9/02/2017, 16:04
El contexto de la situación no inspiraba un accionar diferente, no hay problema Senju-san. Encantado de conocerte.
Las palabras del amegakuriense fueron seguidas de una ligera reverencia, demostrando una vez más sus exquisitos modales, quizás demasiado exquisitos teniendo en cuenta la situación en la que se encontraban en la que ninguno de los presentes tenía un rango superior que el resto ni nada por el estilo, pero bueno, cada cual actúa como le han educado, así que, de todas formas, el peliblanco respondió a la reverencia con una ligera inclinación de la cabeza.
Entonces fue Eri la que habló, interesándose del motivo por el que Mogura había estando persiguiendo a un animal tan peligroso como aquel sapo. Pero, en esta ocasión Riko desvió su atención hacia el cuarto integrante de la escena, Nabi, el rubio que se encontraba cruzado de brazos, mirando al de Amegakure con cara de pocos amigos y trató de llamarle la atención con sutiles gestos intentando que el muchacho se abriera un poco y al menos se presentase, aquel joven no iba a hacer nada estando rodeado de tres genin de otra villa, por lo que no había peligro alguno.
... Ese que seguía era perfecto, pero terminó escapándose.
En ese preciso instante, el joven de ojos violetas volvió su atención de nuevo a la conversación, dándose cuenta de que el muchacho parecía algo apenado de haber perdido la oportunidad de capturar aquel sapo, por lo que una bombillita se le encendió, y, a sabiendas de que, al menos a uno de sus compañeros, podía no parecerles buena idea, la soltó.
— Oye, ¿y qué te parece si te ayudamos a buscar uno de esos sapos? Como muestra de buena fe por haber ayudado a Eri. — Aunque no les gustara la idea, al menos esperaba que sus compañeros se dieran cuenta de que era lo más justo.
Las palabras del amegakuriense fueron seguidas de una ligera reverencia, demostrando una vez más sus exquisitos modales, quizás demasiado exquisitos teniendo en cuenta la situación en la que se encontraban en la que ninguno de los presentes tenía un rango superior que el resto ni nada por el estilo, pero bueno, cada cual actúa como le han educado, así que, de todas formas, el peliblanco respondió a la reverencia con una ligera inclinación de la cabeza.
Entonces fue Eri la que habló, interesándose del motivo por el que Mogura había estando persiguiendo a un animal tan peligroso como aquel sapo. Pero, en esta ocasión Riko desvió su atención hacia el cuarto integrante de la escena, Nabi, el rubio que se encontraba cruzado de brazos, mirando al de Amegakure con cara de pocos amigos y trató de llamarle la atención con sutiles gestos intentando que el muchacho se abriera un poco y al menos se presentase, aquel joven no iba a hacer nada estando rodeado de tres genin de otra villa, por lo que no había peligro alguno.
... Ese que seguía era perfecto, pero terminó escapándose.
En ese preciso instante, el joven de ojos violetas volvió su atención de nuevo a la conversación, dándose cuenta de que el muchacho parecía algo apenado de haber perdido la oportunidad de capturar aquel sapo, por lo que una bombillita se le encendió, y, a sabiendas de que, al menos a uno de sus compañeros, podía no parecerles buena idea, la soltó.
— Oye, ¿y qué te parece si te ayudamos a buscar uno de esos sapos? Como muestra de buena fe por haber ayudado a Eri. — Aunque no les gustara la idea, al menos esperaba que sus compañeros se dieran cuenta de que era lo más justo.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»