Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
5/12/2021, 00:57 (Última modificación: 9/12/2021, 20:59 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
Cobraré esta misión en lugar de La Casa de los Misterios
Cerca de la entrada de la aldea, apoyado de brazos cruzados en algún edificio mientras sostenía un pergamino cerrado, Toshio esperaba impacientemente por alguien.
Jugueteaba con el pergamino y de vez en cuando soplaba para mover su flequillo, que aunque no lo llevaba distinto a como usualmente lo hacía, hoy parecía molestarle. Llevaba ya un rato esperando allí por decisión propia, pues al no tener ni idea de a qué hora llegarían sus compañeras para esta misión, decidió que no quería ser él el último en llegar.
— Me pregunto si estará bien... —Se dijo a sí mismo—. Parecía tan frágil...
Por supuesto, hablaba de Meme, una muñeca viviente que conoció hacía un tiempo. También participaría otra genin junto a ellos, aunque a ella solo la conocía de oídas.
Fuera quien fuera aquella otra chica, confiaba en que siendo tres no fueran a tener mucho problema.
5/12/2021, 15:34 (Última modificación: 5/12/2021, 15:34 por Zhaoren Lyndis.)
Aquella mañana se había quedado dormida hasta tarde, por lo que hasta algo entrada la mañana cuando la luz del sol por fin empezaba a molestarle en la cara, no se dignó a levantarse. Completamente despeinada quedando su pelo como si hubiera quedado completamente planchado por un lateral, dirigió su paso hasta la entrada para comprobar el correo. Había tan solo una o dos cartas, salvo un rollo que indicaba una misión claramente, pero su mente todavía no estaba despejada del todo. Una vez en la cocina, y en mitad de su desayuno, su cerebro terminó de activarse, pasando ese movimiento lento y pasota a uno agitado y apresurado por toda la casa.
Tenía una misión y seguro que llegaba tarde, aunque con los nervios ni siquiera se había fijado en la hora acordada. Intentaría agilizar su llegada cruzando callejones, tirando por error algún que otro montón de cajas y chocando torpemente con gente a la vez que se giraba para pedirles perdón, para posteriormente, chocar con otra persona. Poco después, pasaría a buscar una posición más elevada por los tejados para alcanzar la entrada de la villa, el cual era el lugar acordado para el inicio de la misión.
Un chico de aproximadamente su edad le esperaría allí. El color de su pelo y sus ojos era de un color rojo más intenso que la sangre, aunque estos últimos se veían con arrugas y ojeras, tal vez hubiera dormido poco; aunque había que reconocer que le quedaban bien junto a su flequillo ladeado. Aunque no le interesaba a Lyndis, era difícil negar el hecho de que era guapo.
—Arf... Llegue... Llegue... Arf... — dijo jadeante, apoyándose sobre sus rodillas intentando recuperar el aliento, encorvada hacia delante al lado de aquel chico. — Joder... No esperaba una misión hoy... Perdón por la espera
Alzó una mano para mirarle y finalmente incorporándose respirando una última vez con profundidad, para exhalar mirando a otro lado con las manos sobre sus cinturas. ¿Estaban ya todos presentes o faltaba alguien más?
6/12/2021, 18:47 (Última modificación: 6/12/2021, 18:55 por Kuran Meme. Editado 1 vez en total.)
—Y Madre me compañó al punto de e-encuentro en mi primera misión, a-así que no veo por qué no podría acompañarte yo.
Suspiré. No es que me quejara, pues me encanta la compañía de mi Hermana, pero...
—Leímos el pergamino juntos, Hermana. Sé que sabes quién estará allí. No tengas pena.
Ranko se apenó,si embargo, y miró hacia un lado mientras caminábamos. Qué adorable cuando se sonroja. Me pregunto si se dio cuenta de que yo noté que había escogido un bonito kimono verde corto y que se había arreglado la trenza incluso más linda que otras veces.
Temprano, me habían mostrado mi primera misión, para sorpresa mía, una de Rango C. Mi Hermana se emocionó mucho y me ayudó a empacar y prepararme, tanto mi equipamiento como mi estado de ánimo, y se dispuso a darme cuanto consejo se le ocurriese. Pero luego de una leída más al papel, vimos que no iría sola, sino que estaría acompañada de el héroe Kurogane Toshio, además de Zhaoren Lyndis.
Me pregunto si mi Hermana deseaba cambiar de lugar conmigo.
Al llegar, mis compañeros ya se encontraban allí. Yo vestía mi atuendo púrpura de siempre, con Suiken encima en modo de abrigo. Les saludé al acercarme. Podía escuchar los alegres pasos de mi Hermana al andar.
—Oh, Toshio. Es bueno volver a verte. Y Lyndis, un placer. Mi hermana me ha hablado de ti. —dije con mi neutral alegría de siempre.
—¡Hola, Lyndis! —Ranko no disfrazó ni por un segundo la emoción de ver a su amiga —. Yo, he... su-supe que irías con Meme-chan a s-su primera misión y... Quise venir a verte y... Despedirlas y desearles bien. —dijo con dulce voz.
Mmh. Me pregunto si lo habría dicho con tanto cariño si sólo fuese a despedirme a mí. Creo que sí. Creo. Ya me había hablado de aquella chica medio imprudente, fuerte y ruda, a cuyo lado había combatido en otra misión. ¿Será que se daba cuenta de lo mucho que se emocionaba al contarme sobre ella?
7/12/2021, 16:11 (Última modificación: 22/03/2022, 01:08 por Kaminari Chika. Editado 1 vez en total.)
No cobro esta misión y la cojo con hueco extra.
El pergamino contaba con la mayor oficialidad y que a pesar de ser una C hubiesen asignado a tres ninjas añadía a la importancia de que la misión se completase. No solo completarla, mejor dicho que se completase bien.
Los ninjas que entregaron los pergaminos hicieron hincapié en que era urgente y de suma importancia. Eran tantas cosas repitiendo lo crucial que era la misión que parecía que fuesen a pelearse con dragones en vez de con mapaches y jabalíes.
(C) Redada Estacional
Publicada en: Kusagakure no Sato Solicitante: Kusagakure no Sato Lugar: Estación de Kusagakure Asignada a: Zhaoren Lyndis, Kuuran Meme y Kurogane Toshio
Se han registrado diversos ataques de animales en la estación de Kusagakure y sus alrededores. Dada la importancia del lugar y sucesos anteriores se extrema precaución y sigilo a la hora de completar la misión. Se ordena el desalojo y destrucción de cualquier nido de animales salvajes dentro del lugar, así como de los alrededores.
Toshio se sorprendió al ver a chica de cabellos plateados con una extraña marca alrededor de los ojos aparecer de repente, intentando recuperar el aliento mientras se disculpaba por la demora.
— Tranqui, tranqui. —Le contestó, acercándose por si le acababa reventando un pulmón y tenía que atraparla—. ¿Estás bien?
Entonces, mientras Lyndis recuperaba el aliento, Meme llegó junto a quien indudablemente debía ser Sagisō Ranko, su hermana adoptiva y ganadora en segundo lugar en el torneo de los dojos.
Era un poco más alta de lo que se imaginaba.
— Eh, ¿qué tal, Meme-chan? —La saludó de forma casual, levantando la mano con una sonrisa.
— Si, si... Algo agitada porque me quede dormida y pensaba que la había liado llegando tarte, pero poco más — añadió riendo algo nerviosa. — Soy Lyndis, Lyndis Zhaoren, pero puedes llamarme Lynn — se inclinaría levemente hacia él, encorvando un poco la espalda pero sobre todo el cuello.
Poco después, la vista del chico pelirrojo se fijaría detrás de ella, y Lyndis no podría evitar girarse curiosa también. Fue algo que la pillo desprevenida y se sorprendió un poco, abriendo ligeramente los ojos. Toshio se adelantó a saludar a Meme, y posteriormente la acompañaría Lyndis arqueándose educadamente como había hecho un par de segundos antes.
— Encantada de conocerte, Meme — después, se cruzaría de brazos para llevarse una mano al mentón y mirar a Ranko sonriente. — Ara ara~ ¿Otra misión juntas? ¿Lo haces a posta, o es el hilo rojo del destino? — soltó una simple carcajada. — Aunque... ¿No vas muy arreglada para una misión?
La risita que mi Hermana soltó al escuchar a Lyndis hablar del hilo rojo me hizo voltear a verla. Estaba como un tomate, claro.
—Ah, ojalá... ¡D-digo! Ehm, no, e-ésta misión se la asignaron a Meme-chan. Yo... Y-yo sólo vine a despedirlas. Espero q-que les vaya muy bien. Regresen sanos y salvos, Kurogane-san. Lyndis. Meme-chan.
Suspiré y me dirigí a Toshio.
—Todo ha estado muy bien. He conocido mucha gente y he viajado. ¿Has seguido trabajando en ese personaje de héroe de la última vez?
Mientras tanto, mi hermana se habrían acercado a Lyndis. Apenas y la logré escuchar.
—Lyndis, yo... Creo que está de más, pero... Meme-chan puede ser... Algo delicada al contacto físico. Agradecería... Si pudieras echarle un ojo... ¿Por favor?
—Hermana —le dije, volteando a verla. Ella pareció encogerse —. Aprecio mucho tu gesto, pero creo que soy suficientemente capaz. Pero es cierto, Lyndis, no me toques.
Le sonreí a la peliplateada, esperando que entendiera que iba en serio. Ranko le dedicaría una reverencia más a Toshio, un abrazo a mí, y un gesto con la mano y una mirada sospechosamente larga a Lyndis, antes de retirarse. Qué linda.
Toshio apartó la mirada y se llevó una mano a la nuca, avergonzado. No acostumbraba a hablar de ello en voz alta y ahora venía Meme y le sacaba el tema allí, frente a todo el mundo.
Qué suerte que Ranko y Lyndis parecían estar distraídas la una con la otra.
— Sí. Lo he estado practicando. —Le dijo, sincero—. También he estado trabajando en la armadura. ¡Te la enseño en cuanto termine! —Meme no tuvo que fijarse demasiado para darse cuenta de que, al menos, ya llevaba los brazales puestos.
Entoces Ranko, preocupada por la fragilidad de su hermana, le pidió a Lyndis que cuidase de ella, pero Meme replicó diciendo que era lo suficientemente capaz. Por supuesto, Toshio no desaprovechó la oportunidad de sacar pecho y apuntarse a sí mismo con el pulgar.
— Yo me encargaré de protegerla. —Dijo, con una sonrisa absurdamente confiada—. No porque no crea que seas capaz, Meme-chan. Simplemente es lo que haría un héroe ¿no? Tranquila, Ranko-chan, todo irá como la seda.
Antes de retirarse, la Sagisō se despidió de todos y su hermana preguntó a dónde se dirigirían.
— A la estación de ferrocarriles. Deberíamos darnos algo de prisa.
La mirada confiada de Lyndis se pasaría lentamente a Meme, para mirarla de arriba abajo. Y poco después, una gota de sudor frío recorrería la espalda de la kunoichi al recibir una respuesta tan tajante por parte de ella.
— E-Entiendo, evitaré el contacto físico — respondió todavía cruzada de brazos ante la respuesta que sonaba más bien como una amenaza.
Después intercambiaría una mirada con Ranko, para dedicarle una sonrisa y una despedida con la mano, antes voltearse hasta el grupo de nuevo. Poco más de un segundo pasaría antes de que Toshio liderara la marcha en dirección a la estación de trenes. Lyndis recortaría la distancia con él, quedándose a su lado de brazos cruzados y ladeando un poco la cabeza.
— ¿Nos conocemos de algo? — preguntó un poco de repente, pero la curiosidad le estaba pudiendo, y es que al fin y al cabo no terminaba de parecerle un extraño.
Sonreí y asentí cuando Lyndis me dijo que evitaría tocarme. Perfecto. Me encanta cuando la gente entiende a la primera.
—Gracias, Toshio, aunque lo mejor será protegernos los unos a los otros, ¿No? Como sea, estoy deseando ver a tu armadura en acción. Yo ya traigo la mía.
Le di toquecitos a mi abrigo de metal líquido, negro, de brillos rosas y violetas.
—Andando, entonces. —Me dispondría a caminar al lado de los chicos, aunque parecía que Toshio conocía a Lyndis de antes. No me sorprendió, pues no vi razones para no haberse topado con anterioridad en la aldea.
Avanzaría con ellos, y si ellos se quedaban a chismear, chismearía con ellos, muy atenta, y siempre con una suave sonrisa en mis labios.
— Ya verás. Será la armadura más chula y resistente creada jamás.
Entonces, los tres se dispondrían a empezar a andar hacia su destino, con el herrero liderando la marcha. Lyndis no tardaría demasiado en recortar la distancia con él y colocarse a su lado, de brazos cruzados, para hacerle una extraña pregunta.
— ¿Hm? —Ladeó la cabeza. Recordaba haber escuchado hablar de ella, pero nunca la había visto—. Diría que no.
Estiró la mano, para tomársela y presentarse con una sonrisa amigable.
— Kurogane Toshio, mucho gusto. —Se presentó, y decidió no desaprovechar la oportunidad para darse un poco a conocer para la misión—. Controlo el elemento lava y se me dan bien las armas y el Fuuinjutsu.
— Oh, Kurogane. ¿Eres el chico de aquella fragua, verdad? Dicen que aun en la noche, todavía se puede apreciar la luz de la herreria — dijo habiéndose llevado una mano por error al mentón, para después liberarla y aceptarle el apretón de manos. — Yo soy Lyndis, Lyndis Zhaoren. Se me da mejor el combate cuerpo a cuerpo desarmado, y puedo utilizar Raiton.
Posteriormente, miró a Meme, que aunque la conocía ligeramente por Ranko que alguna vez había hablado por ella, no es que supiera mucho más.
— Por lo que veo, os conocéis ya de antes, pero ya que eres la que falta por presentarse... — dijo con una leve sonrisa sin malicia ninguna, para que con Meme diera por finalizada aquellas breves presentaciones.
Después, reanudaría la marcha tras Toshio para volver a mirar su pergamino, el mismo que tenían los tres. Era cercano, aunque tendrían que darse una ligera caminata hasta llegar a la estación. En cuanto a la descripción de dichos animales, era vaga, por no decir nula. Tal vez eran varios grupos de especies, y estaban en disputa territorial.
Solté una risita. Me encantaría verla, aunque yo... Yo tenía planes para Suiken. No sé si contaría como armadura, o como vestido... Tal vez ambas... Pero faltaba mucho camino por recorrer antes de llevar mi diseño a la vida.
Les seguí, andando a paso firme a su lado, cuando comenzaron a hablar de sí mismos. Maravilloso.
—¿Elemento lava? Eso suena la mar de genial —dije con mi voz tranquila. No lo sabía, ni lo de las armas —. Oh, sí. Mi Hermana me comentó que te transformas en un monstruo destructor, Lyndis. Literalmente. También suena bastante guay.
La peliplateada me miró. Oh, por supuesto, lo mejor para el final, como un precioso postrecillo dejado para terminar la comida.
—Soy muy buena danzando. También manejo el Fūton. Y el Jiton. Y a Suiken —Al mencionarla, una parte de mi abrigo se deshizo y flotó como una nubecilla, como una enorme gota de viscoso y brillante líquido negro. Le di un par de vueltas con un dedo y luego lo uní a mi abrigo de nuevo —. Es Seda Líquida. Metal. La controlo con chakra magnético, aunque me hace falta... Evolucionarla, por decirlo de cierta manera.
Solté una risita de nuevo. Toshio parecía querer tomar la posición de líder del grupo, cosa que no me molestó para nada. Si bien soy perfecta para una vitrina o un altar, no lo soy para la cabecera de una encomienda.
— Sí, ese soy yo. El chico de la fragua. —Respondió Toshio, con una forzada sonrisa. Odiaba recordar todo el tiempo que había estado apagada la fragua, pero odiaba aún más todo lo que recordaba las pocas veces que la encendía.
Lyndis y Meme explicaron entonces cuáles eran sus habilidades. A Lyndis se le daba bien el combate cuerpo a cuerpo y el elemento rayo, mientras que a Meme parecía dársele mejor el combate a distancia, con sus habilidades con el Fūton, el magnetismo y su uso del Suiken. Entre los tres parecían ser un equipo bastante bien equilibrado, siendo él el único que no se especializaba en nada especial, aunque ser un ninja todoterreno tenía sus ventajas.
— Guay. —Concluyó Toshio—. Pues si tenemos el privilegio de poder mantener una formación, cuanto con tenerte en el frente, Lyndis. —Le dijo a la ogresa, que aparentemente podía transformarse literalmente en un monstruo destructor—. Yo te apoyaría junto a Meme desde atrás, pero si hay demasiados animales iré a tu lado.
Luego de echarle otro vistazo al pergamino, Toshio lo guardó en su portaobjetos y volvió a mirar a las chicas.
— Eso si tenemos que pelear, claro. Parece que la idea es hacerlo de forma limpia y sigilosa. ¿Os parece bien?
Mientras andaban, Toshio no podía evitar preguntarse qué clase de animales se encontrarían.
«Si son animales normales, no deberíamos tener ningún problema, pero si hay de esos Gebijuu...»
— ¿Limpia y... Sigilosa dices? — añadió dejando escapar una pequeña carcajada sin fuerza. — Bueno... Lo intentaré, pero no te puedo prometer nada. Supongo que mientras no nos llevemos media estación por delante, o las vías cercanas...
Una gota de sudor frio recorrió por el lateral de su rostro, para luego pasar por la mejilla mientras miraba a otro lado, sosteniendo el mentón con un par de sus dedos.
— O también... Si nos excedemos se le puede echar la culpa a esos animales — se encogió de brazos, con las palmas hacia arriba, media sonrisa y el rostro arrugado. — Si cavan agujeros, desde luego armaremos un estropicio
Quería seguir excusándose como fuera posible antes de llegar, pues no tenía ni idea de que les esperaría allí, o cuanto acabarían torciéndose la misión. En cualquier caso, la seguridad de ellos tres, seguiría siendo lo principal en la mente de la peliblanca.