6/05/2017, 14:21
El primero en llegar a hacerle compañía fue Akame, que en un principio, y desde lo lejos, andaba con paso animoso hacia el edificio del Kage. Pero cuando hizo contacto visual con Kōtetsu, su expresión mostraba una intrigante mescla de sorpresa y… decepción.
—Sí, esperemos que no se le haya presentado mayor inconveniente —respondió, con cierta preocupación por la explosividad del mentado compañero.
El sol ya había descendido considerablemente para cuando Haskoz hizo acto de presencia. Su parte de la tarea debía de haber sido particularmente difícil, pues la extenuación era algo evidente en su forma de andar. También se dejaba ver enojado, lo cual, pese al poco tiempo que llevaba conociéndolo, parecía algo normal en su forma de ser… Aunque su rabia parecía estar enfocada en cierta persona en particular en aquel momento. Dejando escapar el aire de sus pulmones y arrojándose con el peso de todo un día de dificultoso trabajo, se sentó entre sus compañeros, a descansar mientras eran cubiertos por la cálida luz bermellón del final del día.
—Quizás tengas problemas para cumplir esa autoexigencia que te haces Haskoz-san —Suspiro y también dejo caer su cabeza hacia atrás, dejando que su cabello colgase del borde del espaldar—. Es inevitable que en algún momento nos asignen una misión que no queremos hacer, pero que el deber nos obligue a cumplir… A eso nos comprometimos cuando aceptamos la bandana.
»Bueno… Yo no sé mucho de misiones, pero esta me ha parecido de lo más educativa y me ha gustado. Claro, el pequeño tropiezo y sobresalto del principio no fueron muy agradables, pero lo recordare como una valiosa lección sobre… aquello de sobreponerse a lo inesperado y resolver sobre la marcha.
—Sí, esperemos que no se le haya presentado mayor inconveniente —respondió, con cierta preocupación por la explosividad del mentado compañero.
El sol ya había descendido considerablemente para cuando Haskoz hizo acto de presencia. Su parte de la tarea debía de haber sido particularmente difícil, pues la extenuación era algo evidente en su forma de andar. También se dejaba ver enojado, lo cual, pese al poco tiempo que llevaba conociéndolo, parecía algo normal en su forma de ser… Aunque su rabia parecía estar enfocada en cierta persona en particular en aquel momento. Dejando escapar el aire de sus pulmones y arrojándose con el peso de todo un día de dificultoso trabajo, se sentó entre sus compañeros, a descansar mientras eran cubiertos por la cálida luz bermellón del final del día.
—Quizás tengas problemas para cumplir esa autoexigencia que te haces Haskoz-san —Suspiro y también dejo caer su cabeza hacia atrás, dejando que su cabello colgase del borde del espaldar—. Es inevitable que en algún momento nos asignen una misión que no queremos hacer, pero que el deber nos obligue a cumplir… A eso nos comprometimos cuando aceptamos la bandana.
»Bueno… Yo no sé mucho de misiones, pero esta me ha parecido de lo más educativa y me ha gustado. Claro, el pequeño tropiezo y sobresalto del principio no fueron muy agradables, pero lo recordare como una valiosa lección sobre… aquello de sobreponerse a lo inesperado y resolver sobre la marcha.