26/03/2016, 16:36
La brisa era fría y estaba cargada de humedad, confiriéndole a aquella calle por donde circulaba un ambiente lúgubre. Hacía unos minutos había varias personas transitando por allí, pero ya se habían ido. Todas fueron a refugiarse y no por las densas nubes que ocultaban el sol y amenazaban con una fuerte lluvia, si no por la intimidante presencia de aquellos que se autoproclaman reyes del lugar. Si, algunos vieron que su nueva presa se había manifestado en forma de un jovencito de cabellos negros, pero solo les quedaba mirar hacia otro lado y agradecer que no fueran ellos los agredidos… Era lo que se acostumbraba en aquel sitio.
—¿Es una pregunta trampa? —preguntó finalmente—. Diría que en un banco... pero estoy seguro que tú tienes una respuesta mucho más ingeniosa.
El matón del medio ni se inmuto ante aquella respuesta, pero los que yacían a su lado mostraron un rostro bastante perturbado mientras miraban a su jefe, la típica expresión de “Ahora si se armo la gorda”. Retrocedieron un poco y se fueron colocando a en los laterales del asiento, improvisando una especie de rodeo.
—¡Pero qué niñito más listo! —Su tono de voz alegre y su gran sonrisa parecían provocar temor en sus propios aliados—. ¡Pero fíjate en que no es solo una banca! —llamo su atención haciendo un gesto como el de los niños al secretear—. ¡En realidad es la banca de la diversión! ¡Jajaja! Así que vamos, divirtamonos un rato, como buenos niños. —Inmediatamente su expresión se transformó en una más maliciosa y retorcida, mientras su mano se movía a gran velocidad y con toda intención de propinarle un descomunal bofetón al chico del banco.
A tan solo una calle de allí, una figura caminaba como llevada por los vientos de tormenta. Cargando consigo una melena blanca que ondeaba con fuerza y un silbido tan lúgubre como el aire que le rodeaba.
—¿Es una pregunta trampa? —preguntó finalmente—. Diría que en un banco... pero estoy seguro que tú tienes una respuesta mucho más ingeniosa.
El matón del medio ni se inmuto ante aquella respuesta, pero los que yacían a su lado mostraron un rostro bastante perturbado mientras miraban a su jefe, la típica expresión de “Ahora si se armo la gorda”. Retrocedieron un poco y se fueron colocando a en los laterales del asiento, improvisando una especie de rodeo.
—¡Pero qué niñito más listo! —Su tono de voz alegre y su gran sonrisa parecían provocar temor en sus propios aliados—. ¡Pero fíjate en que no es solo una banca! —llamo su atención haciendo un gesto como el de los niños al secretear—. ¡En realidad es la banca de la diversión! ¡Jajaja! Así que vamos, divirtamonos un rato, como buenos niños. —Inmediatamente su expresión se transformó en una más maliciosa y retorcida, mientras su mano se movía a gran velocidad y con toda intención de propinarle un descomunal bofetón al chico del banco.
A tan solo una calle de allí, una figura caminaba como llevada por los vientos de tormenta. Cargando consigo una melena blanca que ondeaba con fuerza y un silbido tan lúgubre como el aire que le rodeaba.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)