4/05/2017, 03:38
Aquella tarea estuvo llena de dificultades que jamás hubiese imaginado, pero ya le habían dicho que el trabajo de un ninja casi nunca resulta de la forma en que se espera.
—Parece que soy el primero en culminar —se dijo a sí mismo, viendo solo en la calle que yacían enfrente del edificio del kage.
Se sentó en una de las bancas vacías, para descansar mientras observaba el rojizo atardecer y esperaba la llegada de sus compañeros. Reviso el tercio de lista que le habían dado y no pudo evitar sentirse un tanto orgulloso al ver cómo estaban tachados cada uno de los nombres, prueba de que su parte de la tarea fue completada con éxito. Claro que hubo ciertas dificultades: Su sentido de la orientación era bastante mediocre, aunque en la pequeñez de su pueblo era más que suficiente. Sin embargo, en la villa de la espiral se quedaba corto y confundido. Cada casa se le hacía igual a la otra y las paredes que las separaban de las calles se le hacían tortuosas y laberínticas. Lo único que logro salvar su empresa fue su determinación, la cual resulto suficiente como para que preguntara en cada esquina y a cada persona que hiciera falta el camino que debía seguir cuando se sentía perdido.
“Es un lugar bonito, sin duda, pero me resulta tan extraño e intimidante… Y su gente, son tan diferentes a lo que reconozco como normal.”
—Parece que soy el primero en culminar —se dijo a sí mismo, viendo solo en la calle que yacían enfrente del edificio del kage.
Se sentó en una de las bancas vacías, para descansar mientras observaba el rojizo atardecer y esperaba la llegada de sus compañeros. Reviso el tercio de lista que le habían dado y no pudo evitar sentirse un tanto orgulloso al ver cómo estaban tachados cada uno de los nombres, prueba de que su parte de la tarea fue completada con éxito. Claro que hubo ciertas dificultades: Su sentido de la orientación era bastante mediocre, aunque en la pequeñez de su pueblo era más que suficiente. Sin embargo, en la villa de la espiral se quedaba corto y confundido. Cada casa se le hacía igual a la otra y las paredes que las separaban de las calles se le hacían tortuosas y laberínticas. Lo único que logro salvar su empresa fue su determinación, la cual resulto suficiente como para que preguntara en cada esquina y a cada persona que hiciera falta el camino que debía seguir cuando se sentía perdido.
“Es un lugar bonito, sin duda, pero me resulta tan extraño e intimidante… Y su gente, son tan diferentes a lo que reconozco como normal.”