23/04/2016, 17:58
—Pff… Ya te digo. Imagina que ganáis el Torneo —vaticinó—. Sabiendo cómo es la matalechugos, ¡igual lo toma como una ofensa a la igualdad entre Aldeas y os arrasa! —exclamó, mitad en broma mitad en serio—. Supongo que lo inteligente sería aguardar… Mantener esa falsa unión como tú bien dices y solucionar el problema de los samuráis.
—Si… —Aquello le hizo pensar.
Su maestro siempre había estado en contra del modelo de mando de la Uzukage, ya que según él, no sería capaz de tomar las medidas necesarias para cuidar a la aldea en cuanto llegara un momento de crisis. En ese mismo contexto decía que era un peligro su extraña amistad con Amekoro Yui, pues era el extremo contrario en cuanto a forma de mando. En medio de aquella charla reconoció los miedos de su maestro; Existía la posibilidad de que la Arashikage les traicionara por el bien y la supremacía de su aldea, pero ¿sería Shiona Uzumaki capaz de sacrificar sus principios de honor, paz y amistad? ¿Sería capaz de traicionar, de guerrear y de eliminar con sus propias a monos a su “Amiga” si eso implicaba la victoria para Uzushiogakure?
«Si es cierto que el título de Kage y la responsabilidad que implican son más grande que cualquier convicción o moral —se recostó en su asiento—, entonces la Uzukage debería de tomar la decisión correcta cuando llegue el momento.»
Y después… —Datsue se encogió de hombros y se llevó el último trozo de fugu a la boca—. ¿Quién sab…?
Las palabras del Uchiha se vieron interrumpidas por una serie de gestos alarmantes. Sus manos se aferraron con fuerza a su garganta y sus ojos se abrieron completamente, como si sus globos oculares fueran a escaparse de sus cuencas. Su rostro se congestiono rápidamente y sus movimientos fueron perdiendo fuerza, mientras trataba de sujetar a Kazuma y acercarlo a él para pronunciar lo que parecían ser unas últimas palabras.
—El… fu-gu… —Dijo finalmente.
—¡Datsue! —Le dijo cuando comenzó a caerse de la silla—. ¡Oigan, alguien ayúdelo!
Pero la gente del local solo se limitó a echar un vistazo y a volver a sus asuntos, tal fue la indiferencia. Antes de poder articular alguna otra palabra de socorro una de las camareras fue en su auxilio, justo a tiempo pues el rostro del pelinegro comenzaba a tornarse púrpura. La chica lo colocó en la silla y procedió a hacerle una especie de maniobra donde le apretaba el pecho. Un instante después el cuerpo de Datsue comenzó a agitarse y a toser en medio de algunos espasmos.
—Espere… ¿Se ahogó? Pensé… Creí que se había envenenado con el fugu. —Le aseguro a la camarera mientras su compañero volvía a la vida.
—De hecho, señor —dijo acercándose a Kazuma—. En el ochenta y cuatro se nos prohibió servir fugu, debido a los múltiples casos de envenenamiento —sonrió ante un perplejo joven—. Pero gracias a intensos estudios, los piscicultores lograron crear una variedad de fugu que no es venenoso. Los investigadores averiguaron que la tetrodotoxina del fugu procedía del consumo de otros animales que tenían bacterias cargadas de ésta, y desarrollaron inmunidad con el tiempo. Muchos piscicultores producen actualmente fugu libre de veneno manteniendo a los peces alejados de estas bacterias.
—Ya veo ¿pero porque no dice eso en el menú? —Preguntó estado un poco más calmado.
—Mucha gente encuentra el fugu delicioso solo por la emoción y el peligro al comerlo. Generalmente no hay problemas ya que los que servimos no tienen veneno, pero hay gente que se sugestiona y sobrereacciona con facilidad. —Aseguro con una sonrisa.
Kazuma se reclinó en su silla y dejó que el aliento le volviera al cuerpo mientras Datsue se recuperaba. Mientras la muchacha dejó una jarra con agua en la mesa, para que pudiera pasar el ataque de tos. De momento solo le observaba, mientras escuchaba como de las mesas cercanas provenían algunas risas dispersas.
—Si… —Aquello le hizo pensar.
Su maestro siempre había estado en contra del modelo de mando de la Uzukage, ya que según él, no sería capaz de tomar las medidas necesarias para cuidar a la aldea en cuanto llegara un momento de crisis. En ese mismo contexto decía que era un peligro su extraña amistad con Amekoro Yui, pues era el extremo contrario en cuanto a forma de mando. En medio de aquella charla reconoció los miedos de su maestro; Existía la posibilidad de que la Arashikage les traicionara por el bien y la supremacía de su aldea, pero ¿sería Shiona Uzumaki capaz de sacrificar sus principios de honor, paz y amistad? ¿Sería capaz de traicionar, de guerrear y de eliminar con sus propias a monos a su “Amiga” si eso implicaba la victoria para Uzushiogakure?
«Si es cierto que el título de Kage y la responsabilidad que implican son más grande que cualquier convicción o moral —se recostó en su asiento—, entonces la Uzukage debería de tomar la decisión correcta cuando llegue el momento.»
Y después… —Datsue se encogió de hombros y se llevó el último trozo de fugu a la boca—. ¿Quién sab…?
Las palabras del Uchiha se vieron interrumpidas por una serie de gestos alarmantes. Sus manos se aferraron con fuerza a su garganta y sus ojos se abrieron completamente, como si sus globos oculares fueran a escaparse de sus cuencas. Su rostro se congestiono rápidamente y sus movimientos fueron perdiendo fuerza, mientras trataba de sujetar a Kazuma y acercarlo a él para pronunciar lo que parecían ser unas últimas palabras.
—El… fu-gu… —Dijo finalmente.
—¡Datsue! —Le dijo cuando comenzó a caerse de la silla—. ¡Oigan, alguien ayúdelo!
Pero la gente del local solo se limitó a echar un vistazo y a volver a sus asuntos, tal fue la indiferencia. Antes de poder articular alguna otra palabra de socorro una de las camareras fue en su auxilio, justo a tiempo pues el rostro del pelinegro comenzaba a tornarse púrpura. La chica lo colocó en la silla y procedió a hacerle una especie de maniobra donde le apretaba el pecho. Un instante después el cuerpo de Datsue comenzó a agitarse y a toser en medio de algunos espasmos.
—Espere… ¿Se ahogó? Pensé… Creí que se había envenenado con el fugu. —Le aseguro a la camarera mientras su compañero volvía a la vida.
—De hecho, señor —dijo acercándose a Kazuma—. En el ochenta y cuatro se nos prohibió servir fugu, debido a los múltiples casos de envenenamiento —sonrió ante un perplejo joven—. Pero gracias a intensos estudios, los piscicultores lograron crear una variedad de fugu que no es venenoso. Los investigadores averiguaron que la tetrodotoxina del fugu procedía del consumo de otros animales que tenían bacterias cargadas de ésta, y desarrollaron inmunidad con el tiempo. Muchos piscicultores producen actualmente fugu libre de veneno manteniendo a los peces alejados de estas bacterias.
—Ya veo ¿pero porque no dice eso en el menú? —Preguntó estado un poco más calmado.
—Mucha gente encuentra el fugu delicioso solo por la emoción y el peligro al comerlo. Generalmente no hay problemas ya que los que servimos no tienen veneno, pero hay gente que se sugestiona y sobrereacciona con facilidad. —Aseguro con una sonrisa.
Kazuma se reclinó en su silla y dejó que el aliento le volviera al cuerpo mientras Datsue se recuperaba. Mientras la muchacha dejó una jarra con agua en la mesa, para que pudiera pasar el ataque de tos. De momento solo le observaba, mientras escuchaba como de las mesas cercanas provenían algunas risas dispersas.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)