9/05/2016, 05:51
El sujeto se movía seguro y sin preocupaciones aparentes. Incluso se podría decir que le preocupaba más la lluvia que el chico con la afilada espada que yacía frente a él. Sin duda Kazuma tenía bastante experiencia en combate, pero aquel sujeto parecía tener mucha más que él. Y no solo eso, sino que también sus ojos dejaban escapar un brillo que de alguna forma juraba que ya había visto morir a mucha gente.
«Ya no hay marcha atrás —tomó aire y se colocó en posición—. Aquí vamos.»
Entre ambos solo estaba el sonido de la lluvia y aquellas nubes que serían testigo de lo que estaba a punto de suceder. Uno que otro relámpago ocasional les iluminaba y dibujaba sombras distorsionadas sobre la calle encharcada. Cuando se encontraban a tan solo un metro de distancia un trueno resonó y dio la señal para que la pelea diera inicio.
El primero en moverse fue el de piel morena, quien aprovechando su alcance superior arrojó un inmisericorde tajo a la garganta de su enemigo. El ataque demostró tomar por sorpresa al sujeto, que no esperaba que el chico se arrojase a matar desde el primer movimiento. Evadió el golpe con relativa facilidad, pero de igual forma alcanzó su sombrero arrancándoselo y revelando una elegante cabellera castaña debajo.
—El ataque de antes y este estaban dirigidos a puntos vitales —reconoció aun con una sonrisa en el rostro—. Debo admitir que es en extremo inusual que un chiquillo como tú carezca de dudas a la hora de tomar una vida.
El de Uzu dio un paso hacia la izquierda y de nuevo retomo el ataque. El de cabellos castaños esquivo un tajo lateral y procedió a arrojar una potente bofetada al rostro del joven, pero este atrajo y posiciono su katana de modo que para que acertara tal ataque tendría que rebanarse unos cuantos dedos.
—Espléndido, parece que también tiene experiencia en combates serios —juzgo aquello luego de frenar su ataque y retroceder—. Eres un chico extraño y agradable, me gustaría conversar contigo largo y tendido.
—Tsk, tsk… Pronto tendrás la oportunidad de conversar con el filo de mi espada. —El Ishimura comenzaba a sentirse molesto por el hecho de que su oponente seguía jugando cuando él ya había lanzado dos golpes serios.
El siguiente movimiento fue por parte del de ojos verdes que se acercó lentamente hacia su objetivo. El espadachín lanzó un tajo flojo que fue esquivado. Una mano se acercó silenciosa hacia su cuello, pero logró girar a tiempo sobre su pie izquierdo y esquivar el “ataque” mientras quedaba de espalda al local. El matón se giró como si nada y volvió a acercarse. Fue correspondido con una estocada directo a su corazón. La esquivo y trato de alcanzar el cuello del joven que ahora yacía en una posición baja.
—Te has descuidado, amiguito. —Aseguro con confianza.
Pero entonces el joven de cabellos blancos sonrió. Dejó que sus pies resbalaran por encima del charco donde se encontraban, lo cual lo alejó por completo de la trayectoria de ataque. Cuando tuvo a su alcance el costado descubierto de su oponente reunió todo el chakra que pudo en sus pies para frenar y estabilizarse. En cuanto estuvo en posición arrojó un mortal e ineludible corte hacia aquel costillar.
El de tez morena no supo con exactitud qué fue lo que paso, solo supo que aquel par de ojos le observaron durante un ínfimo instante y que luego yacía volando hacia atrás por causa de un golpe tremendo. Su cuerpo cruzó la puerta abierta del restaurante hasta estrellarse contra una mesa que estaba justo al lado de Datsue. La mesa se quebró y el chico quedó semi inconsciente mientras que como una sombra siniestra el sujeto se paraba en la puerta y cruzaba miradas con el Uchiha.
—No te sientas excluido, compañero, tú también puedes unirte a la diversión. —Se lo decía al único ser posible en ese momento, es decir al chico de Taki.
«Ya no hay marcha atrás —tomó aire y se colocó en posición—. Aquí vamos.»
Entre ambos solo estaba el sonido de la lluvia y aquellas nubes que serían testigo de lo que estaba a punto de suceder. Uno que otro relámpago ocasional les iluminaba y dibujaba sombras distorsionadas sobre la calle encharcada. Cuando se encontraban a tan solo un metro de distancia un trueno resonó y dio la señal para que la pelea diera inicio.
El primero en moverse fue el de piel morena, quien aprovechando su alcance superior arrojó un inmisericorde tajo a la garganta de su enemigo. El ataque demostró tomar por sorpresa al sujeto, que no esperaba que el chico se arrojase a matar desde el primer movimiento. Evadió el golpe con relativa facilidad, pero de igual forma alcanzó su sombrero arrancándoselo y revelando una elegante cabellera castaña debajo.
—El ataque de antes y este estaban dirigidos a puntos vitales —reconoció aun con una sonrisa en el rostro—. Debo admitir que es en extremo inusual que un chiquillo como tú carezca de dudas a la hora de tomar una vida.
El de Uzu dio un paso hacia la izquierda y de nuevo retomo el ataque. El de cabellos castaños esquivo un tajo lateral y procedió a arrojar una potente bofetada al rostro del joven, pero este atrajo y posiciono su katana de modo que para que acertara tal ataque tendría que rebanarse unos cuantos dedos.
—Espléndido, parece que también tiene experiencia en combates serios —juzgo aquello luego de frenar su ataque y retroceder—. Eres un chico extraño y agradable, me gustaría conversar contigo largo y tendido.
—Tsk, tsk… Pronto tendrás la oportunidad de conversar con el filo de mi espada. —El Ishimura comenzaba a sentirse molesto por el hecho de que su oponente seguía jugando cuando él ya había lanzado dos golpes serios.
El siguiente movimiento fue por parte del de ojos verdes que se acercó lentamente hacia su objetivo. El espadachín lanzó un tajo flojo que fue esquivado. Una mano se acercó silenciosa hacia su cuello, pero logró girar a tiempo sobre su pie izquierdo y esquivar el “ataque” mientras quedaba de espalda al local. El matón se giró como si nada y volvió a acercarse. Fue correspondido con una estocada directo a su corazón. La esquivo y trato de alcanzar el cuello del joven que ahora yacía en una posición baja.
—Te has descuidado, amiguito. —Aseguro con confianza.
Pero entonces el joven de cabellos blancos sonrió. Dejó que sus pies resbalaran por encima del charco donde se encontraban, lo cual lo alejó por completo de la trayectoria de ataque. Cuando tuvo a su alcance el costado descubierto de su oponente reunió todo el chakra que pudo en sus pies para frenar y estabilizarse. En cuanto estuvo en posición arrojó un mortal e ineludible corte hacia aquel costillar.
El de tez morena no supo con exactitud qué fue lo que paso, solo supo que aquel par de ojos le observaron durante un ínfimo instante y que luego yacía volando hacia atrás por causa de un golpe tremendo. Su cuerpo cruzó la puerta abierta del restaurante hasta estrellarse contra una mesa que estaba justo al lado de Datsue. La mesa se quebró y el chico quedó semi inconsciente mientras que como una sombra siniestra el sujeto se paraba en la puerta y cruzaba miradas con el Uchiha.
—No te sientas excluido, compañero, tú también puedes unirte a la diversión. —Se lo decía al único ser posible en ese momento, es decir al chico de Taki.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)