7/03/2017, 17:03
Nabi actuó conforme a su buena fe, algo que, sin lugar a dudas, había dejado a Eri con la boca entreabierta del asombro. Sin embargo, el anciano no pareció agradecer su ocurrencia, añadiendo que atraer a las ovejas no sería su única tarea a realizar. La joven suspiró mientras se apartaba un mechón de pelo rebelde, emprendiendo de nuevo la marcha para saber dónde estaban las ovejas.
Aunque pensándolo bien, ¿cómo iban a hacer que unas ovejas les siguiesen? ¿Con comida? ¿Empujandolas? ¿Cantándolas? Eri nunca había trabajado en una granja y mucho menos con animales. Frunció el ceño con indecisión, ¿qué haría? Solo esperaba que Nabi y Riko tuviesen más idea, porque si no, iban a pasarlo realmente mal.
Llegaron al lugar indicado por el señor Noka: un edificio completamente hecho de madera, de paredes carmesíes que contaba con tres pisos de altitud; en el que si bien no había oído mal, estaban las ovejas para resguardarse de las heladas que el invierno había dejado.
Riko preguntó con una voz llena de asombro, y la joven no dudó en asombrarse del mismo modo que el Senju o más cuando el hombre mayor mencionó la cantidad de animales que tenía ahí escondidos.
«¡¿doscientas sesenta y ocho ovejas?! ¿Cómo las mantiene?»
Tras unos segundos Noka abrió los portones dejando que los tres genin pudiesen contar, si querían; a las ovejas que había mencionado con anterioridad.
— Gracias, Noka-san. — Mencionó al cabo de un rato, aun sin apartar la vista de la cantidad de animales que se esparcían por allí. — Vaya chicos, manos a la obra...
Aunque pensándolo bien, ¿cómo iban a hacer que unas ovejas les siguiesen? ¿Con comida? ¿Empujandolas? ¿Cantándolas? Eri nunca había trabajado en una granja y mucho menos con animales. Frunció el ceño con indecisión, ¿qué haría? Solo esperaba que Nabi y Riko tuviesen más idea, porque si no, iban a pasarlo realmente mal.
Llegaron al lugar indicado por el señor Noka: un edificio completamente hecho de madera, de paredes carmesíes que contaba con tres pisos de altitud; en el que si bien no había oído mal, estaban las ovejas para resguardarse de las heladas que el invierno había dejado.
Riko preguntó con una voz llena de asombro, y la joven no dudó en asombrarse del mismo modo que el Senju o más cuando el hombre mayor mencionó la cantidad de animales que tenía ahí escondidos.
«¡¿doscientas sesenta y ocho ovejas?! ¿Cómo las mantiene?»
Tras unos segundos Noka abrió los portones dejando que los tres genin pudiesen contar, si querían; a las ovejas que había mencionado con anterioridad.
— Gracias, Noka-san. — Mencionó al cabo de un rato, aun sin apartar la vista de la cantidad de animales que se esparcían por allí. — Vaya chicos, manos a la obra...
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)