7/05/2016, 17:41
Hubo un momento en el que Datsue creyó que ya estaba hecho. Hubo un momento en que verdaderamente pensó que el cruento espectáculo que acababa de montar le serviría para amedrentar a los bandidos.
Pero ese momento pasó, y los rugidos de los bandidos inundaron el restaurante como una jauría de lobos hambrientos. Por el rabillo del ojo derecho percibió un destello y echó la cabeza hacia atrás justo a tiempo para que el filo de una daga pasase a milímetros de sus ojos. Casi en una sincronización perfecta, otro de los rufianes trataba de golpearle por detrás de las rodillas con un palo. Las dos aspas que coronaban su pupila captaron el movimiento antes incluso de que éste se produjese y, aprovechando la inercia de haber echado el cuerpo hacia atrás, saltó en una majestuosa y brillante pirueta que le permitió esquivar el golpe y aterrizar de forma suave con la… cabeza. Dígase una cosa de Uchiha Datsue: se cree más hábil de lo que es.
Pese a la aparatosa caída, evadió a los dos hombres y giró sobre el suelo para luego ponerse en pie. En medio del proceso alguien trató de darle una patada ascendente en pleno rostro. El Uchiha recibió el golpe con los brazos en cruz, y chocando con la espalda contra una pared de la fuerza de la patada.
—Tsk...
No tuvo tiempo a coger aire. Un hombretón, un gorila de dos metros de altura y una piel tan curtida en cicatrices que parecía de cuero, le agarró por el cuello y le elevó hasta el techo con una facilidad insultante.
Las manos de Datsue golpearon el brazo del gigante como un niño haría al tener una pataleta. Luego, trataron de arañarlo con creciente ansiedad. La garra que tenía por mano presionó todavía más su garganta, y las patadas desesperadas del Uchiha, más parecidas a las que daría un pollo sin cabeza que un shinobi, no causaban en el hombre el menor indicio de malestar, ya no de dolor.
Los orbes enrojecidos de Datsue parecían querer escapársele de las órbitas mientras contemplaba con horror al que sería su verdugo. Un hombre duro, aquel tío.
Cuando se oyó el chasquido de un resorte al activarse, los ojos del hombretón parecieron emitir un destello de duda. El kunai escondido en el antebrazo de Datsue salió a la luz, y su acero negro pronto se vio bañado por la sangre del gigante, que aflojó su presa y huyó, chillando como una niña asustada que alguien le aplicase un torniquete. Era una voz tan aguda que parecía surrealista que un hombre como él la estuviese emitiendo.
Un hombre duro, sí. Pero si algo era Datsue, eso era ser el tío más duro de todo el jodido Onindo.
Pero ese momento pasó, y los rugidos de los bandidos inundaron el restaurante como una jauría de lobos hambrientos. Por el rabillo del ojo derecho percibió un destello y echó la cabeza hacia atrás justo a tiempo para que el filo de una daga pasase a milímetros de sus ojos. Casi en una sincronización perfecta, otro de los rufianes trataba de golpearle por detrás de las rodillas con un palo. Las dos aspas que coronaban su pupila captaron el movimiento antes incluso de que éste se produjese y, aprovechando la inercia de haber echado el cuerpo hacia atrás, saltó en una majestuosa y brillante pirueta que le permitió esquivar el golpe y aterrizar de forma suave con la… cabeza. Dígase una cosa de Uchiha Datsue: se cree más hábil de lo que es.
Pese a la aparatosa caída, evadió a los dos hombres y giró sobre el suelo para luego ponerse en pie. En medio del proceso alguien trató de darle una patada ascendente en pleno rostro. El Uchiha recibió el golpe con los brazos en cruz, y chocando con la espalda contra una pared de la fuerza de la patada.
—Tsk...
No tuvo tiempo a coger aire. Un hombretón, un gorila de dos metros de altura y una piel tan curtida en cicatrices que parecía de cuero, le agarró por el cuello y le elevó hasta el techo con una facilidad insultante.
Las manos de Datsue golpearon el brazo del gigante como un niño haría al tener una pataleta. Luego, trataron de arañarlo con creciente ansiedad. La garra que tenía por mano presionó todavía más su garganta, y las patadas desesperadas del Uchiha, más parecidas a las que daría un pollo sin cabeza que un shinobi, no causaban en el hombre el menor indicio de malestar, ya no de dolor.
Los orbes enrojecidos de Datsue parecían querer escapársele de las órbitas mientras contemplaba con horror al que sería su verdugo. Un hombre duro, aquel tío.
Cuando se oyó el chasquido de un resorte al activarse, los ojos del hombretón parecieron emitir un destello de duda. El kunai escondido en el antebrazo de Datsue salió a la luz, y su acero negro pronto se vio bañado por la sangre del gigante, que aflojó su presa y huyó, chillando como una niña asustada que alguien le aplicase un torniquete. Era una voz tan aguda que parecía surrealista que un hombre como él la estuviese emitiendo.
Un hombre duro, sí. Pero si algo era Datsue, eso era ser el tío más duro de todo el jodido Onindo.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado