17/04/2016, 19:30
Como si de una bomba se tratase, Kazuma manejó con cuidado el casco y se lo lanzó levemente, lo suficientemente fuerte como para que le llegase, aunque sin ocasionar daños. El chico observó cuidadosamente a Kazuma, como si le hubiese visto por primera vez desde que había entrado. Luego, cogió cuidadosamente el casco y lo abrazó con fuerza.
Juro suspiró tranquilamente, al ver que se había solucionado, y que Nabi mantenía la mirada apartada de todo.
Justo en ese momento, la puerta central se abrió y por ella apareció la mujer, ya sin el delantal y sin la satén.
- ¡Esta perfecta! - comentó, con una alegría natural en ella - Si queréis, podéis quedaros a comer. Hay de sobra.
- Gracias, pero tengo un deber que hacer - respondió la mujer, no sin antes mirar a los tres genins , como si quisiese dejarselo claro a ellos también.
La mujer se acercó al grupo. El niño sonrió al verla, y luego echó a correr escaleras arriba, quizá en una especie de juego, o quizá simplemente porque si. Era un niño.
- Este niño... - comentó la mujer, con media sonrisa - Pero venga, no os quedéis ahí pasmados. Pasad.
La mujer les hizo pasar por la puerta que aun no habían visto, la de la izquierda. Nada más abrirla, lo que vieron fue un gran salón, que curiosamente tenía un tono verde grisaceo en las paredes en lugar del rosa que habían visto. En él había una gran mesa de cristal, dos sofás de un color azul identicos, con dos espacios para sentarse, y uno grande de tono rojo con hasta tres asientos al rededor de dicha mesa. Cerca también había otra mesa a mayor altura, con tres sillas.
La mujer optó por sentarse en el sofa azulino. Sobre la mesa de cristal, reposaban cinco tazas de un liquido verde, que parecía ser te. La mujer les invitó a sentarse.
- Me he tomado las molestias de preparar algo, sois mis invitados después de todo - comentó, mientras tomaba un trago de su taza de tete - Muy bien, vamos a hablar seriamente de lo sucedido. Quiero saber que ha pasado ahí fuera hace unos momentos. Uno por uno.
Los ojos de la mujer se posaron primero en el Uchiha, esperando una respuesta de él, y luego en Kazuma, probablemente pidiendo una explicación por lo sucedido. Después miro a Juro y por ultimo a Megumi, marcando los turnos con una maestría impresionante.
Juro suspiró tranquilamente, al ver que se había solucionado, y que Nabi mantenía la mirada apartada de todo.
Justo en ese momento, la puerta central se abrió y por ella apareció la mujer, ya sin el delantal y sin la satén.
- ¡Esta perfecta! - comentó, con una alegría natural en ella - Si queréis, podéis quedaros a comer. Hay de sobra.
- Gracias, pero tengo un deber que hacer - respondió la mujer, no sin antes mirar a los tres genins , como si quisiese dejarselo claro a ellos también.
La mujer se acercó al grupo. El niño sonrió al verla, y luego echó a correr escaleras arriba, quizá en una especie de juego, o quizá simplemente porque si. Era un niño.
- Este niño... - comentó la mujer, con media sonrisa - Pero venga, no os quedéis ahí pasmados. Pasad.
La mujer les hizo pasar por la puerta que aun no habían visto, la de la izquierda. Nada más abrirla, lo que vieron fue un gran salón, que curiosamente tenía un tono verde grisaceo en las paredes en lugar del rosa que habían visto. En él había una gran mesa de cristal, dos sofás de un color azul identicos, con dos espacios para sentarse, y uno grande de tono rojo con hasta tres asientos al rededor de dicha mesa. Cerca también había otra mesa a mayor altura, con tres sillas.
La mujer optó por sentarse en el sofa azulino. Sobre la mesa de cristal, reposaban cinco tazas de un liquido verde, que parecía ser te. La mujer les invitó a sentarse.
- Me he tomado las molestias de preparar algo, sois mis invitados después de todo - comentó, mientras tomaba un trago de su taza de tete - Muy bien, vamos a hablar seriamente de lo sucedido. Quiero saber que ha pasado ahí fuera hace unos momentos. Uno por uno.
Los ojos de la mujer se posaron primero en el Uchiha, esperando una respuesta de él, y luego en Kazuma, probablemente pidiendo una explicación por lo sucedido. Después miro a Juro y por ultimo a Megumi, marcando los turnos con una maestría impresionante.