12/02/2017, 17:32
—La última vez que comprobé, Noemi era rubia... —entonces alzó un dedo, acusador, apuntándolo directamente al pecho del aludido—. ¡Haskoz-kun! ¿No me dirás que estás engañando a Sakamoto Noemi-san con otra chica?
Haskoz alzó una ceja. ¿Él, engañando a Noemi con otra? Se veía que Uchiha Akame estaba muy confundido respecto a su compañero de armas. Puede que fuese un tipo bromista y que no tuviese dificultad a la hora de hacer amigos o amigas… pero respecto a aquel tema, Haskoz no tenía ni la mitad de éxito con las mujeres de lo que Akame se imaginaba. Ya era una suerte que Noemi se hubiese fijado en él, vaya a saber los Dioses por qué, ¡para que se fijasen dos!
No, por el momento no tenía esa suerte.
—Oh —dijo, al acercarse y ver el pelo de cerca. Dependiendo de la luz y desde dónde se le mirase, el pelo tanto podía parecer rojizo como... púrpura—. Debe ser de Eri-chan.
¡BOOM! Soltada la bomba, dio media vuelta, sin siquiera comprobar que el explosivo no había acabado con la vida de nadie... o con su corazón. Lo había soltado como si tal cosa, como sin darle importancia. Incluso había empleado un sufijo diminutivo, consciente de que nunca nadie se los había oído usar, solo para darle un golpe de efecto mayor a sus palabras.
Tras el bombazo, del cual Kōtetsu lo más probable era que ni se hubiese enterado, le oyó preguntar sobre el significado de HC. Haskoz se acercó a él, curioso, y examinó más de cerca la inscripción en la tela.
—¿HC? —preguntó Akame—. No tengo ni la más remota idea. Pero parece un trozo de tela y, a juzgar por donde lo has encontrado, diría que pertenece a una visita... Inesperada. Tal vez alguien usó la ventana para entrar sin ser bienvenido. ¿No ibas a repararla, Haskoz-kun?
—¿Eh? Oh, ya… Sí… Verás, es que me surgieron… otras cosas —explicó, sin en realidad decir nada en absoluto. Su cabeza estaba ya centrada en las siglas pertenecientes al más que probable ladrón. Unas siglas que le sonaban de…—. ¡¿Será hijo de puta?! —exclamó, de pronto.
Sin dar siquiera explicaciones, corrió atropelladamente hacia la puerta de su apartamento, que abrió de un tirón. Ascendió por las escaleras del pasillo, saltándolas de tres en tres, y llegó hasta el séptimo piso… El piso al que erróneamente le había dado a Noemi como su dirección. El piso que pertenecía a…
—¡ABRE! ¡ABRE HIJO DE LA GRAN PUTA, O TE TIRO LA PUERTA ABAJO! —rugió, golpeando la puerta como un toro embravecido. La alfombra de la entrada, de color gris, tenía bordadas las letras HC en color rojo…
Haskoz alzó una ceja. ¿Él, engañando a Noemi con otra? Se veía que Uchiha Akame estaba muy confundido respecto a su compañero de armas. Puede que fuese un tipo bromista y que no tuviese dificultad a la hora de hacer amigos o amigas… pero respecto a aquel tema, Haskoz no tenía ni la mitad de éxito con las mujeres de lo que Akame se imaginaba. Ya era una suerte que Noemi se hubiese fijado en él, vaya a saber los Dioses por qué, ¡para que se fijasen dos!
No, por el momento no tenía esa suerte.
—Oh —dijo, al acercarse y ver el pelo de cerca. Dependiendo de la luz y desde dónde se le mirase, el pelo tanto podía parecer rojizo como... púrpura—. Debe ser de Eri-chan.
¡BOOM! Soltada la bomba, dio media vuelta, sin siquiera comprobar que el explosivo no había acabado con la vida de nadie... o con su corazón. Lo había soltado como si tal cosa, como sin darle importancia. Incluso había empleado un sufijo diminutivo, consciente de que nunca nadie se los había oído usar, solo para darle un golpe de efecto mayor a sus palabras.
Tras el bombazo, del cual Kōtetsu lo más probable era que ni se hubiese enterado, le oyó preguntar sobre el significado de HC. Haskoz se acercó a él, curioso, y examinó más de cerca la inscripción en la tela.
—¿HC? —preguntó Akame—. No tengo ni la más remota idea. Pero parece un trozo de tela y, a juzgar por donde lo has encontrado, diría que pertenece a una visita... Inesperada. Tal vez alguien usó la ventana para entrar sin ser bienvenido. ¿No ibas a repararla, Haskoz-kun?
—¿Eh? Oh, ya… Sí… Verás, es que me surgieron… otras cosas —explicó, sin en realidad decir nada en absoluto. Su cabeza estaba ya centrada en las siglas pertenecientes al más que probable ladrón. Unas siglas que le sonaban de…—. ¡¿Será hijo de puta?! —exclamó, de pronto.
Sin dar siquiera explicaciones, corrió atropelladamente hacia la puerta de su apartamento, que abrió de un tirón. Ascendió por las escaleras del pasillo, saltándolas de tres en tres, y llegó hasta el séptimo piso… El piso al que erróneamente le había dado a Noemi como su dirección. El piso que pertenecía a…
—¡ABRE! ¡ABRE HIJO DE LA GRAN PUTA, O TE TIRO LA PUERTA ABAJO! —rugió, golpeando la puerta como un toro embravecido. La alfombra de la entrada, de color gris, tenía bordadas las letras HC en color rojo…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado