20/07/2016, 16:44
—Espera un momento, hombre. Que poca paciencia tenéis los jóvenes... —se quejó la anciana, tratando de espabilarse—. Las viejas desvariamos mucho, solo hace falta decírnoslo...
Kazuma no pudo evitar sentirse un poco avergonzado, pues para la señora fue completamente obvio su intento de huida. Aunque, ahora por lo menos parecía más dispuesta a contarle lo que sabía y no a relatarle la historia de su vida. Eso era un pequeño avance.
Le contó como aquel bribón había llegado en medio de la noche, y como iba cubierto de ropajes negros que ocultaban su identidad. Lo único que destacaba y era visible a la luz del porche era que se trataba de alguien bajito. «Bajito, ropas negras y al parecer, solo…» No era mucho. De hecho, era bastante poco, pero una pista pequeña era mejor que nada.
»Menudo sinvergüenza. Espero que lo detengan pronto, señor ninja... —dijo, llena de rabia— Burlarse así de mi difunto marido y de mi... No puedo creerlo. Él era tan bueno con todos. Todos los días cuando iba a trabajar les daba caramelos a los niños que pasaban. Y eso que el dinero no nos sobraba. Anda que no recuerdo regañarle veces y veces. Le decía que malgastaba su tiempo y nuestro dinero. Si él pudiese ver esto ahora...
Sentía un poco de pena por aquella señora, pues parecía el tipo de persona que únicamente deseaba vivir sus últimos días en paz.
—Otras personas también han sido víctimas de este irrespeto, señora —ciertamente, ella no era la única afectada—.Se que como promesa no es mucho, pero; Mi equipo y yo haremos lo posible para que aquel vándalo reciba el castigo que merece.
Sin más nada que tratar con aquella señora, el Ishimura procedió a caminar hasta la puerta de la casa. Ya había recolectado toda la información que le fue posible. Ahora solo quedaba regresar a donde estaban sus compañeros, a ver si aún quedaba algo en lo que ayudar.
Kazuma no pudo evitar sentirse un poco avergonzado, pues para la señora fue completamente obvio su intento de huida. Aunque, ahora por lo menos parecía más dispuesta a contarle lo que sabía y no a relatarle la historia de su vida. Eso era un pequeño avance.
Le contó como aquel bribón había llegado en medio de la noche, y como iba cubierto de ropajes negros que ocultaban su identidad. Lo único que destacaba y era visible a la luz del porche era que se trataba de alguien bajito. «Bajito, ropas negras y al parecer, solo…» No era mucho. De hecho, era bastante poco, pero una pista pequeña era mejor que nada.
»Menudo sinvergüenza. Espero que lo detengan pronto, señor ninja... —dijo, llena de rabia— Burlarse así de mi difunto marido y de mi... No puedo creerlo. Él era tan bueno con todos. Todos los días cuando iba a trabajar les daba caramelos a los niños que pasaban. Y eso que el dinero no nos sobraba. Anda que no recuerdo regañarle veces y veces. Le decía que malgastaba su tiempo y nuestro dinero. Si él pudiese ver esto ahora...
Sentía un poco de pena por aquella señora, pues parecía el tipo de persona que únicamente deseaba vivir sus últimos días en paz.
—Otras personas también han sido víctimas de este irrespeto, señora —ciertamente, ella no era la única afectada—.Se que como promesa no es mucho, pero; Mi equipo y yo haremos lo posible para que aquel vándalo reciba el castigo que merece.
Sin más nada que tratar con aquella señora, el Ishimura procedió a caminar hasta la puerta de la casa. Ya había recolectado toda la información que le fue posible. Ahora solo quedaba regresar a donde estaban sus compañeros, a ver si aún quedaba algo en lo que ayudar.