10/07/2016, 21:01
Kazuma decidió aceptar la invitación de la anciana, que tan alegremente le había recibido. Ambos entraron por la puerta y fueron al salón, dejando solos a Nabi y a Juro mientras limpiaban.
—Gracias por recibirme, señora —fue lo primero que dijo con su tono más cordial—. Como ya le había dicho; Soy parte de un grupo al cual se le encargó la limpieza de ciertas casas que fueron blancos del vandalismo.
— Eso esta muy bien... — comentó la anciana, con una dulce sonrisa.
»Dando fe del respeto al albedrío de los ciudadanos, le pregunto ¿Tenemos su permiso para proceder a eliminar el dibujo en su fachada? —dijo firme—. También, y si así lo prefiere, podemos retirarnos y dejar el asunto en sus manos.
— Oh,no, claro que podéis limpiarlo. Hijo, a mi edad es imposible hacer trabajos como esos — comentó, reposando en el sofá — Con decirte que casi me falla la cadera cuando fui al edificio de la Uzukage para denunciar a aquel malnacido que pille pintando mi ventana...
Aunque no pudo localizar el reloj, se escuchaba un insoportable golpe de cuerda continuo. Siempre de la misma forma. Tic-Tac. Tic-Tac.
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Mientras, tanto Nabi como Juro continuarían su trabajo. Nabi limpiaba con gran esfuerzo y motivación la lápida de la mujer, mientras Juro limpiaba la del hombre.
Observó a su compañero, indeciso. No sabía nada de él, nada de Uchiha Nabi. Lo único que había averiguado de él era que le gustaba cumplir su trabajo, y el silencio. Y hablar podría verse como una ofensa al menos a una de ambas. Pero tampoco sabía cuanto tardaría Kazuma en terminar su trabajo.
Pegado desde la pared con chakra, supo que se le iba a hacer interminable. Sus brazos, demasiado cortos para su gusto, tenían algunos problemas para manejar bien los utilensilios. Y el aburrimiento colaboraba con el cansancio de forma demasiado eficiente. Que diablos, iba a intentar decir algo. Por intentar no iba a matarle.
— Estos grafitis son bastante concretos... —no supo hacer alusión al tema de otra forma. No eran insultos tontos elegidos al azar ni palabrería. Parecían insultos fundamentados, justamente hacia esas personas. No era casualidad que estuvieran en sus casas — ¿Crees que un grupo de niños ha podido hacer algo así?
—Gracias por recibirme, señora —fue lo primero que dijo con su tono más cordial—. Como ya le había dicho; Soy parte de un grupo al cual se le encargó la limpieza de ciertas casas que fueron blancos del vandalismo.
— Eso esta muy bien... — comentó la anciana, con una dulce sonrisa.
»Dando fe del respeto al albedrío de los ciudadanos, le pregunto ¿Tenemos su permiso para proceder a eliminar el dibujo en su fachada? —dijo firme—. También, y si así lo prefiere, podemos retirarnos y dejar el asunto en sus manos.
— Oh,no, claro que podéis limpiarlo. Hijo, a mi edad es imposible hacer trabajos como esos — comentó, reposando en el sofá — Con decirte que casi me falla la cadera cuando fui al edificio de la Uzukage para denunciar a aquel malnacido que pille pintando mi ventana...
Aunque no pudo localizar el reloj, se escuchaba un insoportable golpe de cuerda continuo. Siempre de la misma forma. Tic-Tac. Tic-Tac.
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Mientras, tanto Nabi como Juro continuarían su trabajo. Nabi limpiaba con gran esfuerzo y motivación la lápida de la mujer, mientras Juro limpiaba la del hombre.
Observó a su compañero, indeciso. No sabía nada de él, nada de Uchiha Nabi. Lo único que había averiguado de él era que le gustaba cumplir su trabajo, y el silencio. Y hablar podría verse como una ofensa al menos a una de ambas. Pero tampoco sabía cuanto tardaría Kazuma en terminar su trabajo.
Pegado desde la pared con chakra, supo que se le iba a hacer interminable. Sus brazos, demasiado cortos para su gusto, tenían algunos problemas para manejar bien los utilensilios. Y el aburrimiento colaboraba con el cansancio de forma demasiado eficiente. Que diablos, iba a intentar decir algo. Por intentar no iba a matarle.
— Estos grafitis son bastante concretos... —no supo hacer alusión al tema de otra forma. No eran insultos tontos elegidos al azar ni palabrería. Parecían insultos fundamentados, justamente hacia esas personas. No era casualidad que estuvieran en sus casas — ¿Crees que un grupo de niños ha podido hacer algo así?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60