6/07/2016, 14:05
El pálido pareció comprender el motivo por el que Riko había salido a pasear aquel día, llevaba un año prácticamente recluido en su casa, sin salir, sin ver a nadie, sin hablar con nadie, nada más que sus criados, con los que había forjado una muy buena relación, pero aún así, añoraba el poder relacionarse con otras personas, con otros ninja.
— ¡Claro! — contestó, alegremente — Suelo caminar improvisadamente, ¿sabes?. Voy por un par de calles al azar. A veces me topo con el jardín de los cerezos, aunque otras veces voy por la academia. Al final suelo tardar horas en saber como volver a casa. Y así se pasa el rato.
El rastas se alegró cuando su compañero accedió a tener algo de compañía, y añadió que quizás, si tuviera buena orientación, sería de gran utilidad.
— Pues la verdad es que yo...
—¿Importaría si os acompaño? — Una voz conocida le sorprendió, haciendo que el de rastas se sobresaltara un poco. Enseguida el muchacho miró a donde provenía la voz, descubriendo a una joven peliazul.
— ¡E-Eri! — Riko no pudo contener la emoción, al fin alguien conocido, aunque, mirándola detenidamente, había cambiado, ya no parecía la misma chica que había conocido hacía un año, pero era normal, él también había cambiado. — ¡Qué sorpresa! ¡Cuánto tiempo sin verte! — Realmente no sabía qué decir, aquello le había pillado completamente por sorpresa.
— ¡Claro! — contestó, alegremente — Suelo caminar improvisadamente, ¿sabes?. Voy por un par de calles al azar. A veces me topo con el jardín de los cerezos, aunque otras veces voy por la academia. Al final suelo tardar horas en saber como volver a casa. Y así se pasa el rato.
El rastas se alegró cuando su compañero accedió a tener algo de compañía, y añadió que quizás, si tuviera buena orientación, sería de gran utilidad.
— Pues la verdad es que yo...
—¿Importaría si os acompaño? — Una voz conocida le sorprendió, haciendo que el de rastas se sobresaltara un poco. Enseguida el muchacho miró a donde provenía la voz, descubriendo a una joven peliazul.
— ¡E-Eri! — Riko no pudo contener la emoción, al fin alguien conocido, aunque, mirándola detenidamente, había cambiado, ya no parecía la misma chica que había conocido hacía un año, pero era normal, él también había cambiado. — ¡Qué sorpresa! ¡Cuánto tiempo sin verte! — Realmente no sabía qué decir, aquello le había pillado completamente por sorpresa.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»