24/04/2017, 16:37
¡De modo que aquel ladronzuelo de Hozuki Chokichi sí que había pasado por allí! Y justo con las mismas intenciones que Haskoz se había imaginado. Akame sonrió en su fuero interno: tenían que darle todo el crédito por aquella ocurrencia. Si no hubiese sido por su joven compañero Uchiha, todavía podrían estar registrando la casa de Chokichi sin una mísera pista.
Sin embargo, la alegría de aquel acierto se desvaneció casi tan rápido como había llegado. Los guardias no sólo admitieron, ahora sí, haber visto al lascivo estudiante; sino que demandaron también explicaciones por su extraño comportamiento. A punto estuvo Akame de abrir la boca cuando oyó cómo Kotetsu se le adelantaba; y de buena manera. El Uchiha se limitó entonces a asentir, como queriendo ratificar la historia que acababa de contar su compañero.
«Oh, por todos los dioses, ¡venga ya! No tenemos todo el día. A cada segundo que pasa el rastro de ese Hozuki se enfría...»
Sin embargo, la alegría de aquel acierto se desvaneció casi tan rápido como había llegado. Los guardias no sólo admitieron, ahora sí, haber visto al lascivo estudiante; sino que demandaron también explicaciones por su extraño comportamiento. A punto estuvo Akame de abrir la boca cuando oyó cómo Kotetsu se le adelantaba; y de buena manera. El Uchiha se limitó entonces a asentir, como queriendo ratificar la historia que acababa de contar su compañero.
«Oh, por todos los dioses, ¡venga ya! No tenemos todo el día. A cada segundo que pasa el rastro de ese Hozuki se enfría...»