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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#73
Ambas cuchillas volaban veloces hacia él, amenazando con liberarlo del peso que representaban un par de brazos. Tendría que agradecer sus buenos reflejos, pues en el segundo justo logró canalizar una buena cantidad de chakra en cada una de sus manos, con aquella técnica de kenjutsu para bloquear los filos. Aquellas aspas golpearon las palmas de sus manos y luego salieron volando en distintas direcciones mientras él se tambaleaba por la fuerza que llevaban.

¿Estás bien? —Preocupándose por aquel chico, se giró hacia donde se suponía que estaba, pero ahí ya no había nada.

Ah sí, el muchacho Uchiha utilizó la técnica de parpadeo corporal para huir —aseguro mostrándose algo decepcionado—. Pensé en detenerlo, pero me parece que no tenía intenciones de seguir luchando.

Y con eso el Ishimura se había quedado solo ante aquel enemigo formidable. Mientras las personas del restaurante decidieron seguir el ejemplo del de cabellos negros y comenzaron a abandonar a toda prisa el local mientras que el espadachín hacía de carnada viva para mantener entretenido a aquel matón. La lluvia seguía cayendo con fuerza y los truenos retumbando sobre ellos, cuando se convirtieron en las únicas dos personas que seguían ahí.

«Rayos, no pensé que me abandonaría en el momento crucial —la situación pasaba de ser difícil de manejar a casi imposible de superar—. ¿Será que creyó que en realidad trate de apuñalarlo? —recordó la mirada rojiza en aquel instante y la extraña sensación de que no le perdonaría tal ultraje que transmitía—. Pero el muy degenerado ni siquiera me agradeció por la comida…»

Luces muy calmado como para ser alguien a quien su compañero acaba de condenar. —Le dijo de repente al de cabellos blancos.

Está bien, pues de todas formas me sentía mal por haberlo involucrado en todo esto —aseguro levantando la vista al cielo—. Lo único que me molesta es que ese “cobarde” logró borrar aquella insoportable sonrisa de tu rostro antes que yo.

Ya veo... Inclusive diría que te vez más determinado que antes —dijo mientras aquella sonrisa volvía a dibujarse en su rostro—. Te entiendo, a mí tampoco me gusta compartir la diversión.

El joven plantó sus ojos grises sobre aquel sujeto y en un instante su mirada transmitió una abrumadora amalgama de calma e instinto predador. Comenzaba a sentirse cerca de su mejor condición emocional, pues sin alguien de quien preocuparse podría pelear sin limitaciones. Se ajustó los guantes y sacudió su cabello con total despreocupación, entendía que su oponente no arruinaría tan maravilloso momento apresurándose. Desenvaino lentamente a Bohimei y los susurros de esta hicieron que el fuego y el hielo se manifestaran en su ser, y que la paz y la adrenalina se arremolinaran como nubes en su interior.

«Solo espero que recuerde nuestra apuesta.» —Fue lo que cruzó por su mente antes de arrojarse al combate.

A una calles de allí...

La gente que había huido de aquel restaurante se encontraba corriendo por las calles vacías. Salpicando el agua de los charcos mientras trataban de alejarse de aquel peligro que estuvo tan cerca de atraparles. Iban en un grupo bastante variopinto, pero todos tenían, al menos, tres cosas en común; el miedo que les movía hacia adelante, la preocupación por el chico que dejaron atrás y la incertidumbre del destino de aquel que había desaparecido.

De pronto el grupo pasó por una plaza y no pudo evitar ver a aquel chico de cabellos negros por el cual se habían preguntado durante un rato. Ante el desconocimiento de que hacer, la gente se acercó para rodearlo y hacerle preguntas. Era la única figura a la cual podían acudir en aquel momento, pues para todos era claro que era un ninja y que podía hacer algo al respecto.

Tu amigo se ha quedado combatiendo. —Le dijo una de las camareras.

Debes de ayudarlo. —Le apresuro un señor regordete.

¡Lo van a matar si se queda solo! —Le gritó una niñita.

La gente le gritaba y le suplicaba, pero el jovencito se mostraba completamente tembloroso y cansado.

¿Lo vas a abandonar? —Preguntó con indignación uno de los cocineros.

Eres un ninja ¿cierto? Haz algo entonces —Le apremió una anciana flacucha.

Las personas que le rodeaban comienzaron a comprender el terrible destino que le esperaba a aquel valiente de cabellos blancos, pues el Uchiha parecía ser insensible a sus palabras.

¡Este es un cobarde, déjenlo y busquemos a la guardia de la ciudad! —Exclamaron varios de ellos, con un tono de desprecio absoluto que pesaba tanto como lo hace el remordimiento.

Mis padres me habían dicho que las cosas terrible que decían sobre usted en los periódicos eran mentira —aseguro gimoteando un niñito, uno de aquellos que considera a los ninjas como una especie de superhéroes—, pero veo que todo lo que escribieron era cierto… Que decepción. —El chico se fue corriendo entre lágrimas invisibles por la lluvia, mientras que el grupo se alejaba entre abucheos. Lo único que dejaron atrás fue una profunda sensación de vergüenza, desprecio y una soledad que abruma el alma.

Es como decían —dijo alguien entre la multitud—. Solo conoce las deshonra y la desgracia.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
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RE: La odisea de los cautivos - por Hanamura Kazuma - 16/05/2016, 06:04


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