6/03/2017, 16:37
— Vaya, pues, bueno, cuando quieras, si quieres, te puedo ayudar a cogerle el tranquillo. La verdad es que llevo bastante tiempo con mi Kodachi, aunque tampoco es que sepa mucho de Kenjutsu.
A la pequeña le brillaron los ojos al escuchar la proposición mientras apretaba el mango de la kodachi con fuerza, ¿de verdad que se ofrecía a ayudarla? Sabía que no era muy buena estudiante, lo único que había dominado hasta entonces era la realización de sellos con una sola mano mientras que lo demás siempre estaba en el raspado...
Pero nadie se ofrecía a ayudarla a mejorar... Mejor dicho, siempre le decían que entrenase sola.
— Claro, ¡me encantaría! — Exclamó, emocionada. — Así me puedes, digo, mejor, nos puedes ayudar a ambos, ¿a que sí, Riko-san?
Se sintió descortés por un momento, sin embargo esperó haber actuado presta para solucionarlo y pasar desapercibida. Y eso esperó mientras Nabi comentaba lo que él había estado entrenando todo este tiempo, básicamente, todo se quedaba corto para él.
Y entre conversaciones, llegaron a su destino.
A la lejanía ya se podía apreciar los largos campos que se extendían por todo el terreno, custodiados por tres edificios de los cuales el más pequeño parecía pertenecer al señor Noka, quien les había convocado para ir allí. Hombre ya entrado en años, apreciándose por su cabello cano y espalda arqueada hacia delante.
«Esas gafas le quedan extrañamente bien a Noka-san...»
Sus pensamientos distraídos la acompañaron hasta que se encontraron próximos al anciano que les saludaba con su mano, así que cuando entró en rango para poder dialogar sin chillar, la kunoichi habló:
— Buenos días, Señor Noka. — Saludó la pequeña haciendo una ligera reverencia. — Mi nombre es Furukawa Eri, estoy a su servicio. — Terminó con una pequeña sonrisa.
Entonces esperó a que los demás hablasen y comenzase la faena.
A la pequeña le brillaron los ojos al escuchar la proposición mientras apretaba el mango de la kodachi con fuerza, ¿de verdad que se ofrecía a ayudarla? Sabía que no era muy buena estudiante, lo único que había dominado hasta entonces era la realización de sellos con una sola mano mientras que lo demás siempre estaba en el raspado...
Pero nadie se ofrecía a ayudarla a mejorar... Mejor dicho, siempre le decían que entrenase sola.
— Claro, ¡me encantaría! — Exclamó, emocionada. — Así me puedes, digo, mejor, nos puedes ayudar a ambos, ¿a que sí, Riko-san?
Se sintió descortés por un momento, sin embargo esperó haber actuado presta para solucionarlo y pasar desapercibida. Y eso esperó mientras Nabi comentaba lo que él había estado entrenando todo este tiempo, básicamente, todo se quedaba corto para él.
Y entre conversaciones, llegaron a su destino.
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A la lejanía ya se podía apreciar los largos campos que se extendían por todo el terreno, custodiados por tres edificios de los cuales el más pequeño parecía pertenecer al señor Noka, quien les había convocado para ir allí. Hombre ya entrado en años, apreciándose por su cabello cano y espalda arqueada hacia delante.
«Esas gafas le quedan extrañamente bien a Noka-san...»
Sus pensamientos distraídos la acompañaron hasta que se encontraron próximos al anciano que les saludaba con su mano, así que cuando entró en rango para poder dialogar sin chillar, la kunoichi habló:
— Buenos días, Señor Noka. — Saludó la pequeña haciendo una ligera reverencia. — Mi nombre es Furukawa Eri, estoy a su servicio. — Terminó con una pequeña sonrisa.
Entonces esperó a que los demás hablasen y comenzase la faena.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)