Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#37
Kazuma escuchaba con atención las palabras de su compañero mientras disfrutaba de un té con un curioso pero agradable sabor amargo, que según la cartilla era ideal para bajar la comida luego de haber engullido demasiado. Resultaba en extremo relajante y también bastante efectivo para consolar su inflamada panza.

«Parece disfrutar demasiado con algo tan peligroso —Intuyo mientras observa a su compañero degustar aquellos cortes de pez globo—. Bueno, yo caso maleantes y él pide platillos potencialmente mortales, cada quien se mata como quiere —se asomo una leve sonrisa en su rostro—. Aunque espero que no se muera aquí mismo, eso me fastidiaría la semana.»

Dejó a un lado los pensamientos nefastos mientras seguía saboreando su bebida. Analizo lo dicho por su acompañante y lo comparó con que lo que ya sabía y con lo que había escuchado antes. Se tomó unos segundos hasta que se sintió listo para compartir su opinión y las ideas que hacía poco su maestro había compartido con él. Claro le había dicho aquello con discreción, pero parecía buen momento para compartir aquellos pensamientos con alguien más.

Ciertamente, lo de los samuráis me ha parecido algo completamente fuera de lugar —admitió él—. Su relación con los ninjas siempre fue áspera, pero tienen cientos de años aislados de los asuntos del continente… Por lo que creo que algo aquí debió cambiar como para que tomaran semejante curso de acciones.

»En ese punto es donde creo que encaja Kusagakure —tomo un buen sorbo y continuo—. Es el único cambio relevante en el tiempo reciente… ¿La matalechugos sabría que tendría tal efecto? Me imagino que sí, aunque quizás no le importo —dijo refiriéndose al nombre burlón que el populacho le había puesto a Amekoro Yui—. Claro, nadie se podría creer la patraña de que todo fue un acto de insubordinación de su doble… Pero con un Bijuu ¿Cómo llevarle la contraria?

»Ahora, según yo la situación es esta: Al ver que una aldea principal destruyó a otra, los samuráis pudieron suponer algo como “Se han empezado a matar entre ellos, aprovechemos las divisiones políticas y ataquemos”. Por otra parte nuestros Kages en plan de “Bien, destruiste Kusa, pero recuerda que estoy contigo y no me ataques con el Bijuu, amiguito”, lo cual tiene sentido pues te convendría tener cerca a la controladora de semejante poder por si necesitas rajarle el cuello, cuando se ponga en tu contra. La cuestión es ¿Y si necesitamos de su Bijuu para el conflicto que se viene? Bueno, hagamos un torneo, finjamos que estamos unidos y no le quitemos el ojo de encima.

Apuro lo que quedaba de su té para poder continuar.

Imagina que se deshacen del factor Amegakure, las villas restantes se las ingenian para repeler la ofensiva samurái, que me imagino está bien preparada luego de décadas esperando una oportunidad. Luego de aquello puede que Uzushio y Taki queden débiles, y sorpresa la oportunidad perfecta para que los rencores heredados de las viejas aldeas estallen como una guerra a gran escala —miro hacia el techo y contempló la otra posibilidad—. Claro podriamos conservarla como aliada ¿Pero cuánto pasará hasta que crea conveniente reducir nuevamente el número de aldeas ninjas?

El Ishimura se relajó en su silla para recuperar el aliento, pues era mucha información y posibilidades. Lo único que no se podía imaginar era el por qué la Arashikage se arriesgaría a dar inicio a una guerra fría en la que podría perderlo todo. Aunque siendo la única que controlaba una bestia con colas era la que tenía mayores probabilidades de quedar en pie cuando el polvo se hubiese asentado. Lo único claro era que había puesto en marcha un ominoso efecto dominó.

¿Pero qué podía esperarse de alguien a quien ahora, siniestramente, se le conocía como la "Extermina verdes"?
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
Responder


Mensajes en este tema
RE: La odisea de los cautivos - por Hanamura Kazuma - 21/04/2016, 00:13


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.