7/07/2016, 17:12
Eri se acercó a ambos, y fafullando unas cuantas palabras, terminó por demostrarles su cariño. Los tres se fundieron en un abrazo que inauguró la peliazul y que mantuvieron durante unos segundos. Juro sonrió, feliz. El contacto cercano le evoco recuerdos anteriores, cuando todos eran mucho más felices.
Aunque les pareció corto, los tres terminaron por recobrar la compostura y separarse. Entonces llegó el momento de seguir hablando.
— Si tengo que contar qué tal me va, lo más justo es que vosotros también lo hagáis, ¿qué, hay trato?
— Sí, ¡claro! Así nos ponemos al día tu y yo, y conozco mejor a Juro, que nos acabamos de conocer.
— Claro... — murmuró, algo avergonzado por la repentina atención de los dos — Podemos ir yendo por aquí mismo.
Tomo una ruta al azar. Caminaron en dirección recta y luego giraron para la primera calle que pillo cerca. ¿Izquierda? Pues venga, total, era un paseo.
— Empezaré yo por contar que he estado haciendo... — murmuró Juro, viendo que la atención total había pasado a él en un momento — Después de... bueno, después de que pasase la primavera, me quede en casa un tiempo. Mi hermana Katsue casi nunca esta, es la única que hace misiones lo suficientemente sustancias para traer dinero a casa, pero aun tenía esperanzas de que me ayudase con el entrenamiento.
» Pero en lugar de eso llamó a otra persona. Una anciana que fue amiga de mi madre y que la entrenó, llamada Furui. La verdad es que llevo casi todo ese tiempo practicando con ella, he mejorado bastante en comparación a como era antes. ¡Sigo siendo un prodigio de los elementos, ahora sé uno más!
Juro sonrió, algo orgulloso. Imaginó que Eri se acordaría de que en la academia había sido considerado como un pequeño prodigio del ninjutsu por dominar dos elementos tan pronto. Pero ahora sabía tres. Por una vez, se sentía un poco más especial.
— Aparte no he hecho mucho más, la verdad. Furui era muy exigente, y casi no he salido de casa. Y cuando lo he hecho, no he visto a casi nadie. Llevo el año prácticamente aislado.
Aunque les pareció corto, los tres terminaron por recobrar la compostura y separarse. Entonces llegó el momento de seguir hablando.
— Si tengo que contar qué tal me va, lo más justo es que vosotros también lo hagáis, ¿qué, hay trato?
— Sí, ¡claro! Así nos ponemos al día tu y yo, y conozco mejor a Juro, que nos acabamos de conocer.
— Claro... — murmuró, algo avergonzado por la repentina atención de los dos — Podemos ir yendo por aquí mismo.
Tomo una ruta al azar. Caminaron en dirección recta y luego giraron para la primera calle que pillo cerca. ¿Izquierda? Pues venga, total, era un paseo.
— Empezaré yo por contar que he estado haciendo... — murmuró Juro, viendo que la atención total había pasado a él en un momento — Después de... bueno, después de que pasase la primavera, me quede en casa un tiempo. Mi hermana Katsue casi nunca esta, es la única que hace misiones lo suficientemente sustancias para traer dinero a casa, pero aun tenía esperanzas de que me ayudase con el entrenamiento.
» Pero en lugar de eso llamó a otra persona. Una anciana que fue amiga de mi madre y que la entrenó, llamada Furui. La verdad es que llevo casi todo ese tiempo practicando con ella, he mejorado bastante en comparación a como era antes. ¡Sigo siendo un prodigio de los elementos, ahora sé uno más!
Juro sonrió, algo orgulloso. Imaginó que Eri se acordaría de que en la academia había sido considerado como un pequeño prodigio del ninjutsu por dominar dos elementos tan pronto. Pero ahora sabía tres. Por una vez, se sentía un poco más especial.
— Aparte no he hecho mucho más, la verdad. Furui era muy exigente, y casi no he salido de casa. Y cuando lo he hecho, no he visto a casi nadie. Llevo el año prácticamente aislado.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60