11/04/2016, 18:16
—¿Q-Que?... Oh Dios problemas no... -Su rostro se volvió algo palido mientras sus ojos y su boca, caian casi por su propio peso. Acababa de salir de una pequeña disputa que el mismo habia creado sin tan si quiera darse cuenta, para acabar metido en otra que encima ni le iba, ni le venia.
— ¿Pero a ti ese tío que te ha hecho? ¿Te ha robado el almuerzo en el recreo o qué? -Susurró casi de manera imperceptible mientras iba siendo arrastrado por sus compañeros; no fisicamente, si no por su propio pie para evitar quedarse solo en un lugar desconocido, que para él era casi un nuevo mundo. Tras un raro esquivando a la gente, y con cuidado de no tropezar, para caer a merced de una muchedumbre, la cual seguramente ni te prestaria atención una vez en el suelo y comenzaria a pasar por encima tuya, pensando que son piedras; llegaron a casi la entrada de donde salian los participantes.
Algo agazapados en el suelo, Anzu comenzo a trazar un plan, como si de una criminal profesional se tratase; parecian los tres estereotipos, el musculitos rompe-cajafuertes, el cerebro de la trama, y las manos agiles y flexibles. En cualquier caso, Len al principio no entendia que es lo que estaba tramando llevandoles hasta allí; hasta que posteriormente comenzo a explicar lo que tenia en mente.
— ¿Pero en que demonios estas pensando? ¿Se te ha ido la olla? — Exclamó algo exasperado, pero a la vez con un tono lo suficientemtne bajo como para que solo le escuchase Mogura y Anzu. En ese momento, Anzu hizo un cambio de planes, con una cara sonriente, intento negar lo anterior moviendo las manos para posteriormente promulgar un nuevo plan, lo cual a Len, solo le pareció aun mas disparatado.
— Uno de nosotros tiene que encargarse de distraer a ese carcamal -Señalaba al anciano que se disponia en la puerta, algo rechoncho y con un aire de seriedad imponente.
— Pues que se lo lleve Mogura, si total, tiene la vitalidad de un anciano de 80 años — Apoyaba su mentón en una de sus propias manos, mientras con la otra, señalaba en gesto de vagueza a Mogura; con un cierto tono de pasividad, esperando que no le tocase hacer nada, y poder ver todo el espectaculo si salia mal desde la lejania.
— ¿Seguro que no sera como el niño de aquel libro que se hacia mas joven conforme le pasaban los años?... -Frunció el ceño mirando al infinito, hablando en forma de soliloquio. Anzu siguio comentando el nuevo plan, mientras Len ya le miraba con indiferencia y pasotismo.
— El otro, que coja y se lleve al rubito de Uzu 'a dar un paseo'. ¿Me seguís? Lo único que hace falta es que no esté para cuando le llegue su turno... —Tras ello, se acarició con una mano el pelo — Y luego yo me encargaré de que ese tío salga de aquí bien escocido.
— Espera espera espera espera, para el carro amiga —Contestó junto a una leve risa— Eso me pone a mi como que tenga que ser yo el que distraiga a ese tio ¿Se puede saber como planeas que haga eso? —Entrecerró los ojos, con la seguridad de que era un plan absurdo.— ¿Porque no simplemente esperar a que salga a hacer algo y atacarlo en la oscura noche? — Propuso finalmente, esperando no tener que hacer nada y evitar meterse en un lio si algo fracasaba; pues quien querian apalizar al rubio, por motivos que solo ellos conocen, mientras que a Len, no le inmiscuia nada, su mayor preocupación, era saber si llevaba el dinero suficiente para probar dos remesas de todos los dulces de la ciudad.
— ¿Pero a ti ese tío que te ha hecho? ¿Te ha robado el almuerzo en el recreo o qué? -Susurró casi de manera imperceptible mientras iba siendo arrastrado por sus compañeros; no fisicamente, si no por su propio pie para evitar quedarse solo en un lugar desconocido, que para él era casi un nuevo mundo. Tras un raro esquivando a la gente, y con cuidado de no tropezar, para caer a merced de una muchedumbre, la cual seguramente ni te prestaria atención una vez en el suelo y comenzaria a pasar por encima tuya, pensando que son piedras; llegaron a casi la entrada de donde salian los participantes.
Algo agazapados en el suelo, Anzu comenzo a trazar un plan, como si de una criminal profesional se tratase; parecian los tres estereotipos, el musculitos rompe-cajafuertes, el cerebro de la trama, y las manos agiles y flexibles. En cualquier caso, Len al principio no entendia que es lo que estaba tramando llevandoles hasta allí; hasta que posteriormente comenzo a explicar lo que tenia en mente.
— ¿Pero en que demonios estas pensando? ¿Se te ha ido la olla? — Exclamó algo exasperado, pero a la vez con un tono lo suficientemtne bajo como para que solo le escuchase Mogura y Anzu. En ese momento, Anzu hizo un cambio de planes, con una cara sonriente, intento negar lo anterior moviendo las manos para posteriormente promulgar un nuevo plan, lo cual a Len, solo le pareció aun mas disparatado.
— Uno de nosotros tiene que encargarse de distraer a ese carcamal -Señalaba al anciano que se disponia en la puerta, algo rechoncho y con un aire de seriedad imponente.
— Pues que se lo lleve Mogura, si total, tiene la vitalidad de un anciano de 80 años — Apoyaba su mentón en una de sus propias manos, mientras con la otra, señalaba en gesto de vagueza a Mogura; con un cierto tono de pasividad, esperando que no le tocase hacer nada, y poder ver todo el espectaculo si salia mal desde la lejania.
— ¿Seguro que no sera como el niño de aquel libro que se hacia mas joven conforme le pasaban los años?... -Frunció el ceño mirando al infinito, hablando en forma de soliloquio. Anzu siguio comentando el nuevo plan, mientras Len ya le miraba con indiferencia y pasotismo.
— El otro, que coja y se lleve al rubito de Uzu 'a dar un paseo'. ¿Me seguís? Lo único que hace falta es que no esté para cuando le llegue su turno... —Tras ello, se acarició con una mano el pelo — Y luego yo me encargaré de que ese tío salga de aquí bien escocido.
— Espera espera espera espera, para el carro amiga —Contestó junto a una leve risa— Eso me pone a mi como que tenga que ser yo el que distraiga a ese tio ¿Se puede saber como planeas que haga eso? —Entrecerró los ojos, con la seguridad de que era un plan absurdo.— ¿Porque no simplemente esperar a que salga a hacer algo y atacarlo en la oscura noche? — Propuso finalmente, esperando no tener que hacer nada y evitar meterse en un lio si algo fracasaba; pues quien querian apalizar al rubio, por motivos que solo ellos conocen, mientras que a Len, no le inmiscuia nada, su mayor preocupación, era saber si llevaba el dinero suficiente para probar dos remesas de todos los dulces de la ciudad.