5/07/2016, 13:50
El soplo de viento y aire de la tecnica de Mogura, alteró en gran parte las corrientes, haciendo que una pasara fuertemente por sus cabellos, llevandose parte de las lagrimas que no dejaban de cesar de sus cristalinos ojos.
— Todo el mundo esta ayudando...— Como sacada de un circo, o de las mejores calles, Anzu atravesó toda la multitud, y con la misma gracia que entró, salio con el poeta mientras la amenaza de tan solo un par de crios que conocian dos tecnicas, ¿tal vez tres?, suponia suficiente nivel de amenaza para un par de ciudadanos armados con palos y piedras que estaban bien pasados tras la tecnica de Mogura.
— ¿Q-Que hago?... M-Me siento demasiado confuso... Y-Yo no queria que nada acabara asi... Y-Yo...
— ¡Len-san, deja de llorar y ve a buscar un médico!
El cuerpo del poeta malherido, se hayaba frente a él, apenas podia reaccionar ni dejar de temblar. Intentó extender una mano, como para intentar tomarle el pulso, pese a no tener idea alguna de ello, podia ver como uno de los brazos tenia una extraña forma debido a que tenia los huesos partidos; la nariz no dejaba de sangrar y casi toda su ropa habia cogido un tono carmesí. Cayó hacia atras de culo, debido al susto, pero se levantó lentamente con la mitad del rostro cubierto por su cabello, se acercó a Anzu, y le arrebató un kunai de una de su portaobjetos con toda la habilidad de un buen ladron para salir corriendo hacia su compañero de villa.
— ¡¡Mogura!! ¿¡Tu eras médico o algo!? ¡¡Ayudales a ellos, seras mas util que yo!! — Pasó corriendo por el lado de Mogura en dirección a la multitud. Saltó de una persona en otra, pisoteando caras, cuellos y alguna que otra bolsa escrotal para caer finalmente encima del pecho del pintoresco joven con la camisa del corazón y el simbolo de Uzushiogakure, que parecia uno de los que habia comenzado la revolución.
— ¿Divertio verdad? Apenas te puedes mover por el golpe, y aun menos con los cuerpos de tus compañeros por encima insconcientes... — El rostro de "la joven de cabellos blancos", sus ojos brillaban de extraña manera y hablaba casi susurrando mientras mantenia una siniestra sonrisa. Apretó levemente una de las aristas del kunai sobre los laterales de los labios. — ¿Y un médico?.
— ¿Q-Que? ¿Para qué? — Miró de reojo como Anzu y Mogura intentaban asistir a la inocente victima de su broma. — ¿Para ese capullo? ¡Que se joda por lo que ha hecho!— Dijo contestandose a si mismo mientras le señalaba para ser al momento interrumpido. —¡¡¡AAAAAAHH!!!— Le habia casi rajado la mitad del carrillo izquierdo.
— No pasa nada, si el no lo necesita, lo que acabaras necesitando tú, sera un sepulturero. — Se deshizo de parte de la sangre del kunai, con un gesto de muñeca; para posteriormente acercarlo nuevamente al rostro dando un leve destello por las luces que habia todavia encendidas en el local y dar una muesca aun mas siniestra.
— ¡¡¡Tu ganas, tu ganas!!! ¡¡Por favor ayuda, necesitamos ayuda médica!! — Gritó con desesperación a un pequeño comunicador que sacó de un bolsillo, al parecer era un encargado aparte de un loco aficionado. Mientras, el genin se alejaba con delicadeza en saltos volviendo hasta sus compañeros, y soltandolé otra vista maliciosa mientras mostraba el kunai en una mano. Tras acercarse, se arrodillo en el suelo, al lado de Anzu extendiendo una mano para devolver su arma "prestada".
— P-Perdona... — Dijo tras devolversela — En breves deberia llegar mas asistencia médica. ¿Como esta ahora?... — La mascara que habia hecho para hacer de loco asesino, habia desaparecido por completo. ¿Quien diria que un rostro tan encantador, podria hacer una cara tan amenazante?. Con preocupación en el rostro, se levantó del suelo esperando de una vez, una buena noticia mientras miraba como algunos medicos se acercaban a atender a la multitud que habia venido con ganas de camorra a la par que otros se acercaban a donde estaban ellos.
— Todo el mundo esta ayudando...— Como sacada de un circo, o de las mejores calles, Anzu atravesó toda la multitud, y con la misma gracia que entró, salio con el poeta mientras la amenaza de tan solo un par de crios que conocian dos tecnicas, ¿tal vez tres?, suponia suficiente nivel de amenaza para un par de ciudadanos armados con palos y piedras que estaban bien pasados tras la tecnica de Mogura.
— ¿Q-Que hago?... M-Me siento demasiado confuso... Y-Yo no queria que nada acabara asi... Y-Yo...
— ¡Len-san, deja de llorar y ve a buscar un médico!
El cuerpo del poeta malherido, se hayaba frente a él, apenas podia reaccionar ni dejar de temblar. Intentó extender una mano, como para intentar tomarle el pulso, pese a no tener idea alguna de ello, podia ver como uno de los brazos tenia una extraña forma debido a que tenia los huesos partidos; la nariz no dejaba de sangrar y casi toda su ropa habia cogido un tono carmesí. Cayó hacia atras de culo, debido al susto, pero se levantó lentamente con la mitad del rostro cubierto por su cabello, se acercó a Anzu, y le arrebató un kunai de una de su portaobjetos con toda la habilidad de un buen ladron para salir corriendo hacia su compañero de villa.
— ¡¡Mogura!! ¿¡Tu eras médico o algo!? ¡¡Ayudales a ellos, seras mas util que yo!! — Pasó corriendo por el lado de Mogura en dirección a la multitud. Saltó de una persona en otra, pisoteando caras, cuellos y alguna que otra bolsa escrotal para caer finalmente encima del pecho del pintoresco joven con la camisa del corazón y el simbolo de Uzushiogakure, que parecia uno de los que habia comenzado la revolución.
— ¿Divertio verdad? Apenas te puedes mover por el golpe, y aun menos con los cuerpos de tus compañeros por encima insconcientes... — El rostro de "la joven de cabellos blancos", sus ojos brillaban de extraña manera y hablaba casi susurrando mientras mantenia una siniestra sonrisa. Apretó levemente una de las aristas del kunai sobre los laterales de los labios. — ¿Y un médico?.
— ¿Q-Que? ¿Para qué? — Miró de reojo como Anzu y Mogura intentaban asistir a la inocente victima de su broma. — ¿Para ese capullo? ¡Que se joda por lo que ha hecho!— Dijo contestandose a si mismo mientras le señalaba para ser al momento interrumpido. —¡¡¡AAAAAAHH!!!— Le habia casi rajado la mitad del carrillo izquierdo.
— No pasa nada, si el no lo necesita, lo que acabaras necesitando tú, sera un sepulturero. — Se deshizo de parte de la sangre del kunai, con un gesto de muñeca; para posteriormente acercarlo nuevamente al rostro dando un leve destello por las luces que habia todavia encendidas en el local y dar una muesca aun mas siniestra.
— ¡¡¡Tu ganas, tu ganas!!! ¡¡Por favor ayuda, necesitamos ayuda médica!! — Gritó con desesperación a un pequeño comunicador que sacó de un bolsillo, al parecer era un encargado aparte de un loco aficionado. Mientras, el genin se alejaba con delicadeza en saltos volviendo hasta sus compañeros, y soltandolé otra vista maliciosa mientras mostraba el kunai en una mano. Tras acercarse, se arrodillo en el suelo, al lado de Anzu extendiendo una mano para devolver su arma "prestada".
— P-Perdona... — Dijo tras devolversela — En breves deberia llegar mas asistencia médica. ¿Como esta ahora?... — La mascara que habia hecho para hacer de loco asesino, habia desaparecido por completo. ¿Quien diria que un rostro tan encantador, podria hacer una cara tan amenazante?. Con preocupación en el rostro, se levantó del suelo esperando de una vez, una buena noticia mientras miraba como algunos medicos se acercaban a atender a la multitud que habia venido con ganas de camorra a la par que otros se acercaban a donde estaban ellos.
Es increible el poder que tiene el miedo sobre la gente...