Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Esperaba con todo su ser que el Uchiha la entendiera y no saliera insultando a todo el universo en frustración, después de todo hacer algo así con un chico tan pequeño realmente podía traer problemas y así sería inútil todo lo que pudieran llegar a hacer.
Por suerte Datsue se mostró razonable y tras ponerse rojo como un tomate y obligarla a mirarle le devolvió el beso de la noche anterior, algo corto y húmedo pero con la ternura suficiente para hacerle llegar el mensaje a la rubia que al tener libertad de movimiento rodeó el cuello ajeno pero sin ejercer presión alguna.
—Me alegra que entiendas. —Dijo con una cálida sonrisa soltando el débil agarre para que el chico pudiera echarse atrás como deseaba.
La alegría de la rubia no podía expresarse con palabras por lo que sencillamente se quedó en silencio por un rato, mirando fijamente al Uchiha a los ojos que seguían igual de rojos que antes, aunque con el rubor del rostro ajeno pasaban desapercibidos. —En dos años entonces… O antes según cuanto crezcas ¿Te parece? —Consultó esperando no dejarse detalles y evitar de paso confusiones.
Yoshi era un buen hombre, tal vez demasiado según su esposa. Entendía lo que era el trabajo en equipo y en seguida trató de aprovechar la voluntad del pelado pero su mujer le decía que no. Si no le funcionaba la telepatía un buen codazo haría el trabajo, un codazo que Karamaru no se perdería.
Se hablaba de un ritual, algo común en ese pueblo donde se celebraba a los muertos. El monje supuso que era algo parecido a lo que realizaban en su templo. Según tu forma de vida y tu personalidad uno reencarnaba en cierto animal tras pasar por la vida humana, y claramente eso no era motivo de tristeza. Finalmente podrías estar en un cuerpo que se adapte a la personalidad de uno y que sus verdaderos instintos encajen con los deseos y pensamientos del muerto. El pelado había participado pocas veces en algunas celebraciones de ese estilo dentro de su templo, no era algo así como un festejo, si no más bien un simple homenaje al caído.
«Pero claramente no quieren que ayuden. Supongo que las mujeres siempre encuentran sus maneras....»
Y así era, Karamaru no podía hacer mucho más que esperar. Esperar a esas personas que todavía no se encontraban en el lugar, seguían durmiendo en la habitación de arriba. Una mujer conocida y un hombre que solo se daba a conocer por su nombre.
Supongo que esperaré aquí Yoshi. Si me puedes traer un té chiquito estaré agradecido.
Dio media vuelta y tomó asiento en una mesa cercana a la puerta. Dejó su sombrero de paja sobre la mesa y se acurrucó bajo su túnica negra que retenía su calor corporal. Por suerte Karamaru estaba acostumbrado a entrenar en climas adversos y sufría menos los cambios de temperatura, pero todavía no llegaba a semejante habilidad como para dejar pasar desapercibido el frío que en ese momento helaba cada cuerpo del pueblo.
«Tampoco sé si puedo llamarlos amigos...»
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
Minutos más tarde, Karamaru recibió su taza de té, humeante.
—Aquí tienes, Karamaru —dijo, sonriente—. Voy a estar en la cocina, echando una mano a las mujeres. Cualquier cosa me avisas, ¿eh? —comentó, mientras regresaba a la barra y desaparecía tras la puerta.
***
—En dos años entonces… O antes según cuanto crezcas ¿Te parece?
—¡C-claro! —exclamó, rojo por la vergüenza. Eso de pactar una fecha para poder tener relaciones le resultaba, cuanto menos, bochornoso. Además, tenía la sensación de que el paso de esos dos años se le harían eternos. Dos años… Joder, y porque le dije que tenía dos años más de los que tengo. Si es que una buena mentira a tiempo…—. ¡Estupendo! —añadió, echándose a un lado y poniendo la planta de los pies sobre el suelo—. Bueno, pues yo… —¿Qué podía decir en un momento como aquel?—. Voy a ir bajando. Me preocupa el tema del asesino —dijo, con voz sombría.
A aquellas alturas, el asesino le importaba un carajo. Pero ahora que había conquistado a Noemi, y todavía no sabía muy bien cómo, lo vital era no cagarla y hacer que no perdiese interés en él. Mostrarse como un chico interesado en la Aldea y en el bienestar de los pueblerinos ayudaría, seguramente, pese a que esa preocupación no se asemejase mucho con sus preocupaciones reales.
Datsue paseó la mirada por toda la estancia. Su ropa estaba tirada aquí y allá, como si hubiese pasado un huracán por el interior de la habitación. Oh, ya me acuerdo… Eso fue por emocionarme demasiado.
No sin cierta vergüenza de que le viesen en calzoncillos a plena luz del día, trató de hacer como si no le importase y caminó hasta la camisa que tenía tirada en una esquina. Todavía de espaldas a Noemi, y sin atreverse a darse la vuelta por cierto motivo, caminó lo más disimuladamente de lado hasta llegar a la yukata, que reposaba en el suelo junto a la puerta.
No fue hasta que consiguió vestirse completamente que se atrevió a darse la vuelta, buscando con la mirada a Noemi…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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Una sonrisa se le dibujó en el rostro al escucharle la respuesta y la verdad que por un instante estuvo por atraparle entre sus brazos y estrujarlo contra sus pechos como bien sabía que a él le gustaba pero se contuvo y le dejó retirarse a buscar su ropa, supuestamente para terminar el asunto del asesino que los tenía allí dando vueltas.
—Bien entonces. —Respondió alegre en lo que se sentaba sobre el colchón para buscar con la mirada su ropa, ignorando totalmente las pintas de Datsue que solo le servían para golpearle de lleno la moral.
No tardó demasiado en localizar todas sus prendas, a un lado de la cama, algo desorganizadas pero allí estaban todas por suerte, no tendría que pasearse por toda la habitación como tenía que hacer el Uchiha. Puede que haya tardado un poco de más en comparación con el chico pero era porque necesitaba dedicarle más atención de la usual siendo que toda su ropa iba ajustada a su cuerpo.
Para cuando el chico se dio vuelta a mirarle ella apenas si se había puesto el pantalón de redecillas y el short deportivo, seguía descalza y sin la playera con su atención centrada en el busto el cual acomodaba bien dentro del sostén asegurándose de no mostrar nada de más. —¿Ya estás? —Consultó despreocupada terminando sus asuntos con la ropa interior para luego echarse encima la playera y repetir el proceso de acomodarse los senos para evitarse molestias.
Los brazaletes que usualmente llevaba consigo nunca ofrecieron resistencia así que en un instante se los puso y finalmente acomodó el portaobjetos y la katana en sus lugares. Pero no estaba lista, no sin antes peinarse aunque sea un poco.
—Si quieres ve bajando, yo en unos minutos iré. —Dijo al fin tomando el cepillo que guardaba en su portaobjetos para comenzar a peinar su dorada y brillosa cabellera para justamente dejarla impecable, tras dormir obviamente se había revuelto un poco pero enseguida lo solucionaría.
Calentito aunque sin su túnica de abrigo negra Karamaru se encontraba en una de las mesas cercanas a la barra y a la escalera. Recibió con un cálido ¡Gracias! a la entrega del té por parte de Yoshi y pocos segundos después lo vio perderse tras la puerta detrás del mostrador.
Ahora el calvo estaba solo y aburrido sin saber que hacer. Tenía que esperar a los dos de Taki pero... ¿Y si tardaban mucho? ¿Y si no venían nunca? Solo quedaba tomar un desafío más: Ser paciente. Practicar su calma y paciencia, como ya lo había hecho muchas veces. Tenía sus dos manos sosteniendo el pequeño recipiente donde estaba su bebida, para mantener sus palmas calientes y cada unos minutos giraba su cabeza y dirigía su mirada hacía la cima de las escaleras.
«Na na na na na NA na na na na na na NA na na.....»
Al compás del movimiento de la cabeza y segundos después del golpeteo de sus dedos contra la mesa y el sube y baja de su pie, tarareaba para sus adentros canciones sin sentido solo para matar el tiempo y esperar a que Noemi cayera con su novio sorpresa.
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-Maestro Yoda.
—Si quieres ve bajando, yo en unos minutos iré —le dijo Noemi, mientras cogía un peine y empezaba a acicalarse el pelo.
Datsue la miró, extrañado. Para él ya tenía el cabello perfecto. Mujeres, acabó por concluir.
—Vale, nos vemos —le guiñó un ojo, como estaba convencido que Genji Monogatari hubiese hecho, y lo primero que hizo fue buscar su habitación. Recogió el portaobjetos que había dejado en ella y se lo colocó en la espalda, como acostumbraba a hacer. Luego sacó la bandana ninja—. Hmm… Veamos. ¿Dónde se supone que debo ponerte, amiguito?
Si a algo no estaba acostumbrado Datsue, eso era a llevar su bandana ninja puesta. Pero teniendo en cuenta que iba a actuar como shinobi interrogando a los habitantes del pueblo, tenerla a la vista le otorgaría una imagen de mayor confianza. O eso, al menos, esperaba él.
Se la echó sobre el hombro, todavía indeciso sobre el lugar idóneo, y bajó las escaleras con una sonrisa dibujada en el rostro. Había dormido con la mujer más bella de toda Takigakure, y eso, cuanto menos, era para estar contento. Estaba feliz. Y quería que el mundo lo supiese. Quería restregárselo en la cara, más bien.
—¡Buenos días! —exclamó Datsue nada más bajar por las escaleras. Sólo Karamaru estaba para recibirlo. Yoshi apareció instantes después, tras la puerta que había tras la barra.
—¡Buenos días, Datsue! ¿Has dormido bien? ¿Quieres que te prepare algo para desayunar?
—¡Por supuesto! —afirmó el Uchiha—. ¡Dormiría bien hasta en un lecho de piedras y tojos! —exclamó, riéndose. Yoshi hizo una mueca de desconcierto, como si no supiese si tomarse aquello como un cumplido o una crítica—. Y sí, ponme un zumo de naranja. Y unas tostadas con salmón, si hay. Si no de mermelada. Y una taza de leche con chocolate, ya que estamos.
—Vaya, eres de buen comer por las mañanas, ¿eh? ¡Así me gusta! ¡Marchando ese pedido!
Datsue tomó asiento en una de las mesas cercanas a Karamaru y le miró.
—Tú debes de ser Karamaru, ¿me equivoco?
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Sin muchos más preámbulos Datsue abandonó la habitación brindándole un momento de privacidad a la kunoichi que no hacía más que cepillar su impecable melena, supuestamente para dejarla perfectamente impecable aunque siendo realistas con solo un par de pasadas ya había quedado perfecta nuevamente pero su necesidad de brindarle atención a su cabello jugaba un papel sumamente importante aquí.
~Papá ya no podrá criticarme. ~Decía con gran satisfacción en su propia mente sin dejar su tarea autoimpuesta.
Poco después de esto ya se sintió preparada para salir una vez más, una verdadera suerte que no haya pasado nada aquella noche o tendría que aguantarse la vergüenza de aparecerse medio coja por la posada a causa de lo que el Uchiha probablemente le habría hecho de haber tenido la posibilidad.
Tras asegurarse de que todo estuviese en su lugar, es decir portaobjetos, katana, bandana y obviamente su ropa, la kunoichi salió asegurándose de dejar la puerta cerrada con llave y esta última terminó en el portaobjetos, total, seguramente terminaría pasando una segunda noche en aquella habitación.
Si nada la detenía por el camino, Noemi se dirigiría al salón principal de la posada y de allí directa a la mesa donde su compañero de villa se había sentado para hacerle compañía aunque pudo notar que curiosamente estaba cerca del ‘calvo molesto’. Suficiente para borrarle aquella alegre sonrisita del rostro a la rubia que terminó por esconderse en las escaleras mientras los dos tenían su charla.
~Probablemente no tenga importancia. ~Se dijo a si misma pero quería satisfacer esa curiosidad suya por saber qué tipo de charla iban a tener esos dos.
7/06/2016, 22:06 (Última modificación: 8/06/2016, 02:20 por Karamaru.)
«na na na na na NA na na NA NA na na na N....
Sus entretenidos cánticos interiores se cortaron bruscamente y Karamaru afinó todos sus sentidos. "Clap, Clap, Clap" era lo que escuchaba y con un leve levantamiento de su mirada pudo ver los pies de alguien bajando las escaleras. ¿Era él? Pocos segundos después lo comprobaría.
Llevaba una vestimenta azul, una yukata azul para ser específicos. Pero como era normal el calvo no se fijaba en su ropa si no en su rostro. Una melena negra, aunque algo corta para llamarse una completa melena, acompañaba unos rasgos finos y una cara para nada desagradable. Una cara que llevaba a un punto central que sorprendió a Karamaru: los ojos.
Eran profundos, negros y oscuros. Parecía una mirada sería y un poco incomodante depende de en que angulo se mirasen pero por sobretodo eran, profundos. Pasó por su lado y devolvió su saludo con un simple movimiento de la cabeza.
Si que le gusta desayunar potente a este tal Datsue...
Doble bebida y unas cuantas tostadas de gustos diferentes eran el primer plato del día para el shinobi de Taki. Para el calvo, solo era su simple y común té.
Pero por suerte no se hizo demorar. Apenas terminó el pedido se acercó a una mesa cercana a la del monje y comenzó la conversación.
Tú debes de ser Karamaru, ¿me equivoco?
Parece que al fin nos encontramos. Y estas en lo correcto, soy Karamaru del clan Habaki de Amegakure- el cenobita le estiró su mano derecha para darse un saludo de manos inclinando un poco su silla- ¿Datsue, verdad? Eres el novio de Noemi.
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Me senté en la mesa más cercana, no en tu mesa Karamaru xD Por cierto, me fijé que en un post llamé a Yoshi Okura xDDD Se me fue la pinza, ya lo edité
—Parece que al fin nos encontramos. Y estas en lo correcto, soy Karamaru del clan Habaki de Amegakure.
Datsue se inclinó hacia él para salvar la distancia entre silla y silla y le estrechó la mano, clavando su mirada en los ojos ambarinos del shinobi. Era curioso que alguien tan joven se rapase la cabeza al cero. ¿O era que quizá, simplemente, era calvo?
—¿Datsue, verdad? Eres el novio de Noemi.
Aquella repentina afirmación le pilló por sorpresa. ¿Cómo había llegado a semejante conclusión? ¿Acaso le había visto la noche anterior semidesnudo, cuando había ido a hablar con Noemi? Juraría que no me vio…
—Eso no es asunto tuyo —respondió, tajante. No es que le molestase que se le relacionase con Noemi. Al contrario, quería restregárselo por la cara a cada shinobi de su aldea. Pero que un extranjero se lo dijese tan de sopetón, con tantas confianzas y tras conocerse en aquel mismo instante, le producía una ligera irritación. No sabía por qué—. Oh, ya veo… —Sonrió—. Era una pregunta trampa, ¿verdad? —Ahora lo entendía todo—. Era para averiguar de manera indirecta si Noemi estaba libre… Te interesa, ¿eh? —Qué pregunta más tonta. ¿Cómo no le va a interesar?—. Pues tendrás que correr el riesgo de preguntárselo a ella, Karamaru. Mis labios están sellados.
Apenas pronunciadas aquellas palabras, Yoshi trajo consigo el zumo de naranja que había pedido.
—Ahora te traigo el resto —dijo, esbozando una sonrisa amable.
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Con la poca gente que había en la posada Noemi tenía sencillo el escuchar la conversación entre aquellos dos, tenía demasiada curiosidad por saber qué tipo de cosas podrían llegar a estar hablando o mismo si iban a comentar algo negativo de ella. Después de todo tiene sabido que en general los hombres suelen contarse todo respecto de chicas y tal. ~O tal vez Datsue se ponga a presumir que durmió conmigo. ~Pensó con una ligera sonrisita de satisfacción en el rostro mientras se asomaba ligeramente para verificar que ambos siguieran allí.
De cualquier manera el calvo dio a entender que de algo lo identificaba al otro, con un comentario que hizo que la rubia se retorciera un poco en su lugar y hasta se ruborizara. ~¿Novia? ~Repitió aunque su expresión era más de placer que cualquier otra cosa pero por suerte no emitió ningún sonido.
Lo importante a final de cuentas era la respuesta del Uchiha que casi podría compararse con un puñal al corazón de la rubia. Esa casi negativa tan seca y fría le borró casi al instante la sonrisita y la obligó a asomarse con una mirada casi lastimosa. ~Pero… ~
¡Aún había más! Datsue no paraba de darle a la labia y seguía golpeando a la rubia indirectamente hasta el punto en que simplemente se levantó y con pies de plomo se devolvió a su habitación, irradiando una deprimente aura digna de un entierro y… ¡Oh sorpresa! Justo habían llegado el día en que hubo un asesinato y por ende su nuevo estado de ánimo pegaba perfectamente.
—Habíamos quedado que si… —Susurró para sí misma cerrando la puerta con llave en lo que se echaba boca abajo sobre su cama.
No me preguntes cómo llegué a deformar la oración, pero bueno, por lo menos no era algo más grave. No se..... como sentarse en la misma silla xD
La pregunta de no tanta inocencia del calvo caló como si fuese actuado. Tenía que ser un poco más inteligente que otras veces y tantear un poco a su acompañante para no causar una mala impresión, como ya había hecho tantas otras veces. Karamaru no tenía idea de la relación entre los dos de Taki, pero el saberla podía facilitar el hablar sobre Noemi o el hecho de que Datsue se encontrara en ese lugar.
Tranquilo- respondió con una pequeña y pícara sonrisa ante la molesta negación del shinobi- Si actualmente estoy pensando en alguna mujer quedate completamente seguro que no es ella.
Aunque no se puede negar que es linda ¿Verdad? O por lo menos vos pensas eso ¿No?
El calvo solo preguntaba por suposición, no tenía tanta seguridad cómo para decir eso pero tenía que ver que cariño le tenía él a ella. Por la respuesta tajante podía haber dos hechos: que la quisiera o que se hayan peleado. Cualquier tipo de información le serviría al monje. Dejo unos segundos con el silencio en el aire para esperar una respuesta y prosiguió.
Aunque igualmente, no son temas míos. Lo importante es que estas aquí, podrías ser de ayuda, podrías ser el nexo que necesitamos. Tuvimos algunos proble....
Sus palabras fueron interrumpidas por la llegada del barbudo y su entrega del jugo de naranja. Yoshi le dirijió una corta mirada a Karamaru que, sin saber porqué lo hacía, simplemente lo miró.
¿Por qué no me acompañas? Vente a la mesa.
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—Tranquilo, si actualmente estoy pensando en alguna mujer quedate completamente seguro que no es ella.
No, si tranquilo ya estoy.
—Aunque no se puede negar que es linda ¿Verdad? O por lo menos vos pensas eso ¿No?
Datsue no pudo evitar esbozar una sonrisa.
—Hombre, Karamaru… ¿Quién no lo pensaría? Está buenísima. De cara, de cuerpo… ¡Si es que lo tiene todo! Y, ya que lo mencionas, la verdad es que haríamos buena pareja, ¿no crees? Aunque hay cierta diferencia de edad. Ella tiene diecisiete, y yo… ¿Cuántos me echas? —preguntó, interesado en conocer la edad que aparentaba. Pese a que la mentira había colado con Noemi, quizá no lo haría con el resto.
Tras aquella amena charla, Karamaru sugirió que Datsue podría actuar de nexo entre él y Noemi. Pobre, se pensaba que el Uchiha era un chico amable y simpático. Ya le sacaría de su error.
¿Por qué no me acompañas? —preguntó a Yoshi, cuando le acercó el zumo a Datsue. El Uchiha aprovechó para bebérselo de tres largos tragos—. Vente a la mesa.
—Bueno, lo cierto es que me necesitan en la cocina, pero… —se inclinó hacia Karamaru y bajó la voz—. Es para que os ayude a montar teorías y analizar las pistas, ¿no es cierto? —preguntó, con la sonrisa de un niño ilusionado—. En ese caso, ¿cómo negarme? Tres cabezas piensan mejor que dos, ¿eh? Y en mis tiempos fui un buen detective, aunque no lo creáis —añadió con un brillo en sus ojos—. Logré descubrir al tipo que siempre me dejaba los baños hechos un asco. ¡Menudo sinvergüenza estaba hecho! —exclamó, estallando en carcajadas—. Voy a por las tostadas y os acompaño, chicos.
Datsue lo vio alejarse con una ceja levantada y una mueca dibujada en su rostro, a medio camino entre la incomprensión más absoluta y el simple rechazo. Sin embargo, la idea de Karamaru no era mala. Como buen dueño de taberna, aquel hombre debía de saberse todos los chismes del pueblo. No podían tener mejor colaborador. O eso, al menos, creía Datsue.
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Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Las ilusiones de la kunoichi de Taki se habían resquebrajado de la noche a la mañana, pensó que el chico habría aceptado absolutamente todos los términos y condiciones que a decir verdad no eran demasiados pero a final de cuentas se había equivocado. ~Ha de haberlo dicho para que no diera más vueltas. ~Supuso mientras se revolvía sobre el colchón como si estuviese dispuesta a dormir nuevamente.
Pero no, tenía trabajo por hacer y si su propio compañero era de ese tipo de persona más le valía no fiarse demasiado y poner manos a la obra por sus propios medios. Fue allí cuando la mirada de la rubia se centró en la ventana. —De paso podría sacarme algunos méritos para que Yubiwa me recomiende en el próximo examen. —Susurró para sí misma con los ojos centrados en la ventana que permanecía cerrada, aunque seguramente sería cómico imaginarse a una chica abrazada a una almohada resolviendo un caso de homicidio como el que tenían allí en ese pueblucho.
Con o sin compañeros, Noemi terminó por abrir la dichosa ventana y salió sin mucho más por allí ignorando totalmente el frío. —Se supone que tendría que ir en línea recta, aunque con el asunto del funeral… —Decía para sí misma mientras se las arreglaba para cerrar la ventana mostrándose incapaz de pegarse a las paredes como un ninja debería.
De cualquier manera, logró su cometido y se dejó caer sin más sobre la blanca y helada nieve que por obvios motivos de consistencia terminaron por amortiguar totalmente la caída de la fémina aunque le provocó un potente escalofrío que la recorrió de pies a cabeza. Pero nada que no pudiera manejar abrazándose a sí misma.
Sin más tiempo que perder, la chica se dirigió en línea recta donde teóricamente se ubicaba la casa del tal Ryoma, después de todo frente a esta se suponía que estaba la dichosa casa de la viuda. ~Con un poco de suerte también encuentro al ebrio. ~Se dijo a si misma con una mirada llena de determinación aunque nada le aseguraba que pudiera llegar a conseguir lo que buscaba.
Karamaru no supo como reaccionar a la sonrisa del shinobi de Taki y lo único que podía esperar una respuesta acorde a ella. Y sí que la tuvo. Lejos de ocultar sus sentimientos y gustos Datsue soltó sus palabras sin pelos en la lengua. Tres preguntas dejaba a responder al calvo que con gusto y simpatía lo haría.
Primero, sí, es linda. En eso coincidimos, pero de nuevo, no ando buscando nada con ella.
Por otro lado, yo creo que tienes unos... ¿12 o 13 años? Supongo que andarás por ese rango y si no me equivoco Noemi es unos años mayor ¿Verdad? Tampoco es que los conozca mucho, pero podrían llegar a ser buena pareja.... como también podría ser que no....
Esta vez Karamaru era el que soltaba la pequeña sonrisa. Dio un sorbo al té y poco después se acercó el barbudo.
[sub=gold]¿Por qué no me acompañas? Vente a la mesa.[/color]
«¿Detective? Si yo le preguntaba para hablar y reírnos un rato, de alguna manera tenemos que esperar a Noemi. ¿Que se le va a hacer?
Se alejó Yoshi y los dos shinobis volvían a su solitaria conversación. No tenía sentido seguir en mesas diferentes y si se juntaban podrían hablar un poco más cómodos.
¿Que te trae por aquí Datsue?- mientras preguntaba Karamaru tomó su taza vacía, se levantó y se acercó a la otra mesa- ¿Te molesta si te acompaño?
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-Maestro Yoda.
19/06/2016, 22:46 (Última modificación: 19/06/2016, 22:51 por Uchiha Datsue.)
—Primero, sí, es linda. En eso coincidimos, pero de nuevo, no ando buscando nada con ella. Por otro lado, yo creo que tienes unos... ¿12 o 13 años? Supongo que andarás por ese rango y si no me equivoco Noemi es unos años mayor ¿Verdad? Tampoco es que los conozca mucho, pero podrían llegar a ser buena pareja.... como también podría ser que no....
Podría ser que sí, pero también que no… Joder, Karamaru, eres el rey de la diplomacia. Lo dices todo y no dices nada al mismo tiempo. ¡Gracias!
—¿Que te trae por aquí Datsue?— mientras preguntaba Karamaru tomó su taza vacía, se levantó y se acercó a la otra mesa—. ¿Te molesta si te acompaño?
—Para nada, adelante —la mueca avinagrada que esbozó Datsue parecía indicar lo contrario. Sin embargo, se esforzó para que nada le arruinase el día. ¡Había dormido con una de las mujeres más bellas de toda Takigakure, ni más ni menos! ¡Abrazados! Una chica a la que, además, parecía sobrarle el dinero. No iba a permitir que nadie le amargase el día, ni siquiera el propio Karamaru—. Y estoy de paso. Me dirijo a Shinogi-to.
»¿Y a ti? ¿Qué te trae tan lejos de Amegakure? —preguntó, mitad por educación mitad por la esperanza de oír una buena historia.
...
Noemi llegó sin problemas al sitio que buscaba, sin sufrir los vientos huracanados de la noche anterior. El frío, sin embargo, seguía siendo el mismo. De esos que llegaban hasta los huesos y secaban los labios.
La casa que buscaba estaba justo en frente a la de Ryoma. Se veía más grande al de la víctima, de dos pisos y con un pequeño establo a uno de sus lados. En una de las ventanas del segundo piso se lograba discernir el asomo de una sombra, incluso de una mirada…
… Pero entonces las cortinas parecieron cerrarse, y ya no se vio movimiento alguno.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
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