6/03/2017, 14:54
— ¡Pero Riko-kun! No puedes abandonar el Taijutsu, es esencial. ¿Y si algún día tienes un niño y te pega y te gana? Piensa en los niños, Riko. No te preocupes, yo te ayudaré a reencontrarte con tu yo taijutsero.
Nabi, a su modo, estaba mostrando cierto interés en su actual compañero de equipo, no en vano, al ser de la misma villa,en cualquier ocasión la vida de uno podía llegar a depender del otro, por lo que no era mala idea ayudar a tus camaradas Uzuneses a mejorar en todo.
— Algún día deberíamos entrenar juntos, sí. Esta Kodachi me la compré para poder defenderme, Nabi-san. Sin embargo soy un poco torpe con ella, la verdad es que estos últimos días, desde que nos graduamos, solo me he centrado en practicar técnicas del clan...
Al parecer Eri no había estado entrenando demasiado en el uso de su espada, pero, de nuevo, el rubio salió a rescate, ofreciéndose caballerosamente a ayudar a la Furukawa. El peliblanco, a pesar de mantenerse callado, podía notar en el ambiente como Nabi cambiaba su tono al dirigirse a Eri, y una pequeña sonrisa se formó en su rostro.
— Yo he estado afianzando mis bases, un poco de Taijutsu, Ninjutsu y Bukijutsu, para poder elegir despues lo que yo quiera. Poco más. Y lo de entrenar, cuando querais.
Al parecer el Senju rubio no había estado perdiendo el tiempo, y había decidido no centrarse en una especialidad, si no, que se había dedicado a entrenar varias lo cual podí llegar a ser una ventaja o una desventaja, según la situación.
Los tres genin llegaron a su destino, liderados por el shinobi rubio. Un inmenso campo, en el cual podían avistarse 3 edificios. Uno pequeño, de madera oscura y en el que podían verse dos pisos, fácilmente distinguible como la casa del señor Noka, al que se le podía vislumbrar de pie, en el porche de la casa, esperándolos desde hacía un rato.
El señor Noka era un hombre mayor, de aproximadamente 80 años, claramente afectado por la edad, pues su columna se encontraba bastante arqueada, por lo que el anciano parecía mucho más bajo de lo que era en realidad. El pelo, al menos, el poco que le quedaba, era de color blanco, y toda la parte superior de la cabeza estaba completamente calva. Unas grandes gafas en forma de culo de vaso le permitían ver con claridad todo lo que ocurría a su alrededor, aunque le agrandaban los ojos considerablemente.
El hombre, en cuanto vio a los tres jóvenes comenzó a mover el brazo derecho, a modo de saludo, para que los tres se acercaran hasta donde se encontraba él.
Nabi, a su modo, estaba mostrando cierto interés en su actual compañero de equipo, no en vano, al ser de la misma villa,en cualquier ocasión la vida de uno podía llegar a depender del otro, por lo que no era mala idea ayudar a tus camaradas Uzuneses a mejorar en todo.
— Algún día deberíamos entrenar juntos, sí. Esta Kodachi me la compré para poder defenderme, Nabi-san. Sin embargo soy un poco torpe con ella, la verdad es que estos últimos días, desde que nos graduamos, solo me he centrado en practicar técnicas del clan...
Al parecer Eri no había estado entrenando demasiado en el uso de su espada, pero, de nuevo, el rubio salió a rescate, ofreciéndose caballerosamente a ayudar a la Furukawa. El peliblanco, a pesar de mantenerse callado, podía notar en el ambiente como Nabi cambiaba su tono al dirigirse a Eri, y una pequeña sonrisa se formó en su rostro.
— Yo he estado afianzando mis bases, un poco de Taijutsu, Ninjutsu y Bukijutsu, para poder elegir despues lo que yo quiera. Poco más. Y lo de entrenar, cuando querais.
Al parecer el Senju rubio no había estado perdiendo el tiempo, y había decidido no centrarse en una especialidad, si no, que se había dedicado a entrenar varias lo cual podí llegar a ser una ventaja o una desventaja, según la situación.
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Los tres genin llegaron a su destino, liderados por el shinobi rubio. Un inmenso campo, en el cual podían avistarse 3 edificios. Uno pequeño, de madera oscura y en el que podían verse dos pisos, fácilmente distinguible como la casa del señor Noka, al que se le podía vislumbrar de pie, en el porche de la casa, esperándolos desde hacía un rato.
El señor Noka era un hombre mayor, de aproximadamente 80 años, claramente afectado por la edad, pues su columna se encontraba bastante arqueada, por lo que el anciano parecía mucho más bajo de lo que era en realidad. El pelo, al menos, el poco que le quedaba, era de color blanco, y toda la parte superior de la cabeza estaba completamente calva. Unas grandes gafas en forma de culo de vaso le permitían ver con claridad todo lo que ocurría a su alrededor, aunque le agrandaban los ojos considerablemente.
El hombre, en cuanto vio a los tres jóvenes comenzó a mover el brazo derecho, a modo de saludo, para que los tres se acercaran hasta donde se encontraba él.
![[Imagen: tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif]](https://78.media.tumblr.com/ef716a7a224d02d15153150120153d79/tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif)
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