19/01/2017, 11:42
La chica contemplaba como el de la Lluvia se concentraba para pasar posteriormente a guiar su palma de la mano por las partes del cuerpo paralizadas, y así fue como la baba azul era absorbida por arte de medicina y líquidos que ella misma desconocía. Se recordó mentalmente leer unos cuantos libros sobre medicina cuando volviese a Uzushio mientras su pequeña recuperación comenzaba, hasta que toda la baba acabó encerrada en el fluido extraño que tenía aquel chico.
«¿Podré...?»
Poco a poco la joven recuperaba el movimiento de su cuerpo, lo sentía, seguro que si enviaba señales a sus extremidades, éstas se moverían sin problema; eufórica de saber que ya podría correr por el Valle del Fin sin preocupaciones, ahogó un grito de emoción cuando escuchó la voz del albino, recordando que no se encontraba sola allí, y que tres chicos esperaban una reacción por parte de la pequeña.
— ¿Ya? ¿Cómo estás, Eri?
Una mano se posó en su hombro, haciendo que los ojos magenta de Eri se posasen en los del rubio que les acompañaba.
— ¿Puedes moverte?
— Creo que sí. — Afirmó para acto seguido mover lentamente su mano izquierda, luego la mano derecha, y después los dos brazos a la vez. — Muchísimas gracias, y siento este encontronazo tan brusco... Somos de Uzushiogakure, y mi nombre es Furukawa Eri, es un placer. — Se presentó para acto seguido hacer una pequeña reverencia. — Si no llega a ser por ti, ¡todavía estaría paralizada!
«¿Podré...?»
Poco a poco la joven recuperaba el movimiento de su cuerpo, lo sentía, seguro que si enviaba señales a sus extremidades, éstas se moverían sin problema; eufórica de saber que ya podría correr por el Valle del Fin sin preocupaciones, ahogó un grito de emoción cuando escuchó la voz del albino, recordando que no se encontraba sola allí, y que tres chicos esperaban una reacción por parte de la pequeña.
— ¿Ya? ¿Cómo estás, Eri?
Una mano se posó en su hombro, haciendo que los ojos magenta de Eri se posasen en los del rubio que les acompañaba.
— ¿Puedes moverte?
— Creo que sí. — Afirmó para acto seguido mover lentamente su mano izquierda, luego la mano derecha, y después los dos brazos a la vez. — Muchísimas gracias, y siento este encontronazo tan brusco... Somos de Uzushiogakure, y mi nombre es Furukawa Eri, es un placer. — Se presentó para acto seguido hacer una pequeña reverencia. — Si no llega a ser por ti, ¡todavía estaría paralizada!