20/01/2017, 22:26
Primero uno y luego otro fueron preguntando por su compañera los ninjas de Uzushiogakure. Cada acción y cada palabra que soltaba ese sujeto de cabello dorado le hacía pensar que era un tipo demasiado sentimental y extremadamente inquieto. El otro muchacho por otra parte parecía mas calmado, al menos por sus acciones.
Muchísimas gracias, y siento este encontronazo tan brusco... Somos de Uzushiogakure, y mi nombre es Furukawa Eri, es un placer.
De los labios de la kunoichi se iban escapando las palabras que todo médico disfruta de escuchar, un paciente agradecido por un trabajo bien hecho y una urgencia bien atendida. Casi que le hacía olvidar el hecho de haber tenido que tirar el valioso veneno que había tenido en sus manos segundos atrás.
Furukawa Eri-san... Mi nombre es Manase Mogura, shinobi de Amegakure.
Contestó acompañando sus palabras de una reverencia, todo muy formal, como era costumbre para él. Por un momento no tenía encima al raro rubio, lo cual lo hacía sentirse ligeramente más relajado y sumado a eso la adorable kunoichi se mostraba agradecida por la ayuda que le había brindado.
Muchísimas gracias, y siento este encontronazo tan brusco... Somos de Uzushiogakure, y mi nombre es Furukawa Eri, es un placer.
De los labios de la kunoichi se iban escapando las palabras que todo médico disfruta de escuchar, un paciente agradecido por un trabajo bien hecho y una urgencia bien atendida. Casi que le hacía olvidar el hecho de haber tenido que tirar el valioso veneno que había tenido en sus manos segundos atrás.
Furukawa Eri-san... Mi nombre es Manase Mogura, shinobi de Amegakure.
Contestó acompañando sus palabras de una reverencia, todo muy formal, como era costumbre para él. Por un momento no tenía encima al raro rubio, lo cual lo hacía sentirse ligeramente más relajado y sumado a eso la adorable kunoichi se mostraba agradecida por la ayuda que le había brindado.
Hablo - Pienso