9/11/2016, 00:24
No pasó mucho tiempo hasta que los jóvenes genin llegaron al punto de partida, el edificio de la Uzukage, el lugar donde los ninjas recibían y entregaban sus misiones de cada día. Allí, en el puente de suelo marrón y barandillas rojas, se encontraba su sensei, la jōnin encargada de supervisar y dirigir el equipo.
«¿Tendrá mucho rato esperándonos?», se preguntó Kazuma, al ver su expresión inflexible.
Era difícil saber si estaba aburrida o impacientada, pues solo estaba parada sin hacer nada. Bien podía estar recostada sobre la balaustrada de madera, mientras observa las aguas revueltas que corrían en el foso bajo ella, un riachuelo cuyas aguas se arremolinaban imitando el símbolo que los ninjas de la espiral llevaban en su bandana, pero solo estaba allí, a la espera.
A pesar de lo nervioso que estaba, Kazuma se encontraba de primero en la marcha, por lo que tenía sentido que fuera el primero en hablar, o al menos en saludar.
—Buenas, Kureji-sensei —saludo, mientras se acercaba cargando con algunos instrumentos de limpieza—. Lamento la demora —dijo, por si la habían hecho esperar—, pero ya hemos cumplido con los objetivos de la misión.
Quiso decir que habían completado la misión, pero aquello no acababa hasta que Shiori escuchara el informe y certificara que ya podían dar todo por concluido. Solo entonces podrían descansar y recibir su remuneración monetaria.
«¿Tendrá mucho rato esperándonos?», se preguntó Kazuma, al ver su expresión inflexible.
Era difícil saber si estaba aburrida o impacientada, pues solo estaba parada sin hacer nada. Bien podía estar recostada sobre la balaustrada de madera, mientras observa las aguas revueltas que corrían en el foso bajo ella, un riachuelo cuyas aguas se arremolinaban imitando el símbolo que los ninjas de la espiral llevaban en su bandana, pero solo estaba allí, a la espera.
A pesar de lo nervioso que estaba, Kazuma se encontraba de primero en la marcha, por lo que tenía sentido que fuera el primero en hablar, o al menos en saludar.
—Buenas, Kureji-sensei —saludo, mientras se acercaba cargando con algunos instrumentos de limpieza—. Lamento la demora —dijo, por si la habían hecho esperar—, pero ya hemos cumplido con los objetivos de la misión.
Quiso decir que habían completado la misión, pero aquello no acababa hasta que Shiori escuchara el informe y certificara que ya podían dar todo por concluido. Solo entonces podrían descansar y recibir su remuneración monetaria.