12/02/2017, 12:35
—Bueno, para eso evitar tocar al sapo es que llevo esta jaula.— Eso tenía sentido, aunque, ¿cómo iba a meter al sapo escurridizo en una jaula? ¿No debería llevar guantes antiveneno para ello? — Necesitaba el sapo para poder extraer una muestra de su toxina. Ese que seguía era perfecto, pero terminó escapándose.
«Vaya... Y por mi culpa se le ha escapado...»
Un sentimiento de culpa se apoderó de todo su cuerpo, haciendo que bajase la mirada entristecida. No le había gustado mucho la sensación de estar paralizada por una sustancia desconocida para ella, pero por otro lado acababa de fastidiarle el plan a un shinobi de la Lluvia sin querer.
— Oye, ¿y qué te parece si te ayudamos a buscar uno de esos sapos? Como muestra de buena fe por haber ayudado a Eri.
— Aunque intentasemos ayudar a Mogura-kun, él es el especialista en armas biologicas tóxicas y paralizantes de Amegakure, el resto nos expondríamos a algo desconocido.
— Eso podría estar bien, Riko-san — Ayudó la joven, cambiando su expresión depresiva a otra más contenta y entusiasmada por poder ayudar, sin embargo, rápidamente sus ojos se apagaron al decir: — Pero... Nabi-san tiene razón, no tenemos nada de conocimientos sobre los sapos ni el veneno que corre por su cuerpo... ¿Qué dice usted, Manase-san?
Lo mejor sería consultar con el especialista.
«Vaya... Y por mi culpa se le ha escapado...»
Un sentimiento de culpa se apoderó de todo su cuerpo, haciendo que bajase la mirada entristecida. No le había gustado mucho la sensación de estar paralizada por una sustancia desconocida para ella, pero por otro lado acababa de fastidiarle el plan a un shinobi de la Lluvia sin querer.
— Oye, ¿y qué te parece si te ayudamos a buscar uno de esos sapos? Como muestra de buena fe por haber ayudado a Eri.
— Aunque intentasemos ayudar a Mogura-kun, él es el especialista en armas biologicas tóxicas y paralizantes de Amegakure, el resto nos expondríamos a algo desconocido.
— Eso podría estar bien, Riko-san — Ayudó la joven, cambiando su expresión depresiva a otra más contenta y entusiasmada por poder ayudar, sin embargo, rápidamente sus ojos se apagaron al decir: — Pero... Nabi-san tiene razón, no tenemos nada de conocimientos sobre los sapos ni el veneno que corre por su cuerpo... ¿Qué dice usted, Manase-san?
Lo mejor sería consultar con el especialista.