13/01/2017, 23:24
Suéltale Nabi, parece que es el único que sabe como hacer que Eri vuelva a mover los brazos...
Aquel que había ingresado al final en aquella complicada situación parecía ser uno de los más sensatos de los tres de Uzu. O quizás a Mogura le gustaba el hecho de que lo defendiese en aquel momento, una especie de aliado temporal.
No intentes jugárnosla.
Advirtió el rubio en un intento de pedir amablemente que ayudase a su compañera. Seguidamente lo empujaría con la intención de acercarlo hacía la pelimorada de brazos paralizados, un trato de reyes, sin duda alguna.
Por favor...
Sin duda alguna aquel sapo era una criatura muy cruel. Pensar en el hecho de que la única persona que estuvo dispuesta a ayudarle fue la única que resulto dañada en todo el proceso...
Sentía a sus espaldas la mirada del sujeto de cabello dorado, probablemente estaba preocupado por su compañera.
Voy a comenzar, por favor no me interrumpan.
Dijo sin dejar de apreciar el liquido extraño que le había dejado el sapo a la muchacha en los brazos y parte del pecho, desde luego que no pensaba tocarlo directamente, lo último que necesitaba era quedar afectado él también por una mala práctica. Bajó la jaula de madera de su espalda y la colocó a un lado donde no molestase y seguidamente llevó una de sus manos al kit médico.
¿Reaccionarían mal los otros dos que acompañaban a la kunoichi en aquel momento? Mogura se mantuvo un par de segundos en el lugar con una de sus manos metida en el espacio ese para luego tomar un pequeño frasco con un liquido.
Aquel que había ingresado al final en aquella complicada situación parecía ser uno de los más sensatos de los tres de Uzu. O quizás a Mogura le gustaba el hecho de que lo defendiese en aquel momento, una especie de aliado temporal.
No intentes jugárnosla.
Advirtió el rubio en un intento de pedir amablemente que ayudase a su compañera. Seguidamente lo empujaría con la intención de acercarlo hacía la pelimorada de brazos paralizados, un trato de reyes, sin duda alguna.
Por favor...
Sin duda alguna aquel sapo era una criatura muy cruel. Pensar en el hecho de que la única persona que estuvo dispuesta a ayudarle fue la única que resulto dañada en todo el proceso...
Sentía a sus espaldas la mirada del sujeto de cabello dorado, probablemente estaba preocupado por su compañera.
Voy a comenzar, por favor no me interrumpan.
Dijo sin dejar de apreciar el liquido extraño que le había dejado el sapo a la muchacha en los brazos y parte del pecho, desde luego que no pensaba tocarlo directamente, lo último que necesitaba era quedar afectado él también por una mala práctica. Bajó la jaula de madera de su espalda y la colocó a un lado donde no molestase y seguidamente llevó una de sus manos al kit médico.
¿Reaccionarían mal los otros dos que acompañaban a la kunoichi en aquel momento? Mogura se mantuvo un par de segundos en el lugar con una de sus manos metida en el espacio ese para luego tomar un pequeño frasco con un liquido.
Hablo - Pienso