1/05/2017, 01:27
—Ya no hay nada que hacer aquí… Creo que deberíamos irnos y buscar a Akame-san —comento, un tanto incomodo por la breve y tan unilateral discusión de la que acaba de ser testigo.
Sintiéndose menos atormentado por el daño a sus ojos, el joven contemplo aquel escenario en donde habían perdido toda pista y rastro del paradero de aquella alimaña a la cual estaban buscando. Y, para colmo de males, su compañero de cabellos oscuros había desaparecido sin dejar rastro. Para lo poco que sabía, bien podría haber sido secuestrado y ellos no estaban enterados.
—Vamos —incentivo a Haskoz a que le siguiese en su abandono de la propiedad.
Una vez en la solotaria calle de enfrente, lo único que se le ocurrió fue el mirar a ambos lados en busca de alguna señal de su camarada ausente. Pero no pudo ver nada que pudiese esperanzarle lo suficiente. Cuando estaba por decirle a Haskoz que todo estaba perdido, escucho un grito ahogado que no llego a formarse, pero que sin duda se trataba de alguien clamando por ayuda en busca de terminar con su gran agonía.
—¿Escuchaste eso? —pregunto, intrigado por lo grave que sonaba, mientras comenzaba a ponerse en marcha—. Deberíamos ir a ver de qué se trata, vamos.
Sintiéndose menos atormentado por el daño a sus ojos, el joven contemplo aquel escenario en donde habían perdido toda pista y rastro del paradero de aquella alimaña a la cual estaban buscando. Y, para colmo de males, su compañero de cabellos oscuros había desaparecido sin dejar rastro. Para lo poco que sabía, bien podría haber sido secuestrado y ellos no estaban enterados.
—Vamos —incentivo a Haskoz a que le siguiese en su abandono de la propiedad.
Una vez en la solotaria calle de enfrente, lo único que se le ocurrió fue el mirar a ambos lados en busca de alguna señal de su camarada ausente. Pero no pudo ver nada que pudiese esperanzarle lo suficiente. Cuando estaba por decirle a Haskoz que todo estaba perdido, escucho un grito ahogado que no llego a formarse, pero que sin duda se trataba de alguien clamando por ayuda en busca de terminar con su gran agonía.
—¿Escuchaste eso? —pregunto, intrigado por lo grave que sonaba, mientras comenzaba a ponerse en marcha—. Deberíamos ir a ver de qué se trata, vamos.