12/04/2016, 02:45
El Uchiha demostraba conocer a las dos jovencitas que se batirían en aquel duelo mortal que definiría su vida como ninjas, o lo que era mejor conocido como la final del torneo de los dojos. Aunque parecía que sus recuerdos de la kunoichi de Amegakure no eran tan gratos como lo que tenía de Eri.
—¡Oye! —Exclamó de pronto a Kazuma—. Seguro que confías en que tu compatriota va a ganar el Torneo, ¿verdad? ¿Por qué no hacemos una apuesta? Yo apostaré por Ayame, claro… Algo simbólico, nada de dinero. ¿Qué me dices? ¿Te atreves? ¿O a la hora de la verdad tu confianza en las flores delicadas —dijo, repitiendo las palabras del peliblanco con cierta guasa— se quedan en eso… en palabras?
Clavo sus ojos grises en el rostro de aquel muchacho y dejó que sus palabras hicieran un poco de vaivén en su mente. En realidad le era indiferente quién ganará el torneo, pero suponía que lo natural sería apoyar a un compañero de villa a pesar de que no era seguidor de aquellas costumbres morales. Sin embargo, la oportunidad de medir su confianza y conocimiento en un asunto ninja se presentaba irresistible.
«¿Quien ganaría?» —Se preguntó mientras una camarera les llevaba un abrebocas compuesto de palitos de pan y una tacita de queso fundido.
Predecir el resultado del combate se mostraba como algo difícil; Eri le había derrotado a él y Ayame por su parte había vencido a Juro. Tomar la victoria de las manos de dos de los tres mejores genin de Uzushio era un mérito imposible de ignorar. No estaba seguro de quien podría ganar o cómo se desarrollaría el combate, pero la sonrisa que se le escapó era mensajera que anunciaba su deseo de presenciarlo.
—Me parece bien —tomo uno de los palillos de pan y se lo llevó a los labios para luego romperlo de forma dramática—, pero no suficiente.
»Siempre se ha dicho que una flor merece otra y por eso yo propongo que materialicemos esa idea —levantó sus manos por sobre la mesa y las separó mostrando las únicas dos posibilidades de su propuesta—. El perdedor deberá de realizar un gesto galante y regalar una flor a su elegida si esta llegara a ganar.
»Si pierde Ayame, entregare un nenúfar a mi compañera de Uzushio, y si pierde Eri entregaras un lirio a tu amiga de Ame. Justo luego del combate, metiéndose en la arena y frente a todos los espectadores del torneo. ¿Qué me dices? ¿Te atreves? O es que... ¿Tu valor para apostar solo se queda en eso... En palabras? —Preguntó, emulando el tono de voz de su interlocutor.
Se recostó en su asiento y dejo que su mirada calmada y desafiante terminase de decir el resto.
—¡Oye! —Exclamó de pronto a Kazuma—. Seguro que confías en que tu compatriota va a ganar el Torneo, ¿verdad? ¿Por qué no hacemos una apuesta? Yo apostaré por Ayame, claro… Algo simbólico, nada de dinero. ¿Qué me dices? ¿Te atreves? ¿O a la hora de la verdad tu confianza en las flores delicadas —dijo, repitiendo las palabras del peliblanco con cierta guasa— se quedan en eso… en palabras?
Clavo sus ojos grises en el rostro de aquel muchacho y dejó que sus palabras hicieran un poco de vaivén en su mente. En realidad le era indiferente quién ganará el torneo, pero suponía que lo natural sería apoyar a un compañero de villa a pesar de que no era seguidor de aquellas costumbres morales. Sin embargo, la oportunidad de medir su confianza y conocimiento en un asunto ninja se presentaba irresistible.
«¿Quien ganaría?» —Se preguntó mientras una camarera les llevaba un abrebocas compuesto de palitos de pan y una tacita de queso fundido.
Predecir el resultado del combate se mostraba como algo difícil; Eri le había derrotado a él y Ayame por su parte había vencido a Juro. Tomar la victoria de las manos de dos de los tres mejores genin de Uzushio era un mérito imposible de ignorar. No estaba seguro de quien podría ganar o cómo se desarrollaría el combate, pero la sonrisa que se le escapó era mensajera que anunciaba su deseo de presenciarlo.
—Me parece bien —tomo uno de los palillos de pan y se lo llevó a los labios para luego romperlo de forma dramática—, pero no suficiente.
»Siempre se ha dicho que una flor merece otra y por eso yo propongo que materialicemos esa idea —levantó sus manos por sobre la mesa y las separó mostrando las únicas dos posibilidades de su propuesta—. El perdedor deberá de realizar un gesto galante y regalar una flor a su elegida si esta llegara a ganar.
»Si pierde Ayame, entregare un nenúfar a mi compañera de Uzushio, y si pierde Eri entregaras un lirio a tu amiga de Ame. Justo luego del combate, metiéndose en la arena y frente a todos los espectadores del torneo. ¿Qué me dices? ¿Te atreves? O es que... ¿Tu valor para apostar solo se queda en eso... En palabras? —Preguntó, emulando el tono de voz de su interlocutor.
Se recostó en su asiento y dejo que su mirada calmada y desafiante terminase de decir el resto.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)