3/04/2016, 14:43
Recostado sobre la mesa mientras esperaba su plato de comida, el joven de pelos canosos se dedico simplemente a observar y escuchar la conversación que mantenian su compañero Mogura y la joven de piel oscura que se llamaba Anzu. Curioso y atento a lo que iban diciendo, perdio su interes en el momento que un plato de caliente ramen que habia pedido, se puso delante suya. Con la mitad del rostro apenas visible por al ser ocultada por sus brazos, giro su cabeza al enorme plato de ramen que se colocó entre el camarero y él.
— W-Wooah... — Dijo asombrado al ver el plato de delicioso aspecto, sus ojos brillaron y recupero poco a poco la compostura; acaricio el bol acercandolo a él dejando un breve rato las manos en la ceramica para calentarlas, esa calidez era muy confortante para él. La expresión de asombro de Len poco a poco se torno en una de famelico al babear sin querer un poco, se paso la muñeca por la boca para limpiarse y rapidamente cogio unos palillos separandolos por encima de su cabeza con energia y vivacidad.
— ¡Itadakimasu! — Gritó con la energia de su juventud casi a los cuatro vientos, mientras el camarero que le habia atendido, sonreia con sinceridad y entusiasmo; y sin darse cuenta, poco a poco, el resto de los camareros y algunos clientes, tambien sonrieron frente a su jovialidad.
Comia algo rapido, pero tampoco nada fuera del otro mundo, sorbiendo sonoramente lo cual es gesto de que la comida esta buena como es costumbre en esas regiones; pero sin embargo de manera algo fina y delicada, pese a ello, su rostro no pudo ser evitado ser manchado por algunas salpicaduras del caldo. Finalmente, tras un tiempo de estar comiendo, acabo por sorber el plato levantando todo el bol casi por encima de su cabeza, tras ello y dejarlo bruscamente sobre la mesa, señalo con ilusión a los dependientes con aquel caracteristico brillo en los ojos suyo, que transmitia casi sus sentimientos con la mirada.
— ¡Jiji, tu comida esta de vicio! ¿¡A quien mataste para conseguir la receta — Puede que en ocasiones sea refinado y delicado, pero en otras... El dueño del local Takeshi, se sintió algo ofendido, primero por ser llamado viejo pese a no tener tanta edad, y despues la burla en modo de acusación de asesinato, por lo que se cruzo de brazos con el ceño algo fruncido pero sonriente, dispuesto a soltarle una burrada a Len tambien
— ¿¡Y tu que!? ¿¡Que te falta ya para terminar de pasar a ser una chica a toda una señorita!? — Tras lo que soltó una carcajada a la vez que otros clientes se tapaban la boca un poco para reir mientras algunos de los miembros del local, reian ampliamente. Len se puso de pie en su silla, poniendo una de sus piernas encima de la barra a la vez que se remangaba uno de sus brazos en gesto de dar un puñetazo.
— ¿¡Quieres pelea maldito viejo carcamal!? ¡¡Encima de que te hago un cumplido!! —Pegó su cabeza a la del dueño del local mientras ambos con el ceño fruncido hacian chirriar sus dientes.
— ¿¡Tu y cuantos mas, mocoso!? Acabaria contigo antes de lo que tardo en echar los fideos a hervir — La cabezoneria de los dos se mostraba clara, viendo como ninguno de los dos cedia ante el otro mientras seguian gruñiendo y farfullando, seguramente, la unica manera de acabar con esa disputa seria llevarse a uno de los dos, y quien mas papeletas tenia por la conversación externa a esa, era Len.
— W-Wooah... — Dijo asombrado al ver el plato de delicioso aspecto, sus ojos brillaron y recupero poco a poco la compostura; acaricio el bol acercandolo a él dejando un breve rato las manos en la ceramica para calentarlas, esa calidez era muy confortante para él. La expresión de asombro de Len poco a poco se torno en una de famelico al babear sin querer un poco, se paso la muñeca por la boca para limpiarse y rapidamente cogio unos palillos separandolos por encima de su cabeza con energia y vivacidad.
— ¡Itadakimasu! — Gritó con la energia de su juventud casi a los cuatro vientos, mientras el camarero que le habia atendido, sonreia con sinceridad y entusiasmo; y sin darse cuenta, poco a poco, el resto de los camareros y algunos clientes, tambien sonrieron frente a su jovialidad.
Comia algo rapido, pero tampoco nada fuera del otro mundo, sorbiendo sonoramente lo cual es gesto de que la comida esta buena como es costumbre en esas regiones; pero sin embargo de manera algo fina y delicada, pese a ello, su rostro no pudo ser evitado ser manchado por algunas salpicaduras del caldo. Finalmente, tras un tiempo de estar comiendo, acabo por sorber el plato levantando todo el bol casi por encima de su cabeza, tras ello y dejarlo bruscamente sobre la mesa, señalo con ilusión a los dependientes con aquel caracteristico brillo en los ojos suyo, que transmitia casi sus sentimientos con la mirada.
— ¡Jiji, tu comida esta de vicio! ¿¡A quien mataste para conseguir la receta — Puede que en ocasiones sea refinado y delicado, pero en otras... El dueño del local Takeshi, se sintió algo ofendido, primero por ser llamado viejo pese a no tener tanta edad, y despues la burla en modo de acusación de asesinato, por lo que se cruzo de brazos con el ceño algo fruncido pero sonriente, dispuesto a soltarle una burrada a Len tambien
— ¿¡Y tu que!? ¿¡Que te falta ya para terminar de pasar a ser una chica a toda una señorita!? — Tras lo que soltó una carcajada a la vez que otros clientes se tapaban la boca un poco para reir mientras algunos de los miembros del local, reian ampliamente. Len se puso de pie en su silla, poniendo una de sus piernas encima de la barra a la vez que se remangaba uno de sus brazos en gesto de dar un puñetazo.
— ¿¡Quieres pelea maldito viejo carcamal!? ¡¡Encima de que te hago un cumplido!! —Pegó su cabeza a la del dueño del local mientras ambos con el ceño fruncido hacian chirriar sus dientes.
— ¿¡Tu y cuantos mas, mocoso!? Acabaria contigo antes de lo que tardo en echar los fideos a hervir — La cabezoneria de los dos se mostraba clara, viendo como ninguno de los dos cedia ante el otro mientras seguian gruñiendo y farfullando, seguramente, la unica manera de acabar con esa disputa seria llevarse a uno de los dos, y quien mas papeletas tenia por la conversación externa a esa, era Len.