26/09/2016, 13:56
Ante las palabras del rastas, Juro pareció revolverse un poco, y rápidamente susprió hondamente.
— Si os arriesgais todos supongo que yo también... — dijo, mirando a Eri — Con las mismas condiciones. Pero claro, si Riko tiene ese problema y el huevo es muy importante, siempre podemos coger un plato normal y olvidar esto...
El ambiente era algo tenso, se estaba jugando mucho dinero allí, y no era algo muy común entre gente tan joven estar en un dilema en el que se pusiera en juego tal cantidad de capital, pero un día es un día, y un reto es un reto, y no pensaba echarse para atrás, siempre y cuando no hubiera ningún problema con su alergia.
— ¡No te preocupes, hijo! — Exclamó el dueño mirando a Riko con una sonrisa. — Contigo podemos hacer una excepción, ¡nada de huevo! Además, tenemos unos fideos especiales para eso. — Alegó mientras viajaba su mirada sobre los tres. — Entonces, ¿os pongo tres?
A Riko se le iluminó la cara, aunque para ser honestos era algo muy común por lo que la mayoría de restaurantes disponían de alimentos adecuados para personas con intolerancia al huevo.
— ¡Claro! Yo por mí me apunto, y si no podemos, pago yo, a la próxima ya pagará Riko. — Sugirió guiñándole un ojo. — Venga, que podemos hacerlo. — Alegó, sentándose en uno de los taburetes libres, mientras que los demás clientes terminaban sus boles y se despedían del jefe.
Riko miró a la peliazul, algo apurado, pero no pensaba discutir sobre aquello, por lo que, rápidamente, sonrió y asintió, dando a entender que aceptaba las condiciones de su compañera de villa, y acto seguido miró a Juro, que era el que había estado mas dubitativo, esperando una respuesta.
— ¡Si incluso tenéis el local para vosotros solos! — Añadió el dueño con una sonrisa.
El moreno miró a su alrededor y comprobó como los clientes que se encontraban allñi a su llegada se habían levantado y se iban a la vez que Eri se sentaba, y se apresuró a acompañarla en la mesa.
— Venga chicos, que podemos con ello, ¿eh? — Animó el rastas a sus compañeros. — Cuanto más rápido comáis, más comida os entra en el estómago. — Afirmó levantando el pulgar de su mano derecha, aunque realmente no estaba seguro de que esto fuera verdad, pero lo había escuchado toda su vida.
— Si os arriesgais todos supongo que yo también... — dijo, mirando a Eri — Con las mismas condiciones. Pero claro, si Riko tiene ese problema y el huevo es muy importante, siempre podemos coger un plato normal y olvidar esto...
El ambiente era algo tenso, se estaba jugando mucho dinero allí, y no era algo muy común entre gente tan joven estar en un dilema en el que se pusiera en juego tal cantidad de capital, pero un día es un día, y un reto es un reto, y no pensaba echarse para atrás, siempre y cuando no hubiera ningún problema con su alergia.
— ¡No te preocupes, hijo! — Exclamó el dueño mirando a Riko con una sonrisa. — Contigo podemos hacer una excepción, ¡nada de huevo! Además, tenemos unos fideos especiales para eso. — Alegó mientras viajaba su mirada sobre los tres. — Entonces, ¿os pongo tres?
A Riko se le iluminó la cara, aunque para ser honestos era algo muy común por lo que la mayoría de restaurantes disponían de alimentos adecuados para personas con intolerancia al huevo.
— ¡Claro! Yo por mí me apunto, y si no podemos, pago yo, a la próxima ya pagará Riko. — Sugirió guiñándole un ojo. — Venga, que podemos hacerlo. — Alegó, sentándose en uno de los taburetes libres, mientras que los demás clientes terminaban sus boles y se despedían del jefe.
Riko miró a la peliazul, algo apurado, pero no pensaba discutir sobre aquello, por lo que, rápidamente, sonrió y asintió, dando a entender que aceptaba las condiciones de su compañera de villa, y acto seguido miró a Juro, que era el que había estado mas dubitativo, esperando una respuesta.
— ¡Si incluso tenéis el local para vosotros solos! — Añadió el dueño con una sonrisa.
El moreno miró a su alrededor y comprobó como los clientes que se encontraban allñi a su llegada se habían levantado y se iban a la vez que Eri se sentaba, y se apresuró a acompañarla en la mesa.
— Venga chicos, que podemos con ello, ¿eh? — Animó el rastas a sus compañeros. — Cuanto más rápido comáis, más comida os entra en el estómago. — Afirmó levantando el pulgar de su mano derecha, aunque realmente no estaba seguro de que esto fuera verdad, pero lo había escuchado toda su vida.
![[Imagen: tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif]](https://78.media.tumblr.com/ef716a7a224d02d15153150120153d79/tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif)
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