13/06/2015, 12:53
—Hace tiempo que decidí que todo el mundo pensaría de mi lo que dijeran las leyendas hasta que demostrara lo contrario —Repliqué, hasta el momento había muy pocas personas que no me juzgaban por el hecho de ser un "vampiro" y de beber sangre, pero hacia ya bastante tiempo que había dejado de importarme, e incluso que le había cogido el gustillo —De cualquier modo, me hacen muchas gracia esos cuentos, e incluso me gustan, aunque estoy un poco hartito de las locas fanáticas que me piden que las muerda o las transforme, incluso tios, me lo han pedido incluso tios, puedo plantearme morder a una mujer pese a la repulsión que eso me produce, pero a un hombre? lo siento pero NO, prefiero morir de hambre
Entre mis pesares y mi mala fama, también se encontraban los fanáticos de lo sobrenatural y las jóvenes locas y desesperadas por un bocado de una criatura que ellas consideraban el centro de sus repugnantes fantasías eróticas. Pero entre ellas también había hombres, chicos jóvenes y desesperados por llamar la atención que querían ser vampiros para morder a las mujeres, o que buscaban en mi otra cosa. Lo primero podía entenderlo, aunque seguía pareciéndome repugnante beber sangre del cuello de alguien, pero lo segundo... lo siento, pero no me van los hombres. Aunque a veces pienso que tampoco las mujeres.
—Pues que quieres que te diga, cuando mi madre le cocina pescado a papa, tiene una pinta increíble, y dan ganas de pegarle un bocado aun sabiendo que no puedo
Ademas de ese sublime aroma que desprendían aquellos deliciosos manjares que mama cocinaba para papa. A mi me resultaba muy raro que mama supiera cocinar así, pese a que ella tampoco podía comer nada y jamas probaba bocado alguno. Tal vez se debía a que mimaba demasiado a ese grandullón sobremusculado y descerebrado que era innegablemente mi padre. Yo le quiero un montón, pero eso no va a cambiar lo que es.
—Ollé, ya que estas aquí, te importaría golpearme lo mas fuerte y violentamente que puedas?
Ya que estaba allí precisamente para despertar aquella técnica, tal vez si me viera en una situación de peligro real y no una situación en la que yo mismo le pegaba a un árbol sin sentido alguno, podría avanzar en el funcionamiento de la misma.
Entre mis pesares y mi mala fama, también se encontraban los fanáticos de lo sobrenatural y las jóvenes locas y desesperadas por un bocado de una criatura que ellas consideraban el centro de sus repugnantes fantasías eróticas. Pero entre ellas también había hombres, chicos jóvenes y desesperados por llamar la atención que querían ser vampiros para morder a las mujeres, o que buscaban en mi otra cosa. Lo primero podía entenderlo, aunque seguía pareciéndome repugnante beber sangre del cuello de alguien, pero lo segundo... lo siento, pero no me van los hombres. Aunque a veces pienso que tampoco las mujeres.
—Pues que quieres que te diga, cuando mi madre le cocina pescado a papa, tiene una pinta increíble, y dan ganas de pegarle un bocado aun sabiendo que no puedo
Ademas de ese sublime aroma que desprendían aquellos deliciosos manjares que mama cocinaba para papa. A mi me resultaba muy raro que mama supiera cocinar así, pese a que ella tampoco podía comer nada y jamas probaba bocado alguno. Tal vez se debía a que mimaba demasiado a ese grandullón sobremusculado y descerebrado que era innegablemente mi padre. Yo le quiero un montón, pero eso no va a cambiar lo que es.
—Ollé, ya que estas aquí, te importaría golpearme lo mas fuerte y violentamente que puedas?
Ya que estaba allí precisamente para despertar aquella técnica, tal vez si me viera en una situación de peligro real y no una situación en la que yo mismo le pegaba a un árbol sin sentido alguno, podría avanzar en el funcionamiento de la misma.