26/10/2016, 22:16
(Última modificación: 26/10/2016, 22:17 por Uchiha Datsue.)
El Uchiha acompañó las risas de Karamaru con la suya propia, más aguda y elevada.
—Partimos —respondió, emprendiendo la marcha de camino al oeste. A Shinogi-to.
A su espalda dejaba un pueblo atrás. Un pueblo sumido en el atraso y antigüedad, en las viejas costumbres. Un pueblo cuyo llanto se vería interrumpido prematuramente por el anuncio de otra muerte. Una muerte ordenada por un sacerdote, teóricamente defensor de la vida y el perdón.
Pero eso, a Datsue, poco le importaba. Su mente trabajaba ya en el Gran Golpe que pensaba dar en Shinogi-to. Iba a ser la mayor estafa que Oonindo hubiese conocido jamás, una que causase tanto revuelo que hasta los bardos compondrían canciones sobre ella.
O eso, al menos, creía Datsue.
—Por cierto, Karamaru... —Y, antes incluso de terminar la frase, Datsue ya sabía que aquel viaje iba a estar plagado de bromas, anécdotas e inocentes confidencias.
»¿Has oído alguna vez el himno de Uzushiogakure?
Y sonrió.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado