino hasta que todas estuvieran abajo.

—¡Venga, Lyndis! E-estoy segura que te caerán muy bien...

Muy en el fondo, Ranko dudaba de si les molestaría a las Kaminari que invitara a su buena amiga Lyndis Zhaoren, pero Meme le había convencido: era su propia casa, ¿Qué impedimento podrían tener?

[Zhaoren Lyndis]

El pitido del tren anunciando la llegada a Notsuba la despertaría; bostezaría ampliamente a la vez que estiraba los brazos y preguntaba si por fin había llegado. Ante la afirmativa de Meme, recogería un poco perezosa por el sueño su propio equipaje, una simple maleta. Lyndis portaba para aquella ocasión unos pantalones bastante anchos de color azul oscuro, por lo que la parte de los tobillos estaba atado por cintas blancas para evitar tropezarse con su propia ropa, adornado por su calzado simple oscuro habitual. Así como un changshan de color negro, con detalles en dorado como bordados y los botones, sobre el que estuvieron discutiendo largo y tendido de que le faltaba algo en la espalda.

La primera parte del viaje la pasarían conversando entre las tres chicas; Lyndis fue un poco cortada al principio, pero más pronto que tarde y con la ayuda de Ranko, pudo establecer algo de conversación con Meme, por lo que fue bastante ameno. La peliplateada preguntaría curiosa por las ropas de Meme, y posteriormente hablaría de que las suyas habían sido echas por su madre y ella, aunque por lo menos la propia Lyndis, no tenía ningún sentido de la moda. Pero más tarde, el camino se le empezó a hacer tedioso, y empezó a entrarle el sueño.

Poco a poco sus ojos se habrían ido cerrando, mientras daba cabezadas de un lado a otro hasta acabar cayendo en los brazos de Morfeo. Por suerte para las dos hermanas, Lyndis no roncaba, asi que no fue muy molesta, mas allá de apoyar la cabeza de vez en cuando en el hombro de Ranko.

— Hai, hai — afirmó a Ranko una vez se bajaron del vagón. — ¿Es donde la última vez, no? — se recolocó la mochila, y ayudaría a Meme a bajar si lo necesitaba.

[Kaminari Kimi]

Kimi le sonrió a su hermana. Le agradaba ver lo emocionada que estaba de encontrarse con Ranko, pues ella también estaba emocionada de medirse con una luchadora tan capaz como la que Chika describía.

—Ese debe ser su tren. —Le comentó a su hermana al ver el ferrocarril llegar.

Esperó pacientemente en el sitio mientras el tren se detenía, pero en cuanto se abrieron sus puertas, fue el tiempo mismo el que se detuvo a su alrededor, pues ella ya conocía a Sagisō Ranko.

Sus ojos se abrieron como platos mientras su mente viajaba a otro lugar. Al Valle de los Dojos durante un día muy concreto en el que pudo ver a la Sagisō pelear. El día del accidente.

Miró su mano derecha durante unos segundos, antes de deshacerse de aquellos recuerdos, al menos por el momento.

«Realmente es fuerte». Se confirmó a sí misma, recordando el combate de Ranko contra el Uzujin.

Tomó algo de aire, antes de mirar a su hermana.

—¿Nos acercamos? —Le preguntó, antes de empezar a andar—. Recuerda presentarnos, que eres tú quien la conoce. —Le añadió en voz baja. No quería ser quien iniciara la conversación.

[Kaminari Chika]

Cuando Ranko apareció en el andén, Chika empezó a revolotear alrededor de su hermana con más intensidad. Como un animal esperando la confirmación de su dueña para lanzarse sobre un invitado.

—¿Nos acercamos?

Su hermana dijo algo más, pero para entonces Chika ya estaba corriendo hacia la kusajin con su paquete por delante. Se trataba de un paquete de un palmo de altura y la mitad de base cuadrada. Estaba envuelto en papel de regalo azul sencillo y con una cinta de un azul más claro haciendo un lazo en la cara superior de la caja.

— ¡Ranko-chan! — llamó mientras se acercaba con una sonrisa de oreja a oreja y saludando con su mano libre.

En cuanto la alcanzase, le ofrecería su regalo.

— Ábrelo. Ábrelo.

No es sólo que fuese Ranko la persona que más admiraba en este mundo, que también, sino que era la primera vez que cocinaba dulces para alguien que no fuese su hermana. Había prometido una vez hacerlo con Jun, pero la chica le dio la vuelta diciendo que su hermano cocinaba dulces de verdad y no los intentos de la peliazul.

Si este le gustaba a Ranko, intentaría hacérselo a Jun.

[Sagiso Ranko]

—S-sí, la última vez. —Ranko repitió las palabras de Lyndis, sonrojándose. Habían pasado algunos días, tiempo atrás, en la casa de Notsuba, entrenando intensivamente y combatiendo. Les había servido para hacerse bastante amigas, y esclarecer ciertas dudas en el corazón de Ranko, aunque no se decidía del todo aún.

La chica de cabellos negros pareció sorprendida al ver a Ranko, mientras que la peliazul fue rápidamente a recibirla.

—¡Kaminari-san! ¡Qué alegría verte de nuevo!

Detrás de la de la trenza, Meme se tensó al ver a Chika acercándose tan rápido. Ranko no le pondría atención a ello, pues la sorpresa de la Amejin le mantenía ocupada.

—Oh, eh... ¡Claro! A-aunque no era necesario... —Ranko deshizo el envoltorio con sumo cuidado, intentando no rasgarlo innecesariamente, y se encontró con una caja de dulces —. ¡Ah! ¡Qué bonitos! —Tomó uno y se lo llevó a la boca —. ¡Y delishioshos! Ay, muchas gracias, Kaminari-san.

Ranko sintió algo pasar por debajo de su brazo, y giró la cabeza para ver a Meme abrazándola.

—Oh, esta es mi hermana, Kūran Meme. Estaba emocionada por venir.

—Un poco, sí. Un gusto. —La pelirroja dobló levemente las rodillas a modo de saludo.

—Y ella e-es Lyndis. Zhaoren Lyndis es... Una compañera mía —Cada que pensaba en qué relación tenía con la peliplateada, el corazón se le aceleraba —. ¡T-también es bastante fuerte!

[Zhaoren Lyndis]

Al parecer el otro duo de hermanas, habían traído un pequeño obsequio para Ranko, ya que iba a ser la anfitriona principal realmente, aunque Meme también era parte de esto. Ver el envoltorio hizo que Lyndis alzara las cejas, ya practicamente lo había olvidado. Ella también había comprado un pequeño regalo para Ranko y se le había olvidado casi por completo. Pero mostrarlo ahora, sería prácticamente como intentar competir, por lo que tal vez lo mejor era esperar a otro momento.

—Y ella e-es Lyndis. Zhaoren Lyndis es... Una compañera mía ¡T-también es bastante fuerte!

— Oh, si, perdón. Mucho gusto — dijo al darse cuenta de que se había abstraído un poco en sus pensamientos. — Supongo que tu eres Chika ¿no? Ranko me ha hablado un poco de ti

[Kaminari Kimi]

La Kaminari desvió la mirada durante unos segundos. Su hermana no solo se había olvidado de presentarla ¡sino que también habían empezado a hablar entre ellas! Podría simplemente haberse dado la vuelta a media conversación y nadie se habría dado cuenta.

Aún así, la chica se colocó al lado de su hermana y realizó una pequeña reverencia.

—Yo soy Kaminari Kimi, mucho gusto. —Se presentó con todas, antes de girarse hacia Ranko—. Muchas gracias por invitarnos a su casa, Sagisō-san. Espero poder estar a la altura de una finalista en el torneo de los dojos durante nuestro entrenamiento. No es una oportunidad que se presenta todos los días.

Su hermana notaría el cambio de tono respecto a segundos atrás. Siempre solía hablar con calma y seriedad, incluso cuando se estaba divirtiendo, pero cuando trataba con otras personas medía incluso más su tono y sus palabras.

[Kaminari Chika]

—Oh, esta es mi hermana, Kūran Meme. Estaba emocionada por venir.

—Un poco, sí. Un gusto.

—Y ella e-es Lyndis. Zhaoren Lyndis es... Una compañera mía . ¡T-también es bastante fuerte!

Meme apareció de la forma más adorable posible, asomando por debajo del brazo de su hermana y derritiendo el corazón de Chika. Mientras que Lyndis apareció de forma alta y sobria haciendo que la peliazul tuviese que alzar la mirada.

Sonrió ante las palabras de Ranko sobre la fuerza de su compañera. Había querido decir muchas cosas mientras se presentaban pero todas habían ido muriendo conforme las otras chicas hablaban.

Tan embobada se había quedado que Kimi ya la había alcanzado.

—Yo soy Kaminari Kimi, mucho gusto. Muchas gracias por invitarnos a su casa, Sagisō-san. Espero poder estar a la altura de una finalista en el torneo de los dojos durante nuestro entrenamiento. No es una oportunidad que se presenta todos los días.

— Eh... Sí, em. Kaminari Kimi es mi hermanita. Imouto, éstas son Kūran Meme, Sagisō Ranko y Zhaoren Lyndis. Hermanas y compañera. Yo... solo hice chocolate para dos personas. Lo siento, debería haber hecho más. Y tienen forma de conejitos... — era normal que no hubiesen caido en la forma de las chocolatinas, eran un intento de conejo mutante. Su forma recordaba a algo, pero su parecido a cualquier cosa sería pura casualidad.

Gesticuló de forma nerviosa durante todas las presentaciones intentando aclarar quién era quien y qué relación tenían entre ellas y acabó rascándose la nuca con una risa nerviosa.

Quería señalar lo adorable que era su hermana y Meme y lo fuertes que eran Ranko y Lyndis. Pero debía contenerse, ser adorable por lo visto era algo malo entre ninjas y si decía que Ranko y Lyndis eran fuertes, Kimi se enfadaría. Lo mejor que podía hacer era cerrar la boca.

— ¿Cómo son hermanas si no tienen el mismo apellido?

Conforme habló, ella misma se quedó pálida. Su cerebro y su boca funcionaban en dos planos diferentes.

— No hace falta que contestéis, es una tontería, lo he dicho sin pensar.

[Sagiso Ranko]

Lyndis habló con Chika, y Kimi se presentó, comentando el hecho de que Hakuto había sido finalista de su división en el Torneo de los Dojos. Ranko se sonrojó y sonrió torpemente. Por todo lo que pasó en el ataque, la Kusajin había olvidado el combate en sí. Recordó a Reiji y su indiferencia honorable, y cómo le había forjado una nueva bandana a Kazuma. Recordó no recordar el final de la pelea, y cómo le contaron que había quedado de pie a pura fuerza de voluntad.

—Ah… E-eso… Pues… Me halagas, Kaminari-san. Ah… Kimi-san —Si iba a estar refiriéndose a las hermanas, era mejor que comenzara a usar sus nombres en lugar de su apellido —. Bueno, ¡s-sólo podemos confirmar tu fuerza peleando!

Rió nerviosamente, y comió otro de los chocolates. Honestamente le habían gustado, aunque su forma de conejo no era muy… definida. Ranko lo encontró tierno, de todas maneras.

—E-esta bien, Chika-san. No sabías que invitaría a Lyndis… No sabía si les molestaría, de hecho. ¡L-lo siento! Además, sólo necesitamos compartir un poco y ya está~

Ranko tendió la caja hacia Meme, quien, después de analizar los dulces, tomó el que menos forma de conejo con el índice y el pulgar, y lo levantó con sumo cuidado, como si lo hiciera con un par de pinzas quirúrgicas. Luego lo comió.

—Es un buen chocolate, Chika-san. Interesante regalo. ¡Ah! Y esa es una buena pregunta. La familia Sagisō me adoptó, pero lo hizo después de que yo me nombrara. Y no quise cambiar mi nombre. Aunque lo consideré, por mi Hermana Ranko. No tienes qué avergonzarte de preguntarlo. Yo también les habría hecho preguntas, por ejemplo, ¿Por qué tienen todos los ojos de colores diferentes?

Meme miró a Chika, luego a Kimi, y fue en ésta en quien sus ojos verdes se detuvieron. En especial su brazo metálico. Por un largo momento, los ojos de Meme brillaron como sus prendas negras, aunque no dijo palabra alguna más. Ranko también notó la prótesis, pero se le hizo algo maleducado preguntar directamente. Casi de manera distraída, sacó un chocolate y se giró hacia Lyndis, dirigiendo el dulce hasta su boca.

—¿Quieres, Lyn…? —Para cuando se dio cuenta de que le estaba dando de comer en la boca, era muy tarde, y su mano quedó en el aire, levemente temblorosa, a centímetros de los labios de la peliplateada. El rubor se intensificó en sus mejillas —. ¿L-Lyndis?

[Zhaoren Lyndis]

La otra hermana se acercaría mas tarde, regañando un poco a su otra hermana por lo que instintivamente Lyndis pensó que Kimi se trataba de la mayor, siendo esta la más responsable. Le dirigía entonces otro simple saludo, bajando un poco la cabeza. El brazo de Kimi llamó entonces la atención de la peliblanca, incluso más que el hecho de la heterocromía de ambas hermanas, hecho que recalcó Meme.

La voz melodiosa voz de Ranko la atraería de vuelta instintivamente, moviendose por ese mismo impulso, aceptaría sin pensarselo mucho más.

— Oh, si si — para cuando se dieron cuenta ambas, el chocolate ya estaba en el interior de la boca de Lyndis, además de un par de centímetros de los dedos de Ranko, aunque no hizo nada de presión con sus afilados dientes.

Volvió a dirigir la mirada al pequeño grupo saboreando el dulce y dejando que se deshiciera en uno de sus carrillos. Para Lyndis no supuso nada, salvo el hecho de aceptar algo de comida, pero para la pobre y tímida Ranko sería un milagro que no se le hubiera fundido un cable o varios fusibles en su cabecita.

[Kaminari Kimi]

Kimi sonrió levemente por la respuesta de Ranko.

—Tienes razón. No puedo esperar a comprobar nuestra fuerza en combate, Sagisō-san. —Realmente estaba conteniendo la emoción.

La mayor de las Sagisō se disculpó por haber invitado a Lyndis sin avisar, cosa a la que Kimi querría haberle respondido que no pasa nada, pero pensó que era algo que le correspondería más a su hermana, que era con quien había quedado realmente.

La menor de las Sagisō entonces hizo una observación que, aunque probablemente incomodaría Chika, Kimi no tuvo realmente problemas en contestar.

—Oh, es que este ojo no es orgánico. Me lo hicieron después de un accidente. —Dijo, apuntándose al ojo con si brazo metálico—. Igual que el brazo, pero no se preocupen. Ambos funcionan perfectamente, aunque no sé por qué no me hicieron el ojo morado, también.

Y se quedó tan tranquila, mirando a su hermana para que ella también pudiese explicar que tenía heterocromía y que su pelo era natural. Algunas de las muchas muestras de la extraña suerte que tenía.

[Kaminari Chika]

—E-esta bien, Chika-san. No sabías que invitaría a Lyndis… No sabía si les molestaría, de hecho. ¡L-lo siento! Además, sólo necesitamos compartir un poco y ya está~

— No, no. Es tu casa, Ranko-chan. Además contra más mejor ¿no? ¡Seguro que con Lyndis nos lo pasaremos mejor!

Sonrió mientras tenía un flashback del primer encuentro que habían tenido Ranko y ella. Más de cinco minutos seguidos de disculpas antes de pelearse. Esperaba que ahora tampoco pasase demasiado tiempo hasta que peleasen o Kimi explotaría.

—¿Quieres, Lyn…?

" Sí que son buenas amigas." Pensó al ver como Ranko le daba de comer a Lyndis directamente a la boca. Algo que para Kimi era demasiado vergonzoso de hacer con ella. Si quería probar del plato de su hermana, le daba el plato entero en vez de ofrecerle un poquito de su mano.

Fue a girarse para transmitirle eso a Kimi cuando ella empezó con el tema espinoso.

—Oh, es que este ojo no es orgánico. Me lo hicieron después de un accidente. Igual que el brazo, pero no se preocupen. Ambos funcionan perfectamente, aunque no sé por qué no me hicieron el ojo morado, también.

La sonrisa de Chika desapareció por completo para después ser sustituida por una leve sonrisa cortés. ¿Cómo decía que lo suyo era normal? ¿Natural? Cualquier forma de decirlo sonaba mal. Pero Kimi la miró con una de sus miradas más que expresivas diciéndole que le tocaba a ella.

— Eh... Yo nací así. — miró a Kimi y después a Meme, esperando que bastase con eso como explicación.

[Sagiso Ranko]

Ranko gritó a todo pulmón y su cabeza estalló, esparciendo confeti por todos lados. Claro, ambas cosas pasaron solo en su imaginación, pues en realidad se había quedado paralizada en silencio al sentir a Lyndis comer de sus dedos.

"¡Pero qué estabas pensando! ¡Una cosa es que te sientas la mar de cómoda con Lyndis, y otra que le des de comer así! No, si no estabas pensando en nada, ¿Verdad, Ranko? ¡Ranko, boba! ¡Ahora muévete o pensarán que te pasa algo!"

La mano de Ranko bajó, muy rígida, como un robot. Afortunadamente, la conversación le sacó con relativa rapidez de sus pensamientos. Recordó lo que le había dicho Chika, que se contuviera. Recordó que Kimi había sufrido por el ataque al Valle de los Dojos. ¿Había sido ése el accidente? No iba a preguntar en ese momento, claro.

—Eres como una muñeca reparada —soltó Meme, con una gran sonrisa, mirando fijamente a Kimi. Parecía estarse viendo en un espejo, alegre de apreciarse —. Yo también soy artificial, ¿Sabes?

Ranko volteó rápidamente a ver a Meme. Nunca le importaba lo que Meme dijera sobre sí misma, pero hablar así sobre alguien más sonaba bastante extraño. Y la expresión levemente apagada de Chika lo hacía peor. ¿Tal vez era algo sobre lo que la peliazul no quería hablar?

—¡M-Meme-chan! ¡N-no puedes decir cosas así! —la reprendió, aunque la pelirroja sólo inclinó la cabeza, sin dejar de sonreírle a Kimi —. Ahm... Eh... ¿E-están listas para p-partir? —dijo, intentando que Meme no quedara demasiadi como una insensible, mientras volvía a comer otro chocolate.