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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#59
Dos de los sujetos habían quedado fuera de combate por causa de su propia arrogancia. Los cuatro restantes no cometerían el mismo error, pues ya tenían una idea de contra quien se estaban enfrentando. Kazuma por su parte no tenía intención de permitir que ninguno de ellos se retirara caminando de aquel sitio.

«Parece que ahora se andarán con cuidado.» —Fue lo que juzgo al ver el cambio en los movimientos de sus enemigos.

De un momento a otro los matones se arrojaron contra él, conscientes de que su única ventaja estaba en sus números. Al Ishimura le dio tiempo de desenvainar su espada y acertar un buen golpe en la pierna del que iba de primero, pero quienes le seguían no se quedarían como si nada. Mientras se movía para evitar al que iba cayendo, un buen puñetazo logró acertarle en la mejilla, provocando que trastabillara y cayera al suelo.

El joven levantó la vista justo a tiempo para ver como dos pies se acercaban velozmente hacia su cuerpo caído. Le dio prioridad al que amenazaba a su estómago, pues no solo estaba lleno por el banquete reciente, sino que también estaba en etapa de recuperación. El segundo puntapié no encontró resistencia y dio de lleno contra su hombro.

«Calma… —se dijo a sí mismo luego de retroceder unos pasos y arrodillarse—. Si utilizas el filo de Bohimei terminaras matándolos.»

El de cabellos blancos se levantó lenta y calmadamente. Por un instante los sujetos mostraron la intención de atacar durante su aparente vulnerabilidad, pero algo les detuvo. Una mirada gris y fría les paró en seco, unos ojos que les observaban como si ya estuvieran muertos y no pudieran hacer nada para evitarlo. Ciertamente, al genin le hubiese gustado quitar la cobertura de chakra de su espada, pero sabía que no era el lugar ni el momento para jugar al carnicero.

El miedo hizo que ellos cometieran el primer error. Un sujeto delgado se abalanzó sobre él, aprovechando que se quitaba los mechones mojados del rostro. Más rápido de lo que pudiera percibir, un mandoble le dio en el hombro. El matón no recibió ningún corte, pero sintió como si acabasen rajarlo por completo.

Otro más se acercó por un lateral, pero fue sorprendido por un tajo que lo alcanzó por debajo de la quijada. Ahora cuatro de los rufianes yacían en el suelo, retorciéndose de dolor. Solo había dos que tenía heridas visibles, pero aquello no impedía que todos compartieran la misma sensación del acero cortando sus carnes.

Solo quedan ustedes dos… —Ante estas palabras, los sujetos mandaron al diablo sus órdenes y salieron corriendo.

El de tez morena envaino su espada y comenzó perseguirlos. Los sujetos corrían de manera torpe y descuidada, así que no pasó mucho hasta que les dio alcance. Parecía que sus presas habían tenido la idea de separarse y que al menos uno se salvará, pero en cuanto tomaron un poco de distancia el uno del otro, todo termino. El Ishimura salto entre ambos, esgrimiendo un kunai en cada mano. Con gran velocidad y destreza, realizó un profundo corte en el costado de cada uno. Los rufianes se quedaron atónitos al ver al joven saltando entre ambos con una pequeña estela de sangre tras sus manos.

El juego ha terminado. —Dijo refiriéndose al sujeto que se mantenía en la puerta del restaurante. Aquel esbozo una sonrisa y observó hacia dentro, donde aún quedaba algo por ver.
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RE: La odisea de los cautivos - por Hanamura Kazuma - 8/05/2016, 00:14


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